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I caught myself [Kaisoo] por Drus92

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Notas del fanfic:

A ver, antes de nada aclarar que este fic tendrá uno o dos capítulos más como mucho ya que en principio fue pensado como un oneshot. En fin, lo he tenido parado un montón de tiempo por diferentes motivos, el caso es que lo he retomado pero he pensado que en vez de esperar a que esté completo lo subo ya para ver si gusta porque si no es tontería perder el tiempo (?) pero en principio mi idea es acabarlo, con sólo a una persona que le interese lo acabaré porque se lo que fastidia que te dejen a medias (?) XDD ya tengo escrito más de lo que subo en este primer capítulo así que con un poco de apoyo me dará ánimos para terminarlo antes ^^

Las que vengan por el lemon en este capítulo no hay nada será más adelante y advertir de que puede que sea Kyungsoo el seme, aún no lo tengo muy claro pero para que se sepa desde ya XDDD

En fin ya dejo de dar la charla y a leer ~~

Ahí estaba una mañana más, una mañana más de quebradero de cabeza, una mañana más en la que no sabía que ponerse. Todo por él.

Do Kyungsoo tenía que llamar como fuese la atención de ese chico. Ni siquiera conocía su nombre pero no le importaba, lo único que sabía es que poseía la sonrisa más bonita que había visto en toda su miserable vida y que se cruzaba con él cada mañana a las ocho en punto de camino a su instituto.

Sí, probablemente fuera estúpido pensar que se iba a fijar en él solo por la ropa que eligiera ese día, pero ¿Qué otra cosa podía hacer? Lo de ir a hablarle directamente estaba completamente descartado, no tenía el valor suficiente y estaba claro que si lo conseguía se pondría tan nervioso que solo acertaría a decir incoherencias entre tartamudeos. Ridículo, simplemente ridículo.

Así que eso era lo único que le quedaba.

—    ¡¡Do Kyungsoo!! ¡¿Se puede saber que hace toda la ropa tirada por el suelo y por qué aún no estás listo para ir a clase?! ¡¿Has visto la hora que es?!

Oh mierda. Ahí estaba su madre parada en la puerta de su habitación maldiciendo a todo ser viviente de la tierra y en especial a él por destrozar otra mañana más el armario que luego tendría que planchar ella pero no podía explicarle que todo lo hacía por su, bueno, futuro novio. Sí, vale era ser muy optimista.

Salió corriendo de casa con la tostada del desayuno aún en la boca y la mochila a medio colgar, otro día que se le iba el tiempo sin darse cuenta. Levantarse media hora más temprano para absolutamente nada, bueno, para ganarse una nueva bronca, sí, por qué negarlo, bien merecida por parte de su madre y dejar su cuarto como si un huracán hubiera pasado por en medio. Al final llevaba unos simples pantalones vaqueros y una de sus enormes sudaderas, ni siquiera le había dado tiempo a arreglarse el pelo, apenas se lo había subido dejando un aspecto de recién levantado con cada mechón apuntando una dirección diferente. En definitiva su plan de impresionar a su amor platónico era un fracaso.

Corrió algo más hasta llegar a la esquina de la calle mirando rápidamente su reloj, sonrió victorioso, aún le daba tiempo a verlo. Hoy estaba decidido, le diría buenos días, si, no era mucho pero era un paso más, así por lo menos el otro sería consciente de su existencia.

 Se ajustó la mochila calmando su respiración sintiendo como su pulso comenzaba a tomar más velocidad por los nervios, empezó a caminar por la nueva calle donde cada mañana lo encontraba. El aire otoñal agitaba aún más su ya despeinado cabello mientras leves gotas comenzaban a caer. Bien Kyungsoo, hoy definitivamente no es tu día pensó mientras lloraba internamente teniendo un leve ataque de pánico al ver como no muy lejos aparecían un par de muchachos vestidos de uniforme.

Él.

Ahí se acercaba abriendo su paraguas para cubrirse a él y al amigo que siempre lo acompañaba, ya que la lluvia había comenzado a caer con fuerza. Kyungsoo se puso su capucha ya que con las prisas había olvidado coger su paraguas, se encogió sobre si mismo metiendo las manos en el bolsillo central de la sudadera, de repente la idea de que hoy fuera el día de hablarle se esfumó rápidamente de su cabeza en esos momentos solo quería hacerse una bola pequeñita y desaparecer de ahí.

