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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni supernatural ni sus personajes me pertenecen blablabla...

Jamas en mi vida he usado un test de embarazo pero si puedo decir que investigue...si me equivoque al describir algo lo digo desde ahora LO SIENTO

 Una mañana normal para Dean empieza recordando, nada más abrir los ojos, el excelente maratón de sexo que ha tenido la noche pasada y si no lo ha tenido imaginar el que vendrá por la noche o si tiene suerte el que tendrá cuando a Sammy se le ocurra irse a la biblioteca a buscar información sobre el monstruo de turno, sabe que el ángel siempre está pendiente de esos momentos de soledad del rubio y si su hermanito se tarda lo suficiente ambos pasaran una muy buena tarde en la cama, el impala, un callejón, un baño o el lugar donde el ángel de ojos azules ,lo encuentre no es que se vaya a poner exigente con los lugares donde puedan meterse mano.

Sonriendo al imaginar el gran día que le esperaba ,lanzo las sabanas a un lado y se sentó en la cama dándose cuenta que su hermano, Sam ya no se encontraba en la cama de al lado pero aquello no era algo fuera de lo común si tomamos en cuenta el saludable estilo de vida del menor muy diferente al de su hermano, se rasco el estomago a la vez que un dejaba salir un sonoro bostezo, todavía en calzoncillos camino hasta la pequeña mesa ubicada cerca de la ventana encontrándose con la sorpresa que Sam le había traído algo para comer, rogo a todos los dioses que no fuera algo vegetariano y como al parecer algún dios todavía quería premiar a los mortales lo que la bolsa de papel contenía era la hamburguesa más grande y grasosa que Dean hubiese visto en mucho tiempo, aguantándose las ganas de llorar de la emoción saco la hamburguesa de la bolsa e iba a darle un gran mordisco cuando nada mas acercársela a la boca el olor de la comida le inundo la nariz y unas tremendas nauseas lo obligaron a correr al baño y expulsar todo el contenido de su estomago en el inodoro, sorprendido por su reacción se quedo quieto unos segundos antes de levantarse trabajosamente, tirar de la cadena y dirigirse hasta el lavabo

—¿Qué demonios fue eso?—bien la pregunta estaba de mas pero eso no le quitaba la rareza al asunto, porque si lo pensamos bien los Winchester (a excepción de Sam con los burritos) toleran muy bien cualquier tipo de comida aunque provenga del peor sitio de la ciudad; desde su más tierna infancia su padre los había criado con la comida de los moteles, restaurantes, puestos de comida o la gasolinera más cercana al lugar donde los niños hubiesen estado medianamente a salvo así que podían decir con total orgullo que tenían un estomago de acero

Aun consternado por su reacción se quedo mirando el espejo que le devolvió el reflejo de un   rostro un poco pálido, se mojo la cara y regreso al cuarto, más exactamente regreso al lugar donde había arrojado la bolsa con la hamburguesa, la recupero del suelo y volvió a abrir la bolsa seguro que lo que antes le había pasado era solo un malestar pasajero, después de todo una de sus comidas favoritas eran todas las que supusieran un riesgo para la salud.

Cuando Sam por fin regreso de la tienda a la que había ido a comprar un nuevo cepillo de dientes se encontró con algo que no se esperaba, nada más entrar a la habitación oyó algunos ruidos que no deberían estar ahí, intrigado camino hasta el baño en donde se encontró a su hermano arrodillado en el inodoro vomitando como si no hubiera un mañana, al principio su mente se quedo en blanco tratando de procesar lo que estaba viendo ,sin embargo, el sentido del cazador fue más fuerte y su mente comenzó a trabajar en busca de una criatura o demonio que pudiese ser causante de lo que estaba sucediéndole a su hermano

—Dean ¿te sientes bien?—se acerco a su lado y sintió un poco de pena por el rubio quien después de toser un poco giro su rostro para mirarle—te ves terrible…—

—Gracias por decirlo, Sammy, es justo lo que necesitaba oír—a duras penas el mayor se puso de pie y se dirigió al lavabo para lavarse los dientes antes de volver a su cama—creo que me algo me hizo mal…me siento terrible—

—Pues…no recuerdo que hayas comido algo diferente de todo lo que comes—el mayor se metió bajo las sabanas y se abrazo a la almohada como cuando era un niño pequeño y su madre lo cuidaba— tomando en cuenta que comes como un cerdo, puedo decir que jamás te había visto tan enfermo—

