En el departamento que alguna vez compartió con su bola rosada, se disputaba una pelea en particular entre los hermanos Uesugi, no era para menos. El tema de discusión eran sus respectivas parejas, el escritor a pesar de los problemas que tenia con Shuichi lo consideraba a un como SU NOVIO
“Demonios Eiri entiende que voy a ir a ver a Ryuichi lo quieras o no” –hablo Tatsuha azotando sus manos con fuerza en la mesa, marcando molestia y a la vez desesperación por querer ver a su amado conejito rosa
“Y tú de una maldita vez entiende que no puedo ir contigo a ver a Shuichi, sabes tan bien como yo que donde este tu conejo loco estará el, aun no tengo el valor para poderlo ver a los ojos y poderme disculpar con él como es debido, por favor hermano, te lo suplico, dame otra semana y después iremos juntos a ver a nuestras escandalosas parejas, por favor Tatsuha” –rogo Yuki, al borde del nerviosismo. Por otra parte, estaba el peli negro que se lo cargaba el payaso ¿más tiempo? ¿Para qué? Su hermano ya había entrado en razón ¿no? Porque no iba y le pedía a Shuichi que lo perdonara por su estupidez. Además ya paso una semana desde que ambos decidieron regresar a Japón con la intención de ver a su respectivo novio y ¡demonios! Porque todo esto le estaba pasando a él, además el no tenía la culpa por que su hermano fuera tan celoso e inseguro como para no ir a ver al peli rosado, a él ya le urgía ir a ver a su novio, para eso ya se graduó ¿no? Ya tenía el derecho de ir a ver a su conejito después de casi 6 meses de no verlo, tocarlo, besarlo, marcarlo como suyo, en fin tantas cosas que quería hacer junto con Ryuichi. Suspiro levemente y después retomo el valor suficiente para decirle a su hermano sus verdades, tenía que decírselas o sino él y su *cuñado* no podrían ser felices
“¿Sabes qué? Haz lo que quieras, yo me voy a ver a MI RYUICHI, ya estoy cansado de tanta abstinencia sexual de mi parte y de mi novio, ya no soporto un día mas de no verlo, no tocarlo, besarlo tan apasionadamente hasta que se nos acabe el oxigeno, estoy arto de las video llamadas, las llamadas a larga distancia solo para decirle a Ryu-chan *Buenos días Ryuichi o Buenas noches Kuma-chan ¿Cómo se porto mi conejito rosa? * estando tan cerca y a la vez tan lejos, tú no sabes lo que es saber que el amor de tu vida se te valla de las manos, tú no sabes todo lo que he estado pasando con tal de ver a mi pareja ¿lo sabes Eiri? ¡RESPONDEME CON UN DEMONIO!” –exploto el menor, azotando de nueva cuenta las manos sobre la mesa del departamento, por otro lado, el rubio no dijo nada sino hasta que un clic hizo eco en su cabeza ¡Claro que lo sabia! Lo está viviendo en carne propia y por partida doble, está perdiendo a las únicas personas que le dan razón a su vida.
“Si lo sé Tatsuha, lo estoy viviendo y por dos, el único ser que he sido capaz de amar lo estoy perdiendo en estos momentos y por consecuencia estoy perdiendo la maravillosa experiencia de ver crecer a mi hijo en el vientre de Shuichi, si lo sé y al igual que tu, yo también quiero y deseo probar sus labios, hacerlo gemir mi nombre, el que me abrace desespera mente diciéndome que me ama y que me extraña, no te pido que te solidarices conmigo porque sería eso algo egoísta de mi parte como tu hermano, pero te pido que no me lleves a mí a ver Shu, aun no estoy listo, no me siento aun capaz de poder soportar su voz de reproche, no estoy listo para verlo a los ojos y que me diga que ya no me ama, si quieres ir a ver a Sakuma, hazlo pero por favor no me obligues a ir a ver a mi peli rosado” –sentencio el rubio, levantándose de su lugar y saliendo sin rumbo definido del departamento, dejando a un Tatsuha desconcertado y ¿feliz? Claro, por fin después de varios meses vería su infantil conejito rosado.
