Los días pasaron y en Hogwarts la relación de Lucius Malfoy y Remus Lupin estaba en boca de todos, asi como algunos cuantos querían hacer entrar en razón a los dos chicos. Los de Slytherin decían que Remus era algo muy pequeño para el gran Lucuis Malfoy y sobre todo era un Gryffindor incluso creían que había una poción de amor de por medio. Por parte del licántropo la mayoría de los miembros de su casa estaban enfadados, excepto sus amigos; James, Sirius y Lily y aunque Peter decía que los apoya se notaba su desacuerdo, pero en el interior Remus agradecía que se quedara a su lado. Por otro lado, aunque había hecho más formal su relación, también les era más difícil encontrarse a solas. En cualquier lado que iba, los ojos de los demás alumnos los seguían.
Narcisa Black había prometido vengarse de Lucius por dejarla en ridículo escogiendo a un Gryffindor por lo tanto Sirius y James se habían convertido en guardias personal de Remus, otra razón más por la que la parejita no podía pasar tiempo juntos.
-Anímate Remus- dijo James- ya abra tiempo de estar con Malfoy cuando regresemos de vacaciones
Los cuatro merodeadores estaban en su compartimiento en el expreso de Hogwarts rumbo a Londres. Las vacaciones de invierno comenzaban ese día y cada uno se dirigía a su casa para pasar la navidad junto a sus familias.
-O puedes pasar unos días con él- sugirió Peter. Dos pares de ojos lo fulminaron. James y Siruis sabían que eso era imposible, Lucius era un Malfoy y cualquier cita que tuvieran en el mundo mágico no pasaría desapercibida, incluso podrían ponerlo en el profeta. Y alguna cita en el mundo muggle no era pensable.
-Imposible-dijo Remus- Lucius pasara las vacaciones con su familia en Francia. No sé qué pasara después de que vea a sus padres
-No te preocupes Remus. Por lo que se Narcisa no le ha dicho a nadie de la familia Black ni Malfoy sobre su relación, de lo contrario ya te hubieras enterado. Creo que primero desea vengarse- trato de apoyar Sirius
-Creo que mejor salimos un momento y dejar solo a Remus-hablo de pronto James que miraba hacia la puerta
Sirius se giró y vio en la puerta a Lucius. Sin decir nada se puso de pie y paso junto al Slytherin sin decir ninguna palabra. Si bien había aceptado la relación que llevaba su amigo no había cruzado ninguna palabra con Malfoy.
Los tres merodeadores salieron del vagón. Lucius cerró la puerta y las cortinas detrás de ellos.
-Parece que quieren despedirse- dijo James con burla
-Qué asco- musito Sirius-solo espero que hayan puesto un hechizo para que no se oiga nada- después dio la vuelta y se marcho
-Claro que lo pusieron…- le dijo James a Peter-… ¿o no?
Ninguno de los dos espero a confirmarlo. Al igual que Sirius, se dieron la vuelta y se marcharon
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Severus jamás pensó que lo que le pediría Regulus fuera pasar las vacaciones en casa de los Black. Aunque dijo que no y se negó mil veces a ir, no pudo ganarle al menor de los Black. Ahora se encontraba fuera del tren esperando a Walburga Black. Según Regulus tenía un plan para que su madre no preguntara sobre su sangre mestiza, y en ese plan estaba involucrado Sirius, que además había prometido no molestarlo durante su estadía en Grimmauld place. Aun no sabía cómo había hecho Regulus para convencer a Sirius.
-Ahí viene- anuncio Regulus
Severus observo a la madre de su amigo que se dirigía a ellos. Walburga Black era una mujer con el cabello negro, con buen porte, facciones serias, y muy elegante.
-Regulus- hablo la mujer a su hijo, después dirigió la mirada hacia Severus- buenas tardes
-Buenas tardes señora- saludo Severus
-Mi hijo me ha hablado mucho de ti Severus Snape Prince. Creía que ya no había más Prince en Londres desde hace 20 años cuando se mudaron a América
-Severus vive aquí con unos tíos lejanos. Los últimos Prince que quedan en Londres. ¿Los recuerdas?
Severus asintió colaborando con la mentira. Claro que sus tíos lejanos eran en realidad sus abuelos a los que ya no veía mucho pero sin duda conocía bien por si a Walburga se le ocurría preguntar algo aunque según Regulus eso no sucedería porque los Prince habían sido olvidados por los sangre pura.
