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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus personajes me pertenecen...si eso pudiese ser me quedaria con Dean...jajajaja

Lamento no haber actualizado pero estaba bloqueada y milagrosamente eso termino...ademas me sentia algo mal de ver tan pocos reviews...lo siento!!

Dean entro al baño viendo fijamente a su enemiga, sabia cuanto ella lo odiaba, pues en cada ocasión en que se encontrasen se había asegurado de romper cada una de sus esperanzas y sueños, el rubio ya se sentía bastante desesperanzado sin ella así que no se sentía demasiado a gusto de volver a verla pero sabía que debía hacerlo, la doctora West prácticamente se lo había ordenado así que no le quedo mas remedio. Sam no sabía a lo que pronto su hermano mayor debía enfrentar y eso era algo que el rubio agradecía pues no estaba seguro de cómo reaccionar si el estuviese con él, respiro profundo antes de dar el siguiente paso y recurriendo a todo su carácter Winchester pudo por fin poner un pie…en la balanza del baño.

– ¡¿Qué?! Maldita sea…¡¡esto no puede ser cierto!!– Grito sin darse cuenta y casi al segundo apareció en el baño su ángel acompañado de Sam que llego corriendo– ¡no puede ser…!–

– ¿Dean, estas bien?– cuestiono el pelilargo mirando a su alrededor, su hermano solo llevaba puesto un pantalón de pijama y miraba hacia abajo con gesto asustado, sin obtener respuesta camino hasta llegar a su lado y observo lo que el también estaba mirando– Has subido casi 7 kilos…creí que era algo mas importante –

– ¿¡Que no es importante!?¡Mi vida está acabada!– exclamo alejándose del aparato no sin antes lanzarle una mirada de ira– parezco una ballena…si sigo así ya no podre salir de la casa– gruño abandonando el baño para volver al cuarto, tras el Sam y Castiel se miraron intentando comprender lo que le molestaba al rubio– cada vez que salgo la gente se me queda mirando como si fuera un fenómeno…y, demonios, me siento como uno–

El cazador se metió a la cama y se cubrió con las mantas, sin saber que decir, Sam, salió de la habitación mientras el ángel se sentaba en la orilla de la cama. Castiel no comprendía bien que cosa era lo que le molestaba al humano, según tenía entendido , gran parte de la felicidad de las madres mientras estaban encinta era que su pareja estuviese allí para ellas y el había estado todo el tiempo junto a él. El rubio y su hermano habían tenido que dejar de cazar criaturas durante un tiempo pues el extraño embarazo del mayor no les dejaba saber cuánto tiempo quedaba antes del parto y Sam había decidido que no quería que eso les sucediera en medio de una cacería.

– ¿Puedo hacer algo por ti, Dean?– se quedo mirándolo con ojos de cervatillo, no entendía que molestaba tanto a su humano, para él su físico era simplemente perfecto, no iba a negar que estaba algo más ancho pero eso no impedía que se excitara como un adolescente cada vez que lo besaba– ¿Quieres algo de comer?–

– Lo único que quiero es que Mary salga de una vez…Cass, no quiero verme como una vaca, ni que la gente se me quede viendo en la calle cuando salgo– se quejo dándole la espalda y acostándose en posición fetal– además…estoy asustado…¿Qué pasara cuando ella nazca? No tenemos una vida de cuento y no quiero que ella pase por todo lo que nosotros hemos pasado–

– Mary estará bien, ella es una nephilim, pocas cosas pueden lastimar a uno, además, son muy fuertes– Dean se giro para ver al castaño– No hay porque preocuparse, Gabriel y Sam la cuidaran mucho–

– Aun así, todavía tenemos el problema de tus hermanitos Lucifer y Michael…Cass ¿y si ella me odia por criarla en esta vida? Cuando Sam era un niño huyo de mi…– Castiel suspiro, a pesar de no necesitarlo, Dean otra vez estaba hablando sin parar, cogió su mano tratando de infundirle seguridad, gesto que al parecer funciono pues el rubio automáticamente cerro la boca

– Todo estará bien mientras nos mantengamos alejados de ellos, no van a localizarnos gracias al sello que les puse, Mary te ama y estoy seguro que jamás se alejaría de ti y si eso llega a pasar yo te la devolveré ¿está bien para ti, Dean?–

– Debo estar volviéndote loco, sé que me he puesto paranoico con todo esto…gracias por aguantarme– le ofreció una sonrisa tímida mientras apretaba su mano– intentare tranquilizarme... ¿podrías traerme algo de pastel?–

– Lo que tú quieras, iré a buscarlo– antes de abandonar el cuarto el ángel se inclino en la cama para depositar un beso en su boca luego desapareció para volver a aparecer en la cocina, sin embargo, la cocina no estaba vacía como había creído al principio: Sam se quedo congelado sentado en la encimera con Gabriel entre sus piernas.

