Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Strange Creepy Love" por Cyborg_Noodle

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Volví a actualizar (Han pasado años) porque quiero darle un final a este fic. Calculo que sera este y uno o dos capitulos más.

Espero les guste ;-;

“Strange Creepy Love”……………………………………………By Kat Espinosa. (Aka: Cyborg_Noodle)

Nightmare 10: Te cuidaré... Si me dejas.

 

En ese mismo momento, en la cabaña…

A eso de las 11:40 de la noche, los pasta monsters ya tenían listo todo lo necesario para jugar con la diabólica tabla. Sólo faltaban Masky y Jeff para que empezaran. Nina comenzaba a impacientarse.

-Oye, Slenderman… ¿No crees que Jeff está tardando mucho? –Preguntó la asesina de sudadera violeta.

-Es verdad, creo que será mejor que vaya a buscarlo. –Dijo el monstruo, levantándose de su asiento.

-No se demoren, porque ya queremos empezar. ¡¡Ya casi son las doce!! Dile a Jeff que deje de comportarse como un miedoso y vengan rápido.

-Enseguida regreso. –Dicho aquello, se esfumó en una nube negra, dejando a todos sorprendidos con su tele transportación.

Slenderman volvió a aparecer afuera de la cabaña. Se adentró en el bosque, como si lo tenebroso de éste no le afectara en lo más mínimo. Bueno, era imposible que sintiera miedo, después de todo, era SU bosque, en donde había vivido toda su vida… solo. Hasta que conoció a Jeff. Después de deambular un rato, buscando al par de chicos, escuchó ruidos extraños que provenían de un sector detrás de unos arbustos, y cuando se acercó, lo que vió lo dejó impactado…

-Jeff… Detente, ya no juegues conmigo… Aah… *Blushes*

-Por favor déjame ver tu cara mientras te hago esto. –Dijo, mientras le quitaba la máscara al peli castaño–Oh, Masky, eres tan lindo… No puedo resistirme… ¿Puedo tocarte más?

-J-Jeff, no, d-detrás de ti…

-¿Qué pasa? –Preguntó, volteándose.

-¡¡¡JEFF!!! ¿¡Qué demonios estás haciendo!? –Vociferó el monstruo, enfurecido, mientras afloraban sus tentáculos.

-¿¡Slenderman!? ¿Q-qué haces aquí? Esto… ¡Esto no es lo que parece!

-Pocas cosas me causan shock, pero esto… ¿Te atreves a traicionarme? –Le preguntó, mientras lo agarraba con sus tentáculos, apretándolo y causándole un gran dolor en sus extremidades y cuello.

-¡Jeff! –Gritó Masky, asustado, mientras se volvía a colocar su máscara.

-¡Aaa! Ngg… ¡No! No lo entiendes, puedo explicártelo… S-suéltame. P-por favor… -Le rogó, ya que comenzaba a quedarse sin aire.

-¡No quiero tus explicaciones! ¿Piensas que puedes hacer lo que se te pare el culo?

-N-no… Agh… Slender… Aagh… N-no puedo respirar…

Slenderman lanzó al asesino, que cayó brutalmente al pasto, lastimándose el tobillo y la rodilla derecha. Al ver a Jeff en el suelo, Slender calmó un poco su ira, pero seguía muy enojado por lo que había visto. Se alejó un poco, dándoles la espalda a los chicos. Habló sin “mirarlos”.

-Nina dice que deberíamos volver. Muévanse, idiotas. ¡Rápido!

-¡S-sí! –Exclamó Masky, arreglándose la ropa, ayudando a Jeff a caminar y siguiendo al monstruo hacia la cabaña.

Jeff no dijo nada, pues tosía y aún no podía respirar bien debido a que Slenderman casi lo ahorca.

Cuando llegaron a la cabaña, todos se preocuparon por Jeff, especialmente Nina the Killer.

-Jeffrey, ¿Pero qué te pasó? ¿¿Estás bien??

-Sí, no es nada Nina, sólo una pequeña torcedura y un raspón… –Dijo, mientras trataba de esconder la herida, aunque la asesina alcanzó a verla.

-Oh, vaya, eso luce bastante feo... ¿Quién te lo hizo? ¿Slenderman? ¿Fue él, cierto? –Preguntó, mirando al monstruo con desprecio.

Al escuchar que lo acusaban, Slender permaneció en silencio, con esa quietud que lo caracterizaba. El sitio en donde estarían sus ojos estaba dirigido hacia Jeff. Si bien no podía verlo muy claramente, era capaz de percibirlo, de “sentirlo” a la perfección. Estaba nervioso, podía sentir el sudor de sus manos en las suyas... Más le valía al asesino inventar algo.

