Jong In camina a paso lento, titubeando de si hacerlo o no, pero sus pies no se detienen sobre el frío piso, ha salido descalzo de su cama, todo con tal de no hacer ruido, susurra algunas cosas que escapan de su mente y claramente no se siente muy seguro, pero si no es hoy, no sabe cuándo tendrá otra oportunidad.
Toma el pestillo de la puerta entre sus manos y duda un par de segundos en si abrir o no, finalmente lo hace, abre lentamente la puerta y la poca luz del pasillo se cuela hacia el interior de la habitación, claramente puede observar la oscura cabellera de la persona que no le ha dejado dormir por largas noches.
Su estómago siente revolverse a cada que piensa en lo que va hacer, entra en puntitas y cierra la puerta con la misma suavidad en la que la abrió, ahora colocando pestillo, solo por si al caso, voltea hacia el mayor, quien duerme profundo y los dedos de sus manos cosquillean por las ganas de acariciar las hebras oscuras de este.
Se inclina levemente y no espera más por hacerlo, lentamente acaricia el cabello del mayor, está suave y tibio, y Jong In inspira lentamente, sintiendo un delicioso hormigueo en su estómago.
Desea a Junmyeon, tanto como desea convertirse en el mejor bailarín del grupo, tanto que hasta sueña con el momento de ser el la persona más importante para el mayor.
Toma entre sus dedos la manta que cubre al mayor, y lentamente se desliza bajo esta, sintiendo el cálido cuerpo de este junto al suyo y se siente tan patético, porque sabe que no debe estar ahí, sabe claramente que no debe hacerlo, que Junmyeon está con alguien más y el también.
Pero Dios moría por probar esos deliciosos y prohibidos labios, aquellos que ha podido probar desde hace ya unos meses atrás, esos de los que se volvió adicto desde el primer tímido roce que obtuvo.
Jong In se siente culpable, más no se detiene, porque no puede, o más bien no quiere, es adicto, adicto a los besos, las tímidas caricias que el mayor le da, los roces, los suaves y delicados gemidos, que desprendidos de los labios del mayor, suenan como ángeles cantando a sus oídos.
Se inclina lentamente hasta rozar sus labios con los contrarios, los mueve suave, lento, delicadamente, tomando el rostro del mayor entre sus manos, rozando los pulgares contra las mejillas de este, suave, lento.
El mayor suspira entre el suave beso y sin esperárselo, Jong In siente un par de manos aferrándose a sus hombros.
Jong In siente el cálido aliento de Junmyeon golpear contra su rostro y al beso aumentar de intensidad. Ahora labios rozando labios, el mayor juega su lengua sobre el labio inferior del menor, lamiendo, succionando levemente.
Se separan del beso lentamente, Junmyeon sonríe y es cuestión de segundos para que susurre algo contra el oído del menor.
Pensé que no vendrías - Jong In no responde, no necesita hacerlo, solo se inclina hacia el mayor, atrapando el labio inferior de este y succionándolo lenta y deliciosamente. Junmyeon gime bajito entre el beso.
Sus brazos inmediatamente rodean el cuello del menor atrayéndolo más cerca. Sus lenguas pronto se encuentran, rozándose, danzando a un mismo compás, delicioso, dulce, excitante, gratificante.
Hace cuanto no lo hacían? Ya es mucho tiempo, ni Chanyeol ni Yifan los dejan solos, siempre están en medio, y como no, si son un par de novios celosos y ellos unos traidores de lo peor, pero les gusta, porque aunque muy poco, cuando logran estar juntos siempre es genial, real, es muy real.
Jong In baja hasta el cuello del mayor, primero rozando su nariz en la pálida extensión, oliendo, aspirando el delicioso aroma que el mayor emana, porque quiere que se quede un poco más, al menos hasta su próximo encuentro.
Sus labios chocan suavemente sobre la piel, haciendo pequeños sonidos en cuanto estos van dejando cortos besos sobre la extinción, comenzando a lamer y un poco después dar pequeños apretones de piel.
Junmyeon jadea suavemente en su oído y ese es el mejor incentivo que Jong In pueda recibir.
Mueve sus labios hasta la barbilla del mayor, besando y mordiendo levemente, luego lamiendo la misma zona, baja hasta las clavículas de Junmyeon, recorriendo su lengua sobre los prominentes huesos, apretándolos suavemente entre sus labios.
Y el mayor continuo con los suaves jadeos, apretando sus dedos en los hombros del menor. Nada es apresurado, todo es lento, suave y delicado.
