Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Novilunio por Rukkiaa

[Reviews - 225]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Vaya, os ha gustado wiiii, me alegro. Muchas gracias por los comentarios y por leerlo ^^ 

 

La intervención del consejo

 

POV. Jacob

 

En cuanto entré en fase, ya mi imprimación había dejado de ser un secreto para convertirse en un insistente eco que no dejaba de resonar en las mentes de todos los miembros de la manada.

-¿Un Cullen?-Embry parecía realmente escandalizado con el asunto.

-¿Edward Cullen?-a Paul en cambio, se le notaba divertido, seguramente porque eso le daba más baza para meterse conmigo.

-Jake...eso es...-Jared se mostraba atónito y Sam se mantuvo en completo silencio. No sé en qué pensaba y tampoco parecía dispuesto a mostrárnoslo.

-A mi casa-fue lo único que se dignó a decirme. Era una orden del Alfa y debía obedecerla.

Entré con miedo en su casa. Emily, como siempre que yo iba, estaba alrededor de los fogones. Sam la saludó afectuosamente y me hizo una seña para que me sentara en una silla alrededor de la mesa. Él ocupó otra y comencé a sentir como el tiempo pasaba muy despacio.

Sam se mostró muy serio, como si le hubieran planteado un difícil problema de matemáticas y no encontrase la forma de resolverlo. Me miraba de soslayo. Primero a mi, luego a la mesa, a sus manos inquietas, a la puerta, a Emily. Así una y otra vez hasta que pudo dirigirme la palabra.

-Edward Cullen- tuvo que carraspear después de hablar.

-Edward Cullen- secundé. Por alguna razón, me ruboricé. Su rostro no se me iba de la cabeza y me provocaba esa reacción.

-Es un vampiro, Jacob- a pesar de haber dicho mi nombre en la frase, parecía que se lo decía a si mismo. Para poder creérselo-esto no había pasado jamás...al menos que yo sepa. No tiene sentido.

-¿Por qué no?, a mi me gusta que sea Edward- no era mentira.

-Obviamente que te gusta. Ahora es tu mundo entero Jacob...-miró a Emily, pero enseguida volvió conmigo-escucha...para mí, la imprimación significa supervivencia-no pude evitar una mueca de extrañeza-supervivencia de la especie. Nos sentimos atraídos por aquella persona con mayores posibilidades de transmitir nuestro gen de la licantropía, pero en tu caso...

Caí en la cuenta y lo pronuncié en voz alta-yo nunca podría tener descendencia con Edward.

-Eso es-parecía complacido de ver que yo lo había entendido a la primera-al menos esa es mi teoría, por eso no lo entiendo. Aunque está claro que es lo que ha pasado. No cabe duda de que ese Cullen es ahora tu imprimación por lo que hemos visto. Y espero que comprendas Jacob que debo hablarlo con el consejo-oh, no, Billy- es algo de lo que no tengo conocimiento y no sé lo que debamos hacer ni cómo actuar. Obviamente, le trataremos como a Emily, pero existe un tratado con esos vampiros que ahora no sé que valor pueda tener. 

-Entiendo-¿qué otra cosa podía decir?. Lo bueno era que ahora la manada no podía odiar a Edward. No podrían hacerle daño, porque eso implicaba hacérmelo a mi. Era genial pensar que en caso de estar en peligro, mis hermanos y yo acudiríamos en su ayuda. Que yo estaría a su lado para evitar cualquier cosa que pudiera pasarle.

Aunque siendo un vampiro...dudo mucho que me necesitara demasiado.

-¿Cómo te encuentras Jacob?-su rostro se había relajado y parecía más cómodo en la silla.

-Bien-algo aturdido por la situación, pero era soportable.

-Me refiero...estás aquí...y vas a necesitar de su compañía. Puede que ahora estés bien o eso te lo parezca, pero no podrás pasar demasiado tiempo alejado de el. Y luego está...lo de Bella.

-No me la nombres Sam- dije con voz ronca de puro coraje.

-Ten cuidado Jake, podrías hacerle daño. No te acerques a ella, evítala en la medida de lo posible.