-N-no, Nina, te equivocas, Slendy no me hizo esto, y-yo me caí en el bosque cuando veníamos para acá.

-¡No me vuelvas a llamar “Slendy”, asesino de cuarta! –Gritó, asustando a todos.

-Wow, Slenderman, cálmate... –Dijo Hoodie.

Hubo un silencio.

-¿Pasó algo entre ustedes dos? –Preguntó Nina.

-No... No pasó nada, todo está bien. Enserio. –Respondió Jeff, tratando de sonar convincente.

-Oigan, podemos seguir haciéndole preguntas a Jeffrey, o podemos empezar con el juego, la invocación o lo que sea... Me estoy aburriendo, chicos, ¡Ya usemos la tabla! –Dijo de repente Eyeless Jack, cuyo tono de voz rompió con lo serio del ambiente.

-¿Eyeless? ¿Y tú de donde saliste? –Preguntó Hoodie.

-¿Del capítulo anterior? O no... Ah, ¡Del capítulo anterior a ese!

-Ah, cierto.

-Jack, ¿Como está Ben? –Preguntó amablemente Masky.

-¡Hola mask-amigo! –Exclamó Eyeless Jack, mientras abrazaba al peli castaño.

-¿Mask-amigo? ¿Q-qué es eso? –Preguntó, algo incómodo por el inesperado abrazo.

-Es un término que inventé, porque los dos usamos máscaras y somos amigos... ¿Mask-amigos?

-Oh, c-claro... Mask-amigos, he he... Esto... ¿Podrías dejar de abrazarme?

-¡Sí, suelta ya a mi Masky, pervertido come riñones! –Pensó Hoodie.

-Ay, lo siento, Masky, a veces suelo ser muy de piel... Como sea, Ben está bastante bien, pensé que estaría aquí con ustedes.

-No lo hemos visto desde la última vez, Jack. –Dijo Nina.

-De seguro está con Sally, esos dos enanos son como uña y carne. –Añadió Hoodie.

-Puede que esté con ella... Bueno, no importa. Qué, ¿Ya vamos a jugar? –Insistió Eyeless, acomodándose su máscara azul.

-Sí, Jane ha estado esperando. Vamos con ella, nos dirá que tenemos que hacer.

Los pasta monsters fueron al living en donde estaba Jane. Jeff se quedó quieto, como congelado en el tiempo. Tenía la mirada fija en algún punto, sin parpadear, su rostro sin un solo músculo que se moviera, blanco y bello como una estatua.

-Jeff... ¡Jeff! –Lo llamó Nina.

-...Ah, qué, ¿Qué?

-¿Vienes?

-Sí, lo siento. Me quedé pensando.

-Parecías paralizado... ¿Estás bien, cariño?~

-No te preocupes, Nina, estoy bien, no pasa nada.

-No sé porque me cuesta creerte... Pero lo haré porque no creo que le estés mintiendo a tu mejor amiga.

-N-no claro que no, linda. Ya vamos con Jane.

-Ok, ¡Quiero sentarme a tu lado! <3

 

Los chicos se sentaron en círculo alrededor de la tabla de Ouija, se armó una bulliciosa conversación hasta que Jane se levantó de repente.

-Silencio, por favor.

Todos se callaron, atentos a lo que la chica de cabellos negros y ondulados tenía que decir.

-Chicos... Lo que tenemos aquí... Lo que Jeff y Slenderman encontraron... Es una tabla de Ouija. Una herramienta dimensional para nada ordinaria, usada para conectar nuestro mundo con el de los espíritus. Tienen suerte de que yo sepa de estas cosas. Aún no sé de dónde salió, lo que sí sé que es que esta cosa es muy peligrosa. Si no tenemos cuidado, podríamos invocar algo que no sepamos controlar. Algo peor que un espíritu... Un demonio.

-Somos creepypastas, ese tipo de cosas no nos asustan. –Dijo Hoodie.

-No estés tan seguro, Hoodie. Esto podría terminar muy mal, hasta para nosotros. Pero siento mucha curiosidad, así que... la usaremos. Lo que sí, tienen que hacer todo lo que yo les diga. ¿Entendido?

Los jóvenes asintieron con la cabeza.

-Muy bien. Empecemos. Hagamos un círculo más pequeño. No se muevan mucho. Y tómense de las manos, por ningún motivo deben soltárselas hasta que les diga. Por último... no intenten nada raro, que nadie se haga el chistoso. Y cierren los ojos.