—Si mal no recuerdo desayune contigo en la cafetería esa donde la camarera te estaba haciendo ojitos: huevos revueltos, tocino, un emparedado, salchichas, hot cakes…ya sabes lo de siempre—Sam se quedo mirándolo como si no pudiese creer todas las cosas que su hermano comía, sabía que siempre estaba comiendo pero la mayoría de las veces solo se limitaba a ignorarlo—antes del almuerzo me comí un hot dog, luego creo que almorzamos pollo frito y después…—

—Déjalo, Dean, creo que ya comprendo…quizás tu cuerpo ya no está soportando que lo llenes con comida chatarra y ahora solo no la toleras—mientras hablaba su hermano camino hasta la puerta y se quedo allí de pie—se que probablemente estas pensando que me volví loco pero no lo sé…es lo único que se me ocurre—

—Tienes razón…te volviste loco, no dejare de comer hamburguesas solo por un pequeño mareo que de seguro solo fue algo al azar—respondió enterrando la cabeza en la almohada—ahora vete, me levantare en cinco minutos—

—Como quieras, princesa, te estaré esperando en la cafetería de la esquina—sin darle más vueltas al asunto el castaño salió de la habitación dejando solo a Dean, por lo menos los primeros tres segundos antes que Castiel se apareciera al lado de la cama

— ¿Te sientes mal, Dean?—su voz profunda inundo la habitación logrando que el rubio lo mirara con una pequeña sonrisa—Pareces enfermo—

—Lo parezco y lo estoy…me siento como si tuviese el estomago al revés—se quejo viendo sentarse en la orilla de la cama al ángel—supongo que comí algo en mal estado…pero de todas formas me levantare o el sabelotodo de mi hermano se burlara de mi—

—Si estás enfermo ¿no sería mejor que permanecieras en cama?—pregunto el ángel conteniendo las enormes ganas que tenia de acariciar la frente del humano pero sabía que si llegaba a hacerlo Dean se enfadaría muchísimo—Estoy seguro que Sam piensa lo mismo—

—Puede ser pero yo no pienso lo mismo, hay mucho trabajo que hacer—a duras penas el rubio se puso de pie, el ángel se quedo mirándolo pues el cazador aun solo llevaba ropa interior, el rubio descubrió que el ojiazul lo estaba mirando fijamente—¿no crees que es muy temprano…aun para esto?—

—No creí que te molestara la hora— Dean dejo salir una risita al sentir la mano de Castiel en su estomago, el ángel lo miraba con claros deseos y el estaba seguro que tenían por lo menos diez minutos para hacer lo que se les diera la gana, la mano del ángel bajo un poco mas palpando la erección que comenzaba a crecer bajo su palma pero cuando Castiel iba a hacer a un lado su ropa interior la puerta de la habitación se abrió repentinamente apareciendo en el umbral el menor de los Winchester que se quedo mirando a su hermano con una ceja alzada, pues el rubio exhibía una erección en la que fácilmente podrían izar una bandera.

—Creí que estabas enfermo…pero ahora veo que estas mejor…te daré cinco minutos más para ya sabes “desahogarte”—un poco sonrojado Sam se dio media vuelta para abandonar la habitación—por lo menos pon una corbata en la perilla de la puerta para no tener que verte masturbándote—

La cara de Dean era todo un poema, lo único de lo que se alegraba es que el ángel hubiese desaparecido en el momento justo en que Sam había abierto la puerta, cogió la bolsa donde estaba todavía entera la hamburguesa y la lanzo al basurero antes de ir a tomar una ducha, había cerrado la puerta del baño tras de sí e iba a quitarse los calzoncillos cuando el ángel volvió a aparecer a su lado, Dean se lo quedo mirando unos segundos para luego pasar totalmente de él, desvestirse y entrar a la ducha.