 Finalmente llegó a la altura del par de muchachos mirando disimuladamente la misma escena de cada día su chico de perfecta sonrisa acompañado de aquel muchacho moreno bastante más alto que él y dolorosamente guapo al que se la dedicaba dejando más claro que teniendo a semejante modelo de revista adolescente al lado no podría fijarse jamás en alguien como él. Siguió admirando a ambos chicos algo que aún no le quedaba muy claro era si se reía del chico moreno por apenas poder abrir los ojos del sueño que llevaba encima o si intentaba despertarlo haciéndole reír. Lo único que sabía Kyungsoo es que envidiaba a ese chico y que no entendía como podía estar dormido al lado de semejante muchacho que irradiaba luz solo con su sonrisa.

Como fuera, Kyungsoo solo aceleró su paso, no quería llegar empapado a clase. Otro día en el que sus planes iban a la basura.

Una vez dentro del instituto caminó dejándose caer sobre su pupitre pegando su cabeza contra la mesa soltando un pequeño quejido infantil.

—    ¿Qué?¿Hoy tampoco ha habido suerte con Míster Sonrisa?

Ahí estaba su mejor amigo, maldecía cada día el momento en el que tuvo la genial idea de contárselo todo. Lo único que había conseguido es que lo apodara de semejante manera ridícula y se cachondeara de él a la mínima que podía.

—    Déjame tranquilo, no estoy de humor para hablar así que no empieces a darme por culo de buena mañana Jongdae te lo pido por favor.— Habló sin levantar la cabeza de la mesa apenas escuchándose su voz al tener el rostro hundido en sus propios brazos con tono de fastidio.

—    Te estás volviendo un borde, si fuera cierta persona, con cierta sonrisa seguro que no ponías pegas para que te diera por culo…

Soltó Jongdae con total naturalidad haciendo que Kyungsoo levantara la cabeza con el rostro completamente rojo y una mirada de voy a arrancarte la cabeza como no te calles haciendo que finalmente Jongdae no pudiera aguantar más la risa.

—    ¡te juro que te mato Kim Jongdae!

Chanyeol, su otro gran amigo justo llegaba a tiempo de ver como Kyungsoo se levantaba en dirección a Jongdae mientras este aún sin poder parar de reír intentaba huir, atrapando rápidamente a ambos cada uno bajo un brazo agarrando sus hombros con fuerza para que no se moviesen.

—    Buenos días también a vosotros veo que empezáis el día con energía.- dijo sonriente mientras espachurraba a ambos contra su cuerpo. — ¿Qué pasa hoy? ¿estáis peleando otra vez por tu novio? — dijo Chanyeol con falsa inocencia mirando a Kyungsoo por encima de sus gafas de pasta, haciendo de nuevo reír a Jongdae.

—    ¡¡Argg!! No es mi novio, suéltame. — Kyungsoo habló aún con el rostro espachurrado contra el pecho de Chanyeol mientras intentaba deshacerse del enorme brazo antes de que cortara su respiración.

—    Pero bien que te gustaría.-añadió Jongdae.

—     Solo sabéis reíros de mí, gracias eh — consiguió soltarse del agarre del alto volviendo a sentarse en su pupitre completamente enfurruñado. — Menudos amigos de mierda. — añadió a regañadientes enterrando nuevamente su rostro en sus brazos.

Chanyeol cortó su risa al ver la actitud del más bajo acercándose a su pupitre agachándose a su altura con el rostro preocupado, vale que fuera demasiado fácil y divertido meterse con el pequeño pero en el fondo quería ayudar a su amigo no le gustaba ver como se torturaba a sí mismo cada día. De forma algo insegura, tenía miedo de que le arrancara un brazo, sí, Kyungsoo podría parecer alguien débil e indefenso por su pequeño cuerpo pero cuando sacaba su carácter pobre de ti si eras su objetivo, colocó una mano sobre su cabeza acariciando suavemente su cabello.