Todos tomaron la mano de la persona que tenían al lado, mientras cerraban los ojos. Jane prendió varias velas blancas, y comenzó a recitar una especie de conjuro. Cuando terminó, la cabaña quedó sumida en silencio y oscuridad.

-¡No pasó nada! –Se quejó Nina.

-Shhhh, Nina, no hables. Estoy segura de que dije bien las frases...

*Toc Toc*

-¿¿Q-qué fue ese ruido?? –Preguntó Masky, quien ya estaba bastante asustado a causa de la oscuridad.

-Parece venir de la puerta. Masky, no tengas miedo, estoy contigo. –Susurró Hoodie, mientras apretaba fuertemente la mano del enmascarado.

-¡N-no tengo m-miedo, tonto! –Gritó, ruborizándose– Es que ese ruido salió de la nada-

*TOC TOC TOC*

-¡Aaa, ahí está de nuevo!

-Masky, tranquilo, de seguro fue una rama o el viento... –Dijo Jane, tratando de calmar la situación– De todas formas, será mejor que alguien vaya a revisar... la puerta. ¿Algún voluntario?

Todos (incluido Slenderman) voltearon a ver a Jeff, quien, sorprendido, se echó hacia atrás, moviendo las manos en señal de negación.

-¡Aaah no, están locos, no iré a ver! ¿Por qué tengo que ir yo?

-Bueno... Tú tienes un arma... –Dijo Eyeless Jack.

-Es sólo un cuchillo de cocina, además ¡Nina y Jane siempre andan con uno también!

-Ay, no traje el mío, lo olvidé, qué tonta~ –Se excusó Nina.

-Se nos quedaron en casa, nada que hacer. –Agregó Jane.

-¿¿Es una broma?? Nunca andan desarmadas.

-Jeff, vamos, sacrifícate por el equipo. Siempre te recordaremos como el increíble asesino que eres.

-Increíble y sexy. Anda, protégenos del mal, sexy killer~ –Molestó Nina.

-...Creo que no tengo opción. –Dijo Jeff, suspirando.

El psicópata se levantó, soltando la mano de Nina, y caminó hasta la puerta lentamente, empuñando su cuchillo con firmeza y agudizando sus sentidos... Abrió la puerta de madera negra, listo para atacar... Y...

-¡AAaaa! ¡¡Déjanos jugar con el diablo en paz!! –Gritó, con los ojos cerrados y levantando su cuchillo en el aire.

Una voz infantil se escuchó.

-Hola, Jeff.

-¿B-Ben?  

-Casi nos matas, ¿No crees que al menos deberías dejarnos pasar? –Dijo una chica de cabello castaño y ojos verdes.

-¡Sally! Un momento, ustedes, par de mocosos ¿Qué hacen aquí?

-Sabemos que tienen una ouija, ya déjanos pasar, ¡Queremos jugar! –Exclamó Sally.

-¿Qué? ¡¿Cómo demonios se enteraron?!

-Nina publicó una foto en su Instagram. La vimos y vinimos aquí lo más rápido que pudimos. –Ben sacó su celular y le mostró a Jeff una foto en donde aparecía Nina besando la tabla– ¿Lo ves?

-¡¡Nina!! ¿Por qué hiciste eso? ¡La idea era que no se enterara más gente y ahora todo el mundo verá esa foto!

-¡Estaba aburrida porque Slenderman, Masky y tú tardaban mucho en llegar! No es para tanto, Jeff.

-¡Sí lo es!

-¡Qué no!

-¡Qué sí!

-¡¡Qué NO!!

-¡Ya basta! –Gritó Jane– Jeff, deja entrar a Ben y a Sally, y tú, Nina, borra esa foto ahora.

-Está bien, la borraré. Jeez.

-Con permiso, tío Jeff. –Dijo Ben, luego entró a la cabaña seguido por Sally.

Cuando los niños entraron, saludaron a sus amigos y Ben notó que Eyeless Jack lo miraba, entonces caminó hacia él, se agachó y le dio un beso en los labios, dejando a varios impactados.

-Hola guapo~ –Dijo Ben, con voz coqueta.

-H-hola Ben, no sabía que vendrías. –Dijo, sintiendo que sus mejillas se sonrojaban.

-Wooa, no sabía que Ben podía ser tan atrevido. –Comentó Nina.

-Por qué todos mis amigos son homosexuales... –Dijo Jane.

-¡Yo creo que son taaan lindos juntos! Además, Janie, a nosotras nos gustan las chicas, no somos muy diferentes. Déjame besarte, no me quiero quedar atrás. –Dijo Nina, tratando de besar a Jane.