—Dean…creo que debemos hablar—normalmente la voz de Castiel era profunda pero adquiría un tono más sensual cada vez que el rubio cazador le incitaba de alguna forma y eso era precisamente lo que el otro estaba haciendo mientras el chorro de agua caía por su piel, incitarlo, pero cuando el ángel iba a acercarse para tocarlo con un solo gesto el rubio le ordeno que se quedara en su lugar— ¿Estas enfadado porque tu hermano cree que estabas masturbándote?—

—Precisamente, Cass, como siempre has dado en el clavo…ahora si me perdonas estoy duchándome—en ningún momento el ojiverde detuvo los movimientos de sus manos ,en cierto modo era un castigo porque el ángel le había hecho empalmarse y por otro lado era una grandiosa forma de lograr que Castiel se comportara como una bestia en celo así que siguió moviéndose y frotándose sensualmente frente al castaño hasta que consiguió un poco más de lo que había planeado que sucedería pues emitiendo un pequeño gruñido de dos zancadas el ser celestial se metió con él en la ducha y sin importarle que su ropa se empapase por completo comenzó a frotarse contra el haciéndole saber lo excitado que estaba…supongo que debo decir que la paciencia de Sam fue puesta a prueba esa mañana pero ni se le paso por la cabeza ir a ver que sucedía con su hermano…había tenido bastante con lo de hacia un rato.

Los días que siguieron a ese fueron sin temor a equivocarme más de lo mismo, definitivamente Dean ya no podía acercarse a una hamburguesa sin sentir que iba a vomitar hasta las tripas y ni hablar de las nauseas matutinas a las que por supuesto no le quiso dar importancia e incluso cuando comenzó con unas irrefrenables ganas de orinar frecuentemente ignoro las sugerencias de su hermano para que fuese al doctor y siguió investigando el rastro de unos vampiros que estaban atacando un pequeño pueblo, por su parte Castiel no había tenido mejor suerte al tratar de hablar al rubio sobre la extraña energía que había sentido cuando había puesto la mano sobre su estomago pues cada vez que sacaba el tema Dean se enfadaba y se marchaba dejándole con la palabra en la boca.

Pero el nivel de rareza alcanzo un punto altísimo cuando Dean comenzó a engordar, al principio  ni él ni Sam le dieron importancia pues al dejar de comer hamburguesas el cazador se había vuelto adicto a todo tipo de dulces y a eso le atribuía su aumento de peso. Por su parte Sam y Castiel estaban comenzando a dudar seriamente que los extraños síntomas que afectaban al mayor de los Winchester fueran producto de su mala alimentación y sin la cooperación de Dean no podían hacer mucho. Una mañana que su hermano se hallaba revisando el motor del impala se decidió acercarse al ojiazul mientras este observaba a Dean trabajar a unos cuantos metros de distancia.

— ¿Puedo ayudarte, Sam?—cuestiono sin siquiera mirar al otro— ¿Hay algo que te moleste?—

—Sabes que si…mi hermano ha estado actuando raro, más de lo normal y esperaba que tú me dieras alguna pista—a veces ese humano lograba sorprender un poco al ángel con su perspicacia— no has observado nada raro en el, ya sabes con tus poderes de ángel—

—Dean tiene buena salud pese a su alimentación podría decir que esta en perfecta condición física—el menor arrugo el entrecejo mirando cómo metros mas allá al quitarse la chaqueta el rubio dejaba ver parte de su hinchado estomago

—Cass, si no supiera que esto es imposible no se que mas podría explicar esto que esta sucediéndole a mi hermano pero cuando pienso en esto lo único que se me ocurre es que esta…demonios, ni yo puedo creer que vaya a decir esto pero…creo que Dean está embarazado— solo duro una fracción de segundo pero Sam podría haber asegurado que el rostro de Cass había mostrado verdadera sorpresa –y por favor no me vayas a decir que eso es imposible porque desde que tengo memoria he visto y hecho cosas que la mayoría del mundo consideraría imposibles—

—Hasta donde yo sé Dean es un hombre y físicamente no puede embarazarse, Sam—el rostro de póquer del ángel había vuelto pero sabía que podía contar con el ángel para llevar a cabo lo que había estado planeando—no estoy seguro que esté sucediendo con su cuerpo—

—Pues yo tampoco estoy seguro y odio no estar seguro de algo así que te pediré tu ayuda en un pequeño asunto—el ángel conocía lo suficiente al menor de los Winchester para saber que se le había ocurrido una idea—Compre esto cuando Dean estaba almorzando y necesito tu ayuda para utilizarlo—

La verdad es que la explicación que Sam le había dado sobre el objeto que tenía en su mano había sido bastante breve pero había entendido lo suficiente como para saber que debía ayudar al castaño pues hasta el momento era la única forma de saber que significaba la extraña energía proveniente del vientre del rubio, según el plan el ángel debía colarse en el baño y en el momento que Dean fuese a orinar debía recoger parte de esa orina en un recipiente que Sam le había entregado con cara de asco.

