Día 3 : Comida (Food) / Baekho y Minhyun
Con el debut tan sólo a unas semanas de distancia, Dongho tenía suficiente presión sobre sus hombros sin quejas de Minhyun. Tenía ejercicios de voz que pasar, bailar rutinas para perfeccionarlas y un creciente ejército de mariposas en el estómago.
Sin embargo, todavía había tenido la decencia de ofrecerse a sí mismo, a decirles a sus igualmente estresados proximos-compañeros-de-banda que él se haría cargo de la cena. Que Dongho cocinaría para ellos y que no tenían que preocuparse por comer fideos instantáneos por cuarta semana consecutiva.
Y puesto que no era más que un maravilloso y atento hombre joven, incluso tomó en cuenta la nostalgia de su miembro de mayor edad.
“Voy a hacer algo americano.”
“Gracias.” Aron había sonreído, por primera vez esa semana, y apretó su hombro.
“Suena bien.” Minki y Jonghyun habían sido rápidos en ponerse de acuerdo.
“No me gusta la comida americana.” dijo ingratamente Minhyun, agachando la cabeza cuando Dongho se dio la vuelta, apretando el contenedor de carne en el que había trabajado tan duro.
Dongho era cualquier cosa menos exigente. Su familia estaba perfectamente bien con comer cualquier cosa que les sirvieran, y hasta su grupo de amigos de la escuela siempre había tenido ganas de probar las combinaciones impares que Dongho traía a almorzar. De modo que en realidad nunca había tenido la necesidad de cambiar sus planes de cocina para nadie.
Hasta Minhyun.
Había estado muy consciente de que unirse a Pledis cambiaría su estilo de vida de muchas maneras, incluyendo la falta de una dieta 'buena'. No sabía que tendría que alojar a un quisquilloso con la comida ademas de eso.
“Entonces, ¿Que te gusta? ¿No puedes al menos intentarlo? ¿Por Aron?” se cruzó de brazos, sin escatimar un vistazo a los otros tres haciendo un escape rápido de la cocina.
Minhyun se retorció incómodamente, el último de los cinco chicos seguia atrapado en su caparazón torpe de timidez. Vacilante, él levantó la mirada de la mesa para encontrarse con la de Dongho. ”Yo... no dije que no podías hacerlo. Ustedes pueden hacer lo que quieran.”
“Sí, pero tendrás que comerlo.” no podía dejar morir de hambre al menor. Necesitaba comida, ahora más que nunca con su manager presionándolos en tantas horas de práctica como era posible. Si no hubiera sido por Jonghyun parándose en su lugar como buen líder, más de uno de ellos se habría desmayado de agotamiento.
No lo negó, Minhyun se subió en la mesada justo al lado Dongho, jugando con el dobladillo de su camisa y apretando el paquete de carne a su lado.
“Voy a hacer algo cuando hayas terminado.” murmuró, “No me importa comer ramen otra vez, ya sabes.”
Dongho miró desde debajo de su flequillo (había estado demasiado cansado para molestarse con el mohawk antes), sus ojos encontrando las largas piernas del chico, piernas femeninas, expuestas por los pantalones cortos de gimnasia que todos habían adoptado tan pronto como el aire acondicionado había desaparecido de golpe.
Él no podía dejar de admirar la pálida piel de aspecto suave. Ni siquiera estaba seguro de donde venían los pensamientos, ya que él no se había molestado en mirar al chico más joven antes. No de esa forma. No de la forma en que lo hacia ahora, la forma en que no debería haber sido porque Minhyun era un niño y no una niña.
Estos eran dos requisitos muy importantes para Dongho. Dos pequeños detalles a los que siempre se había mantenido fiel.
Pero nunca se había tomado el tiempo para notar lo delgado que era Minhyun. Como su rostro era tan femenino como el de Minki. El moreno no tenía los mismos labios carnosos, o el flequillo femenino, pero hizo dar a Dongho la necesidad de moverse más cerca.
Era una sensación muy extraña. Tal vez sus hormonas simplemente decidieron que querían una oportunidad de brillar, después de haber sido tan olvidadas a lo largo de los últimos años como trainee, justo cuando él había empezado a notarlas más.
Antes de que hubiera tenido la oportunidad de pensar, Dongho separó las piernas del otro de un empujón, tomó su cara pequeña y le dio un casto beso en el borde de los labios.
No se movió, no hizo mucho. Simplemente se quedó ahí, con la boca apretada contra la cara de Minhyun, los ojos abiertos y la mirada fija en los ojos asombrados del más joven.
Lentamente, con cautela, con una sensación de que estaba tratando con un conejo asustado, Dongho rozó sus labios, mirando como los bonitos ojos marrones se ensanchaban aún más y se llenan de lágrimas.
Pero Minhyun no lo empujó. Se quedo shockeado aún así, incluso después de que el rubio se había alejado, con las piernas temblando a cada lado de las caderas de Dongho.
“Eso--eso no significa nada.” Dongho gruñó, girando sobre sus talones para ocultar el color rojo en su cara. “Yo sólo-- No lo sé. No importa. No le digas a nadie, ¿Entendido? Y ponte unos malditos pantalones.”
Minhyun asintió con la cabeza, en piloto automático mientras se deslizaba fuera de la barra. Apenas había conseguido dar dos pasos fuera de la cocina cuando Dongho lo detuvo con una mano en su muñeca.
“Espera, uh... ¿Qué quieres? Para comer, quiero decir. Lo haré por ti.”