-Ya veo-dijo Walburga- me alegro que al menos uno de mis hijos tenga buenas compañías
Severus sintió un pinchón de lastima por Sirius. Sabía que la mayoría de la familia Black despreciaba al Gryffindor.
En ese momento escucho risas que se acercaban a ellos.
-Sirius- hablo Walburga y las risas acabaron
En ese momento Sirius apareció. No era el Sirius de Hogwarts que siempre tenía su sonrisa este Sirius iba serio
-Hola madre. También es un gusto verte- dijo Sirius con sarcasmo
-Otra vez con ese grupo. Hasta cuando vas a entrar en razón
-Hasta que tu horrible cara desaparezca de mi vista
Walburga lo fulmino con la mirada
-Como sea. Es hora de irnos
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-¿Acaso hiciste un juramento increblantable?-pregunto Severus. Ya había pasado una semana desde que llego a Grimmauld place
Regulus y él se encontraban en una de las habitaciones de la casa de los Black, en concreto era la habitación que se le había asignado durante su visita. Era una enorme habitación, las paredes eran de los colores de Slytherin, incluso había un escudo colgado en una de sus paredes.
-¿A qué te refieres?
-A Sirius- dijo Severus. Por alguna extraña razón el mayor de los Black no había dicho ni una palabra sobre su visita, ni siquiera un comentario o sarcasmo sobre él –actúa raro
Regulus se encogió de hombros
- la verdad no fue difícil acepto de inmediato cuando se lo pedí. Actúa raro desde hace tiempo
Severus ya no contesto. Sabía muy bien la razón de cambio de Sirius o al menos lo sospechaba. El Gryffindor le había dicho que estaba enamorado de él en el baile de Halloween. No sabía cuales habían sido las razones del Black o los motivos. Desde ese entonces se había sentido extraño y confundido.
-como sea, es hora de irnos
-¿A dónde?- preguntó Severus
-al callejón diagon
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Tres de los miembros del grupo de merodeadores se encontraban fuera de la tienda de mascotas en el callejón diagon. James, Sirius y Remus habían quedado de verse ese día para comprar los regalos de navideños para sus respectivos destinatarios entre los cuales se encontraban la familia, los amigos y las parejas en el caso de Remus. Los Gryffindor habían decidido empezar ayudando al licántropo a escoger el regalo más difícil; el de Lucius.
-Imposible- decía Remus- no creo que a Lucius le gusten las mascotas
-Una serpiente alvina como él no le quedaría nada mal-Sirius se cruzó de brazos. Remus lo fulmino con la mirada tratando de ignorar el comentario
-¿Una lechuza?-pregunto James
-No, ya tiene suficientes en su casa
-¿Un gato?
-Demasiado pelo
-¡Por Merlín!-exclamo Sirius- ya estuvimos en cinco tiendas diferentes y nada es suficiente
-Lo siento- dijo Remus quien bajo la mirada y un aura de oscuridad bajo a sus hombros. James fulmino con la mirada a canuto
-No era mi intención Remus. Solo creo que no somos realmente buenos en buscar un regalo para Lucius
-Eso es porque son unos Gryffindor sin imaginación- la vos de Regulus sonó de tras de ellos – ¿de verdad creen que a Lucius le gustan los animales?
Los tres Gryffindor se giraron para encontrarse con Regulus y Severus
-¿Qué hacen aquí?- pregunto Sirius
-¿Tu qué crees? No eres el único que sale cuando no hay nadie en casa- respondió Regulus- ¿Y Pettigrew?
-De vacaciones con su familia-apunto James que se fijó en la pareja. Realmente no parecía que iban a comprar regalos, los dos iban vestidos con ropa normal y sin sus capas. Otra persona pensaría que estaban en una cita. De pronto se sintió enfadado sin razones
-¡Hola!-saludo Remus. Los dos Slytherin regresaron el saludo- ¿Qué decías de Lucius?
-Lucius es demasiado arcaico-continuo Regulus-y puede costearse cualquier cosa que quiera
Varios pares de ojos ahora fulminaron al menor de los black.
-Lo que Regulus quiere decir –intervino Severus- es que no debes pensar en algo común. Es Lucius Malfoy y todos sabemos cómo es, compra algo que solo él entienda.
Los ojos de Remus se iluminaron. Ya sabía cuan era el regalo perfecto gracias a Severus y ahora solo necesitaba un poco de su ayuda.