-Nina, aquí no... Ya para. *Blushes*

-Me encanta cuando eres tan tímida.

Después de reírse un rato, el grupo retomó la sesión con la tabla. Esta vez, Ben y Sally se incluyeron en el círculo.

-Jane, ¿Está bien que ellos también hagan esto? Lo que pueda pasar no estará en horario de niños.

-Jeff, no te preocupes, mientras tenga el control, no pasará nada. –Respondió Jane.

-Sí, tío Jeff, estaremos bien. En todo caso, yo ya no soy un niño. –Dijo Ben, con una sonrisa traviesa en el rostro, mientras miraba a Eyeless Jack, quién volvió a ruborizarse.

-B-Ben, sé más discreto. –Murmuró Eyeless, avergonzado.

-Ya ya, no necesito saber cómo perdiste tu inocencia Ben. Jane, terminemos con esto. –Dijo Jeff.

-Muy bien, trataré de recitar el conjuro nuevamente. O podríamos pasar a las preguntas enseguida. Sí, mejor hagamos eso. Todos pongan su dedo índice sobre la ficha y no la muevan, la idea es que lo haga por sí sola.

Los chicos le hicieron caso, y la aprendiz de magia negra comenzó a hacer las preguntas.

-Damos inicio a esta sesión, esperando poder comunicarnos a través de este tablero de ouija. ¿Hay alguien aquí? Si hay alguien aparte de nosotros en esta habitación, le pido que por favor nos dé una señal.

Nada. El ambiente empezaba a ponerse tenso.

-Si hay alguien aquí, haz notar tu presencia. Por favor, comunícate conmigo. ¿Hay algún espíritu con nosotros?

De pronto, entró una ráfaga de viento que apagó las velas, dejando todo más oscuro. El aire se puso denso, pesado... Y de la nada, la tabla se encendió, brillando misteriosamente.

-¡Jane, la flecha...! –Gritó Jeff, asombrado.

-¡¡Se mueve!! ¿P-pero cómo es posible? ¿¿Nadie está haciendo trampa?? –Masky sintió escalofríos al hacer esa pregunta.

-Shhh, silencio... Nos está hablando... ¿Hay algún espíritu presente? –Volvió a preguntar Jane– Se acerca a la casilla de... “No”.

-Pero, por qué, si se está comunicando con nosotros, ¿Cómo no va a ser un fantasma, Jane? –Preguntó el encapuchado.

-Puede que sea otra cosa, Hoodie... A ver, ¿No eres un espíritu? ¿Eres... un demonio?

La ficha se movió despacio, hasta quedar sobre la palabra “Sí”. Jane se estremeció.

-Chicos... Parece que estamos tratando con una presencia demoníaca. Mi mayor temor es que reencarne y nos mate.

-Jane... ¿Vas a seguir preguntándole cosas? –Preguntó Nina.

-Ya estamos en esto, así que... Demonio, ¿Tienes algo que decir?

-La flecha se mueve de nuevo... Increíble. –Dijo Ben, con los ojos brillantes.

-Está formando una frase... J-E-F-F... E-S... L-I-N-D-O... ¡Jeff es lindo!

-¿¡Qué!? *Blushes*

Jeff se puso rojo como tomate, mientras Nina soltaba unas risitas.

-Hasta los demonios creen que eres lindo, Jeff, jajaja.

-Cállate Nina, ¡No soy lindo! ¿Qué clase de demonio es este?

-Puede que sólo esté jugando... Demonio, ¿Qué quieres de nosotros? ¡Contéstame! –Gritó Jane, con valentía– V-A-Y-A-N-S-E... Váyanse. Oh no, ¿Deberíamos parar?

-Es mejor parar antes de que pase algo malo. –Comentó Eyeless Jack.

-¿Por qué quieres que nos vayamos, ente maligno? Dinos tu nombre.

-Janie, quizás si sea buena idea detenernos. ¿Qué pasa si nos hace daño?

-Nina, si nos dice su nombre perderá poder y no podrá hacernos nada. Se comunica de nuevo... D-E-M-A-S-I-A-D-O... T-A-R-D-E... ¡Demasiado tarde!

En ese momento, se escuchó una especie de gruñido gutural, la cabeza de Jane se movió hacia atrás, su máscara se cayó y sus ojos se pusieron blancos. Un grito ahogado salió de su garganta.

-¡¡Jane!! ¡Oye tú, idiota, déjala en paz! –Gritó Nina, mientras trataba de hacer reaccionar a su novia.

