2ndo sueño
El castaño se encontraba en medio de un encargo del copo de nieve, necesitaba que le hiciera un programa de computadora que utilizaría para una clase en la universidad, así que se dispuso a hacerlo. Desafortunadamente estaba algo cansado, no había podido dormir bien las últimas noches ya que su pareja parecía estar en celo, o al menos esa era la unica manera en que él podía describirlo, ya que normalmente no tenía la libido tan alta.
Cada noche se rozaba a él o comenzaba a estimularlo sin importarle la hora, de manera que no podía negarse, era como un gato, definitivamente. Aun estaba cansado, no lograría complacer al joven en ningun sentido si no recuperaba algunas horas de sueño, así que no pudo evitarlo, decidió dormir un poco antes de continuar con su trabajo, ya que seguramente su minino no lo dejaría dormir tampoco esa noche, finalmente esa brecha en la de diferencia de edades comenzaba a hacer efecto, rió un poco ante la idea de sentirse tan viejo, pero no le dio importancia, se recostó en el mullido sillón y cerró sus ojos.
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Para el moreno, su rutina no había cambiado desde hacía ya un buen tiempo, cada día iba al acuario y adquiría una carpa koi, la llevaba a casa y la dejaba nadar libremente en la bañera. Por un momento vio su reflejo en el espejo del baño y le pareció distinto del usual, cosa que le extrañó un poco, pero no le dio mayor importancia y se fue a preparar el resto de sus cosas para antes de ir a la oficina. Luego de un par de horas, volvió al cuarto de baño y metió la mano dentro del agua fresca de la bañera y sujetó la esquiva carpa para extraerla del receptáculo en el que se encontraba.
La llevó consigo a la cocina, mientras sentía como su cuerpo viscoso se retorcía, sonrió ante el tacto para en breve sacar un cuchillo y de un tajo cortarle la cabeza a la carpa, tiró el cuerpo a la basura y extrajo los ojos del pez; entonces prosiguió a depositar los ojos del pez en un frasco con formol y para finalmente deshacerse del resto de la cabeza recien arrancada. Luego, se dirigió a su sala y se dispuso a tocar una melodía en el piano, un sonido sumamente sensual y envolvente: “Anitra’s dance” de Edvard Grieg.
Una vez que terminó este ritual diario, se dirigió a su trabajo de medio tiempo, actualmente no podía trabajar realmente, era un practicante o un pasante por lo que no le tocaba hacer gran cosa, pero afortunadamente para él, hoy no era el caso, le habían llamado para que fuese a una escena donde habían encontrado el cadáver de un hombre con la garganta cortada, esperaba fuese un caso interesante, sin embargo no lo fue del todo, cuando llegó, solo se encontró con una simplona escena de suicidio: un hombre en la bañera con la garganta abierta y un cuchillo en una de sus manos. Se sintió algo descepcionado, pero debía admitir que era más interesante que pasársela haciendo papeleo en la oficina, así que se dió por bien servido al menos por ese día. Escuchó que lo llamarón para que se acercará a observar unas muestras...
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El castaño despertó y le pareció un poco curioso lo que acababa de soñar, aunque dentro de él mismo se repetía "solo fue un sueño" pues tenía mucho por hacer todavía, no quería obsesionarse, así que fue a lavarse la cara para continuar finalmente con su labor, no sin antes preguntarse por última vez en ese día: ¿Por qué había soñado eso? Y ¿Por qué se había soñado así?
Continuará en otro sueño...