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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus hermosisimos personajes me pertenecen...si lo fueran, la serie ya estaria censurada jajaja

La madre de las hermanas siempre se había preguntado qué pensarían de ella sus hijas cuando llegara el día en que tuviera de confesarles la verdad sobre su naturaleza oculta, Victoria y Alyssa habían pasado su infancia en aquel pequeño pero precioso pueblito en las Filipinas, su padre trabajaba en un pequeño taller de orfebrería y cuando la situación económica mejoro los cuatro se mudaron a los EEUU en busca de un mejor futuro para las pequeñas, regresaron al pueblo en que se habían conocido y aunque a ninguna le agrado demasiado mudarse respetaban y amaban mucho a sus padres para oponerse a sus planes. Una noche todo lo que ambas conocían desapareció, trágicamente sus padres murieron en un accidente automovilístico dejando huérfanas a las hermanas que sin más familia  pronto fueron enviadas a un orfanato, sin embargo, jamás fueron adoptadas ya que la mayoría de las familias buscaban niños pequeños además estaba el hecho que  ambas no querían separarse, el tiempo paso y ambas lograron entrar a la universidad con una beca, vivían juntas ,trabajaban en el mismo sitio y guardaban el secreto que su madre les había revelado cuando apenas llegaron a América: ambas, al igual que ella misma eran una especie de vampiros, mejor conocidos en Filipinas como Manannangales…al principio odiaron a su madre por haberles legado tamaña maldición aunque con el paso del tiempo, el monstruo dentro de ellas las obligo a buscar alimento y así las dos comenzaron a atacar a los humanos y todo hubiera sido perfecto hasta la llegada de los hermanos Winchester…pero como siempre la rueda sigue girando esta vez les toco a ellos estar abajo…literalmente abajo.

—Eres muy guapo—susurro la pelinegra en la oreja del menor de los Winchester a la vez que palpaba su musculoso pecho, el hombre la miro con una sonrisa—podría hacer esto toda la noche—

—Que coincidencia…yo también—rio Sam acostado en la cama con la mujer montada sobre su cadera, ya llevaban una hora jugueteando desde que habían salido de la cafetería donde la mujer lo había invitado al terminar su turno—fue una suerte que terminaras antes tu trabajo—

—Claro, es que mi turno de hoy lo era—rio frotándose un poco mas contra su cuerpo, la verdad era que su turno no terminaría hasta muy entrada la noche pero si era necesario recibir una reprimenda en su trabajo ella feliz lo haría pues su plan para vengar a su hermana estaba saliendo muy bien—una verdadera suerte—

La mujer sonrió inclinándose para besarlo en los labios mientras acariciaba su cuello, toco su piel sintiendo bajo las yemas de sus dedos como la sangre se movía a través de sus venas, olía delicioso y su cuerpo era sencillamente perfecto casi le daba un poco de pena tener que matarlo…pero solo un poco, debía esperar a que el humano bajara la guardia y podría hacerle algunas cosas bastante divertidas, aunque muy dolorosas desde su perspectiva. Volvió a incorporarse quitándose la blusa, disfrutando de la mirada que el cazador le estaba dando, se sabía hermosa…y esa iba a ser la perdición del hermano menor de los Winchester, su primer error había sido fijarse en una completa extraña, el segundo aceptar ir a su casa y el tercero pero no menos importante: matar a su hermana.

Volvió a bajar sobre su cuerpo alegrándose que fuera tan bien parecido, volvió a besarlo a la vez que estiraba su brazo por debajo de la almohada y cogía una jeringa …había visto eso en una película pero no podía recordar cual era, aunque ella les clavaba un picahielos en vez de clavarles una jeringa llena de anestésico, quería echarse a reír pero eso mataría la sorpresa y la sorpresa iba a ser su mejor arma.

