6to sueño.
El albino despertó cuando sintió la luz matinal iluminar la blanca habitación en la que se encontraba. Con dificultad se incorporó, posando el libró que descansaba abierto sobre su abdomen a lado suyo, con sumo cuidado; intentó caminar hacia la puerta para ver si podía encontrar a alguien, pero apenas sus pies tocaron el suelo sintió que no podía sostener su propio peso y cayó inevitablemente.
Aun en el suelo, su vista fue a posarse en un calendario que estaba cerca, vio la fecha y palideció, en breve miró por la ventana mientras el viento soplaba jugando graciosamente con las cortinas y meciendo su cabello con suavidad, pudo ver una mariposa revoloteando al son de las hojas de los arboles que se removían por fuera de su habitación, quedó prendado de esa imagen, siguiendo a la mariposa con la vista hasta que se posó en su libro que se había mantenido abierto, en él alcanzó a leer como únicas palabras en la página: "Tras el vivir y el soñar, está lo que más importa: el despertar" quedó extrañado por la particularidad del libro y de la frase. Entonces, la mariposa volvió a emprender el vuelo, siguiéndola con la mirada quedó perdido en el vacío.
Alguien tocó la puerta y la abrió casi de inmediato, sin esperar realmente por una respuesta de parte del habitante de aquella pieza, esto sacó al joven de su ensimismamiento, cuando volvió su rostro para ver de quien se trataba, palideció, solo pudo enfocar con su vista unos labios que decían "Nunca termina".
De pronto sintió que su cama desaparecía y que era tragado por una sustancia viscosa de color negro. Al poco tiempo pudo ver su mano sin fuerza y un charco de sangre alrededor de su cabeza, sintió su cabello ser empapado por el plasma carmesí. Escuchó unos pasos conocidos alejarse. Después de eso: Negro.
Luego sintió que una voz familiar dijo su nombre, no supo cuanto tiempo pasó, bien pudo haber estado durmiendo toda una vida o solo un segundo, pero para cuando se dio cuenta vio una extraña luz. Se sintió pequeño y débil, se vio a sí mismo siendo cargado por un joven de cabello castaño que lucía muy conocido, pero no lograba reconocerlo del todo. Pronto sus recuerdos del pasado fueron desapareciendo. Su cabeza se llenó en su lugar de una vida distinta que ya no estaba seguro de reconocer como suya, todo eso se reflejaba en sus doradas pupilas.
Para cuando se percató su muñeca seguía sostenida por un hombre de cabello negro, mientras era sujetado por su pareja. Colocó su mano encima de la de su pareja, como si con esto pudiese tomar fuerza.
- Tu eres Kougami Shinya- susurró con una mirada de cristal, difícil de describir.
- Y tú eres…
De pronto recordó aquella escena de suicidio que había visto hacía varios días…pero la recordó diferente…él estaba en ella, de hecho, la protagonizaba. Por su parte, a la mente del castaño vino una imagen extraña: una enorme sala robotizada y un conjunto de cerebros en "cajas" de conserva individuales, siendo movidos una y otra vez por máquinas, luego de ello una explosión carmesí.
Entonces tanto el moreno como el castaño vieron los labios ajenos moverse, ambos dijeron al unísono:
- Makishima Shougo.
La mirada del castaño era una mirada dura, al igual que la del moreno. Los tres permanecieron ahí de pie sin dejar de preguntarse si realmente estarían despiertos y si ese lugar en el que se encontraban sería el mundo real.