En otro lugar de Tokio, departamento de Ryuichi Sakuma (30 minutos más tarde)
“¿Oye Shu-chan? Has pensado que hacer en dado caso que Yuki-san regrese por ti ¿lo perdonarías o simplemente te alejarías de su vida y la del bebe?” –aquello tomo por sorpresa al joven cantante, a decir verdad nunca había pensado en esa opción, es decir, jamás esperaría que el escritor lo buscara, Yuki ya había tomado su decisión y el también pero, el inocente pequeño que crecía y se alimentaba de él quizá y no conozca a su padre y peor aun Shuichi viviría con ese error toda su vida
“¿Shu-chan? Estas bien?” –la voz de Sakuma lo saco de sus pensamientos
“Oh, perdón Ryuichi yo, bueno si eh pensado en esa posibilidad pero conociendo a Yuki, dudo mucho que los dos podamos estar juntos de nuevo, ahora que lo pienso, supongo que se sorprenderá mucho cuando vea que ya no estoy en su departamento, no voy a dar a torcer mi brazo Ryu, si decidí que no voy a perdonar tan fácilmente a Eiri fue por una razón que tu y yo sabemos cuál es, lo sigo amando lo admito, pero mi corazón ya se canso de ser lastimado tanto por las misma persona y más si es a la que he amado en los últimos 5 años, lo siento pero yo no puedo perdonarlo así como así tendrá que hacer meritos para que pueda considerar la opción de permitir que se acerque a nosotros” –hablo el cantante, intentando sonreír para no preocupar a su amigo no teniendo éxito en su cometido. Sakuma iba a decir algo pero el ruido de la puerta principal siendo golpeada desesperadamente interrumpió la plática de los cantantes.
“¿Quién será Kuma-chan? Por lo que creo es algún vecino que necesita algo desesperadamente” –hablo Sakuma, caminando al recibidor abrazando a su conejito Kumagoro. Grande fue su sorpresa al ver a la figura de
“¿Tat… Tatsu-chan eres tú?” –se quedo sin habla, congelado, como si el tiempo se detuviera y el y su koi estuvieran únicamente en ese momento
¡RYU-CHAN HE VENIDO POR TI AL FIN!” –dicho esto se abalanzo al conejo rosa, abrazándolo haciendo que ambos perdieran el equilibrio y cayeran estrepitosamente al suelo
“Ryuichi ¿estás bien? Escuche un grito y… Tatsuha-san regresaste” –se sorprendió y alegro el peli rosa al ver al hermano de Yuki abrazando tiernamente a su conejito
“Mira Shu-chan, Tatsu-chan regreso por fin de Kioto, ¿no es bueno? Por fin Kuma-chan ya no estará más triste y yo ya no estaré más deprimido. Esta vez Tatsuha se quedara para siempre, se quedara conmigo, porque cumplió con su promesa” –antes de que el aludido pudiera responder, su conejito lo beso tiernamente, no importándole que su *cuñado* fuera testigo de su encuentro. El cantante no dijo nada, simplemente se alegro por su mejor amigo y el hermano de Eiri. Pasaron unos minutos y el peli rosado tuvo que irse, con el pretexto de que tenia inspiración para una nueva canción y debía escribirla antes de que se le escapara de las manos, no quería ser mal tercia, después de todo, Tatsuha y Ryuichi tenían mucho de qué hablar.
Salió del edificio y comenzó a caminar sin rumbo definido, tenía tantas cosas que pensar y tantas que organizar, en una semana se iba a ir a su primera gira internacional, tenía que prepararse para impactar a todo el mundo de con sus canciones y hacerlos vibrar con su energía, así como seguir al pie de la letra las indicaciones que el médico le dio con tal de que cuidara de su embarazo durante la gira. Tan perdido en sus pensamientos no se dio cuenta cuando llego al parque donde conoció al frio escritor de ojos dorados
“y pensar que hace 5 años lo conocí en este lugar” –pensó el peli rosa sentándose en la banca donde estaba sentado en aquella ocasión.
