CAPÍTULO 22: LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD.
Kyuhyun estaba recostado en el sofá de su sala de estar cuando vio a Yunho pararse junto a la ventana a observar el paisaje para después pasearse de un lado a otro con algo de ansias.
–¿Qué sucede, hyung? –Indagó Cho.
–Es que… –Se revolvió los cabellos –justo ahora debe ser la dichosa fiesta que le habían preparado a Jaejoong por su embarazo.
–¿Fiesta? Ah… ¿no fue eso a lo que el maestro Heechul te invitó también?
–Sí, esa misma.
Kyuhyun no preguntó por qué no había asistido, eran más que obvias las razones.
–¿Qué sucede con eso? ¿Qué clase de fiesta es? –Retomó el menor.
–Según me contó Heechul, una amiga de ellos estuvo preparando algo así como una fiesta para celebrar su embarazo.
–Wow –hizo un gesto de asombro –eso es algo raro… no pensé que al maestro Jaejoong le gustaran esa clase de cosas.
–No lo sé. Hasta donde sé, no solo él está en embarazo ahora, sino que también un amigo suyo.
–¡Pero qué casualidades de la vida! –Exclamó, con algo de sarcasmo –ya me lo puedo imaginar… –hizo una pausa y lo miró, ahora con seriedad – ¿eso te incomoda?
Yunho suspiró largamente.
–Es su vida, no podría tratar de reprocharle ni siquiera un poco que esté en embarazo, como si tuviera el derecho… –Guardó silencio.
–¿Entonces?
–Es que… no puedo dejar de sentirme extraño… la idea de saber que lleva en su vientre un hijo de otro crea en mí un mar de emociones…
Yunho volvió a guardar silencio y Kyuhyun desvió la mirada.
–Te entiendo bien –confesó al fin, casi más para sí mismo que para el mayor.
–¿Qué hay de ti? ¿También extrañas a ese hombre?
Kyuhyun plegó los labios en un gesto de despreocupación y al final asintió con la cabeza.
Y es que, con todo y todo, Yunho aun podía ver a Jaejoong cada día, podía estar cerca de él, podía verlo sonreír, podía estar a su lado. Kyuhyun, en cambio, tenía que pasar los días con la incertidumbre de no saber cómo estaba Changmin, de no saber qué estaba haciendo ni en qué pensaba. ¿Le estaba yendo bien ahora? ¿Estaba marchando bien su matrimonio? ¿Ya lo había olvidado? Jamás pudo desearle mal a Junsu, tampoco podía sentirse enojado con Changmin, pues era un hombre maduro, y desde el principio tuvo claro que el tercero, el que sobraba, el que nunca debió entrar al juego, era él.
Pero eso impedía que extrañara y siguiera amando a Shim Changmin, eso no impedía que deseara volver a estar en sus brazos y recibir sus besos. Todo seguía igual… excepto porque el moreno ya no estaba en su vida.
No puedo moverme, ¿por qué recibo más peso?
Ya estoy dentro de la esquina de tu corazón, sí
Entretanto, en otro punto de la cuidad, Yoochun y Jaejoong llegaban a su hogar, y ciertamente, ambos estaban exhaustos después de lo que les pareció un día eterno.
–Aun me pregunto qué fue lo que sucedió con Junsu en la fiesta –comentó Jaejoong mientras se desvestía para ir a la cama – ¿Por qué se habrá puesto así?
Yoochun se encogió de hombros, sin mostrar demasiado interés, a pesar de que ahora lo único que no lo mantenía pegado al techo debido a la zozobra era el hecho de saber que el rubio estaba relativamente bien. Se llevó una mano a la frente y cerró los ojos, empezando a quedarse dormido a pesar de que Jaejoong le seguía hablando.
–¿Qué te pasa, Chun? –El castaño se sentó a su lado, terminando de abotonarse el camisón del pijama y acariciando delicadamente los cabellos que caían sobre la cara del mayor.