—    Vamos Soo, sabes que era una broma no te lo tomes así, ¿Qué ha pasado? — Chanyeol hablaba en un tono bajo aún agachado al lado de Kyungsoo intentando ver su rostro, mientras que este solo negó con la cabeza sin levantarse. — Venga si no nos dices, no sabremos cómo ayudarte.

—    No vale para nada, nunca tendré el valor de hablarle y evidentemente él no va a venir a hablarme mí, mírame, nadie puede fijarse en mí. — añadió con un pequeño suspiro.

—    No digas tonterías, además el problema principal está en que no eres capaz de hablarle, así que dale una nota, es un plan perfecto. — dijo alegremente Jongdae sentándose del revés en la silla de delante del pupitre de Kyungsoo apoyando sus brazos en el respaldo, haciendo que Kyungsoo elevara levemente el rostro para mirarlo.

—    Eso sería aun peor, imagínate que se te acerca un tipo que no conoces de nada en medio de la calle a darte una carta, así por las buenas, es raro.

—    Bueno también puedes hacérsela llegar de otro modo, colársela en la mochila, algo así. — dijo Chanyeol aún de cuclillas junto a Kyungsoo apoyando la idea para intentar animarlo.

—    ¿Y qué le pondría? No, en serio, esa idea está descartada. — añadió Kyungsoo con un pequeño suspiro de frustración negando con la cabeza.

—    Oh vamos, haces un desierto de un grano de arena, está claro lo que podrías ponerle para que callera a tus pies.

Chanyeol y Kyungsoo se miraron con una mezcla de sorpresa y escepticismo entrecerrando los ojos mientras que esperaban expectantes a que Jongdae terminara de contar su “plan perfecto”.

—    Como ya dije está claro, tú número de teléfono acompañado de esta simple frase “tienes una sonrisa que te comía todo el pene” et voilà.

Concluyó felizmente haciendo que Chanyeol soltara una de esas risas que hacían temblar toda el aula y Kyungsoo no supiera si volver a intentar pegarle o llorar por la nula ayuda recibida.

El timbre sonó finalmente dando inicio a las clases volviendo cada uno a su asiento, no sin antes de que Chanyeol añadiera un Ánimo Soo, encontraremos otra forma no te preocupes, acompañado de un suave pellizco en su mejilla.

***

 Una nueva mañana amanecía, con un nuevo plan en la mente de Kyungsoo. No, no era el de Jongdae, ese estaba completamente descartado, olvidado y completamente desterrado para siempre. Realmente cualquier idea que viniera de mano de Jongdae solo por ser de él era automáticamente rechazada por Kyungsoo, sus planes perfectos como él los llamaba siempre incluían dejarlo en ridículo.

***

Tampoco es que el propio Kyungsoo tuviera ideas mucho mejores, de hecho su idea seguía siendo su idea inicial de llamarle la atención por su apariencia, solo que ahora sería, digamos que, de un modo más radical.

Pero nada. Llevaba ya un par de semanas poniéndolo en práctica y tampoco daba resultado alguno, bueno, sí, el de conseguir sorprender cada día a sus amigos y que se rieran en su cara, aunque eso ya no era algo nuevo, y debía admitir que él era el propio culpable. En su lugar él también se estaría descojonando.

—    ¿Se puede saber entonces de qué vas disfrazado hoy? — dijo Jongdae nada más verlo aparecer por el umbral de la puerta del aula.

—    Sí, cállate, sé que me veo patético, y que si ya sabe de mi existencia pensará que no estoy bien de la cabeza. — respondió resoplando haciendo que su flequillo se levantase.

Y es que bueno, lo que Kyungsoo había pensado es que quizá no llamara su atención porque no era de su estilo por lo que cada día probaba un atuendo diferente.

El lunes probó con su estilismo más nerd, camisa de cuadros con pajarita y pantalón de vestir a la altura de la rodilla acompañado de unas de las gafas de pasta que había “cogido prestadas” de Chanyeol el día anterior, haciendo que sus amigos le estuvieran preguntando por ejercicios matemáticos durante toda la maldita mañana.

