Perfecto.
Todo era perfecto.
La mesa del comedor se estableció sin problemas, la mejor vajilla diseñada sobre un mantel de encaje que había sido un regalo de la madre de Kyungsoo años antes. Incluso había puesto las servilletas de lino, y nunca utilizaba esos.
La comida estaba lista, servida en platos sobre la mesa. Había atenuado las luces y encendió un puñado de velas en el centro de la mesa. Ya había tomado una ducha y se puso una camisa azul, una de las favoritas de Jongin.
Ahora todo lo que tenía que hacer era esperar.
Miró el reloj. Eran las seis y media de la tarde, lo que significaba que Jongin vendría penosamente a la puerta en cualquier momento. Su horario era como un reloj. Kyungsoo podría prácticamente contar los segundos hasta que la puerta principal se abriera y oyera la voz familiar diciendo en voz alta que había llegado. Sonrió sólo pensar en ello.
En lugar del sonido de una llave en la cerradura, el teléfono celular de Kyungsoo sonó, sorprendiéndolo lo suficiente para hacerle saltar. Rápidamente sacó el dispositivo del bolsillo y comprobó el identificador de llamadas. Era Jongin. "Hola bebé", dijo, sosteniendo el teléfono en la oreja.
"Hey", dijo la voz cansada desde el otro extremo.
Kyungsoo sintió automáticamente la decepción repugnante creciente en algún lugar de las entrañas. "Vas a llegar tarde esta noche, ¿no es así?"
"Lo siento mucho, yeobo" Jongin se disculpó, y aunque sonaba auténtico y sincero, no cambia el hecho de que iba a llegar tarde. "Me quedé atrapado haciendo algunas cosas extra aquí en el trabajo, así que guárdame un poco de cena y voy a recalentarla cuando llego a casa, ¿de acuerdo?"
Kyungsoo miró con tristeza la fiesta montada en su mesa de comedor. "Sí," murmuró, tratando de no sonar tan decepcionado como estaba. "Yo-yo voy hacer eso."
"Lo siento, yeobo," Jongin dijo de nuevo. "Iré casa lo más rápido que pueda."
Kyungsoo no respondió. No era que él estuviese terriblemente decepcionado de que Jongin faltara la cena - sucedía a veces y era simplemente inevitable - pero era francamente aplastado de que Jongin no recordaba que era su aniversario.
“¿Yeobo? "Jongin repitió cuando Kyungsoo no pudo contestar.
El mayor se dio una pequeña sacudida y parpadeó para contener las lágrimas que amenazaban con venir. "Está bien," mintió. "Tómate tu tiempo. Voy a poner la cena en el horno para mantenerla caliente".
"Gracias, eres el mejor. Nos vemos cuando llegue a casa." Y la línea murió.
Kyungsoo suspiró y colgó su teléfono celular, lo arrojó sobre la mesa al lado del plato de kimchi. No podía creer que, después de tantos años juntos, Jongin lo había olvidado. Apoyó la cabeza sobre la mesa y dejó que las lágrimas no deseadas salieran.
Seguía sentado allí cuando el sonido familiar de una llave en una cerradura llegó a sus oídos. Él levantó la cabeza, limpiando sus lágrimas. Sólo habían pasado veinte minutos desde que Jongin había llamado, por lo que no debería estar ahí tan pronto.
“¿Yeobo?" La voz familiar de Jongin llamó desde la puerta de entrada principal.
Kyungsoo rápidamente trató de ocultar la evidencia de sus lágrimas con la manga. "Estoy aquí," llamó. "¡En el comedor!"
"Nunca comemos la cena en el comedor", dijo Jongin, encogiéndose de hombros de su chaqueta cuando él vino a través del arco. Se detuvo, observando toda la comida que todavía estaba ahí. "Wow, realmente hiciste todo lo posible esta noche." Él se inclinó para presionar un tierno beso en los labios de Kyungsoo. "Se ve delicioso."
"No te esperaba tan pronto", admitió Kyungsoo, tratando de mantener su voz calmada después de su pelea de lágrimas. No quería que Jongin supiera que había estado llorando, incluso si las lágrimas de Kyungsoo no eran importantes. "Iba a ponerlo en el horno para mantener el calor, pero no he tenido la oportunidad. Esta probablemente en frío".
"Está bien", insistió Jongin, deslizándose en su asiento junto a Kyungsoo. "Aún hay vapor saliendo de ella. Se ve delicioso." Y él se sirvió porciones de los muchos artículos en exhibición sobre la mesa. "¡Hay tantas cosas!", Exclamó alegremente - él siempre amó comer, después de todo-. "¿Puedo tomar algunas sobras para llevar al trabajo mañana?"