Amor…
Qué conveniente situación, me has conformado el corazón con las migajas de tu amor…
Por ti, no creo en mí, y aún así pides más…
No me queda nada, ¿qué quieres de mi?
¿Que te da el derecho de hacerme sufrir?
Guarda tus palabras y déjame ir..
¿Quién dijo que una mentira puede hacer feliz? más que la verdad, amor, no hablaba de mí…
“Shuichi ¿eres tú?” –esa voz la conocía a la perfección, era imposible ¿verdad? No, era solo una mala broma de su corazón y mente quebrados
“Shu-chan mírame, te lo suplico” –no era su imaginación, si era él, era Yuki el que le estaba hablando, pero...
“Yuki ¿Qué haces aquí? No creí que te volvería a ver” –el escritor se sorprendió al ver a su bola rosada así, era un ángel, con su vientre hinchado por el embarazo lo hacía ver más hermoso e inocente, pero algo reflejan aquellos ojos amatista, ya no veía la misma vida y alegría que mostraban hace unos meses. No pudo murmurar nada, estaba su mente en blanco, no formulaba nada y de su boca tampoco salía nada, simplemente dijo lo primero que se le vino a la mente
“¿Cómo has estado Shuichi?” –estúpida pregunta ¿no?
Amor…
Si ya no existe otro adjetivo… para este amor tan despectivo,
dime…¿qué diablos haces ya conmigo,
y qué hago aquí? Porque aun así pides más…
No me queda nada, ¿qué quieres de mi?
¿Que te da el derecho de hacerme sufrir?
Guarda tus palabras y déjame ir..
¿Quién dijo que- una mentira puede hacer feliz?
más que la verdad, amor, no hablaba de mí…
Si alguna vez me quisiste,
sólo déjame ir….
déjame ir
“¿Qué como he estado? Me preguntas como he estado, TU, el culpable de mi dolor y sufrimiento, el que negó a su propio hijo, ¿COMO TE ATREVEZ A PREGUNTARME ESO EIRI YUKI? No tienes ni idea de todo lo que he pasado por tu culpa, no sabes todo lo que llore por ti, el PADRE de este bebe, ¿sabes qué? Hazme un favor, porque no regresas por donde viniste y nos dejas en paz, no espero nada de tu parte, si le quieres dar tu nombre a MI HIJO, muy bien y sino pues también, te demostrare lo tan equivocado que estuviste al abandonarnos, le daré a este niño lo que tú nunca pensaste darle, estoy arto de ser el que va y te busca en tierra, cielo y el mismísimo infierno y todo para que ¿eh? Para que me pagaras con tus infidelidades, tus malos tratos, tus humillaciones, tus groserías. Ya estoy hasta el copete contigo Eiri, si pensaste que porque regresaste iba a *saltar a tus brazos como adolescente enamorada* una vez más te equivocas, el amor que alguna vez sentí por ti ahora es únicamente exclusivo para una sola persona, y esa es mi hijo”
No me queda nada, ¿qué quieres de mi?
¿Que te da el derecho de hacerme sufrir?
Guarda tus palabras y déjame ir..
¿Quién dijo que una mentira puede hacer feliz?
más que la verdad, amor, no hablaba de mí…
El escritor no estaba impactado, después de todo ya estaba preparado para lo que su Shuichi le dijera, tenia absolutamente razón, no tenia que reprocharle nada, un hueco se formaba en su corazón, le dolía todo lo que le estaba diciendo, pero ¿Por qué no decía nada? ¿Por qué se quedaba callado y no le decía porque se fue? Que fue un error y mal entendido de su parte. El cantante al no ver respuesta por parte del escritor se alejo de el y se fue, no pensaba dar su brazo a torcer
“Si te interesa, estoy de vacaciones y por lo del embarazo no puedo viajar mucho, en poco tiempo me voy de Japón, posiblemente unos 5 años, dependiendo de la situación, quizás esta sea la última vez que nos veamos Eiri Yuki”