El martes, se decidió por lo rapero, pantalones vaqueros anchos caídos y que de no ser por estar combinado con una camiseta igual de ancha y larga habrían dejado al descubierto la mitad de sus calzoncillos. Bueno, al llegar a clase y sentarse en su pupitre media clase fue testigo de la aparición de sus calzoncillos de Bob Esponja, lo que le costó ganarse el apodo de Arenita. Sí, de todos los malditos personajes eligieron el único femenino. Hijos de puta.

El miércoles apareció completamente trajeado, camisa blanca, chaqueta y pantalón negro corbata negra. Por un momento al entrar en clase Chanyeol y Jongdae lo miraron con preocupación, pensaron que Kyungsoo venía de un funeral, por tanto cuando descubrieron que no era más que otro de sus intentos por llamar la atención volvieron a molestarlo, iban dándole el pésame a cada momento consiguiendo que otros de sus compañeros también creyeran que algún familiar de Kyungsoo había fallecido y se unieran a las condolencias, hasta más de un profesor acabó dándole el pésame. Sí, pronto iré a un funeral, ¡al vuestro, después de estrangularos con mis propias manos!

El jueves optó por algo más hippie con unos pantalones a rayas naranjas y verdes tan anchos que realmente parecía que llevase una falda y una camiseta estampada con una enorme hoja de marihuana, hasta se puso una rasta falsa. Ese día tuvo que soportar como Jongdae se estuvo cachondeando de él diciendo que se le había olvidado quitarse el pijama, mientras que Chanyeol aseguraba que la rasta parecía estar hecha con restos de una rata muerta, y eso sin contar como se pasaron la mañana con un ¡Kyungsoo pásame el porro!. Sí, él mismo estaba de acuerdo en que ese día no fue una de sus mejores ideas.

El viernes pensó en algo más rockero, pantalones ajustados negros rasgados acompañados con un par de cinturones de los que colgaban cadenas y camiseta oscura con chaleco de cuero con tachuelas, para completar su oreja derecha adornada con tres piercings (falsos pero daban el pego y era lo que contaba ¿no?) y pelo alborotado más un toque de lápiz de ojos negro. Bueno ese día Jongdae no tuvo nada mejor que preguntarle ¿Qué? ¿ahora haces ritos satánicos?

En fin, esa sólo fue la primera semana y no consiguió ni una triste mirada de reojo, no se dio por vencido y siguió otra semana más pero cada día lo veía más absurdo, parecía un plan trazado por Jongdae, de hecho ahora hasta el plan de Jongdae parecía mejor. Para bien o para mal con el de él al menos habría avanzado.

 

Kyungsoo se encontraba tirado en su cuarto en pijama, era sábado y lo que menos le apetecía era moverse, permanecía tumbado boca arriba en su cama mientras “estudiaba” realmente lo único que hacía era pensar, se sentía completamente estúpido. En fin, ¿en qué momento se le ocurrió que semejante idea podría dar resultado? Bueno, por lo menos sus amigos seguro que se lo gradecían, al fin y al cabo era su entretenimiento, hasta apostaban a ver qué nuevo atuendo elegía, claro que nunca acertaban ¿cómo podían pensar que iba a aparecer vestido con un disfraz de pollo? Chanyeol y sus ideas…

—    Kyungsoo, ven aquí.

Bien, lo que faltaba. Su madre. Desde que había empezado toda su locura no lo dejaba tranquilo y cada día huía de la charla como podía, pero claro, no podía evitarla eternamente.

Llegó a la cocina donde su madre lo esperaba con un chocolate recién hecho. Maldita, sabe cómo hacer que la escuche chantajeándome con comida.

—    Siéntate.

Esperó a que su hijo tomase asiento frente a ella con gran seriedad en su rostro, Kyungsoo estaba, bueno, literalmente acojonado. Una vez estuvo sentado y tras un minuto de silencio esperando a que su hijo la mirase a la cara habló.

—    Cariño, estoy realmente preocupada con tu actitud estas últimas semanas ¿va todo bien?

—    ¿El qué? Yo no veo que pase nada nuevo. — Kyungsoo intentaba evadir el tema absurdamente con una risa nerviosa concentrando su mirada en sus propias manos como si fuesen lo más interesante del mundo.

