¿Qué deseas hacer?
-Dejarlo ir
>Detenerlo
-Acompañarlo
Luki miró a Mikuo unos segundos, quería dejar que el peli aguamarina fuera pues él también estaba algo preocupado por su profesor, pero en la situación en que estaban era muy difícil además que el adulto dijo que estaría de vuelta.
-Mikuo...- lo llamó con voz suave para no alterar más aun a su amigo.- sé que estas preocupado por Gakupo-sensei, yo también lo estoy pero él nos dijo que regresaría ¿Acaso no confías en él…?
-Si confío en él…-le respondió temblando- pero…no confío en este lugar…- el más bajo puso sus manos sobre su cabeza- hay demasiada energía negativa aquí…- agitó su cabeza un par de veces para después parar y comenzar a hiperventilarse de nuevo.
-¡Mikuo!- exclamó con preocupación al ver que el de cabellos aguamarina comenzaba de nuevo a respirar de esa manera. Este cayó de espaldas pero gracias a los rápidos reflejos del Megurine su cuerpo no impactó contra el suelo.-Tranquilízate, Mikuo- le dijo pero este solo seguía en ese estado así que lo llevo junto al escritorio del maestro para que apoyara su espalada y él pudiera verlo de frente- Vamos Mikuo, respira hondo: inhala, exhala, inhala exhala…- el más bajo intento hacer lo que el más alto le decía pero no podía, sus ojos estaban llorosos pero aun así lo intentaba.
Después de unos cuantos minutos el Hatsune se pudo calmar por completo, tranquilizando así a Luki.- ¿Te sientes mejor?- le preguntó.
-…S-si- fue la respuesta que recibió.
-Me alegro.- le dijo con sinceridad- Tenemos que esperar aquí a Gakupo-sensei, nos dijo que volvería…
-Si…está bien.- parecía que la mente de Mikuo no se encontraba allí, pues sus ojos estaban perdidos. Vio que el menor giró la cabeza para mirar al fondo del aula pero sus ojos se abrieron antes de hacerlo y se paralizó.
-¿Mikuo? ¿Qué pasa…?- no hubo respuesta, el peli aguamarina estaba temblando y sudaba. Decidió voltear hacia el fondo del aula.
-¡NO LO VEAS A LOS OJOS!- le advirtió el Hatsune reaccionando por la acción de su amigo pero ya era demasiado tarde...
Volvió en sí, se tambaleó, cerró los ojos y se puso una mano en la cabeza pues esta le dolía a mares. “¿Qué pasó?” se preguntaba tratando de observar el lugar dónde estaba “Esto… ¿Esto es un pasillo?” el lugar estaba muy oscuro pero pudo ver unas cuantas puertas por lo cual llegó a esa conclusión “Que extraño…lo último que recuerdo es que estaba en un salón con Mikuo… ¡Mikuo!” el peli rosa recordó el estado en el que su amigo se encontraba por lo cual se dispuso a regresar “….no puedo leerlo bien…” se dijo al no poder leer que aula era la que se encontraba al frente “…3-B… el salón donde estábamos debe estar más atrás…” analizó para después girarse y comenzar a caminar pero sus ojos se abrieron con sorpresa y terror al ver lo que se encontraba en el piso…
-¡¡MIKUO!!- gritó con horror al encontrar al mencionado tirado en el suelo con su ropa empapada de sangre, con un hilillo de ese líquido saliendo de su boca, con un rostro que reflejaba miedo y sus ojos estaban sin brillo alguno…“No…no…no, no, no, ¡¡NO!!” estaba en shock, no se movía, solo temblaba mientras lágrimas resbalaban de sus mejillas- Esto no está pasando….- trataba de convérsese- esto no está pasando… esto no es real… ¡ESTO NO PUEDE SER REAL!- cayó de rodillas aun viendo el cuerpo inerte de su amigo-…M-Mikuo…- murmuro para empezar a llorar, era real, por más que quisiera convérsese era algo muy obvio…Mikuo estaba muerto.
Se quedó llorando un rato de rodillas cuando de pronto sintió sus manos pegajosas, las miró…sangre…
-Ngh…pgco…egase…eg- escuchó tras él, con miedo giró su cabeza encontrándose de nuevo con esos ojos que había visto en el aula, los ojos verdes de aquel niño. Se quedó paralizado y cuando iba a gritar, el niño había clavado unas tijeras en su cuello cortándole las cuerdas vocales, cayó sobre el cadáver del peli aguamarina y comenzó a toser mientras la sangre fluía de su garganta hasta el suelo creando un charco rojizo oscuro. Escuchó las risas descontroladas y maniática de aquel espectro para después sentir innumerables puñaladas en su espalda y que todo se volviera negro…
Wrong END
Reiniciando Parte 3....