-Se a donde tenemos que ir-dijo Remus y después de una pausa continuo – al Londres muggle
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Ir al mundo muggle no había sido una idea brillante si en eso incluía llevar a tres magos sangre pura inexpertos, pero simplemente no podían dejarlos y regresar un rato después con el regalo perfecto, no después del esfuerzo de los Gryffindor por ayudar a su amigo. Así que después de arreglarse un poco (quitarse las túnicas y vestirse más al estilo muggle) los cinco magos estaban listos
-¿Dime porque salimos por el caldero chorreante en lugar de usar una de las chimeneas del ministerio?-pregunto Sirius
-Porque la salida en el caldero chorreante nos dejara más lejos del centro –Severus sonrió con amargura- y no queremos llamar demasiado la atención
El licántropo y el pocionista habían decidido que salir por el caldero era lo mejor, no querían llegar al centro y que los sangre pura comenzaran a hacer preguntas estúpidas frente de todos. Y tan como habían predicho, al momento de salir al mundo muggle su asombro no quedo desapercibido. Movían las cabezas en todas las direcciones tratando de mirar todo al mismo tiempo mientras seguían a los conocedores. Claro que todos ellos conocían de qué iba el mundo muggle, habían oído hablar, de los artefactos que utilizaban, los automóviles, las tiendas, las personas, pero era diferente verlo. Pero claro los dos merodeadores sangre pura ya habían echo de los suyas y tiempo atrás habían conocido el mundo muggle con ayuda de Remus. En el caso de Regulus esa era la primera vez que se encontraba en el mundo muggle aunque mantenía mejor la calma aun así se mantenía muy pegado a Severus para no extraviarse.
-¡cuidado idiota!
Severus se giró para ver de dónde provenía esa vos y se sorprendió al ver a un tipo desconocido y un grupo junto a Sirius, rápidamente James se acercó a su amigo. El slytherin cambio una mirada con Remus y encontró lo mismo que él había pensado, problemas.
Los tres magos restantes se acercaron al grupo que había comenzado a discutir
-Sirius ¿Qué pasa?- pregunto Remus. Inmediatamente se dio cuenta que se encontraban en una mala posición, se encontraban fuera de una preparatoria para chicos con problemas, el ambiente se sentía pesado, y vio en los chicos que querían una pelea, lo malo era que los superaban en numero
-No me importa quien seas, tú aquí tienes que respetar-dijo el chico muggle
-Tío entiende que nosotros no vamos al colegio ese de mierda que dices- le grito Sirius al que se suponía que era el líder
- bien – el chico respiraba pesadamente por su ancha nariz- igual les mostraremos quien manda y tal vez así aprendan a respetar
Tres chicos más se acercaron rodeándolos. Sirius apretó lo puños, si por el fuera le daría una buena golpiza a los tipos pero no en esas circunstancias. Hizo una cuenta mental y evaluó la situación, eran 8 vagos contra ellos 5. Sabía que James y él incluso podía decir que Regulus podían meterse en ese problema y dar una buena pelea en tan mala desventajas; pero no era el mismo cazo para Remus o Severus. El primero tenía bastante fuerza por su condición de licantropía pero no le servía de nada si no sabía meterse en una pelea, y Severus no era para nada de los tipos que pelean a puños. Bien intentaría protegerlos a los dos pero lo más seguro es que dos o tres chicos se fueran contra él al ser el de mayor amenaza.
Sirius ya no pudo pensar más ya que un chico bastante obeso se acercó rápidamente a él con el puño levantado sin embargo no llego a darle a Sirius ya que lo esquivo y se abalanzó contra el líder dándole un fuerte puñetazo en el rostro; este cayó al suelo con las manos en el rostro, y así comenzó la pelea.