De la tabla empezó a emanar una neblina roja, una parte se condensó hasta formar una figura masculina, alada.  Todos estaban boquiabiertos y aterrados, especialmente Masky, que se aferró a Hoodie con desesperación. La neblina se disipó, revelando el cuerpo de un chico de pelo largo y rojo, piel extremadamente blanca, tenía un par de alas demoníacas y unos puntiagudos cuernos negros.

-¿¿Q-Qué es eso?? –Masky estaba al borde del ataque cardíaco.

-¿Quién eres? ¿¡Qué le hiciste a Jane!? –Se atrevió a preguntar Jeff.

 

-Soy el demonio con el que estaban tratando de comunicarse... Mi nombre es Ray. Y ella... cometió el error de no recitar un conjuro de protección antes de usar la tabla. Todos ustedes se equivocaron al jugar con fuego. –Dijo Ray, su voz era grave y sensual.

-¡Haz que vuelva a la normalidad! –Exclamó Jeff, encarando al demonio.

-Tú... Tú debes ser Jeff, ¿No es así? Esta linda chica, ¿Es tu amiga? –Preguntó Ray, acercándose a Jeff hasta invadir su espacio personal, mirándolo de pies a cabeza.

-Sí, soy Jeff the Killer, para que lo sepas. Jane es amiga de todos nosotros. Haz que despierte.

-Eres muy osado al pedirme algo así. Su alma será mía. A menos que hagas algo... Para recuperarla. En realidad no soy un simple demonio, soy un íncubo. Un ser que se alimenta de los deseos sexuales de las mujeres. Aunque contigo... Podría hacer una excepción. Si quieres recuperar a tu amiga, tendrás que dejarme entrar en tus sueños para hacer realidad tus más lascivas fantasías. –Se rió de manera sexy, mientras tomaba el mentón de Jeff y lo miraba profundamente a los ojos.

-¿¡Qué!? ¿Fantasías? ¿De qué rayos estás hablando? No tengo fantasías... –Dijo, mientras la sangre se le subía a la cara, enrojeciendo sus mejillas– Slender... A pesar de que este demonio me está tocando... ¿No va a hacer nada? Bueno, que va a hacer, si ahora me odia por lo que hice con Masky. –Pensó, sin querer se puso triste.

Slenderman reaccionó a lo que estaba pasando, se enfadó al ver a Jeff sonrojándose frente a alguien que no fuera él, y emanó cierto odio hacia el demonio. Ray... Por alguna razón ese nombre le era conocido, pero no podía acordarse con exactitud.

-Y bien, ¿Qué dices, Jeff the Killer? ¿Tenemos un trato? El alma de tu amiga... Por un rato de diversión contigo~ –Continuó Ray, con destellos carmesí en sus ojos.

-¡No lo hagas Jeff, debe haber otra forma! –Exclamó Hoodie.

-¿Otra forma? No lo creo... A menos de que quieran hacer una orgía, claro.

-¡¡Estás loco!! –Gritó Jeff, golpeando la mano del íncubo para que dejara de tocarlo.

-En realidad no es tan mala idea... –Dijo Nina, tocándose el cabello.

-Pero claro que es mala idea, ¡Terrible! Algunos de aquí tienen pareja, y una orgía con un demonio es una locura, quizás que cosa rara tiene ahí abajo... Qué miedo, no. –Dijo Eyeless Jack.

-Tengo uno satisfactoriamente grande, apuesto a que te encantaría. Ok, ok, pero algo tendrán que darme, si no, me llevaré el alma de su amiga. No debieron haber jugado con la maldita tabla, ni siquiera esperaron a que fuera Halloween.

-Halloween... –Dijo de repente Slenderman– La noche de Halloween, ¡Eso es!

-¿Qué dices, Slenderman? –Preguntó Hoodie.

-¿Slenderman? ¿¿SLENDERMAN?? –Preguntó Ray, atónito.

-Ray, ya me sonaba familiar tu nombre... Eres el demonio de aquella noche. Nos conocimos en Halloween, ¿Te acuerdas de mí? 

-¿Cómo podría olvidarme de ti? ¡Slenderman, mi buen amigo! ¿Adelgazaste? Hermano, han pasado años. –Dijo el demonio de ojos negros, luego abrazó a Slenderman, lo cual nadie parecía entender.

-¿¿Se conocen?? –Preguntó Jeffrey, llevándose las manos a la cabeza.

-Esto sí que es un giro inesperado. –Comentó Ben.

-Lo conocí hace tiempo, yo había salido a perseguir posibles víctimas durante la noche de brujas, sin querer lo perseguí a él y me di cuenta de que no llevaba disfraz, era un demonio real. Le pregunté cómo es que estaba en el mundo de los vivos y me dijo que unos universitarios lo habían invocado. Así que básicamente, nos hicimos amigos.

