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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus bellos personajes me pertenecen y todo eso... jajaja

Adira sabía que en cualquier instante tendría compañía, suponía que Gabriel se aparecería para intentar detenerla o matarla. Esta no era la primera vez que alguna de sus víctimas se resistía a su destino y no era la primera vez que tuviese que recurrir a un pequeño truco para obligarlas a hacer lo que ella quería. La sobrina de Gabriel no era diferente, por lo que ahora debía estar madurando muy…muy rápido, en algunos días más la niña seria una anciana y luego solo un cadáver.

La bruja podía decir tranquilamente que no se arrepentía de nada de lo que hubiese hecho para sobrevivir, era un mundo duro y lo era aun mas para alguien que estaba en la mira de todo el cielo por ser hija de un ángel y una humana. Sabía que sus padres se amaban tiernamente pero eso no le había importado en lo mas mínimo a Dios cuando envió a sus preciosos hijos para acabar con toda su raza, los ángeles habían matado a sus padres y solo por su ingenio al encontrarse con Gabriel había podido salvar su vida, desde ese momento juro hacer lo que fuera para poder vengarse del cielo y a través de los años descubrió que si devoraba a sus hermanos nephilim obtenía ciertos poderes y con el tiempo se dio cuenta que los ángeles no habían seguido la regla sobre no relacionarse carnalmente con los humanos…mataría dos pájaros de un tiro: obtendría alimento y se vengaría de todas las desgraciadas criaturas del cielo, quizás no podría atacar directamente al cielo pero si podría despojarlo de cuantos ángeles pudiese.

Miro a su alrededor, se encontraba en un bosque de abetos en Europa, no recordaba claramente en qué país se encontraba pero eso no le impedía disfrutar de la hermosura de aquel lugar. Le gustaba la soledad que le ofrecía aquel sitio, había vivido el tiempo suficiente para darse cuenta que no podía vivir con alguien más, ciertamente no estaba del todo sola pues tenía con ella a los sirvientes que convirtiera en espectros a lo largo del tiempo, pero ellos no servían para entablar una conversación que no girara en lo mucho que la adoraban, era una existencia solitaria y el único que la había quebrado era Gabriel. Una fría ráfaga de viento hizo que los arboles se inclinaran un poco, Adira miro hacia arriba intentando averiguar si comenzaría a caer dentro de poco nieve, sin embargo, sus pensamientos se vieron interrumpidos por la repentina llegada de alguien a quien realmente no se esperaba, el hermano de Gabriel la miraba con total seriedad.

— ¿Sabes? Deberías ser un poco más educado, ya sabes…con la mujer que tiene en sus manos el futuro de tu hijita—Castiel miro a la mujer sin emoción alguna mientras esta se acercaba, examinándolo—no he visto a la pequeña personalmente pero tal y como los otros bebes debe ser una mezcla entre el rubio y tu, debe ser una verdadera hermosura…bueno, los otros lo eran—

— ¿Cuánto tiempo has hecho esto?—la verdad es que Castiel no quería ni siquiera imaginar eso pero sabía que podía ser peligroso hacer enojar a la mujer, en ese momento averiguar la forma de salvar a su hija era lo más importante—Mi hija no es la primera—

—Tampoco será la última, alguna vez deberías probar el sabor que la carne…ohh es verdad, ustedes los ángeles no necesitan comer…pero es bueno saber que necesitan follar, si ustedes no se sintieran tan atraídos por los mortales yo no estaría aquí—la mujer se acerco con una sonrisa, aunque sin llegar a tocarlo y camino a su alrededor mirándolo detenidamente—eres un buen espécimen, es bueno saber que me traerás dentro de poco a tu hija ¿lo harás, no?—

—Te he hecho una pregunta, nephilim ¿Cómo puedo salvar a mi hija?— Castiel se sabía alguien paciente, pero al igual que con Dean su paciencia tocaba un límite cuando se refería a su pequeña Mary—Dame una respuesta clara o tendré que quitarte la vida—

—No puedo creer que estés diciendo eso en verdad…jajaja Gabriel y tu no se parecen en nada, tu eres más guapo pero él es más inteligente, no hagas promesas que sabes que no puedes cumplir, ángel—Castiel ni siquiera pestañeo cuando la morena deslizo sus manos por sus brazos en una caricia— ¿podrías adivinar el numero de sujetos que he eliminado por intentar hacer algo contra mí? No lo sabes, no llevas tanto tiempo en la tierra como yo—