-Ya...Sam...-algo me rondó la mente que me parecía más importante que lo referente a mi antigua amiga-has dicho que pronto necesitaré estar con él...¿por eso noto éste vacío?-pregunté y me llevé una mano al pecho, justo donde sentía el leve malestar.

-No. Eso es...esa sensación la tendrás hasta que tu imprimación sea tuya completamente. En tu caso ya hay amor y deseo, por lo que la sensación es mas urgente dado que ambos sois adultos. La notarás hasta que seáis uno.

-¿Y eso qué...?-me silencié. ¿Mío completamente?

¿Acostarme con Edward?, si ni siquiera podría llegar a besar sus labios como para pretender llegar a algo más. Aquello empezaba a ser más deprimente por momentos. Sam pareció notar mi repentina ansiedad, se puso en pie y me palmeó el hombro.

-Todo irá bien Jake. Encontraremos una solución.

No le creí.

 

POV. Edward

 

Tras el incidente con la moto, Charlie se había enfadado más si cabe con Bella y le había castigado más duramente que antes. Durante más tiempo y con menos horas de visita por mi parte. Así que hasta que no llegara la noche, me pasaba los días en mi casa tras salir del instituto.

Pero la rutina diaria se vio afectada por un suceso del que no me habría dado cuenta de no ser por Emmett.

Una tarde le vi asomado a una de las ventanas del segundo piso. Con la mirada fija en algún punto del bosque, el rostro serio y los brazos cruzados. Y no le di importancia hasta que no vi que al día siguiente estaba haciendo exactamente lo mismo. Así que me acerqué a el. Por lo general no me gustaba leer la mente de mi familia, salvo la de Alice por si se trataba de una visión. Y la de Emmett era la que menos me agradaba. Pensaba demasiadas cosas relacionadas con Rosalie que yo no soportaba conocer.

En cuanto fijé mi vista en lo que Emmett estaba viendo, no pude evitar sorprenderme.

Jacob Black.

Plantado en medio del terreno que rodeaba nuestra casa. A varios metros. No miraba hacia la vivienda, sino que permanecía con los ojos cerrados. Como si estuviera meditando. Vestía con unos pantalones hasta las rodillas y llevaba el torso al descubierto, dejando expuesta esa piel morena rojiza.

Su presencia me molestó. Intentaba no pensar en él ni en lo que había ocurrido días atrás y ahora él venía hasta aquí y se quedaba allí fuera, como si estuviera esperando algo...o a alguien.

-¿Te puedes creer que es el tercer día que ese chucho viene?-la voz de mi hermano me sacó de mis pensamientos-se pega horas ahí fuera. Quieto. Con los ojos cerrados.

-¿Tercer día?-no me lo esperaba. No había notado su olor.

-Me parece increíble-pude sentir la molestia en la voz de Emmett- nosotros no podemos pisar su territorio, pero ese perro viene aquí como si nada.

-Voy a hablar con él-dije y me aparté. Bajé las escaleras con furia contenida, pero fui capaz de escuchar las voces de mis hermanos en el piso superior.

-Jasper- dijo Emmett y el aludido se le unió en milésimas de segundo- Edward va a echarle, ¿eso cuenta como que el perrito abandona?

-No vas a ganar la apuesta-dijo Jasper seguro de si mismo.

Salí de la casa intentando andar como lo haría cualquier persona normal. Debía relajarme o acabaría cometiendo asesinato. Aún así, daba zancadas para llegar cuanto antes a recriminarle su presencia a nuestro lado de la línea. Lo que me faltaba encima. Acoso.

-¡Jacob!-él dio un respingo y abrió los ojos de par en par. Siguió paralizado en su sitio, pero parecía que quería echarse a correr sin saber muy bien en qué dirección.

 

POV. Jacob

 

Supuse que Edward había salido de la casa, quizás para coger el coche o incluso para ir de caza, porque escuché que la puerta se había abierto y el aire hizo que su aroma me inundase los pulmones. No pude evitar sonreír satisfecho porque ese era el consuelo que yo estaba buscando. Pero todo se convirtió en pánico cuando oí salir mi nombre de su boca, demasiado cerca.

