Capítulo 5: Deseo
Ese día me había ido de allí, dejando a Danny con la incógnita de mi respuesta. No podía seguir pensando, en el enjambre de mis delirios y pensamientos, mi corazón dolía y no comprendía del todo, pero al llegar a casa pude comprenderlo…
Jazz mi ahora hermana me miro desde el sofá en el cual se encontraba sentada, me sonrió ligeramente y levantándose con una seña se dirigió a mi habitación no dude en seguirla; paso de largo hacia la ventana observando el cielo coloreado en colores pasteles rumbo al anochecer.
– Dashiel me he enterado de que te has acercado a Danny… -Se volteo y me miro seriamente – Si lo sigues realmente va a terminal mal – No pude evitarlo y prácticamente exploté ante sus palabras.
– ¡¿Por qué todos dicen cosas extrañas de Danny y yo?! ¡¿Qué fue lo que paso?! ¡No puedo entenderlo, exijo que me expliquen, estoy harto de todo esto, no he hecho más que seguir adelante en este mundo loco donde todo lo que conocía es diferente! – Terminé con el aire de mis pulmones y comencé a respirar rápidamente Jazz me veía sorprendida, comenzó a dolerme la cabeza del estrés y del enojo.
– Sentimos interrumpir… Pero creo que no hemos llegado en mal momento – Al voltear a ver en la puerta de mi habitación estaba Foley junto a Samantha.
Esa noche hablamos todos incluso Jazz hasta que casi dieron las 12 de la noche y aunque Tuck quería quedarse le pedí que me dejara solo agradeciéndole que se preocupara por mi.
Una noche larga, silenciosa sin ni un fantasma rondando, no podía sacar de mi mente toda esa información que retumbaba en mi cabeza.
Cuando pude notarlo me encontraba en la escuela guardando unos libros en mi casillero y por alguna extraña razón el ambiente se sentía diferente como si lo viera a través de un ámbar pulido y brillante; una sombra mas alta que yo se asomó a mis pies y al voltear me quede congelado con una radiante sonrisa y esos ojos azules tal y como los recordaba, brillantes, amables donde yo salía reflejado.
– Dashi – Sonrió con dulzura – ¿No te habrás olvidado de nuestra cita verdad? –
– Claro que no, por eso me apure a hacer mis pendientes – Sonreí tontamente, tomo mi barbilla con su mano y me beso, pase mis brazos por su cuello atrayéndolo más a mi, sentí una extraña sensación en mi vientre que me gustaba, sentía que con solo un beso podría derretirme ante él, ese era su poder sobre mi, sus labios y sus manos que rodearon mi cintura delicadamente.
Robando casi mi último suspiro nos separamos lentamente quedando su reflejo en mis ojos y el mío en los suyos como si no existiera nada más en ese momento que nosotros dos.
Entre miradas y platicas de cómo nos había ido en casa, en la escuela y en el examen sorpresa del Sr. Lancer llegamos al cine donde una nueva película se estrenaba la cual entramos a ver mientras entre cada tanto le daba palomitas en su boca y él hacía lo mismo.
Ese día como deseaba que no se acabara y en la fuente del parque donde finalmente estábamos sentados mirando las estrellas tomo mi mano y mi rostro mirándome fijamente.
– Deseo estar contigo Dashiel – Sin siquiera pensarlo automáticamente le respondí tomando su mejilla con mi mano.
– Tu deseo esta concedido Danny, porque te amo – Solté su mano para tomarlo del rostro con ambas manos y besarlo, me atrajo más a él con sus brazos fundiéndonos en un abrazo, en un beso, en un gran sentimiento, lo único que pudo terminar con eso fueron los fantasmas que comenzaron a hacer de las suyas y Danny me llevo a casa para que estuviera a salvo después de todo había un campo antifantasmas y seguramente mis padres estaría preocupados por mi.
Paso el tiempo y conseguí mis poderes fantasmas en ese accidente comencé a ocultárselo a Danny quien no parecía sospechar de nada hasta que un día paso algo que lo cambia todo.
Vlad, el amigo de papá y quien amaba a mamá al conocerme poco a poco comenzó a ser más amable conmigo que con mamá, incluso había días en que me llevaba a la escuela o me ayudaba con trabajos fue entonces que Danny comenzó a actuar extraño sin razón aparente hasta el punto en el que comencé a convertirme en el fenómeno de la escuela.
Me sentía dolido, excluido como si ya no le importara, el dolor y la tristeza fueron grandes para mi que termine por hablar de ello con Vlad mientras pasaba el fin de semana en casa cuidándome ya que mis padres harían un pequeño viaje que les serviría en sus investigaciones y no podían dejar pasar el tiempo tan rápido.
– Tío Vlad… Todo eso ha estado pasando con Danny y yo… a mi… me duele – Bebía un poco de chocolate caliente que había preparado al notarme tan afligido, estábamos en mi habitación sentados en mi cama, cuando deje la taza en mi buro Vlad me tomo de la mano mirándome.
– Mereces a alguien mejor que él, no debes seguir triste, hay personas que te quieren y estarán para ti – Se acercó un poco más a mi. – Personas mucho mejores que ese Daniel –Me tomo de la barbilla robándome un peso y secando un par de lagrimas que había dejado salir mientras hablábamos. – Yo soy mejor Dashiel–
En este punto de mi vida no entendía que pasaba y sin saberlo me deje llevar con Vlad esa noche en la cual me sentía perdido pero consolado por él, querido realmente.
A la semana todo tuvo sentido y me había enterado de que Vlad era mitad fantasma, que él sabía desde mucho antes que yo lo era, que realmente sentía algo por mi pero… Lo entendí, Vlad era quien había alejado a Danny de mi, él lo había hecho decirme cosas horribles sin que se diera cuenta solo para tenerme a su lado.
¿Era tarde no? Cuando la persona que realmente amaba me había visto besarme con Vlad y se había enterado que yo le había estado engañando, que me había acostado con él.
No volvimos a hablar durante casi un mes por las vacaciones, yo sufría en silencio sin poder contactarlo y explicarle todo, pero ya era tarde, no quería creer que era tarde cuando al regresar a clases Daniel no era el mismo había cambiado su manera de ser hasta su mirada.
Yo había hecho que esos ojos azules radiantes perdieran su brillo, se volvió inalcanzable y totalmente frio hacia mi.
Desearía que me escucharas, que no te hubiera ocultado que yo era el chico fantasma, que me hubiera dado cuenta de las intenciones de Vlad, de que no fuera tan estúpido…
¿Era todo?
Un deseo… Un hubiera… que nunca existió...
Recuerdos que afloraron en mi sueño minutos antes del sonar del despertador.
Continuara…