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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Lamento de veras actualizar tan tarde este fic, no crean que no lo publicare mas...pense que ya habia alargado mucho la parte de la pelea y quise acabarla ya. Escribi el capitulo y el segundo para finalizarla y no aburrirles mas...ahora esta atrasado el otro fic pero ya lo estoy escribiendo.

Sin mas que decir...

 

El primer pensamiento de Dean cuando abrió los ojos fue que estaba muerto. Castiel lo sostenía protectoramente mientras lo revisaba con la mirada, al cazador le hubiera gustado preguntarle que había pasado con Aziel, pero su maldito cuerpo decidió que sería mucho más interesante empezar con un ataque de tos “¿eso era sangre?” Dean vio su sangre salpicar el abrigo del ángel, ahora estaba muy seguro que algo estaba mal con sus pulmones. Respirar se le hacía cada vez más difícil, sin embargo, mientras no vencieran y quemaran a la jodida bruja el seguiría peleando sin descansar. Lo haría por Mary, no se detendría hasta poder asegurar un futuro para su pequeña.

Vio su reflejo en los ojos azules del ángel unos segundos antes que el cansancio volviera a poseerlo y cerrara los suyos. Lo siguiente que supo es que el ángel lo había dejado con toda delicadeza en el suelo. Lo vio alejarse de él y girarse en la dirección de Gabriel, Castiel se quitó la gabardina y con ella comenzó a apagar el fuego que rodeaba al mayor. Era tan raro verlo sin aquella prenda que tanto lo caracterizaba que Dean tuvo que parpadear un par de veces. De Jimmy Novak solo quedaba el recuerdo, ese cuerpo ahora solo le pertenecía al ángel…y en la intimidad a el también.

A duras penas alejo la mirada de Castiel y se volteo para ver lo que estaba haciendo Adira, si hubiese tenido la energía suficiente probablemente se hubiera comenzado a reír al ver como la mujer sujetaba a Aziel por la garganta pero aquello no podía estar bien, no si la nephilim era quien estaba ganando. Intento levantarse pero el dolor en su pecho lo hizo jadear de dolor. Unos pasos a su alrededor le alertaron que los ángeles se habían alejado de el en dirección al lugar en donde Adira se hallaba.

— ¡¿Dean estas bien?!—Esa era la voz de su hermano menor— ¿puedes oírme?—

—Sí, Sam, lamentablemente puedo hacerlo todavía—a duras penas el rubio logro incorporarse para ver a su hermano apoyado contra la pared—si vas a quedarte ahí sin hacer nada podrías venir a darme una mano

—Me gustaría hacerlo pero Adira me atrapo aquí, no puedo moverme—para reafirmar sus palabras intento despegar la espalda de la pared aunque obviamente eso no dio ningún resultado—así que como veras es tu turno de salvar el día—

Probablemente Dean hubiera lanzado una carcajada al oír eso, sin embargo, en su actual situación lo único que pudo hacer fue jadear en búsqueda de aire. Cerró los ojos intentando reunir fuerzas para ponerse de pie, no quería perder la posibilidad de ver a Castiel y Gabriel dándole una paliza a la bruja. Hubiera dado lo que fuera para ser el quien se encargara de ella pero no iba a quejarse si es que Cass se encargaba de eso. Lo más importante era hacerla desaparecer de la faz de la tierra para que su pequeña hija pudiera disfrutar de su futuro. Sabía que debía estar intentando ponerse de pie para ayudar a su hermano pero cada respiración lo dejaba sin fuerzas, era como si sus pulmones no pudieran reunir el aire suficiente. Se sentía tan cansado que lo único que anhelaba era dormir, volvió a tenderse en el suelo, quizás si descansaba unos minutos nadie se daría cuenta…

—Deberías despertarte bella durmiente o no podrás ver cuando la bruja asesine a tu príncipe encantador—Dean creyó que estaba teniendo un extraño sueño cuando una violenta patada en su costado lo obligo a abrir los ojos y enfocarlos con ira en quien se hubiera atrevido a golpearlo. Sus ojos se encontraron con los de la mujer que se suponía Adira había asesinado hacia unos cuantos minutos: Andrea, aunque ahora esta se veía totalmente rejuvenecida. La sonrisa demoniaca en su rostro le confirmo que esa criatura no era humana—que bien te ves…ni parece que hayas dormido mil años, quizás mi amorosa patada te devolvió a la vida, probablemente necesitas otra—

— ¡Jodete, perra!—gruño atrapando el pie de la mujer cuando esta iba a volver a patearlo. Sin embargo, a causa de su débil estado eso no resulto, la falsa Andrea se deshizo de su agarre y volvió a patear su cuerpo— ¡m—mierda…ya verás…!—

—Deberías cuidar tu lenguaje, princesa, a nadie le gustan las chicas mal educadas—la pelinegra levanto su pie y lo puso sobre el pecho del cazador — ¿es que tu madre no te educo? Debe estar revolcándose en su tumba ahora mismo…oh, espera, Mary se prendió en llamas, de ella solo quedaron cenizas, es una suerte que no pueda ver lo que está a punto de pasarles a sus queridos hijos—

—No te atrevas a hablar de mi madre, si vuelves a nombrarla te meteré una bala entre los ojos—gruño Dean intentando quitar el pie de la criatura de su cuerpo y levantarse, sin embargo, con una risita la mujer apoyo el peso de su cuerpo en el pie que mantenía sobre él. Dean estaba seguro que oyó un crujido y si respirar ya le era difícil, ahora fue casi imposible.