Jong In se abre paso entre las piernas del mayor, rozando de arriba hacia abajo ambos miembros por sobre la tela, los dos gimen por lo bajo y se empujan insistentemente.
La ropa poco a poco va siendo despojada, hasta el punto en el cual ambos están completamente desnudos, piel rozando contra piel, susurros de deliciosas incoherencias volando contra el aire, siendo despojados de los labios contrarios.
Jong In recorre sus gruesos y húmedos labios a lo largo del pecho del mayor, rozando su lengua por los pezones de este, apretándolos con sus labios, bajando por su abdomen y llegando a rozar su respiración contra el corto vello púbico del mayor.
Junmyeon gime inquieto y excitado, su cuerpo sufre de espasmos a cada cuantos segundos, mientras la boca y lengua de Jong In lo llevan al mundo de la lujuria y placer, un mundo en el cual se adentra pocas veces, pero que cada vez tiene menos ganas de salir.
Jong In aprieta su mano derecha en el muslo del mayor, mientras su otra mano toma el semi erecto miembro de este, acariciándolo lentamente desde arriba hacia abajo.
Se inclina hacia el mayor, robándole el aliento en un beso que esta vez, no es para nada amable, muerde y succiona los labios del mayor, ingresando su lengua en la cavidad contraria.
Ambos gimen en la boca contraria, un poco de excitación y otro poco porque sus dientes han chocado accidentalmente.
Junmyeon sonríe bajito, mientras Jong In susurra un Auch! Que solo ambos logran escuchar.
Junmyeon vuelve a atraer al menor para iniciar un nuevo beso, sus manos se tocan, las de Jong In acarician la cintura y huesos de la cadera del mayor, mientras Junmyeon viaja sus manos por la extensión de la espalda del menor, y le acaricia las nalgas.
Y en cada caricia ambos gimen, porque saben mucho de lo que le gusta al otro en tan pocos encuentros.
Te quiero, no te vayas, son palabras que ambos formulan únicamente en su mente y sintiéndose impotentes de decirlas, prefieren besarse con furor, con pasión, con añoranza.
Porque cada beso, es ese te quiero, cada abrazo es ese quédate a mi lado y cada acto sexual es un te necesito, profesado entre roces y caricias silenciosas.
Jong In se dedica a dilatar tranquilamente la entrada del mayor, empujando sus largos dedos bañados en lubricante entre las calientes y apretadas paredes del mayor.
Junmyeon solo se limita soltar bajos gemidos, los cuales son absorbidos por los gruesos labios de Jong In, mientras se besan con demasiada lentitud para el gusto del mayor, pero sabe que Jong In lo hace para poder alargar el placer.
Se separan del beso Jadeando, Jong In se sienta sobre sus rodillas y toma las piernas del mayor, colocándolas ahora en sus hombros, sus dientes mordisquean la envoltura del preservativo y cuando lo ha roto, desliza este por la extensión de su miembro.
Direcciona su duro y doloroso pene en la entrada del mayor e instantáneamente ve como es absorbido lentamente por la deliciosa entrada del mayor.
Junmyeon lo ve con los labios semiabiertos y brillantes, los ojos entrecerrados, Jong In se inclina hacia él, dejando un suave beso sobre sus labios, adentrándose poco a poco.
Ambos gimen en cuanto Jong In está completamente dentro y los movimientos cesan, Jong In une su frente con la del mayor y deja pequeños besos sobre los labios contrarios.
Los movimientos son lentos, bien sincronizados, Jong In empuja su pelvis contra las caderas del mayor, tocando justo donde y como le gusta a Junmyeon, quien le incita entre pequeños gemidos, respiración y susurros de "lo haces muy bien Jong In-ah", "Ahí hazlo de nuevo", "hazlo más rápido" y entre otros.
Los cuales Jong In complace sin dudarlo segundo alguno, besando a plazos los labios del mayor, embistiendo con maestría y rapidez, rodado sus caderas y tocando cada vez más aquel punto que hace que Junmyeon vea puntos de colores atravesar sus párpados, mientras intenta callar sus gemidos, mordiendo sus nudillos.
Jong In se desliza lentamente fuera del mayor, bajando las piernas de este y Junmyeon le mira un par de segundo, captando la silenciosa petición del menor.
Se remueven sobre la cama y ahora Jong In recuesta su cabeza en el cabecero de la cama, apoyando su espalda en una almohada.