Adira volvió a retroceder con la vista clavada en los ojos azules del ángel, Castiel sintió como un escalofrió bajaba por su nuca y recorría su espalda, la mujer era absolutamente peligrosa, se alegraba de haber venido solo, ni en un millón de años hubiese traído con él a Dean o Mary. Pensó en todo lo que había tenido que pasar para obtener la felicidad que ahora tenía junto a su pequeña familia y se sabía más que dispuesto a hacer lo que fuera para mantenerla, Dean era su vida y ahora que tenían a Mary, Castiel sentía muy dentro de su pecho un sentimiento de protección que no sintiera antes, quería protegerlos de cualquier cosa a como diese lugar.

—Te he hecho una pregunta ¿Cómo puedo salvar a mi hija?—estaba jugando un juego peligroso y debía ser muy inteligente para hacerlo, Adira había jugado ese juego antes y si debía creer en sus palabras lo debía haber ganado muchas veces—ella está creciendo demasiado rápido—

—Lo sé, es como una clausula en nuestro pequeño contrato no escrito, si ustedes no me entregan lo que quiero, la niña crecerá hasta ser una anciana y luego será polvo…como ya debes saber, ella al igual que yo no tiene un alma así que olvídate de intentar resucitarla…no hay alma que rescatar del infierno—Castiel conocía bien ese detalle, había dedicado largas horas a investigar todo lo que pudiera sobre los nephilim—puedo ver que estas desesperado por una pista, así que seré buena y lo único que tendrás que hacer es darme algo a cambio –

— ¿Qué cosa?—si necesitara respirar, en ese segundo Castiel hubiese notado el aire detenerse en sus pulmones, Adira sonrió enseñando un hilera de dientes blancos—solo di lo que quieres—

— ¿Estas realmente preparado para dármelo? No pareces el tipo de ángel que hace este tipo de cosas, quizás deba considerar el que en verdad amas a ese humano…creo que se llamaba Dean ¿no? hable con él, un buen sujeto, algo malhumorado—

—Deberías decir muy malhumorado, perra—la voz del rubio cazador inundo sus oídos, estaba tan concentrado en los movimientos de la mujer que ni siquiera se había preocupado en que Dean haría lo que fuese por obtener venganza—Quiero que en este momento pares lo que estas haciéndole a mi hija y que no vuelva a mostrar tu horrendo rostro nunca más—

Castiel volteo para encontrarse con la furiosa mirada del rubio, en sus manos llevaba un rifle con el que apuntaba a la bruja, su hermano Sam hacia lo mismo con otro rifle, de pie a unos cuantos metros el arcángel Gabriel observaba toda la escena con una mueca de enfado.

—¿Alguno de ustedes comprende el hecho que puedo matarlos a ambos sin mover un solo dedo?—quería echarse a reír nada más ver la forma en que Gabriel estaba mirándola en una clara advertencia que decía “Hazle daño a cualquiera de ellos y te destripare lentamente”…bueno, quizás significaba otra cosa pero hacia tanto tiempo que el arcángel la echara de su lado que ya no estaba completamente segura de su dialogo sin palabras—aunque quizás no sea el movimiento más adecuado de mi parte, especialmente con el mismísimo arcángel Gabriel aquí presente, el puede ser un tipo muy rudo si lo molestan demasiado—

—Mi hija está en peligro, maldita perra, no intentes cambiar el tema—Dean recordó lo que Castiel le dijera sobre los nephilim y su increíble resistencia a la mayoría de cosas que ellos tenían en su arsenal, así que a pesar de estar apuntándole con uno de sus más confiables rifles sabia que las balas no tendrían mayor daño en ella que la picadura de un mosquito en el trasero de un elefante, aun así no bajo el arma, si debía morir lo haría disparándole a esa maldita—si crees que puedes intentar jodernos estas muy equivocada, protegeré a mi hija hasta mi último aliento—