—    ¿Crees que soy estúpida y no me doy cuenta de las cosas? ¿Qué es eso de que cada día parezcas pertenecer a una tribu urbana diferente? Y otra cosa es que si quieres cogerme el lápiz de ojos ¡antes me lo pides! Que claro, luego lo dejas tirado por ahí y no hay quien lo encuentre. — Kyungsoo iba hundiéndose poco a poco en su silla consumido por la vergüenza. — porque además podría aconsejarte como ponértelo, y en cuanto a la ropa lo mismo hijo, si es que estás buscando un estilo que te favorezca yo puedo ayudarte…

Oh dios que alguien la pare. Su madre seguía parloteando animadamente sobre los colores que según ella le quedaban mejor y resaltaban sus ojos y un millón de consejos esenciales más, según ella, como por ejemplo no combinar jamás rayas con cuadros. Maravilloso, he despertado su vena diseñadora.

—    … bueno y con todo esto ¿Quién es el afortunado al que buscas impresionar?

Kyungsoo hasta ese momento se había limitado a apoyar su rostro en una de sus manos simulando que hacía caso a lo que le decía solo para que se diera por satisfecha y lo dejara tranquilo por un tiempo, claro que no se imaginaba semejante pregunta que casi hace que se estampe contra la mesa y que su cara se sienta de repente enormemente caliente y solo quiera saltar por la ventana y correr hasta que sus piernas no puedan más. No estaba preparado para una conversación de ese estilo con su madre, además ella misma había hablado en masculino cuando él nunca le había referido nada respecto a sus preferencias ¿tan evidente era? Estaba mudo y con una expresión aterrorizada.

—    ¿Qué? ¿Aún creías que pensaba que te gustaban las chicas? Por favor que te he parido. — Comenzó a reír mientras su hijo solo esperaba ser tragado por el suelo hasta las profundidades de la tierra. — Vamos, además solo hacía falta verte cuando la semana pasada llevaste esos pantalones ajustados rosas, ¿se los cogiste a tu hermana?

Vale debía admitir que ese día tampoco fue una de sus mejores ideas y que casi tuvo que romper los pantalones para lograr quitárselos.

Su madre ya reía a carcajada limpia, de hecho no creía haber visto reír a su madre de tal modo en su vida, le estaba recordando a Chanyeol y eso no podía ser bueno. Genial, Kyungsoo, definitivamente tu idea fue genial. No le quedaba la suficiente fuerza para aguantar tanta vergüenza.

—    Sí, bueno ella me los dejó — Dijo en voz bajita sin mirar al frente. Era mentira, pero ya era suficientemente patético admitir que eran de su hermana como para informarle de la bronca que le había caído por cogerle ropa sin permiso y reventársela. — pero que no pretendo impresionar a nadie mamá, es solo por probar, y bueno que estoy aburrido de estar aquí tirado todo el día voy a sacar al perro a darle una vuelta. — soltó lo primero que se le ocurrió hablando a mayor velocidad de lo normal levantándose de la silla y llegando a su cuarto a vestirse a la velocidad de la luz mientras continuaba escuchando la risa de su madre.

Kyungsoo salió de casa ya arreglado en menos de cinco minutos, no había pasado tanta vergüenza en su vida.

Caminó entre las calles hasta llegar a los límites de su ciudad, agradecía vivir en una ciudad tan pequeña ya que a poco que caminará podía sumirse en la tranquilidad de grandes arboledas y caminos de tierra por los que de vez en cuando se solían ver señoras mayores de caminata o jóvenes haciendo footing.

Avanzaba tranquilamente por una de las veredas, le gustaba pasear dejándose envolver por los sonidos de la naturaleza, alejado del ruido de vehículos y de la gente, ya que al estar a mediados de otoño no se veía apenas nadie por allí. Comenzaba a apretar el frío y la lluvia de días anteriores dejaba aflorar la humedad en cada rincón. A Kyungsoo era cuando más le gustaba adentrarse por allí, amaba el olor a tierra mojada unido al sonido de las hojas secas crujiendo bajo sus pies, le ayudaba a despejar su mente y pensar con mayor claridad.