– N-No es lo que tú crees…esto se ve extraño pero…– el pelilargo quiso bajar del mueble pero el rubio se lo impidió sujetándolo– vamos… ¡Gabe!–

– Sammy…no te preocupes mi hermanito sabe que nosotros estamos juntos– el arcángel rio besándole la barbilla– ¿Qué quieres, Cass?–

– Dean quiere comer pastel– contesto el ángel con gabardina antes de dirigirse al refrigerador y buscar en su interior un trozo de pastel, después busco un tenedor que coloco al lado –les recordare que Dean no puede estresarse así que intenten hacer sus demostraciones de afecto en otro lugar–

Después de decirles aquello el ángel volvió a desaparecer, Sam se quedo mirando el lugar donde el ojiazul estaba, sus mejillas se habían tornado rojas y el ángel entre sus piernas lo miraba con una pequeña sonrisa, el humano se sentía avergonzado de que Castiel los hubiese encontrado en esa posición, sabía que él no le diría nada a su hermano pero aun así estaba incomodo, volvió a intentar empujar a Gabriel pero fue casi tan imposible como empujar una pared de concreto

– Sammy ¿Qué pasa? Sabes que él no nos delatara con el rubito– viendo la incomodidad de su humano el ángel se  alejo dándole espacio para bajar de la encimera– ¿Qué es lo que te molesta?–

– No estoy seguro…quizás sea que no tengo muy buena experiencia al ocultarle cosas a Dean, le estamos ocultando esto y el hecho que esa bruja sigue viva– suspirando, el humano camino hacia el refrigerador y saco una botella de agua– necesito leer unos libros–

El arcángel se quedo solo en la cocina, mirando el lugar en el que antes estuviese besando a su pareja, se sentía como una mierda, las cosas que había hecho antes de conocer a Sam habían regresado de su pasado para morderle el trasero, pero ni loco iba a decirle que conocía la verdadera identidad de lo que ellos llamaban “bruja” ,sabía que si llegaba a decirle algo a Sam o a Castiel ambos se enfadarían con el porqué era toda su culpa que aquel ser continuara con vida, bueno…él y su maldita entrepierna.

Recordaba claramente la misión que Dios le encomendara y esta era la de destruir a los hijos que los Grigori habían concebido con las mujeres mortales, algo que para él no tuvo mayor inconveniente pues él y sus hermanos habían sido testigos de la destrucción que los nephilim causaron en la tierra ,el era uno de los más poderosos y destruir a esas aberraciones fue como aplastar a un mosquito pero cuando se encontró con Adira la misión paso a segundo lugar, esa  mujer lo miraba como si pudiera enfrentarse a él y no había cosa que más le gustara al rubio que los retos divertidos y esa nephilim le dio un buen rato…primero peleo contra él y luego…pues luego todo fue más divertido, tanto que quiso conservarla con vida, incluso si eso violaba la orden de su padre…Adira fue la única nephilim que sobrevivió.

– Debí matarla en ese momento, si el llega a enterarse me odiara– susurro pensando en el menor de los Winchester, imitando a su hermano también desapareció para luego volver a materializarse en el sitio donde el pelilargo se hallaba leyendo un libro, se quedo en silencio mirándolo, odiándose a sí mismo por haber tomado decisiones que podrían significar perderlo a él y a su todavía no nacida sobrina.