—Me encantaría presentarte a mi hermana ¿sabes?—la criatura se levanto manteniendo oculta la jeringa en su puño—era una chica hermosa—

—Supongo que estaría bien—Sam sonrió un poco incomodo por el comentario de la mujer, el solo quería pasarla bien, no casarse con ella—me encantaría conocerla—

—No te preocupes…lo harás—Alyssa volvió a sonreír un segundo antes de clavarle en el cuello, justo en el lugar donde sus dedos habían estado palpando en busca de la arteria, Sam no pudo siquiera defenderse…la sorpresa había estado del lado de la mujer que rápidamente se alejo de Sam quien se incorporo llevándose las manos al cuello—supongo que no estarás familiarizado con la terminología médica así que te lo explicare: acabo de inyectarte anestesia suficiente para dormir a un caballo, en tu caso podría ser perjudicial pero estoy dispuesta a correr el riesgo, después de todo mi objetivo no eres tu…sino tu hermano—

— ¿¡Q—Quien eres tú!?—exclamo lanzándose sobre ella pero esta hábilmente se hizo a un lado, Sam cayó al suelo sintiendo como la respiración comenzaba a fallarle—yo…yo te…—

—Dudo que en tu estado puedas hacer algo más que intentar respirar...pero no te preocupes por nada mas, el que debería preocuparse es tu amiguito el ángel—Sam intento levantarse pero notaba como respirar se le estaba haciendo más difícil—¿te cuesta respirar no? Eso pasa cuando te  dan una sobredosis, lamento eso, no me caes tan mal y eres guapo…pero te necesitaba fuera de combate para matar a tu hermano…ya que ustedes mataron a mi hermana—

—Nosotros…no hicimos…no matamos humanos—los ojos estaban comenzando a cerrársele al mismo tiempo que la mujer se ponía el vestido que minutos antes el mismo le quitara—te matare…si tocas a Dean—

—Lo sé, el ángel lo hizo…me lo dijo un pajarito—la mujer llevo sus dedos a su boca y silbo, al instante un pájaro idéntico al que encontraran achicharrado cerca del impala se poso en su brazo, los ojos de Sam se abrieron al darse cuenta de lo que iba a pasar— ¿te gusta? Mi hermana y yo los criamos, siempre hay uno o dos con nosotras, este es el hermano del que el emplumado quemo...lo vio todo y aunque no me dijo como ustedes, estúpidos humanos pudieron asesinar a Victoria pero no importa obtendré mi venganza de todas formas…adiós, Sam, fue un gusto conocerte—

La mujer abandono la habitación segura que Sam perdería pronto el conocimiento, le había administrado una sobredosis anestésica que le provocaría un paro cardiorrespiratorio en cualquier momento, algo que le molestaba no poder presenciar pero se dijo a si misma que succionarle la sangre hasta la muerte a su hermano mayor valdría la pena, sabía que era inútil ir de frente contra algo tan poderoso como un ángel pero si podía atacar a su débil pareja y a su aun mas inofensivo hijo, al que convertiría en su platillo principal.

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Desde que tenía memoria, Dean sabía que quería formar una familia, pero el tiempo le había enseñado que aquello era imposible para él, no quería poner en riesgo a nadie que amara, ya suficiente tenia con preocuparse por Sam como para agregar a la lista una familia, sin embargo, como muchas otras cosas en su existencia la vida misma se había encargado de hacerle saber que nada era del todo imposible pues… ¿Quién en su sano juicio creería que el podría embarazarse? Ni el mismo lo creía todavía pero allí sentado junto a una niñita que lo escuchaba completamente cautivada con cada historia que le contaba le hacía cuestionarse completamente su idea sobre que jamás podría llegar a convertirse en padre.