-¡Jacob!-abrí los párpados y lo vi a pocos metros de mi. Se acercaba. El olor era cada vez más y más intenso, pero la sonrisa se había desvanecido de mis labios-¡lárgate!-me instó. En un momento ya estaba a unos escasos centímetros.

-Yo...

-¡Lárgate Jacob!-parecía furioso de verdad y con una de sus manos me señalaba el bosque a mis espaldas.

-No puedo-dije. En realidad si podía hacerlo. Podía dar media vuelta y volver por donde había venido, pero no quería hacerlo. Quería seguir allí. Quería quedarme. Además, tarde o temprano tendría que regresar aquí.

-No puedes quedarte-me dijo. Apuesto a que había leído mi mente.

-Yo quiero...-de repente, una de sus manos estaba rodeando mi cuello. Su piel era tan fría, que al contacto con la mía hacía que sintiera corrientes eléctricas recorrer por cada uno de mis poros y no eran para nada desagradables. Apretaba con fuerza, pero no para matarme, sino para advertirme. Ni parpadeaba, aunque supuse que los vampiros no necesitaban hacerlo-...quedarme.

-¡Lárgate Jacob!¡lo digo enserio!-apretó un poco más.

-No me pidas eso...por favor...-eso pareció descolocarle, tal vez porque era una súplica en toda regla.

-Podría matarte-me aclaró sin rodeos-podría acabar con tu vida aquí mismo y estaría en mi derecho porque es nuestro territorio. Podrías ser una amenaza para mi y mi familia.

-Sabes que no...lo soy.

-¿Por qué no te defiendes?-en su voz había un tinte de curiosidad.

-Puedes...puedes matarme si quieres...Edward...puedes si quieres...si eres tu...

Me soltó. Su rostro mostraba un completo desconcierto. Lamenté la separación, porque el frío de mi cuello pronto volvió a la elevada temperatura normal.

-Eso es una estupidez-sonrió como cansado y su furia parecía haberse disipado-¿por qué estás aquí?

Me daba vergüenza. No sería capaz de decirlo en voz alta porque sonaría como colegiala enamorada y con él tenía una ventaja.

-Necesitaba estar cerca de ti. Oler tu aroma aunque fuera. A esta distancia me llegaba sutilmente y era lo bastante lejos de tu casa como para que no os molestara. Necesitaba sentir tu presencia.

 

POV. Edward

 

¿Estar cerca de mi?¿enserio?. Lo peor es que no podía discutir su sinceridad. Ni a palos podría deshacerme de Jacob Black. Ni...

No sé por qué hice lo que hice. No sé si fueron sus palabras o su reacción ante mi comportamiento. No sé qué demonios estaba haciendo, pero cuando quise percatarme, mis manos estaban actuando por su cuenta. Si quería que se fuera, aquella era una forma y mi subconsciente debió de haberlo sabido.

Eso lo mantendría a raya.

Los ojos de Jacob parecían a punto de salírsele de las cuencas. Había enmudecido e incluso sentí como dejaba de respirar. Pero supongo que lo inesperado de mi acción no era para menos.

En un momento me quité la camisa blanca de algodón egipcio que llevaba puesta y se la tendí- llévatela.

El chico estaba absorto. Me miraba a los ojos y al pecho desnudo a intervalos irregulares. Estaba ruborizado, pero dado el tono rojizo de su piel, era difícil de demostrar salvo que escuchase sus pensamientos. Empezó a temblar, pero no para entrar en fase. Parecía inseguro, así que hice un ademán con el brazo que sujetaba la prenda para verificar mis palabras. No había oído mal, se la estaba dando.

Titubeante, la cogió.

-No entiendo...-la sujetó con las yemas de dos dedos, como si temiera tocarla demasiado y romperla con sus grandes manos.

-¿No querías mi olor?, ahí lo tienes. Llévatela y lárgate.

-¿Me la das?-sonrió de oreja a oreja mostrando sus blancos y perfectos dientes.

-Si. Vete.

Contempló la camisa en sus manos, algo incrédulo aún. Asintió con la cabeza, volvió a mirar mi torso descubierto y echó a correr.