Junmyeon coloca sus piernas a sus costados, tomando el miembro del menor con su mano derecha, pronto bajando lentamente, sintiendo como el pene del menor se adentra de nuevo en él.
Se besan con necesidad, mientras el mayor comienza a impulsarse hacia arriba y abajo, y Jong In le ayuda, con sus manos marca del ritmo que más les complace a ambos y empuja su pelvis hacia arriba en cuanto Junmyeon va hacia abajo.
Sus respiraciones erráticas chocan contra el rostro ajeno, y sus labios parecen no quererse separar a pesar que sus pulmones gritan por al menos un poco de oxígeno.
Junmyeon besa la mandíbula de Jong In, gimiendo a cada nueva estocada y mordiendo con cuidado cualquier porción que se atraviese en su camino, sus manos sumamente apretadas en los hombros, dejan marcas blancas por donde aprietan.
Y está seguro que si Jong In vuelve a tocar ese punto de nuevo se correrá, y lo hace, un par de estocadas más y su semilla se esparce por su abdomen y el contrario.
Jong In muerde fuertemente su labio, ahogando un fuerte gemido que amenazaba por abandonar su garganta, aumentando las embestidas en cuanto siente que Junmyeon le aprieta el doble o triple.
Y se viene dentro del mayor, con los pulmones suplicando por una pizca de aire y su corazón latiendo a mil por horas.
Junmyeon recuesta su cabeza en el hombro del menor y respira dificultosamente, apretando sus brazos en el cuello del menor, dejando pequeños besos en el cuello de este, y Jong In sonríe en algo parecido a un susurro.
Sus labios vuelven a encontrarse, suave, delicioso y Jong In sale del interior del mayor, ambos gimiendo en la boca contraria por el roce.
Junmyeon se hace aún lado y Jong In se inclina hacia él, dejándole un último beso en la frente y otro pequeño en los labios.
El menor se viste en silencio y Junmyeon tiene que cambiar las sabanas porque no puede dejar ese tiradero de ese modo, mañana Yifan volverá y no quiere encontrarse en un dilema de porque hay semen de otra persona en la cama que ambos comparten.
Se despiden en un adiós casi inaudible y van a sus respectivas camas.
"Donde estabas" - Chanyeol pregunta y Jong In susurra un "solo fui por un vaso de agua" que Chanyeol no cree, pero que prefiere dejar así, porque a pesar de saber lo que el menor hace con Junmyeon, el ama a Jong In y antes de perderlo prefiere callar y volver a dormir.
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Junmyeon se encuentra en la lavandería, observando como la ropa da vuelta en lavadora, esta vestido con unos pantalones holgados al igual que su camisa, ambos de color blanco.
Sus dedos juegan con su aun poco húmedo cabello, mientras observa en su reloj de mano que son ya las 8 am.
Cuando un par de brazos se aprietan alrededor de su cintura, y un par de labios de aprietan con suavidad en su cuello.
"Amaneciste oficioso este día o no pudiste dormir" - Yifan susurra en tono de pregunta
"Solo no tenía nada que hacer" - Junmyeon susurra y Yifan sonríe, notando un pequeño círculo rojizo en el cuello del menor, uno que está más que seguro, el no provocó.
Toma dicho trozo de piel entre sus labios y lo aprieta lentamente, succionando con poca fuerza, causando que la piel se vuelva más rojiza y suspira satisfecho.
Porque ese juego pueden jugarlo dos y Chanyeol no se queja para nada en cada "encuentro casual", en el que ambos terminan en un cuarto de hotel, sobre una cama o lo que se presente primero, con el menor gimiendo por más y el dando lo mejor de sí, para acabar con deliciosos y fuertes gemidos después de un increíble orgasmo que los deja sin aire en cuanto terminan.
Porque su amor hacia Junmyeon es tan grande, que no le importa compartirlo, siempre y cuando después regrese a sus brazos al final del día y se quede ahí siempre.
"Alguien vino muy inquieto el día de hoy" - Junmyeon susurra y Yifan sonríe, volteándolo hacia él, plantando un suave beso sobre los labios ajenos, aquellos de los que de vez en cuando debe borrar huellas, huellas que no deben estar ahí, pero que a pesar de todo, siempre están.
Y Jong In debe tragarse las ganas que tiene de gritar, saliendo con rapidez de la lavandería, siendo observado por un Chanyeol que se esconde tras uno de los pilares de la casa.
Algún día eso va a explotar, solo que ninguno sabe cuándo será
Mientras tanto solo hay que esperar.