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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus infartantes personajes me pertenecen...si pudiera elegir que alguno lo hiciera seria...mmm...¿todos? jajajaja

Cuando vio que su hermano se había llevado a Dean, Gabriel por fin pudo pelear como él quería, dejo salir sus alas y se lanzo contra el otro ángel en un intento de acabar con él y cualquier cosa que pudiese revelarle a los hermanos Winchester sobe el pasado que quería olvidar. Al principio había pensado que Aziel no sería ningún problema, pero a cada segundo el ángel le demostraba cuan equivocado estaba, el pelinegro peleaba bien, casi a su mismo nivel y en muchas oportunidades estuvo a punto de herirlo.

—Vaya…el gran arcángel Gabriel no puede derrotar a un simple ángel—se burlo el pelinegro alejándose del rubio unos cuantos pasos—veo que tu estancia en la tierra te ha convertido en un completo inútil—

—Sigue hablando, Aziel, no dejare que vuelvas a acercarte a mi familia—gruño Gabriel dando un paso hacia el otro—no dejare que asesines a mi sobrina—

—Ahora que lo dices esa aberración también es mi sobrina ¿o habías olvidado que todos nosotros somos hermanos?—sonrió cambiando su espada de mano—el destino es muy extraño…dime ¿Castiel en verdad es pareja del rubio?—

—Mary y tú no son familia, maldito bas… ¡espera un segundo! ¿Por qué quieres saber si Dean y Cass son pareja?—

—Tómalo como una duda profesional, cuando elimine a la aberración me encargare de Castiel y después pasare un rato divertido con el recipiente de Michael ¿Qué te parece? Ahora puedo hacerme una idea sobre la razón por la que los Grigori cayeron…los humanos son una pérdida de tiempo pero Winchester es…ya deberías saberlo, diferente—

—Por mas asco que me cause el pensar en esos términos en mi cuñado te lo diré de una sola vez para que lo entiendas: Dean Winchester, está totalmente fuera de tu alcance, el es la pareja de mi hermanito Castiel…además ¿no se supone que tu eres el imbécil que se encarga de eliminar a los ángeles que se “relacionan” demasiado con los humanos?—eso sí que era extraño, a Gabriel no le asombraría si ahora se aparecía allí su hermano Lucifer en persona bailando con un tutu rosa—¿o es que tu también planeas huir del cielo para buscar algo de diversión entre las piernas de, te cito textualmente “asquerosos humanos”?—

—No planeo traicionar al cielo como tu dijiste, solo llámalo una cana al aire…creo que así se decía, pero ya debes saber lo que significa, ese humano es intrigante, quiero saber cómo se siente eso del sexo humano—si Gabe había pensado que no podía estar más asqueado se dio cuenta que eso recién comenzaba al ver a Aziel guiñarle un ojo…dios, eso no podía estar pasándole—luego me desharé de el—

—Eres un idiota, estoy seguro que el cielo no necesita más idiotas de los que ya tiene, así que no creo que le moleste a nadie si te elimino—

— ¿Por qué estás seguro que será fácil? ¿Sabes? Yo no vine solo—los ojos de Gabriel se abrieron un poco cuando vio aparecer un hombre y una a mujer parados a cada lado del ángel, ambos sostenían espadas mata-ángeles—es una pena que tu no tengas a nadie más para apoyarte, será tan fácil eliminarte que casi me da un poco de lastima por el poderoso Gabriel—

—Entonces no pierdas tu tiempo sintiéndola—los ojos de Aziel se abrieron como platos al oír la voz de la mujer que se suponía había atravesado el mismo con su espada, Adira lo miraba con una sonrisa en su perfecto rostro—tus superiores deberían sentirse avergonzados de ti— 

— ¿Cómo continuas con vida, aberración?—pregunto el pelinegro frunciendo un poco más el ceño—estoy muy seguro que te atravesé con mi espada—

—Primero: no soy una aberración, mis padres se querían lo suficiente para traerme a la vida y segundo: no me mataste exactamente a mí, sino a uno de mis sirvientes—con un movimiento de cabeza la mujer les señalo el cuerpo que comenzaba a descomponerse rápidamente—te hare pagar por ello—

—En tu defensa puedo decir que me has sorprendido, pero eso no durara—los asistentes de Aziel se alejaron de su jefe cada uno para atacar a Gabriel y a Adira pero cuando iban a dar un paso hacia ellos el arcángel extendió su mano derecha y chasqueo sus dedos, al instante Adira y el desaparecieron para volver a materializarse en el camino en el que la bruja secuestrara a Dean. La mujer se alejo unos pasos del rubio mirándolo con sospecha en sus ojos, Gabriel le obsequio una sonrisa traviesa antes de guardar su espada y sacar en cambio una paleta de dulce.