-¡Y de los mejores! Hacíamos un excelente equipo, Slender los perseguía y yo les succionaba las almas. –Dijo Ray, orgulloso.

-Buenos tiempos. –Afirmó Slenderman.

-Y ya que son tan amigos, Slender, ¿No podrías decirle que libere a Jane? –Preguntó Jeff.

-Ray, escucha, estos inadaptados no querían invocarte, sólo querían jugar a la ouija. La mayoría del tiempo no saben lo que hacen, por favor perdónalos. Olvida el alma de Jane, te compensaré, vayamos de caza alguno de estos días. –Dijo Slenderman.

-Mmm... Está bien. Tienen mucha suerte de que seamos amigos, niños. Aquí tienen a la chica, no le haré nada. –Dijo, mientras colocaba una mano sobre los ojos de Jane, y ésta despertaba, tosiendo de rodillas en el piso– Slenderman, me debes una salida.

-¡Jane! –Gritó Jeff, sosteniendo a la chica en sus brazos– ¿Estás bien?

-Sí, oh Jeff, fue horrible... Nunca más deberíamos jugar con esa cosa... *Cof* *Cof*

-Tranquila, la quemaremos. Ahora respira, sólo cálmate y respira. Todo está bien.

En ese momento, Jane se quedó dormida. Jeff la cargó y caminó hacia Nina.

-Creo que será mejor que la lleves a casa. Ya es muy tarde y se ha quedado dormida.

-Sí, por supuesto. La llevaré en mi espalda. Ah, Jeff, lamento tanto lo que pasó. –Dijo la asesina.

-No te preocupes, lo importante es que la recuperamos. –Dijo Jeff, abriendo la puerta de la cabaña– Tengan cuidado en el camino, adiós chicas.

-Iremos con ellas, tío Jeff. –Dijo Sally, tomando a Ben de la mano.

-No me digas “tío”, niñita. Masky, Hoodie, ¿También se van?

-Creo que sí, Masky aún sigue aterrado y si nos vamos todos juntos es mejor. –Respondió el encapuchado, luego besó la cabeza de su novio.

-Bueno, Jeffrey, fue muy emocionante, pero también debo irme, me dio antojo de riñones. –Dijo Eyeless Jack.

-Entonces, nos vamos. Asegúrate de quemar esa jodida tabla, ¿Sí? Así no traerá problemas de nuevo. –Dijo Nina.

-Oh si, la quemaré hasta que no quede nada. Cuida bien a Jane, Nina.

La puerta se cerró y ahora sólo quedaban Slenderman, el íncubo Ray y Jeff.

-Muchas gracias por eso, Ray. ¿Estás libre la próxima semana?  -Preguntó Slenderman.

-Todo por salir a alborotar contigo, Slender. La próxima, sí, ¿Qué tal juntarnos el sábado?

-Perfecto.

-Ok, ahora si me disculpan, caballeros, tengo unos cuantos asuntos que atender en el infierno. ¡Nos vemos! Jajaja, sí, por supuesto que nos veremos de nuevo, Jeffrey~ Slender, hazme un favor y no trates tan mal a este hermoso ser humano. Bye bye~

Ray comenzó a flotar en el aire, mientras se transformaba en neblina roja, hasta desaparecer. Su cuerpo se disolvió bastante rápido como si nunca hubiese estado presente. Jeff suspiró.

-Es un alivio, que bueno que se fue. Ese idiota de pelo rojo. Qué suerte que lo conocías, sino quizás qué hubiera sido de mi.

-...

-¿Slenderman? –Preguntó Jeff, bajando la mirada al suelo– Tú... ¿Sigues enfadado conmigo, cierto?

-Si ya lo sabes, ¿Para qué preguntas?

-Ni siquiera me dejas explicarte. Mira, yo... Yo quería matar a Masky en el bosque. Pero no pude hacerlo.

-¿Matarlo? Jeff, ustedes dos se estaban besando, discúlpame, pero creo que eso es muy diferente a matar. –Dijo el monstruo, con voz más grave de lo normal.

-Sí, es verdad, pero... No sé que me pasó. Estaba tan confundido. En realidad no me gusta Masky... No sé porque lo besé.

-...Si eso es todo, me voy a dormir.

-¡Espera! Slenderman... No te vayas.

-¿Qué quieres?