— ¿De verdad el tío Sam colecciona muñecas?—Dean ahogo un suspiro al ver a la niña ladear la cabeza de la misma forma que su padre—¿para que las quiere?—

—Ni idea, pero lo hacen feliz y con el tiempo aprenderás a quererlo—rio pensando en lo que diría el otro si lo oyera—si eres buena chica quizás hasta te deja jugar con ellas—

— ¿Papá jugara conmigo?—pregunto la rubia poniéndose de pie y abrazando al ojiverde que la abrazo también—no creo que al tío le moleste ¿verdad?—

—No, muñeca, tu tío va a emocionarse cuando le hables de eso…nena ¿Qué te pasa?—Dean había comenzado a sentir que algo no iba bien, la niña había aflojado su agarre y su cara antes sonrosada estaba comenzando a palidecer—¿Te sientes bien?

—P—Papá…me siento…muy mal…—la tomo en sus brazos, aterrándose al darse cuenta que su cuerpo iba perdiendo el calor—tu dijiste que…no te desharías de mi…—

—Cariño…yo jamás haría eso—murmuro apretándola contra su pecho, no sabía que hacer y eso le desesperaba, de pronto tuvo una idea: debía pedirle ayuda a la doctora West, se concentro con todas sus fuerzas en despertar y mientras aun sostenía entre sus brazos el pequeño cuerpo de su hija abrió los ojos encontrándose con algo que por poco le hace vomitar, agazapado cerca de la cama se hallaba un ser alado que al parecer le estaba succionando la sangre con su larga lengua, la cual le había introducido por la boca, evitando como pudo las ganas de vaciar su estomago cogió la lengua del monstruo y la saco de un tirón de su garganta

— ¡Maldita sea!... ¿no crees que vamos un poco rápido?—intento bromear pero se sentía verdaderamente asustado de que pudiera perder a su hija, necesitaba ir de una vez al hospital pero era obvio que esa criatura no le dejaría irse tan fácil, disimuladamente saco el arma que siempre guardaba bajo su almohada y le apunto al monstruo—no suelo besar así a alguien o algo que acabo de conocer—

—¿Crees que esa tonta arma me hará daño?—pese a su horrible apariencia Dean pudo reconocer la voz de una mujer…una que había oído hacia poco—eres más tonto de lo que creí…aun no puedo creer que ustedes hayan asesinado a mi hermana—

—Así que ese pedazo de carbón era tu hermana, puedo ver el parecido…o mejor dicho, olerlo…retrocede o te llenare de plomo tu horrenda cara—sin dejar de apuntarle se levanto en un intento de llegar hasta la puerta—te dejare más fea de lo que estas—

— ¿Fea?...tu hermano no pensaba lo mismo—la criatura volvió a acercarse mientras recitaba entre dientes una especie de hechizo, su rostro regreso a la normalidad y Dean tuvo que apoyarse en la pared para no caer—pero supongo que las opiniones de un muerto no importan demasiado ¿o sí?—

— ¡T-Tu…maldita! ¡¿Qué has hecho con Sam?!—Gruño reconociendo en el monstruo a la mujer con la que Sam se marchara—Cuando te ponga las manos encima… ¿Dónde está mi hermano?—

—Supongo que muerto, tuvo una muerte menos dolorosa de la que te daré a ti y a esa mocosa que tienes en…¡¡AAHH…!!—si de algo podía enorgullecerse Dean era de su buena puntería y la criatura se entero de primera mano pues al acercarse al cazador este le había disparado sin pestañear, destrozándole uno de los ojos—¡¡Maldito perro!!—

Otro disparo y el monstruo perdió el ojo que le quedaba, enfurecido embistió contra el humano y mostrando su gran fuerza lo lanzo a través de la ventana, el cuerpo del rubio atravesó el vidrio antes de caer al duro pavimento, en otras circunstancias a Dean no le hubiese importado incorporarse y seguir con la pelea pero el pensamiento de que su pequeña estuviese herida lo paralizo por completo, si no se equivocaba ese monstruo ya podría haberle succionado toda la sangre y ahora ese golpe no podía significar nada bueno…se sentía un inútil ,quería ponerse de pie para pelear, además, necesitaba saber que su hermano pequeño estaba bien…rogo con todas sus fuerzas que Castiel oyese su oración y viniese a ayudarle pero en cambio fue otro ángel el que apareció entre la criatura y Dean