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Después de devorar el trozo de pastel que Castiel le trajera Dean se sintió un poco más animado y decidió que no le haría ningún mal salir a caminar un rato, sabía que su aumento de peso solo era su culpa, así que el único camino que tenía antes de salir rodando era ponerse a hacer un poco de ejercicio. Se vistió con la ropa que aun le entraba y salió de la habitación, el ángel se había marchado para buscar algo más de información sobre no-se-que criatura así que él estaba en pleno uso de la libertad que aun tenía antes que naciera su pequeña. Bajo las escaleras en silencio y se asomo en la sala encontrándola vacía, supuso que Sam estaba leyendo algún libro de Bobby así que no se molesto en avisarle que iba a salir, después de todo el aun era el gran Dean Winchester, el puto amo de todos los cazadores y no existía criatura que pudiera con él.

Afuera estaba algo frio pero no lo suficiente para regresar y buscar su chaqueta, así que opto por seguir caminando. La propiedad en la que Bobby vivía estaba rodeada por automóviles que necesitaban reparación o derechamente debían irse al triturador de chatarra, no era un sitio agradable para la mayoría pero para él, que amaba los autos era un sitio espectacular. Camino entre los autos unos minutos antes de decidir que ya había tenido demasiado de ellos y que sería un mejor paseo si iba al lago que estaba a algo así como medio kilometro desde la casa de Bobby. Había visto el lugar un par de veces y sabía que en esa época era muy bello, rodeado de vegetación en la que las aves escondían sus nidos.

Desde que se enterara que llevaba en su interior a Mary habían pasado cerca de un mes, todo había pasado tan rápido que a veces se preguntaba si no estaba metido en una de las alucinaciones que Gabriel les provocaba, pero cada vez que veía a la pequeña su corazón se llenaba de tanta dicha que de alguna forma sabia que eso jamás en la vida podría provocarlo una ilusión y menos una de ese odioso tipo. Rio para sí mismo pensando en la idiota mujer que pudiese interesarse en el ángel, después de todo había que estar demente para soportar sus bromitas, el se sentía feliz de tener a Castiel, el ángel podía ser raro pero desde que lo conociera podía estar seguro que ya no se sentiría solo nunca más y que el ojiazul siempre estaría allí para ayudarle a llevar la carga que tenía en sus hombros, algo que aunque no se lo dijera, lo llenaba de agradecimiento. Sin miedo a equivocarse podía decir que Castiel era una de las mejores cosas con las que se topara como cazador.

El viento a su alrededor se hizo más frio y Dean se arrepintió de no haber regresado a buscar su chaqueta, se alegraba de no estar tan lejos de la casa porque así podía regresar, tomarla y volver a salir sin que nadie notara su ausencia. Dio media vuelta solo para darse cuenta que al estar pensando en su querido ángel de la guarda no se había dado cuenta que el lugar en el que estaba caminado ya no era el sitio que creyera, el lugar era una especie de ciudad o pueblo con casas hechas de piedra, el sitio estaba prácticamente en el suelo pero aun así se podían diferenciar claramente cada construcción. Receloso camino por el lugar, buscando en su bolsillo una pistola que empuño a la vez que tragaba saliva, se sentía estúpido por no haberse dado cuenta que estaba caminando hacia una trampa, no estaba seguro si el cielo o el infierno iba a proclamarse campeón de haberle tendido una emboscada, pero si sabía que no iba a caer sin pelear, repentinamente un ruido a su izquierda lo hizo apuntar en esa dirección y camino hacia lo que parecía un establo, una pequeña sombra salió de entre las ruinas y fue a estamparse contra él, Dean soltó un grito y le disparo a la criatura que alejo graznando.

– ¿Un cuervo? Qué suerte que Sam no esté aquí o me molestaría por siempre– rio nervioso, el sonido que hacia el ave no lo tranquilizaba del todo ya que le recordaba a aquella bruja que Castiel eliminara– con esto de Mary me he vuelto demasiado paranoico–

– ¿Mary, verdad? Es un bonito nombre– la sonrisa en el rostro del rubio se transformo en una mueca de asombro, volteo rápidamente solo para encontrarse con aquella sonrisa que lo atormentara muchas veces en sus sueños, cada vez que Dean abría los ojos se sentía tonto pues estaba seguro que Castiel había acabado con ella– Dicen que las cosas con lindos nombres son deliciosas, pero ese es un dicho de brujas…personalmente yo me he comido cosas con nombres horribles y puedo decirte que son exquisitas, quizás tu hija me demuestre lo contrario–

Dean negó viendo a la bruja que creyera muerta…la criatura sonreía saboreando la comida que tendría en unos instantes.

Notas finales:

Continuara...


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