-Yo... Si lo pienso mejor, creo que besé a Masky porque deseo lo que él tiene. Sentí un poco de envidia. Él tiene a Hoodie, quién lo quiere mucho. Y yo ¿A quién tengo? Desde que abandoné mi vida y a mi familia... Me quedé solo.

-Jeff, no seas idiota. ¡No estás solo! Eyeless Jack, Hoodie, Masky, Ben, Sally, Nina y Jane... Eres amado por todos ellos, ¿Qué no te das cuenta? Son tus amigos, bastante raros pero son tu familia ahora. Y aparte... Me tienes a mí. –Dijo Slenderman, mientras agarraba a Jeff de los hombros.

-¿A ti?... –Murmuró, mientras un par de gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.

-Puedo ser tu familia. Puedo cuidarte... Si me dejas.

-Slender, yo... Traté de que me gustara otra persona, intenté eliminar estos sentimientos confusos e indefinidos, pero al final todo resultó peor. Ahora sé que debo aceptar esto... Que siento. Estoy enamorado de un monstruo. –Dijo, llorando.

-Tú... A pesar de todas las cosas desagradables que te hice... ¿Te gusto?

-Me temo que... Sí... Me gustas. Slendy, ¿Podrías perdonarme? –Dijo, cubriéndose el rostro con las manos.

-Claro que sí, asesino tonto. Ya no llores. –Susurró, al tiempo en que le secaba las lágrimas con la manga de su traje.

-Qué bueno, estoy aliviado... Pensé que me odiabas.

-No puedo odiarte, Jeff. Sé que a veces puedo dar miedo, pero... ¿Me dejarías cuidarte?

-Sí, te dejaré. Aún no sé muy bien lo que quiero, pero sé que estando contigo lo descubriré.

Justo en ese instante, el cielo se iluminó con un rayo, seguido por el sonido de un trueno. Y se puso a llover. A cada segundo, la lluvia se hacía más fuerte, queriendo inundarlo todo. Jeff se asustó con la tormenta eléctrica, y sin pensarlo dos veces, se lanzó a los brazos de Slenderman, quién lo abrazó con inusual cariño.

-Jeff, ¿Te dan miedo los truenos? –Preguntó Slenderman, en tono juguetón.

-¡N-no, como crees, estúpido! No le temo a nada. –Dijo, pero al momento siguiente sonó otro trueno– ¡Hiiiiii!

-Cálmate, todos le tenemos miedo a algo.

-No lo creo, un monstruo legendario como tú... ¿A qué le teme?

-Me daría miedo perderte. O que te vayas de mi lado. Oye, tus rodillas están temblando... Si te aterrorizan las tormentas, sólo abrázame más. –Murmuró, haciendo más apretado el abrazo.

-Slender... *Blushes*

-Tus heridas, ¿Cómo están?

-Eh, no lo sé, no las revisé bien.

-Hay que desinfectarlas. Vamos, en mi habitación tengo un first aid kit.

-Bueno, vamos. Pero, ¿Puedo tomar tu mano?

-No tienes que preguntar, sólo hazlo.

 

Los dos subieron las escaleras y entraron a la habitación. Slender prendió una lámpara que le dio una luz anaranjada y cálida a todo. Buscó el kit de primeros auxilios después de sacarse su elegante chaqueta. Cuando lo encontró, se sentó sobre la cama.

-Recuéstate y déjame ver el daño. Será más fácil si te quitas el pantalón. –Dijo, poniéndole alcohol a un pedacito de algodón.

-¿El pantalón? O-ok. *Blushes*

-Qué lindo como te sonrojas. –Dijo, mientras aplicaba el algodón sobre la herida entreabierta– Jeff, lo siento. No debí haberte lanzado.

-Está bien, estabas muy enojado. Fue por mi culpa. ¡Auch!

-¿Te duele?

-Sí... Un poco. Está sangrando de nuevo.

-Descuida, lo arreglaré. –Dijo, luego hizo aparecer una boca en su rostro y comenzó a lamer la herida, hasta limpiarla.

-Oye, oye, deja de lamer, me arde... ¡Ay! Auch... ¿Desde cuándo tienes boca?

-Era necesario. Mi saliva tiene propiedades antibacteriales. Estará mucho mejor después de esto. –Dijo, colocándole a Jeff unas vendas– Listo. Ahora, tu tobillo.

-Creo que me lo torcí. Pero no está tan mal.

-Te daré un masaje.

Slenderman sacó un par de tentáculos y masajeó el tobillo del chico, hasta quitarle el dolor, luego acarició la planta de su pie y atrás de sus rodillas, rozando sus tentáculos lentamente contra la piel pálida de Jeff.