Tal como Sirius lo había imaginado dos chicos más se acercaron a él. Uno alto y fuerte lo tomo por atrás sujetándolo por los hombros inmovilizando mientras que el otro lo golpeo en el estómago tan fuerte que a Sirius le dieron ganas de tener su varita ahí mismo y mandarle un crusius pero no, esa era una pelea al estilo muggle y así tenía que ganar. El tipo que lo tenía sujetado era más alto que Sirius por lo que fue fácil para él girarse sobre si y con ayuda de los codos soltarse, y antes del que el tipo volviera a sujetarlo le dio un fuerte puñetazo en el estómago. Cuando se giró, el chico que lo había golpeado antes le estampo el puño en la quijada e inmediatamente lo invadió el sabor de su propia sangre, y eso lo hiso enfurecer aún más, le regreso al chico el mismo puñetazo pero el muggle no se rindió tan fácilmente y volvió a golpear a Sirius pero esta vez el mago lo vio venir el golpe y lo esquivo al tiempo que mandaba otro puñetazo al costado del chico. Sirius había jurado escuchar un crujido, seguramente le había roto una o dos costillas. Bien, ya se había desecho de sus dos enemigos, busco al líder donde lo había tumbado pero no lo encontró, lo más seguro era que hubiera huido. De pronto lo abordo el miedo ¿y Severus? Se fijó a su alrededor; James llevaba lo suyo bastante bien contra un chico que parecía fuerte y había otro más en el suelo inconsciente. Regulus peleaba contra un chico pelirrojo muy flacucho. Vio muy cerca de él a Remus y a un chico obeso que tenía la intención de golpearlo, pero su amigo también lo vio y le dio un tremendo puñetazo en el rostro que lo dejo inconsciente. Y por fin vio a Severus en medio de una pelea con un chico de cabello rubio que por todos lo medio trataba de tirar al Slytherin. Sirius se dirigió en su ayuda pero no tuvo tiempo de llegar ya que Severus se soltó del agarre del chico y le propino un fuerte rodillazo en el estómago, el muggle se encogió de dolor llevándose los brazos al estómago y se apartó unos metros. Volvió a mirar a su alrededor y noto que la pelea había acabado.
-¡Tenemos que irnos!- exclamo Remus
-¿Por qué Rems?-pregunto James aun excitado por la pelea- nosotros ganamos, eso es bueno
-Claro, pero no aquí- contradijo el licántropo mientras hacia una señal con los brazo para que sus amigos vieran a su alrededor- estamos frente a su colegio, cuantos amigos crees que ellos tienen o cuantos crees que nos atacaran solo por compañerismo
James lo dudo durante un momento y miro a su alrededor, los chicos a los que acababan de vencer, comenzaban a levantarse y otros cuanto alumnos más se asomaban desde el edificio
-Remus tiene razón- hablo Sirius- lo mejor será que sigamos
Ninguno de los otro se negó, ya que varios alumnos comenzaban a reunirse a su alrededor y los miraban de una manera hostil. Caminaron un tramo pero tuvieron que seguir corriendo ya que de algún lado les llovía piedras y comida en mal estado. Después de unas cuadras James los condujo hacia un callejón donde se escondieron detrás de un camión repartidor.
-¿Qué pasa cornamenta porque no escondemos?-Sirius recibió un codazo por parte de Remus que se encontraba junto a él, después cayó en cuenta que había llamado a James por su apodo que solo los merodeadores debían conocer. Miro hacia Severus y Regulus que respiraban pesadamente y al parecer ninguno se había dado cuenta de su falla
-Nos están siguiendo-respondió James- creo que quieren venganza, esta vez son más y están por todas partes
-Claro, porque a Sirius se le ocurrió provocarlos y meterse en una pelea muggle-reclamo Regulus con enfado
-¿Qué?-exclamo el ofendido- Yo no los provoque, ellos solitos me buscaron
-No es momento de pelear entre nosotros- interrumpió Remus
Sirius se giró olvidando el tema. También él se había dado cuenta que los seguían pero aunque le doliera admitirlo, ellos 5 no podían contra toda una escuela o al menos no sin magia.
-No podemos contra ellos- hablo Regulus anticipándose a cualquier acto de valentía Gryffindor
-Podemos perderlos en el centro comercial – esta vez sugirió Remus- este tipo de chicos no suelen ir a lugares con mucha gente debido a la seguridad
-Si claro, lleva a tres magos inexpertos en el mundo muggle a uno de los lugares más concurridos- dijo Severus con burla- llamaremos mucho más la atención
Pero no les quedo de otra opción que ir al centro.
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-Puaj, que asco-exclamo Sirius -¿Qué es esto?
-Es café Sirius- regaño Remus- no llames la atención y tómatelo
-Cómo quieres que tome algo que sabe a orina de troll
-¿Has probado la orina de troll?-se burló el licántropo. Sirius ya no contesto y se dedicó a observar a su alrededor. Según su amigo, se encontraban en el centro del Londres muggle, dentro de algo llamado cafetería donde servían lo asqueroso que llamaban café. Se fijó en sus amigos que se veían exhaustos (menos James), Severus se veía tranquilo pero fatigado, bebía de un líquido de diferente color al café y al parecer tenía mejor sabor
-¿Qué es eso?