— ¡Uuy…que miedo! A veces me pregunto porque ustedes los humanos pueden poseer tanta soberbia y al mismo tiempo ser solo unos pobres y tristes seres, a los cuales puedo romperles un brazo —en un pestañeo la mujer apareció a un lado de Dean y con un empujón lo envió contra uno de los arboles que los rodeaban, el cuerpo del rubio se estrello con un sonido sordo contra el duro árbol—…con solo un pequeño empujón, los humanos son completamente patéticos—

Dean estaba seguro que un camión a toda velocidad no podría haberle ocasionado el dolor que sintió cuando Adira lo empujo pero tuvo que cambiar de opinión gracias a aquel empujón termino colisionando con el árbol, en su vida lo habían herido de muchas formas diferentes, debía darle puntos por originalidad a las criaturas sobrenaturales por eso, sin embargo, si tuviera que elegir las ocasiones que mas sintiera dolor…Adira tendría un lugar de honor, oyó un crujido antes de que un increíble dolor recorriera por completo su cuerpo, sabía que tenía el brazo roto y quizás contusiones de cuando cayera al suelo así que fue una gran hazaña el intentar comenzar a levantarse quejándose solo un poco, pero no tuvo que hacer todo el trabajo pues con la misma velocidad de la mujer Castiel apareció a su lado y lo ayudo a ponerse de pie.

— ¿Estás bien, Dean?—el ojiazul lo miraba con el ceño fruncido, pese a que pareciera que estaba enojado, lo estaba y mucho, ver a la mujer lastimar a su pareja había logrado llevarlo muy cerca del límite pero una juiciosa voz en su cabeza le hizo saber que si mataba a la mujer ya no sabría como curar a su pequeña Mary—te sanare de inmediato—

—Cass…maldita sea, ella es…—Dean se apoyo en el ángel intentando hacer a un lado el dolor que sentía pero nada más poner el ojiazul sus dedos en su frente, todo el dolor desapareció convirtiéndose en solo un recuerdo—esa perra es muy fuerte—

—Estaba muy segura que controlarías mejor tu lengua, si te daba una buena advertencia pero veo que no eres demasiado inteligente—obsequiándoles una sonrisa la mujer comenzó a jugar con un mechón de pelo que le caía por el hombro—así que tendremos que cambiar de planes…es una pena, yo creía que ustedes querrían ver como su bonita hija crecía un año a la vez…y no verla convertirse en una arrugada anciana en tres días, pero quizás me haya equivocado, no se preocupen por mí, eso suele suceder—

—Adira, habla de una vez… ¡¿Qué quieres a cambio?!—Esta vez fue la voz de Gabriel la que se dejo oír, Sam tembló un poco al ver la furia reflejada en los ojos del ángel—Dime de una vez que quieres o yo mismo me asegurare que tus ultimas horas de existencia sean un verdadero suplicio—

—Gabriel…mi querido Gabriel, tu más que nadie deberías saber que no debes acorralar a una bruja, bien, como no soy demasiado rencorosa hare algo por ustedes, yo detendré el crecimiento de su hija a cambio de una sola cosa—

— ¿Qué quieres?—el ojidorado sabía que lo que venía a continuación no le gustaría para nada pero mientras no conocieran la forma correcta de ayudar a Mary, Adira sería su única solución y eso era algo que lo ponía muy nervioso—Habla de una buena vez—

—Está bien…lo que yo quiero, Gabriel, es tu corazón…sobre una bandeja de plata—sin darse cuenta Sam se aproximo al rubio, mirándolo como si no pudiese comprender las palabras que la bruja pronunciara—es un precio muy bajo por mantener con vida a tu pequeña sobrina…¿no te parece?—

—No haremos tal cosa—casi escupió las palabras el menor de los hermanos mientras apretaba con más fuerza el rifle en sus manos—jamás dejare que le hagas algún daño—

—Está bien, soy flexible—en otro parpadeo la mujer había vuelto a moverse y ahora sostenía firmemente contra su pecho a Sam quien a duras penas intento liberarse de su agarre—me llevare el corazón de este chico—

Adira sonrió mientras las uñas en su mano derecha crecieron hasta parecer afilados puñales los cuales acerco al pecho del cazador, Gabriel se quedo en el lugar que se encontraba sabiendo que la única forma de salvar a su pareja era matar al único ser que podía salvar a Mary…jodido…todo estaba demasiado jodido.

 

Notas finales:

Continuara...


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