—No sabía que tuvieses una plaga de murciélagos—por primera vez en su vida Dean se sintió agradecido de que Gabriel se hubiese materializado frente a él—uuy…además está bastante feo—

—Gabriel…ayuda a Sam, yo puedo solo contra ese monstruo—a duras penas el rubio se incorporo lo suficiente para volver a apuntarle a la criatura—Sálvalo…por favor—

— ¿Eh?... ¿Sammy está en peligro?—el rostro del ángel mostro autentico terror—¿Dónde está?—

—No lo se…esa maldita debe haberle hecho algo pero no creo que vaya a decirnos algo—

—Es obvio que no me conoces, rubito—Dean iba a argumentar algo pero la mirada en los ojos dorados del bromista le hizo callarse—quizás debas cubrirte los ojos…no creo que a mi hermano le agrade si te dejo ciego—

Antes que pudiese preguntarle a que se refería con eso el cuerpo del ángel comenzó a emitir un brillo parecido al que usara Castiel para freír al ave que había querido atacarle, pero si había que ser sincero no podía ni soñar con comparar aquella luz con la del ojiazul, quizás se debiese a que Gabriel era de una rango superior pero lo cierto fue que la luz de su cuerpo era como la de una estrella, a pesar que Dean se cubrió los ojos el fulgor era demasiado fuerte y a punto hubiera estado de quedarse ciego como el monstruo de no ser por la sorpresiva llegada de Castiel que cogiéndolo entre sus brazos lo llevo al hospital

— ¡Cass!... ¡Ve por Sammy!—exclamo apenas el ángel lo soltó—esa hija de puta era el monstruo y Sam estaba con ella y…—

—Dean, respira… ¿de qué estás hablando?—el ángel lo sujeto por los hombros asustado de ver al ojiverde tan pálido —¿Te encuentras bien?—

— ¡Maldita sea, Cass! Estoy bien—a duras penas se separo del moreno y abandono la habitación a la que lo había transportado, salió al pasillo en búsqueda de la oficina donde guardasen la información de los trabajadores del lugar pero en cambio se encontró con algo mejor: la doctora West choco con el—¡doctora! ¡Necesito su ayuda!—

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Ya no podía respirar la mujer le había inyectado una gran dosis de algo que había paralizado su cuerpo, sentía como el corazón comenzaba a palpitarle de forma irregular y un extraño dolor en el brazo le había indicado que estaba a punto de darle un paro cardiaco, moriría y no podría jamás conocer a su sobrina o lo peor morirían ambos…esa criatura iba tras Dean en un intento de vengar a su hermana asesinada y culpaba a Castiel de ello

—S—Si…llego a…salir de esta—pensó tumbado en el suelo notaba como los ojos se le iban cerrando, en ese momento sintió un poco de envidia de que Dean tuviese un ángel, estaba seguro que Castiel salvaría a su hermano pero él en cambio no tenía a nadie…el moriría en ese lugar o eso pensaba hasta que una cálida luz lo envolvió por completo, el miedo que sentía de morir se extinguió de inmediato y en cambio fue sustituido por una calidez que jamás sintiera antes—así que esto es morir—

—No morirás, Sammy, no por lo menos hoy—aquella voz, estaba seguro que la había oído antes…alguien estaba abrazándole y el no pudo evitar abrazar también al dueño de aquella voz, se sentía tan protegido…podía sentir unas plumas rozando el dorso de sus manos—Si quieres puedo llevarte al cielo de otra forma mucho más divertida—

El desconocido rio y aquel sonido fue lo que le faltaba para sentirse completo, quería abrir los ojos y descubrir a su salvador pero se sentía tan a gusto que solo se dejo abrazar…luego solo se durmió.

Notas finales:

Continuara...


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