—    Todo se resume en que eres inútil, no tiene más. — Sí, esa era a la conclusión a la que había llegado, aún no se explicaba cómo había sido capaz de hacer tanta gilipollez, y lo peor, llegar a pensar que daría resultado.

Hacía aproximadamente una hora que caminaba y realmente le había servido para aclararse consigo mismo. Decidido, ya basta de planes estúpidos. Prefería darse por vencido y dejarlo por imposible antes que seguir hundiendo más su propia imagen, la situación se le había ido de las manos. Si estaba en su destino el conocerlo ya se darían las cosas de forma natural, y si no pues mala suerte.

Se disponía a volver a su casa cuando su querido perro divisó algo que a Kyungsoo no le dio tiempo a ver, simplemente se vio arrastrado, ya que su perro era un jodido monstruo gigante, también conocido como San Bernardo.

El perro arrastraba a Kyungsoo por uno de los caminos que en peores circunstancias se encontraba por la lluvia persiguiendo a lo que parecía ser un conejo o quien sabe que bicho habrá visto el maldito perro, desviándose del camino haciendo que Kyungsoo tropezara con el leve desnivel que separaba el camino de la arboleda cayendo de bruces.

—    Estúpido perro. — Tú nivel de gafedad va en aumento, menos mal que nadie te ha visto hacer el ridículo… una vez más, pensaba aún arrodillado en el suelo sacudiéndose el barro de sus manos mientras continuaba refunfuñando insultos hacia su perro.

—    ¿Estás bien?

Oh, mierda.

Kyungsoo quería llorar, hoy su día iba de mal en peor, cosa que solo pudo confirmar al mirar el rostro de quien le había hablado. Era el moreno. De todas las malditas personas del maldito mundo tenía que ser él, al menos no es Mister Sonrisa… estúpido apodo, estúpido Jongdae, estúpido perro. Tenía claro que alguien le había maldecido, eso o en otra vida debía haber sido un auténtico ser malvado para ahora recibir tanta desgracia.

Su cara ardía de la vergüenza al levantarse rápidamente sin mirar directamente a la cara del chico plantado en frente suya.

—    Em, sí, claro, solo fue una caída tonta, no es nada. — habló rápidamente soltando una risa nerviosa mientras intentaba quitarse de encima toda la suciedad.

—    ¿Seguro? Ese arañazo no tiene buena pinta.

  Señaló su rostro haciendo que Kyungsoo se llevara una de sus manos a su mejilla donde hasta el momento no había sido consciente de tener nada soltando una mueca de fastidio haciendo que el otro muchacho contuviera una leve sonrisa y le tendiera un pañuelo de papel.

—    Es un simple rasguño sin importancia pero gracias. — Por dios, ¿por qué no se va?

—    Por cierto, me suena mucho tu cara, ¿nos conocemos de algo?

Quería reír de impotencia o llorar no lo tenía muy claro. Justo casi como caído del cielo regresó su perro con la lengua colgando hacia un lado, signo de haberse dado una buena carrera, oh si maldito perro del demonio me has salvado.

—    No lo creo, supongo que tengo una cara muy corriente. — añadió rápidamente recogiendo la correa. — bueno, adiós. — dijo de nuevo con una risa nerviosa.

—    De nada, ya nos veremos. Por cierto me llamo Jongin.

—    Em claro, bonito nombre, gracias de nuevo. — menuda respuesta inútil.

Fue lo último que el bajo acertó a decir rápidamente echando casi a correr para huir rápidamente de allí. Mientras, Jongin soltaba una ligera sonrisa y se pasaba la mano por el pelo viendo como Kyungsoo se alejaba, se había quedado con todas las ganas de conocer el nombre de ese muchacho.

El mismo muchacho que llamaba su atención cada mañana.

Una nueva semana comenzaba, Kyungsoo se levantó con tranquilidad total, después de muchas mañanas de estrés inútil, hoy volvería a la normalidad. Se puso sus pantalones vaqueros  con una de sus enormes sudaderas, arregló su pelo sin prisas dejándolo perfectamente levantado dejando su cogote rapado a la vista y tomó relajadamente su desayuno. Hoy no le importaba no estar a las ocho en la calle principal, de hecho prefería evitar cruzarse con el par de muchachos, no tenía nada que ver el hecho de que el encuentro con Jongin le hubiera puesto nervioso… ¿a quién pretendía engañar? Era justo por eso.