Cargando Final Parte 2...
-¡¡Tengo que ir!!- Mikuo bajo la cabeza con los puños cerrados-…Tengo un mal presentimiento…
¿Qué deseas hacer?
-Dejarlo ir
-Detenerlo
>Acompañarlo
Luki miró a su amigo un tiempo y al ver que temblaba un poco suspiro.
-Está bien, iremos a buscar a Gakupo-sensei- le dijo poniendo una mano en el hombro del de ojos aguamarina, este subió la mirada.- Pero si te sientes aunque sea un poco mal volveremos aquí.
-Bien.- contestó ya más calmado el Hatsune con una sonrisa.
-Aun así puede que sensei vuelva,- pensó en voz alta Luki- así que será mejor dejar una nota... ¿De casualidad tienes una hoja y algo para escribir?
-Tengo un plumón- le dijo Mikuo sacando el objeto mencionado de su bolsillo- pero no tengo una hoja…
-En ese caso tendremos que escribir la nota directamente en esto- El oji celeste se acercó al escritorio del profesor y comenzó a escribir.
Gakupo sensei:
Nos hemos propuesto en irle a buscar pues se ha tardado mucho tiempo y nos estamos preocupando por usted, por favor quédese aquí que nosotros volveremos.
Atte. Luki y Mikuo
-Ya está.- le avisó el de cabellos rosa al de aguamarinas- Será mejor que empecemos nuestra búsqueda.- el más bajo asintió con la cabeza y se dirigió hacia la puerta seguido por el Megurine.
-Está muy oscuro…- dijo el Hatsune mirando por los pasillos.
“No podemos ver lo que está a bajo de nuestros pies, será peligroso” pensó Luki y una idea se le vino a la cabeza.- Oye Mikuo,- lo llamó, este lo miró- normalmente traes contigo velas ¿Verdad?- el Hatsune puso sus manos en sus bolsillos.
-Tengo un montón- dijo sonriente sacando ocho velas de sus pantalones, una en cada entre dedo.
“¿Cómo puede esconder tantas…?” pensó sorprendido el peli rosa- Bueno enciende una, así será más fácil caminar.
-Ok- respondió el de ojos aguamarina para poner de nuevo sus dos manos en sus bolsillos y volverlas a sacar, solo que esta vez saco una vela con la mano derecha. Puso su mano izquierda en uno de sus bolsillos traseros y saco un candelero.- Sostén un momento esto por favor- le dijo a su amigo que lo miraba algo sorprendido, este lo agarro en candelero. Acto seguido, el peli aguamarina con su mano libre volvió a meter su mano en el bolsillo y sacó un encendedor, prendió la vela y dejo que un poco de cera callera en el candelero para después poner la vela en este.- Ya está.
-Entonces vamos.- dijo el Megurine comenzando a caminar.
-Espera.- lo llamó el Hatsune, volteó a ver y vi que el menor encendía otra vela para después agacharse junto a la pared y dejar que cera caiga al suelo.
-¿Qué haces?- le preguntó con curiosidad.
-Se me ocurrió una idea.- le comenzó a explicar su compañero con una sonrisa- Los demás pueden pasar por aquí ¿No es así?- lo miró y él asintió- En ese caso pondré velas en varios lugares para que sepan que al menos yo estoy aquí pues saben que llevo velas conmigo…
-No te ofendas pero toda la escuela lo sabe, tu nombre se ha extendido por todos los niveles como “El Chico del Horror”- comentó el de ojos celestes.
-En ese caso es mejor, así no habrá duda de que me recuerden cundo vean las velas.- respondió el de cabellos aguamarinas para poner la vela encima de la cera derretida, debiéndose la vela al suelo.
-Está bien, pero no te gastes todas las velas que aún no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí…
-No te preocupes.-contestó el Hatsune metiendo el dedo pulgar y el dedo índice de cada mano a la manga del brazo contrario.- Aquí tengo más.- dijo sacando dos velas de cada manga. El mayor solo se preguntaba como el menor podía tener tantas velas en su ropa y que no se notasen…
Caminaron por un buen rato, observando con detenimiento el lugar y deteniéndose dos veces a dejar una vela, hasta que llegaron a una parte donde el frio azoto fuertemente. Mikuo puso sus manos sobre sus brazos.
-¿Estas bien?- le preguntó Luki al verlo.
-Sí, solo que tengo frío.- respondió tallando sus manos en sus brazos para generar calor.