Severus se sobresaltó cuando se dio cuenta que Sirius se dirigía a él
-Es té – respondió el Slytherin y para su sorpresa Sirius tomo su taza y bebió de ella sin importarle lo que lo vieran
-Sabe mejor que ese café. También quiero uno
-Puedes quedarte con ese- dijo Severus mientras cruzaba los brazos y giraba su cabeza al lado opuesto de Sirius, estaba un poco molesto y tenía un tono rosa en las mejillas
Regulus abrió los ojos, no podía creer lo que vio, su hermano acababa de tomar de la taza de Severus sin importarle que eso incluía el cambio de saliva. Bueno tampoco era cosa del otro mundo, seguramente Sirius había hecho antes con sus amigos al igual que él con Severus, pero ellos no eran amigos, eran enemigos jurados o eso era antes, porque ahora Sirius estaba tomando demasiado en cuenta al posionista al grado de no importarle el intercambio de saliva. eso era a los que muchos llamaban beso indirecto. Sacudió la cabeza rápidamente tratando de borrar cualquier imagen que le viniera a la cabeza de Severus y Sirius besándose.
-¿Qué sucede?- le pregunto James que todo el tiempo había estado mirando al menor de los back- ¿Te encuentras bien?
-Si, no es nada
-Me refiero a eso- James apunto una mancha roja sobre la mejilla de Regulus donde un muggle lo había golpeado
-Estoy bien solo…
Pero antes de que pudiera continuar James tomo un de los hielos de su bebida vacía y lo coloco en la mejilla del menor, esto hiso que Regulus se pusiera rojo y se preocupara por la reacción de su celoso y protector hermano (que siempre lo había sido pero lo disimulaba), miro disimuladamente hacia Sirius pero gracias a Severus que si había visto la acción de James, había hecho que el mayor de los Black mirara en ese momento hacia la mesara para pedir otra taza de Té
-No es nada- insistió Regulus ruborizado y se sonrojo más cuando se dio cuenta que Remus los observaba muy divertido.
Remus se divertía viéndolos, sabía que había algo entre James y Regulus aunque al menor lo negara, y entre Sirius y Severus crecía algo que sería muy difícil de superar. Y tenía que admitir que se sentía celoso, a él le gustaría tener a Lucius a su lado.
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-Cálmate Reg-dijo James por décima vez
Después de salir de la cafetería iban a dirigirse a otra tienda del centro pero en alguna parte del camino James había visto algo llamativo y en un impulso se había llevado a Regulus con él, y así se separaron de los otros. El menor de los Black estaba histérico, no paraba de caminar de un lado a otro (claro sin perder a James) y estaba casi a punto de gritar
-No pasara nada…estas llamando la atención
-¡Yo!- exclamo Regulus fastidiado- si no fuera por tus estúpidos impulsos no nos hubiéramos separado y…- en ese momento James lo tomo por el brazo y comenzó a correr llevándose al Slytherin con él.
Unos minutos más tarde se encontraban en una calle llena de adornos navideños, pero extrañamente sola aunque muy cerca se podía leer un letrero de reparación
-¿Se puede saber qué te pasa Potter?
-Nada, solo podrías calmarte un poco. Estabas llamando demasiado la atención
-Claro que no me voy a calmar-exclamo Regulus- tú no sabes nada de este mundo y ¿me estas escuchando?
-…eso es muérdago
Regulus miro hacia arriba y se dio cuenta que efectivamente lo que James estaba viendo era muérdago, pero en ese momento estaba enfadado y preocupado en la forma de volver a su casa que no le importaba que hubiera muérdago enfrente de ellos
-Me importa muy poco lo que sea, lo más importante es…
James tomo entre sus dos maños el rostro del Slytherin para besarlo mientras una de sus piernas se introducía entre las dos del menor. Al principio Regulus intentaba alejar a James pero el Gryffindor se resistía hasta que fue bajando la fuerza y se dejó llevar. La lengua de James masajeaba lentamente la suya mientras que su cabeza su llena de una nube del sabor del mayor que no lo dejaba pensar. Se separaron cuando la falta de aire se hizo presente.
-Lo ves –susurro James al oído del menor-no es necesario preocuparse tanto
Regulus enrojeció totalmente pero no le dio tiempo de responder ya que el Gryffindor se dio la vuelta y comenzó a caminar
-Ven, vamos a buscar a los otros
Definitivamente había días en los que Regulus quería matar a James Potter. Ese día, no.