*

El día de clases pasó rápido llegando la tarde encontrándose Chanyeol y Kyungsoo camino a la casa de Jongdae a pasar la tarde entre videojuegos y chucherías.         

Caminaban por la calle a paso tranquilo discutiendo quien ganaría pensando ya en un castigo para aquel que quedara último, cuando Kyungsoo levantó la cabeza viendo como por su misma acera se acercaba Jongin trasteando con su móvil completamente ajeno al mundo.

—    Mira ese que viene por ahí. — dijo rápidamente el más bajo en un murmullo tirando ligeramente de la manga de Chanyeol.

—    ¿Qué? ¿quién?

—    Nada, calla, luego te lo digo. — susurró.

Kyungsoo agachó la cabeza disimulando para intentar pasar rápido, al tiempo que escuchaba un “¡¡Ei Jongin!!” si el bajo fuera uno de esos personajes de dibujos animados ahora su mandíbula estaría tirada en el suelo. Maldito Chanyeol que conoce a todo el jodido mundo. Los dos muchachos comenzaron a hablar de dios sabe qué mientras Kyungsoo permanecía algo apartado con el rostro agachado haciendo como si algo en su móvil fuera malditamente apasionante mientras gritaba mentalmente un Chanyeol cállate y mueve el puto culo. Su llamada mental pareció surgir efecto aunque no del modo esperado, no podía tener tanta suerte.

—    Oh, qué mal educado soy. — dijo girándose y cogiéndolo bajo su brazo acercándolo. — Jongin, este es mi amigo Kyungsoo, está soltero. — dijo con toda la naturalidad del mundo con una gran y estúpida sonrisa gigante al tiempo que alzaba sus cejas de forma insinuante.

Vale, definitivamente su amigo iba a morir, ¿a qué demonios había venido eso?

—    Veo que tu mejilla está mejor, me alegro. — Jongin habló con una pequeña sonrisa haciendo que Kyungsoo olvidara seguir trazando un plan de homicidio en contra de Chanyeol para simplemente querer esconderse de vergüenza, había esperado  que no lo reconociera.

—    ¿Os conocíais?

Chanyeol estaba con una cara de no entiendo nada que alguien me explique qué pasa aquí mientras era claramente ignorado por ambos chicos que ni siquiera lo miraban. Por parte de Kyungsoo porque si lo hacía lo fulminaría.

—    Sí, ya dije que no era nada. — dijo de forma cortante y con una nueva risa nerviosa. — Y bueno, Chanyeol y yo tenemos algo de prisa así que eso... emm, adiós. — añadió rápidamente continuando su camino arrastrando a Chanyeol del brazo el cual aún intentaba averiguar qué había sido eso.

—    Adiós Chanyeol nos vemos mañana, y espero volver a verte pronto a ti también Kyungsoo. — dijo con una nueva sonrisa adorable. Así que tu nombre es Kyungsoo…

Kyungsoo siguió caminando a paso rápido sin soltar el brazo de Chanyeol que iba soltando ligeros quejidos intentando no caer al ir medio encorvado hacia adelante mientras el bajo apretaba cada vez más su brazo a cada paso, mientras Jongin presenciaba la escena sin borrar la sonrisa, cada vez le intrigaba más el chico.

Al girar y adentrarse en otra calle Kyungsoo soltó a Chanyeol explotando.

—    ¡¿Eres idiota?! ¡Bah, no sé ni por qué me molesto en preguntártelo cuando sé claramente que lo eres! ¿A qué vino lo de “está soltero”? — soltó completamente histérico marcando exageradamente las comillas con los dedos al tiempo que intentaba imitar la voz de Chanyeol. — ¿Qué persona normal presenta a otra así?

—    Relájate Soo por dios lo siento, solo creí que te había gustado y aprovechando que lo conocía quise ayudarte ya que con Míster Sonrisa no pude hacer nada. —dijo bajando cada vez más en tono de su voz sin ser capaz de mirar a Kyungsoo a la cara con miedo de que le pegara.