Fue un alivio descubrir que aunque las horas pasaran, Jacob no volvería ese día. Jasper y Emmett zanjaron su apuesta, y el primero había tenido que pagarle al otro porque había perdido. El licántropo se había marchado y esperaba que por bastantes días.

Pero estaba en un error.

Al día siguiente llegó el sábado y Alice, Esme y yo decidimos salir de caza. Si iba temprano, podría aprovechar después para ir a casa de Bella. Charlie solía ir a pescar los fines de semana y la dejaba sola casi todo el día, lo cual era bueno para nosotros. Y como siempre, fuimos muy rápidos y llegamos a casa antes del mediodía, pero, por extraño que pareciera, teníamos visita.

Un desconocido, para mi, Ford negro desvencijado estaba aparcado enfrente de la entrada. Olía demasiado a lobo y me temí lo peor. Olía a Jacob y a algunos más que no era capaz de distinguir.

Me adelanté a mi hermana y a mi madre y fui el primero en cruzar el umbral. El aroma que me dio de lleno en el rostro no era del pequeño Black, pero si era de un lobo.

Tres hombres y una mujer estaban sentados en el sofá del salón. Uno de ellos en su propia silla de ruedas, y me echó una intensa mirada en cuanto me vio. Era Billy Black, el padre de Jacob. Lo supe al instante.

-Oh, Edward- Carlisle era el que les había recibido y hablaba con ellos. Me di cuenta de que me estaban esperando porque se habían quedado en súbito silencio.

-¿Qué pasa?-pregunté aunque con un ligero tono descortés. No me esperaba a esas personas allí. El más joven no despegaba sus ojos de mi, me examinaba y eso me ponía nervioso.

-Te presento a Billy Black, al señor Quil Ateara- era el más anciano, tenía un aspecto frágil y el cabello blanco- Sue Clearwater- la única mujer- y Sam Uley- el más joven y el que me analizaba a cada segundo. El líder de la manada-son los miembros del consejo de la tribu Quileute- Carlisle sonreía, sentía una gran curiosidad de por qué esas cuatro personas estaban en nuestra casa y entonces comprendí que no le habían contado nada hasta que yo no aparecí. Pero no tuve que pensar demasiado para saber lo que querían.

-Necesitamos hablar contigo-dijo Sam. Yo seguía de pie, en la entrada de la sala. Me acerqué un poco más y Carlisle nos dejó a solas. Pero sabía que todos estarían escuchando nuestra conversación en algún lugar de la casa. Intrigados.

-¿De qué?-preferí fingir ignorancia. Era lo mejor.

-Ya sabemos que te ha pillado por sorpresa nuestra visita...

-Edward, puede llamarme Edward- dije a la mujer que parecía nerviosa de pronto. Era la que menos me miraba. El anciano, por el contrario, era el que más curiosidad sentía hacia mi.

-Hemos venido por Jacob- dijo Billy harto de titubeos innecesarios. Estaba claro que conocía mis cualidades psíquicas y aquello era una pérdida de tiempo.

-Por la imprimación-dije. Si había que ir al grano, no sería yo quien me fuera por la tangente. Escuché una inevitable exclamación de sorpresa por parte de Alice desde la cocina.

-Entiende que es algo que nunca ha pasado, Edward. Nunca ha habido ningún miembro de nuestra tribu e inclusive de ninguna otra que haya imprimado en un vampiro-siguió Billy, dejando claro que era el jefe y portavoz de aquel grupo.

-Ya lo suponía. No debieron venir para decirme algo así.

-Debíamos venir para hablar del tratado-continuó el anciano de cabellos blancos-esto cambia las cosas señor Cullen- dijo severo. Me escudriñaba con la mirada, pero como un niño que recibe un juguete nuevo y quiere averiguar cómo funciona, no con odio o desprecio.

-Hemos estado hablando. Sabemos que vuestra familia es distinta a las otras y hasta este momento nunca nos han demostrado lo contrario- Billy recuperó su turno-pero nuestra tribu tiene sus leyendas, los temores no se pueden quitar de un día para otro, ni podemos cambiar las ideas inculcadas. Forman parte de lo que somos y lo respetamos-se expresaba como todo un líder-pero haremos una excepción contigo Edward Cullen.