—Veo que aun sientes placer por comer esas cosas dulces—

—Soy culpable, sabes bien cuanto me gustan las cosas dulces—

—Lo sé, te gustan demasiado, tanto que estoy deseosa de saber que dirá el rubito cuando se dé cuenta de tus intenciones para con su “dulce” hermano menor—Adira soltó una carcajada alejándose unos cuantos pasos del otro—aprendí bien de ti, Gabriel, pero quiero que sepas que nuestra pequeña historia juntos no me detendrá de ir tras ese delicioso bebé—

—Estoy seguro que lo harás, querida, pero también estoy muy seguro que sabes que te destrozare miembro por miembro si llegas a acercarte—el rubio la miro tratando de recordar que lo había atraído de la nephilim en primer lugar, pero ahora que sus camino se encontrara con el de Sam no estaba muy seguro, era cierto que la mujer era muy hermosa pero no podía ni llegar a imaginar compararla con su Sammy—entonces ya que estamos de acuerdo en esos puntos… ¿tregua?—

—Tregua, por lo menos hasta que nos libremos de ese jodido ángel—rio la mujer otra vez dando media vuelta para desaparecer como humo llevado por el viento.

Gabriel se quedo mirando el lugar unos segundos antes de dirigirse a la casa donde los hermanos estaban quedándose a la espera del inminente nacimiento de su pequeña sobrina. Cuando llego se encontró con el lugar vacio, la verdad es que esperaba encontrarse a los hermanitos Winchester allí y muy probablemente a su hermanito pero hallar el lugar vacio, lo inquieto de veras ¿algo le había ocurrido a Dean? ¿Algo que lastimara a su pequeña sobrina? Dios, no quería pensar en eso pero no se le ocurrían muchas opciones para que la casa estuviera vacía, sabía que el humano en silla de ruedas estaba de viaje y que regresaría en algunos días, Sam se lo había dicho una noche mientras estaban sentados en el techo de la casa mirando las estrellas, por el momento.

 Gabriel se había conformado con solo mantenerse cerca de su “alce” a la espera que se sintiese lo suficientemente cómodo como para pasar al siguiente paso de su relación, en el pasado Gabriel había actuado de manera egoísta con todos sus amantes pero al conocer a Sam Winchester pudo darse cuenta cuan especial y diferente era el humano, al principio quiso alejarse de el para no perder su independencia, pero cada vez que intentaba poner distancia entre ambos su maldito pecho le dolía haciéndole saber que no importaba cuanta distancia pusiera entre él y el castaño, jamás podría sacarlo de su corazón, sabía que Dean pondría el grito en el cielo apenas se enterara de lo que estaba pasando prácticamente bajo sus narices pero no le importaba lo que dijera el rubio sobre la relación que mantenía con su hermanito, él quería a Sam de verdad. Suspirando iba a dirigirse hacia la sala para ver la televisión cuando un ruido llamo su atención, el sonido provenía de la planta alta y allí se dirigió el arcángel, apareció frente a la puerta de la habitación donde Dean había estado durmiendo y abrió la puerta solo para encontrarse con la escena más bella que hubiese podido imaginar en toda su vida.

—¡Gabe, ven a conocer a tu sobrina!—exclamo Sam sosteniendo delicadamente un pequeño bultito entre sus brazos, el arcángel se acerco hechizado por la dulzura de su gesto, sabía muy bien que cualquier cosa que Sam le pidiese él se la daría sin cuestionar nada, si al humano se le ocurría pedirle la luna él se la bajaría con una sonrisa en la cara, sonriendo camino hasta llegar a su lado y vio lo que el cazador sostenía—te presento a Mary Winchester ¿no es preciosa?—

—Es demasiado hermosa… ¿estás seguro que Dean es el padre?—

—Ja, Ja, Ja…que gracioso eres, plumero—se quejo el rubio desde la cama en donde estaba acostado, a su lado Castiel se apresuro en arreglar la sabana que lo cubría        —Cass, ya te dije que estoy bien…la doctora dijo que podía volver a hacer mi vida normalmente—

—Lo sé, Dean, pero quiero cuidarte, hace poco pasaste por una situación estresante y en internet dice que eso no es saludable para las madres—

— ¡Mierda, Cass! Ya te dije que no soy una mujer, puede que haya dado a luz a Mary pero eso no me hace una—gruño el rubio mientras hacia un puchero, Sam rodo los ojos antes de devolverle la pequeña a su hermano—aquí está mi bella princesa, cuando seas más grande te enseñare como tolerar a tu padre—

—Esa será una tarea bastante difícil, bien, puede que ya tengan la respuesta a esto pero de todas maneras se los preguntare ¿Qué harás cuando la nena tenga hambre? no veo que mágicamente te hayan salido pechos—pregunto el arcángel mirando fijamente al rubio que a su vez miro a su hermano menor—pues…esas miradas parecen indicar que no—

—No lo habíamos pensado, de hecho creo que no nos habíamos preguntado eso en ningún instante— reconoció Sam sentándose al lado de su hermano, acerco su dedo al rostro de la pequeña que al instante se giro hacia el—al parecer tiene hambre, llamare a la doctora West para preguntarle, es una suerte tenerla ayudándonos—Sam salió de la habitación—volveré en un minuto—.