-¡Slendy, ya, me haces cosquillas! No juegues conmigo, ya para, jajaja. Ah~ –Gimió una vez y se tapó la boca, avergonzado.

-Oh, ¿Eso fue un gemido?

-¡¡N-noo!! *Blushes*

-Jeff, tengo muchas ganas de-

-¡¡No lo digas!! No es necesario, porque yo también.

-Tengo ganas de dormir en el sofá.

-¿¿Qué??

-Bromeo, por supuesto que tengo ganas de hacerlo. Contigo.

-Entonces... Qué esperas... Tócame. *Blushes*

Slenderman agarró ambas manos del asesino, presionándolas contra el colchón. Se acercó a sus labios y los selló con un beso, que fue intensificándose a medida que las prendas de ropa se caían al piso. Slender lamió los pezones rosados de Jeff, succionándolos suavemente, provocando que se endurecieran. El chico se estremeció de placer, mientras su pareja seguía jugando con sus botones, hasta que enrojecieron.

-No, mis pezones... Aah... *Blushes*

-Estás muy sensible. Más que otras veces.

Slenderman besó el mentón de Jeff, luego su cuello, y fue bajando hasta llegar a su estómago. Le quitó el bóxer rojo que tenía puesto. Y dejó que sus lujuriosos tentáculos acariciaran la dureza que el chico tenía entre las piernas. Otro tentáculo fue más atrevido y estimuló su entrada, introduciéndose lentamente, aflojando su trasero.  

-Slender... Ah... Ya no puedo, ah... Estoy en mi límite... Usa el tuyo para hacerme sentir bien... ¡Aah! *Blushes*

-Jeff, eres adorable. Prepárate, voy a hacerte mío...

La pasión de Slenderman entró profundo y sin problemas en el interior de Jeff, que se humedecía cada vez más, entre gemidos, sonidos mojados, calor y sudor.

-Ngg... ¡Aaah! *Blushes*

-¿Se siente doloroso?

-N-no... *Blushes*

-¿Se siente raro?

-N-no se siente raro... Slend-ah... *Blushes*

-¿Se siente bien?

-Ah... S-sí, sí... Se siente muy... Aaah... Justo ahí, es... Maravilloso... Aah... –Dijo, aferrándose más al monstruo y arañando su espalda.

-Oh, Jeff... Perderé el control si dices eso.

Mientras continuaban las embestidas, los tentáculos negros hacían de las suyas y apretaban los pezones del asesino, también se deslizaban por una de sus orejas y envolvían su miembro, frotándolo mientras escurría líquido de él.

-Voy a enloquecer... Slender... Aah... Creo que me voy a derretir... *Blushes*

-Si tienes ganas de venirte... Hazlo. No te contengas. Ah... Jeff...

-No, hagámoslo... Juntos... Slendy... T-te amo... Aah... Me vengo... Aah... ¡¡Aaah!!~

-¡Jeff!

Slenderman acabó dentro de Jeff, el líquido caliente llenó el interior del chico, que aún se estremecía debido a las sensaciones celestiales que había tenido. Con un último gemido, separaron sus cuerpos. Del trasero de Jeff chorreó aquella sustancia blanca, lo cual fue muy erótico de ver para su pareja. Se abrazaron, jadeando de cansancio, y después de calmarse se dieron otro beso apasionado.

-Jeff, sabes... Deberíamos casarnos.

-Qué... ¿¿Cómo dices que dices??

-Cuando te encontré aquí, en mi cabaña, dejé que te quedaras porque parecías haber pasado por una situación difícil. La verdad también fue porque yo estaba muy solo. Y porque eras lindo. Ahora que te tengo... No voy a dejarte ir. Cásate conmigo.

-Qué inesperado que me preguntes eso después del sexo... Escucha, te amo pero soy muy joven para casarme.

-Eso no importa. Si me amas, casémonos y estemos juntos para siempre.

-Si decidimos casarnos, Masky y Hoodie van a emocionarse mucho. Bueno, todos querrán ayudarnos con la ceremonia...

-Ya lo decidí, nos casaremos. Te haré mi esposa.

-¿¡Esposa!? Lo voy a pensar. *Blushes*

-La boda será pronto. Usarás un vestido blanco, decorado con sangre...

-¡¡Dije que lo voy a pensar!!

Jeff no podía creer lo que oía, pero al mismo tiempo la desprevenida propuesta de Slenderman lo hizo extremamente feliz.

 

Se rieron un rato. Y finalmente se durmieron, bien abrazados, escuchando el sonido de la lluvia al caer.

Notas finales:

Gracias por leer!! <3

~Kat.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).