-Te dejaremos cruzar nuestras tierras-aclaró Sam al ver mi cara de desconcierto- podrás ir a la reserva. Nadie te hará daño, nadie te lo impedirá. Desde el día en que Jacob imprimó...pasaste a formar parte de los nuestros. Serás bienvenido.

Resultaba difícil creer que ese hombre estuviera pronunciando aquellas palabras, incluso él parecía turbado por ello. 

-No se me ha perdido nada allí. No os preocupéis-no medí mis palabras y el rostro de Billy se descompuso-lo lamento-le dije-pero yo no quiero a Jacob. No siento lo mismo y nunca lo sentiré.

-En un caso normal...eso sería suficiente-dijo el anciano a modo de advertencia-pero el caso de Jacob es especial. Normalmente, cuando una imprimación rechaza a un licántropo, éste cae en tal estado de depresión que termina por acabar con su propia vida, solo se han dado dos casos a lo sumo, pero...Jacob es el bisnieto de Ephraim Black, el anterior líder de nuestra tribu. Tiene alma de Alfa, y eso significa que aunque le rechaces, seguirá queriéndote. Seguirá buscándote. Seguirá luchando por ti, viviendo por ti y...muriendo por ti.

-¿Me están diciendo que tendré que soportar la presencia de Jacob como mi sombra durante el resto de mi existencia?¿tengo que recordaros que quiero a Bella Swan y ahora Jacob le mira como si fuera la persona que más odia sobre la faz de la tierra?¿están al tanto de todo lo que he tenido y que tengo que pasar para mantenerla a salvo como para ahora tener que ocuparme de algo más?

-El problema está...-Sam se puso nervioso-en que Jacob, al tener alma de Alfa...-eso tocaba un tema personal y saltaba a la vista-te considera suyo. Para él, para el lobo que hay en el, ha encontrado lo que le completa. Ha encontrado algo difícil de hallar, algo que algunos no encuentran jamás. No va a rendirse. Un Alfa necesita a su imprimación más que nadie para sentirse lleno. Pleno. No será feliz hasta que estés con el.

Aquello era inaudito. Podía escuchar en mi cabeza los incesantes por favor que rondaban la mente de Billy. Quería a su hijo y no podía culparle por ello. Pero ya no me sentía con ánimo de seguir esa conversación y ellos parecieron notarlo, por lo que se marcharon.

Les acompañé a todos a la puerta y salieron, salvo Sam, que se giró para hablarme una vez más.

-¿No sentiste nada Edward?

-¿Disculpa?

-¿No sentiste nada cuando Jacob se imprimó?

-¿Qué debía sentir?

-No sé...supongo que nada...eres un vampiro...pero cuando yo imprimé...Emily me dijo que sintió algo. Como si mi alma y la suya se hubieran conectado o algo así. Como si hubiera encontrado algo tanto tiempo perdido. Ella también sentía que le faltaba algo hasta que la encontré.

-Yo no tengo alma-aclaré con brusquedad.

Los días continuaron su curso natural. A los tres días, Jacob volvió. La camisa ya había perdido mi aroma y se había impregnado con el suyo, así que volví a darle otra y esta vez era una de las que tenía en un cajón. Y gracias a la falta de sueño, descubrí algo que me ayudaría a poner tierra de por medio, al menos durante un par de días y además mantener a mi novia a salvo. Los vales de viaje que Carlisle y Esme le habían regalado a Bella en su anterior cumpleaños. Ese fin de semana, iríamos a Florida a ver a Renée y podría despejar mi mente de Forks, los asesinatos de Seattle, Victoria y lo referente a Jacob Black.

Continuará...

Notas finales:

Lo de la charla acerca del tratado...lo siento, tenía que hacerla, han cambiado las cosas en Forks wahaha

 

Buf madre mía, espero que no haya sido un lío lioso con tanto cambio de punto de vista jejejeje

Cualquier duda o lo que sea. Ya saben

Saludos!!

P.D: creo que actualizaré si todo va bien, cada miércoles XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).