—Cass, tengo hambre ¿podrías traerme algo de tarta de manzana de ese lugar que me gusta?—le obsequio al ojiazul una de sus encantadoras sonrisas al ángel que asintiendo desapareció dejando solos a Gabriel y al cazador—bien, ahora que estamos a solas quiero que me expliques lo que la supuesta bruja y ese tipo dijeron—

— ¿A qué te refieres, cuñado?—eso no podía estar bien, el rubio conocía el temperamento de Dean y podía hacerse una idea cuan enfadado estaba porque Castiel y su hermano le ocultaran cosas, así que no debería estar muy contento que el también hubiese ocultado ciertas cosas…cosas grandes— ¿Sabes? Mary es una niña preciosa, cuando sea mayor tendrás que conseguir un rifle para quitarles a los chicos de encima—

—No te preocupes por mi princesa, sabes bien que tengo por lo menos tres rifles…estoy hablando sobre el hecho que dejaste vivir a la criatura que ahora está amenazando la vida de mi pequeña—Gabriel sabia que tendría que enfrentarse a esa conversación en algún momento pero esperaba que eso sucediera en por lo menos… ¡nunca!—Adira, como debes haber notado es preciosa y tan ardiente…se que debí haberla eliminado hace mucho pero he estado muy ocupado en otras cosas—

—No creo que hacerle bromas a los idiotas sea un trabajo muy demandante—Dean suspiro cambiando a Mary a su otro brazo—puedo hacerme una idea porque no cumpliste tu trabajo…realmente estaba furioso contigo en el momento que esa perra me lo dijo pero…si ella no hubiese estado con vida, Mary jamás hubiese existido, no digo que este feliz de que ella este tras de nosotros—

—Vaya, parece que ser mad…digo, padre te ha hecho madurar—rio Gabriel acercándose para mirar a la pequeña—de verdad es una preciosura…¿sabes? Yo también quiero hacerte una pregunta—

—Supongo que no importa si te digo que no porque me vas a preguntar de todas maneras, así que solo dispara—

— ¿Por qué el idiota de Aziel esta tan interesado en ti?—

— ¿A-Aziel? Pues no estoy muy seguro, ese sujeto es muy extraño—murmuro Dean a modo de respuesta—supongo que es eso…si, debe ser eso—

—Sabes que no naci ayer, Aziel quiere algo más de ti y estoy muy seguro que eso involucra que tu no tengas nada de ropa—Gabriel supo que había dado en el clavo cuando vio al humano sonrojarse un poco—estoy esperando, no puedo ayudarte si no me lo dices—

—Bien, pero te rociare con aceite y te prenderé fuego si le dices algo a Cass ¿bien?—

—Comprendido, solo suéltalo—

—Pues…el imbécil tomo la forma de Castiel y me rescato…yo creí que era Cass así que…así que—el rostro de Dean se volvió rojo mientras bajaba la vista hacia su hija que estaba chupándose el pulgar—lo bese…y creo que lo hice malditamente bien—

— ¿Besaste a quien? ¿Quién es ese tal Aziel?—Dean levanto la mirada encontrándose con los fríos ojos azules de Castiel—dime Dean—

—¿Qué?...no me mires así, yo creí que el tipo eras tú…me engaño usando tu apariencia y yo estaba muy confundido así que lo bese, pero eso fue todo—aquello era una de las cosas más extrañas por las que el rubio había pasado, jamás en su vida se hubiese imaginado que Castiel fuese a ponerse celoso, pero al parecer eso era exactamente lo que estaba pasando, el ángel tenía el ceño fruncido y la mano que no sostenía la tarta que Dean le pidiera estaba firmemente cerrada—vamos, relájate, solo fue un beso—

—Pues no creo que un simple beso lo haya dejado tan deseoso por obtener algo más que otro beso—rio Gabriel ignorando la mirada furiosa del rubio—bien, debo irme…nos vemos—

El arcángel desapareció con un chasquido alegrándose de huir de la pequeña discusión que surgiera entre su hermanito y Dean, no sabía cuan celoso podía ser el otro ángel pero ese no era su problema, el tenia otras cosas que hacer y Sam formaba parte de la mayoría, se apareció en la cocina cuando Sam guardaba el celular en su bolsillo.

—Gabe, acabo de hablar con la doctora West, dijo que debíamos comprar leche de formula—el humano se sonrojo al reconocer la mirada depredadora del rubio cuando se acerco—estaba pensando que podrías acompañarme a buscarla ¿quieres?—

—Lo que tú quieras, mi lindo alce—

 

Notas finales:

Continuara...


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