El bajo se sintió de repente mal por haber reaccionado así, vale que las ideas de Chanyeol tampoco fueran las mejores del mundo pero siempre lo hacía con buena intención, y eso es lo que de verdad contaba ¿no?

—    Olvídalo, siento haberte gritado.

El trayecto a casa de Jongdae sirvió para que los instintos de querer golpear a Chanyeol volvieran a poseer a Kyungsoo después de que el alto le dijera que conocía a Jongin del equipo de baloncesto en el que jugaban ambos. Básicamente quería pegarle porque con las descripciones que había dado previamente a sus amigos como mínimo Chanyeol había podido sugerir que era probable que uno de los chicos fuera Jongin. Eso sin contar como al decirle cómo lo había conocido Chanyeol se hubiera estado riendo todo lo que quedaba de camino y que al llegar a la casa de Jongdae le pidiera que recreara la escena de su caída en el paseo.

*

A la mañana siguiente Kyungsoo iba nuevamente camino a su instituto cuando fue sorprendido por un “Buenos días Kyungsoo” de parte de Jongin que acompañaba con una pequeña sonrisa que destacaba entre su rostro adorablemente somnoliento. Algo para lo que Kyungsoo no estaba preparado y fue apenas capaz de responder en simple murmullo y un ligero movimiento de cabeza. Tampoco esperaba que el saludo se repitiese cada mañana, pero así fue durante toda la semana y era algo a lo que Kyungsoo no veía capaz de acostumbrarse, se le hacía una situación muy extraña, pero debía admitir que no se le hacía desagradable por mucha vergüenza que le diese.

*

Así llegó un nuevo sábado y ante la perspectiva de tener que aguantar a su madre, la cual ahora no había momento que desaprovechara cada vez que lo veía con un “hijo, he visto una camisa con adorno floral que te quedaría genial y resaltaría tu color de piel”, “¿has pensado alguna vez en ponerte rubio?”, “Soo ven aquí que te arregle esas cejas” Y un millón de cosas desquiciantes más. Genial, ahora se cree que soy su muñeca.

 Tenía que salir a donde fuera antes de que apareciera, pero claro parecía tener amigos para nada, Jongdae estaba con su padre maldita custodia compartida. Y Chanyeol simplemente no daba señal alguna de vida.

—    Bueno quizá no sea para tanto quedarse en casa.

Suspiró aún tumbado en la cama dejando caer su móvil después de haber llamado a Chanyeol cincuenta veces hasta finalmente recibir un mensaje de “Lo siento Soo no puedo atenderte estoy ocupado ayudando a mi abuela” Estúpido Chanyeol siempre que mencionaba a la abuela era porque en realidad estaba con uno de sus ligues, y aún creía que su ridícula excusa colaba, quería pegarle.

—    Kyungsoo cariño que bien que estés aquí. — Oh mierda no, ya está aquí de nuevo.

—    ¿Qué pasa mamá? — se acercaba con un catalogo de ropa ¿cómo no?

—    Venía a enseñarte esto. — dios, no puede ser verdad. Lo traía abierto por el apartado de  la ropa interior. — He pensado que en vez de comprarte bóxers, mira la de modelos de slips que hay, así cuando te pusieras unos pantalones más ceñidos estarías más cómodo, o incluso si no quieres marcar nada mira esto…

—    ¡Mamá! Mira déjalo así estoy bien, no  te molestes en nada de esto ¿vale? — decía rápidamente con las orejas completamente rojas mientras arrebataba el catálogo de las manos de su madre y se levantaba de su cama.

—    Pero hijo si no es  molestia podrías probarlo y …

—    No, mamá, tema zanjado, por favor. — Iba a llorar de impotencia, se preguntaba si sería posible la muerte por vergüenza, una especie de mecanismo natural de suicidio o algo así.

Definitivamente lo de quedarse en casa estaba descartado, ¿Quién sabe qué cosa más se le podía ocurrir sugerirle? ¿En serio había estado a punto de decirle que debía comprarse un tanga? ¡¿En serio?! Se volvería loco si las cosas no volvían a la normalidad.

Notas finales:

Bueno, gracias por leer ya sabéis se aceptan todo tipo de críticas no os cortéis que para algo están los reviews XD


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