—Sé que estoy pidiéndote algo que posiblemente odies hacer pero es la única forma que tenemos de salir de las dudas, bueno eso o llevar a Dean al ginecólogo y dudo que vaya a dejarme hacerlo—sonrió mientras miraba su reloj, ambos estaban fuera de la habitación del motel—si no me equivoco ahora mismo debe estar levantándose, ve por el tigre—

Sin decir nada el ángel desapareció frente a sus ojos para volver a aparecer al lado de la cama del cazador en el momento que este un poco adormilado se incorporaba y salía del lecho para dirigirse al baño aunque no vio al ojiazul pues este se había vuelto invisible, paso a su lado bostezando y arreglándose la camiseta que había empezado a usar para no ver su prominente vientre que había vuelto a crecer pese a toda la actividad física que ser cazador le dejaba, en secreto había estado ejercitándose pero por más que sudaba su cuerpo no volvía a su estado normal y pese a que no lo dijera aquello le causaba un miedo terrible. Frente al inodoro aparto un poco sus calzoncillos para comenzar a orinar ,aun estaba un tanto soñoliento así que ni cuenta se dio que cerca de la taza había aparecido un recipiente en donde el ángel recogió parte de la orina del rubio para luego desaparecer de la misma forma en que había llegado.

—¿La tienes?—pregunto cuando vio al ojiazul materializarse a su lado y dejar el recipiente sobre la mesa ,el ángel asintió y Sam abrió la cajita de color rosado para sacar un pequeño papel de instrucciones que ya creía conocer de memoria pero como no quería volver a hacer eso (por lo menos en lo que le quedaba de vida) volvió a leerlo antes de tomar el pequeño paquete que venía en la caja y abrirlo sacar de él lo que Castiel supuso era la prueba de embarazo de la que antes le había hablado, le quito la tapa para después coger un gotario y recoger parte de la orina del rubio antes de dejar caer en la prueba unas cuantas gotas y volver a taparla—ahora ponemos esto aquí y esperamos…aquí dice…unos tres minutos…fácil ¿no?—

Del dicho al hecho hay mucho trecho…aquellos fueron los tres minutos más largos que Sam recordara alguna vez pero trato que el ángel no descubriera su nerviosismo, se paseo por la minúscula sala del cuarto de motel donde se encontraban, entretanto que Castiel ,pese a que no lo transparentaba en su rostro ,estaba igual de nervioso que el humano, por su cabeza pasaban demasiadas ideas que no alcanzaba a comprender del todo y lo único que lo tranquilizaba era el conocimiento que tenia sobre los humanos, sabía muy bien que solo las hembras podían quedarse embarazadas y Dean no era una, bien se lo habían probado todas sus “exploraciones manuales”.

Por fin pasaron los tres minutos indicados en el envase, Sam trago saliva antes de volver a coger el test y en el momento que iba a mirarlo la puerta del baño se abrió de golpe y Dean Winchester apareció mirándolos un poco confuso al verlos a los dos juntos

— ¿Qué están haciendo?—pregunto mientras se cerraba a duras penas la camisa— ¿Hay algún caso?—

— ¿Un caso?...no, no, no es algo sin importancia—rio nervioso el pelilargo a la vez que escondía tras su espalda el test— ¿Por qué no te adelantas y vas a la cafetería a desayunar?—

—Ustedes están actuando muy extraño pero tengo demasiada hambre como para averiguarlo ahora, nos vemos—

Al verlo salir por la puerta, Sam suspiro sonoramente, no sabía que diría su hermano si llegaba a descubrir lo que habían hecho pero no había vuelta atrás, volvió a coger mas aire antes de poner delante de su rostro el test de embarazo y unos segundos después lo dejo caer…un poco aturdido por la reacción del otro Castiel se inclino y recogió la prueba de embarazo pero no tenía idea que significaban aquellas dos pequeñas líneas de color rojo, iba a preguntárselo al castaño cuando este dejándose caer en la silla más cercana dijo algo que tomo toda su atención:

—No puede ser…Dean esta embarazado—

 

 

Notas finales:

Continuara...


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