–No es nada… –arrastró las palabras –solo déjame dormir, ¿sí? No tengo ánimos para hablar de nada ahora.
–¿Qué es lo que te ocurre? ¿Estás enojado conmigo? –Frunció el ceño – ¿Te hice algo? ¡Dímelo!
–Déjame en paz –espetó el pelinegro, quien se estaba matando por dentro, agobiado por la posibilidad de que realmente el hijo que Junsu esperaba fuera suyo también –estoy afligido por lo que acaba de ocurrir, ¿no te das cuenta? La salud de Junsu bien podría estar en riesgo…
–¿Y tú crees que yo estoy feliz, que no estoy preocupado por él? Pero ya sabemos que está bien, ¿Por qué insistes en actuar así? ¿Por qué no podemos compartir nuestros pensamientos ni siquiera en momentos como éste?
–Es tarde, no es momento para compartir nada, quiero dormir. –Contestó, masajeando sus sienes, aún con los ojos cerrados en su intento por ignorar los reclamos de su esposo.
–Pero te estoy hablando… ¿tan cansado estás que no puedes ni escucharme?
Park abrió los ojos, se revolvió los cabellos, evidentemente fastidiado.
–Solo déjame en paz, ¿quieres? Quiero dormir. –Repitió.
Kim Jaejoong hizo una mueca de disgusto. Y entonces explotó, ya no pudo seguir soportándolo…
–¿Sabes qué, Yoochun? La verdad es que siento que dejaste de luchar por nuestro matrimonio desde que el de Junsu y Changmin comenzó a pasar por esa crisis… –remarcó Jaejoong, tocando un tema que nunca antes había tocado, mucho menos de esa manera. –Siento que ya nada te interesa…
–Dios… –Bufó – ¿Vas a comenzar con tus reproches y tu palabrería en círculos?
–¿Qué? –Exclamó indignado. – ¿Reproches y palabrería en círculos? –repitió.
Quiero tocarte pero estoy en esta negra oscuridad
Sigo quedándome en este mismo lugar, en este lugar, sí
El mayor suspiró con pesadez.
–Estoy cansado ahora, Jaejoong –Yoochun, sintiéndose cada vez peor ante las palabras de su esposo, se ocultó tras una fachada autodefensiva, y le mostró al menor una actitud dura e insensible – ¿Quieres dejarme en paz? –Recostado en la cama, cerró los ojos e intentó evadirle: –es media noche y debo ir a trabajar en unas horas.
–¿Trabajarás el domingo también? –Reprochó.
–¿Qué más esperas que haga? Ahora que Junsu está en embarazo, tendré que ocuparme de la clínica casi que yo solo, son más responsabilidades que recaen sobre mí…
–Pero es que no lo entiendo… ahora parece que trabajas más que antes a pesar de que estoy en embarazo, se supone que debes pasar más tiempo conmigo que con Junsu…
–Oh vamos, Jaejoong, no digas sandeces… No puedo creer que ahora me celes con Junsu…
Sí, Park Yoochun se estaba volviendo sínico, y ahora pretendía culpar a su esposo por sus propios errores.
Estoy cada vez más estoy siendo olvidado dentro de ti
Dentro de este amor siempre persiste
Oh Estoy atrapado, estoy atrapado
–¡No son ningunas sandeces, maldición! –El repentino grito de Jaejoong hizo que Yoochun abriera los ojos de inmediato – ¡Lo que digo es cierto y tú lo sabes!
–¿Por qué gritas así? –Se incorporó enojado y retó con la mirada a Jaejoong – ¡¿Qué es lo que quieres de mí?!
–¡Quiero que dejes de evitarme!
–¿Evitarte? –Repitió, enfadado – ¡¿Cuándo te he evitado?! ¿De qué demonios hablas?
–¡Tú, idiota! –Contestó con desdén – ¡No haces más que evitarme! Vives en tu propio mundo y ni siquiera compartes conmigo tus pensamientos…
–¡¿Cómo me llamaste?! –Lo encaró, ignorando el último comentario del menor – ¿De cuándo acá me tratas así?