-Sí, hace frío aquí…- el de cabellos aguamarina dio un estornudo sus mejillas se sonrosaron, su amigo lo miró un poco preocupado.- ¿Quieres mi chaqueta?- le preguntó pues el Hatsune no llevaba la suya.
-¿Eh?- el oji aguamarina le miró.
-Te podrías resfriarte y eso sería muy malo en la situación en que estamos.- dijo quitándosela.- Ten.- se la ofreció.
-N-no será necesario, gracias.- contestó Mikuo sonriendo.
-Vamos, solo póntela. Yo no siento tanto frío, no te preocupes por eso.
-Aun así, no gracias. No quiero arriesgarme a que tú te resfríes también.- explicó el más bajo, el otro chico se sonrojó un poco por la respuesta recibida.
-Está bien.- no insistió más y comenzó a ponerse su chaqueta de nuevo.- Pero si veo que empiezas a estornudar varias veces haré que te lo pongas aunque sea a la fuerza.- sentenció.
-Entendido.- dijo el Hatsune sonriente para empezar a caminar de nuevo, solo que lo hizo caminado al pasillo que estaba a su izquierda pues estaba en una intersección. Luki comenzó a seguirlo pero sintió que algo le había tomado la chaqueta.
-Espera.- llamó a su amigo que paro al instante y se dio vuelta para mirarlo.- Algo se me engancho…- le avisó para mirar el objeto pero este repentinamente cayó haciendo un sonido extraño. Ambos se sorprendieron, el peli rosa se hizo para atrás del objeto y el de cabellos aguamarinas dejo escapar un pequeño gritito, se acercó al más grande.
-¿Q-qué fue eso?- preguntó algo asustado escondiéndose en la espalda del mayor.
-N-no lo sé.- fue la respuesta que recibió, el mayor extendió su brazo derecho que es el que sostenía la vela alumbrando así el lugar. Lo que vieron los dejo petrificados y sudando frío.
Había cuatro esqueletos, uno con uniforme femenino y los otros tres con uniformes masculinos. El piso estaba manchado con lo que parecía ser sangre seca al igual que sus ropas, aun no terminaban de descomponerse pues tenían pedazos de piel adherida a los huesos.
Ambos chicos estaban helados, jamás habían visto algo así, solo en las películas y series pero nunca en la vida real. Mikuo comenzó a respirar agitadamente, Luki lo miró con mucha preocupación.
-¡Mikuo!- gritó con un tono que reflejaba su preocupación total, el mencionado comenzó a toser agarrando su garganta “¡Oh no! ¡Está teniendo problemas para respirar de nuevo!”- ¡Démonos prisa y vámonos de aquí!- dijo para después tomar el brazo de su amigo y comenzar a correr donde antes iban a caminar. “Su aspecto está empeorando, es como sintiera mucho más dolor” pensó al ver a su compañero. Subió unas escaleras y paró de correr cuando ya estaban a unos metros de esta.- Descansemos aquí.
-E-está bien…- respondió el menor con dificultad para después caer de rodillas y manos al suelo y comenzar a toser con fuerza, sentía que sus pulmones podían salirse en cualquier momento. Sus ojos estaban llorosos y sus mejillas sonrosadas.
“¿Qué debo hacer en esta situación?” se preguntaba el peli rosa mientras se sentaba al lado del Hatsune y le comenzaba a acariciarle la espalda, unos segundos después el más bajo dejo de toser y solo respiraba agitadamente para recuperar el aire- ¿Te sientes mejor?- le preguntó.
-Estoy bien…-dijo el menor tranquilizando al mayor- ya me estabilice…
-Me alegro- dijo el Megurine con una amplia sonrisa.- Será mejor que regresemos al sa…
-¡No!- respondió el de ojos aguamarina antes que el de celestes terminara.- Tenemos que seguir…
-¿Estás seguro?- le pregunto el mayor al menor con la mirada seria.
-Si- le dijo con voz firme y la mirada decidida. Luki suspiró.
-Bien, seguiremos.- ambos se pararon y comenzaron a caminar.
Caminaron por unos cuantos pasillos hasta que escucharon que algo se cerró con fuerza, el sonido provenía de una puerta.
-¿Escuchaste eso?- le pregunto el peli rosa a Mikuo.
-Si…- respondió este- vino de allá…- señalo una puerta que tenía un letrero al costado. Ambos se acercaron al letrero.
-Baño de niños- leyó el Megurine, los chicos se quedaron viendo la puerta meditando que hacer…
¿Deseas entrar?
-Si
-No