"Por supuesto." Kyungsoo no podía dejar de sonreír a pesar de su decepción. Incluso si Jongin había olvidado su aniversario, era difícil permanecer enojado con alguien que aprecia su cocina tanto.
"Todos los otros chicos en el trabajo se ponen tan celosos cuando traigo sobras," Jongin bromeó. "Todos dicen que tu cocina es la mejor."
Kyungsoo se sonrojó, llenando su propio plato y tomando un bocado; por suerte la comida estaba todavía lo suficientemente caliente para ser sabrosa. "Deberías traer algunos de tus compañeros de trabajo a cenar una noche," él sugirió. "
Jongin se encogió de hombros. "Tal vez."
Kyungsoo frunció el ceño. Jongin era la persona más social; no era como que Jongin fuese a rechazar la oportunidad de tener una fiesta y mostrar su casa - Kyungsoo tuvo que admitir que era bastante agradable-.
"¿No quieres tener una fiesta?", Preguntó, jugando con su comida en lugar de comerla.
Una vez más, Jongin se encogió de hombros. "Eh, creo que una de las partes es una buena idea, pero no estoy seguro de que quiero invitar a mis amigos de trabajo. Son una especie de camorrista, ¿sabes? "
"Entonces, ¿A quién te gustaría invitar?", Preguntó con curiosidad Kyungsoo. Jongin estaba de un humor raro y le hacía sentir curioso y aprensivo.
"Tú sabes, nuestros viejos amigos ", dijo Jongin casualmente, alcanzando uno de los tazones de fuente en la mesa para obtener una segunda porción. "Sehun, Luhan, Yixing, Baekhyun, Chanyeol... ya sabes. La vieja multitud. De la escuela".
Kyungsoo frunció el ceño. "Yixing está viviendo en China. No creo que él venga a Seúl sólo por una fiesta".
“Ah, pero esto no va a ser cualquier fiesta" Jongin corrigió con una sonrisa socarrona.
El temor y la curiosidad fueron creciendo a un ritmo alarmante; las palmas de Kyungsoo se estaban volviendo sudorosas. "¿Ah, sí? ¿Y qué tipo de fiesta será esta?"
"Una fiesta de bienvenida a casa," Jongin respondió, como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Las cejas de Kyungsoo se fruncieron por la confusión. "¿Y a quién le estamos dando la bienvenida a casa?"
Jongin metió la mano en el bolsillo y sacó una fotografía. Estaba un poco usada, gastada, las esquinas un poco irregulares. La deslizó a través de la mesa y Kyungsoo lo recogió con dedos temblorosos.
La imagen era de una niña pequeña, no más de seis o siete meses de edad. Llevaba un vestido de color rosa, un gran lazo en el pelo, mostrando una sonrisa mientras abrazaba un oso de peluche.
Kyungsoo vio de la fotografía a su marido, aún más confundido que antes. "¿Quién es ella?"
"Se trata de Hara" Jongin explicó, con la cara dividida en una amplia sonrisa. "Y, a partir de hoy, ella es oficialmente nuestra."
Kyungsoo sintió que su corazón saltaba. "¿Q-qué? ¿Hablas en serio? "
"Totalmente" Jongin acordó, ampliando más la sonrisa, si era posible. "Llegué tarde hoy porque estaba firmando el último de los trámites. Así que, a partir de hoy, túy yo somos oficialmente los padres." Hizo una pausa, por primera vez, mostrando un poco de aprehensión. "Así que... ¿qué te parece? ¿Este 'papá' te conviene?"
Kyungsoo respondió arrojándose a los brazos de su marido, ajeno a las distintas fuentes de comida. Él salpicó el rostro del joven con besos.
Jongin rió, sus brazos fuertes automáticamente se envolvieron alrededor de Kyungsoo. "¿Supongo que eso es un sí?"
"¡Sí!" Kyungsoo gritó, y estaba llorando de nuevo ahora, aunque por una razón completamente diferente. Apretó un último beso en los labios de Jongin antes de retroceder una fracción de una pulgada. "Realmente no olvidaste nuestro aniversario, ¿verdad?"
El joven rió, acariciando su nariz contra la de Kyungsoo. "Por supuesto que no" sonrió, conectando sus labios tiernamente. "¿Cómo podría olvidar el día que me casé con el amor de mi vida?"