–Desde que dejaste de cumplirme como esposo, desde que prefieres pasar más tiempo con Junsu que conmigo.
–¡¿Qué…?!
Me estoy cansando, creo que estoy soñando solo
Agítame fuertemente y despiértame, despiértame
Estoy atrapado, estoy atrapado
Jaejoong respiró profundamente, y luego contestó, hablando tan pausada y calmadamente como pudo:
–Mira, Yoochun, me estoy empezando a cansar de todo esto, de tu comportamiento tan hostil conmigo, de tu bipolaridad, de que pases tanto tiempo con Junsu como si él te importara más que yo... He hablado con mi madre, y está de acuerdo en que no puedo permitir que nuestro matrimonio siga así, mucho menos cuando no muestras interés en salvarlo.
Me estoy perdiendo, incluso no recuerdo mi nombre sin ti
Ahora me dejarás ir de dentro de ti, me dejarás ir de dentro de ti
Estoy atrapado, estoy atrapado
– ¿Tu madre está de acuerdo? –Repitió el mayor, intentando atacar a su primer comentario y dejando de lado su último apunte, el cual le había dolido bastante, pero no lo demostraría: – ¡Vaya! –Exclamó con evidente sarcasmo – ¿Cuándo aprenderá la gente a no meterse en lo que no le importa?
–Pues, independientemente de lo que otros piensen, me estoy cansando, y si no cambias, lo perderás todo.
–¿Estás amenazándome?
Tú y yo, nos estamos volviendo más diferentes
En su infinita avaricia, avaricia
Soy un pájaro abandonado dentro de una pequeña jaula que llamó
Yo no puedo incluso volar, sí
Jaejoong se quedó en silencio por unos minutos, le costó sincerarse, pero al final lo hizo:
–No, Yoochun, no te estoy amenazando. Pero… la verdad es que quiero que las cosas cambien, ya no sé qué hacer… y en vista de que a ti nada parece importarte, me temo que comenzaré buscando asesoría en abogados.
Yoochun abrió los ojos como platos, y luego enarcó una ceja:
–¿De modo que planeas divorciarte…? –Indagó el mayor.
–Yo solo quiero que las cosas cambien…
Yoochun se puso de pie, repentina ira lo invadió:
–¡Pues hagámoslo! –Se puso de pie, echando chispas – ¡Cambiemos las cosas! ¡Envíame los papeles del divorcio y pongámosle fin a todo esto!
El pelinegro se encaminó hacia el armario y comenzó a meter su ropa en una valija sin ton ni son.
Quiero olvidarte (Quiero olvidarte)
Quiero volar lejos (Quiero volar lejos
Quiero dejarte ir (Quiero dejarte ir)
Quiero ser libre (quiero ser libre)
–¿Adónde vas? –Increpó el menor, frunciendo el ceño más que confundido.
–¿No has dicho que nos divorciaremos? –Siguió metiendo ropa en la valija, sin si quiera mirar a Jaejoong. –Pues entonces tendré que irme de aquí, ¿no? No sea que tus abogados –enfatizó aquella última palabra con sarcasmo –me saquen de aquí.
–¿Entonces te irás? –Reclamó, indignado y herido – Pues mientras estés lejos, recuerda pensar en nuestro hijo y en todo el daño que le estás haciendo con tu actitud infantil –oh, oh, golpe bajo. Suspiró con pesadumbre – ¿Eso es realmente lo que quieres… divorciarte de mí?
Park Yoochun tendría que pensar muy bien su respuesta, porque de ello dependería que más adelante, se alegrara o arrepintiera como nunca. Esta sería… su última oportunidad.
Me estoy perdiendo, incluso no recuerdo mi nombre sin ti
Ahora vas a dejarme ir de dentro de ti, dejarás que me vaya?
Estoy atrapado, estoy atrapado
Estoy atrapado oh, estoy atrapado oh
Henry Lau –Trap.