— ¿Qué pasa? ¿El gato te comió la lengua?—riendo levanto y dejo caer su pie varias veces sobre su pecho—vamos, no vayas a morirte o mi ama se enfadara conmigo—

—¡Maldita, déjalo en paz!—Sam solo podía ser testigo de lo que estaba pasando con su hermano mayor, no estaba demasiado seguro sobre el estado del mayor pero cuando vio el hilillo de sangre que  bajaba por su barbilla mientras tosía, se dio cuenta que algo estaba muy mal con el—¡aléjate de el! ¡¡Está herido, vas a matarlo!!—

—Descuida, hermano menor, ella no va a matarlo—una voz cerca de él le hizo voltear para encontrarse con la tranquila mirada de Christian—es el privilegio de nuestra ama hacer eso, ella tomara sus almas apenas asesine a cualquiera de esos tres—

—Eso no va a suceder, son tres contra uno y por si no te has dado cuenta uno de ellos es un arcángel—

—Se contar muy bien, Sam, pero las matemáticas no tienen aquí nada que ver…desde un principio lo único importante son ustedes. Es cierto que en estos momentos mi ama no podría ganar esa batalla, pero ese no era el objetivo—Christian le sonrió mientras se agachaba a su lado y observaba la pelea que estaban teniendo los ángeles y la nephilim. Los tres ángeles habían unido fuerzas para intentar derrotar a la bruja, que a pesar de su gran fuerza lentamente se estaba viendo derrotada y por si no fuera poco, su propio cuerpo era su enemigo—usa tu cabeza y dime que ves…demuéstrame quien es el inteligente de ustedes dos—

—Lo único que veo es a tres desgraciados que arderán en el infierno—casi escupió las palabras por el enfado que estaba sintiendo—esa perra será la primera y luego Cass ira por ustedes—

—Respuesta equivocada, Sam, no estás viendo todo el panorama. Así que te daré una pequeña pista para ayudarte…todas las criaturas del universo, por poderosas que sean tienen una debilidad. Algunos quizás hasta más de una, pero me centrare en su caso en particular—el espíritu volvió a levantarse y le enseño al cazador el trozo de madera que Dean usara como arma en su contra—tu hermano por ejemplo, es un miserable humano lleno de basura pero por alguna razón un ángel se rebajó a amarlo ¿no? A pesar de su suciedad, Dean es la razón por la que Castiel está peleando, imagina por un segundo cuan triste se pondría el sí a tu hermano le ocurriera algo… ¿me sigues, Sam? ¿Lo comprendes ahora?—

La boca del cazador se abrió cuando comprendió lo que Christian estaba diciéndole, era tan fácil que aún no entendía como es que no se había dado cuenta antes, incluso él era una debilidad, algo que Adira usaría en su contra. Repentinamente un grito de dolor se oyó atravesando la habitación, Castiel se detuvo en seco cuando vio a la criatura que mantenía su pie sobre el pecho de su pareja. Aziel y Gabriel también se detuvieron, este último comenzó a moverse en dirección a su pareja, sin embargo, se detuvo al ver a Christian acercar al rostro de Sam, la improvisada arma que Dean usara contra el antes. Al igual que con Andrea, ellos serían la llave de la perdición de los ángeles. Dean volvió a gritar de dolor cuando la criatura piso nuevamente su pecho.

—Es terriblemente reconfortante ver que aun esos tontos sentimientos pueden tener alguna utilidad para mí—la risa de la bruja se derramo sobre ellos, Gabriel volteo para clavar una mirada llena de ira en la nephilim—es probable que ya te hayas dado cuenta, Gabriel, me hacen falta tres ingredientes más…la gracia de un ángel y dos almas humanas, los matare de todas maneras pero es su decisión quien será primero—

— ¿Qué te hace pensar que te dejaremos que lo hagas? Según veo, nosotros seguimos teniendo la ventaja—el arcángel comenzó a acercarse lentamente al lugar en donde Sam se encontraba—si te atreves a hacerles algo a ellos, te matare Adira—

—Deberías dejar de intentar hacer amenazas, Gabriel, ya no te salen como antes. Digamos que has perdido el toque—la bruja desapareció para volver a aparecer al lado de su sirvienta quien la observo con una sonrisa—Castiel, si matas a Gabriel salvare a Dean ¿Qué te parece?—

El ángel la observo con ira, dio un paso hacia el lugar en donde se hallaba tendido el cazador. Su preocupación era palpable. Miro alternadamente a la nephilim y al cazador que jadeaba de dolor en el suelo, no había que ser demasiado listo como para saber que le quedaba muy poco de vida.

—Quizás si cambio la pregunta obtenga un mejor resultado. Castiel mata a Aziel y dejare vivir a Dean—la bruja volvió a reír antes de mirar hacia el lugar en donde Sam y Christian se encontraban—ya deberían haberse dado cuenta que no me importa quién de ustedes muera…el resultado siempre será el mismo—

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Bobby estuvo a punto de dormirse por tercera vez, pero se resistió a que el sueño lo venciera mientras cuidaba del sueño de su pequeña nieta. Mary estaba dormida, apenas había girado un par de veces en la cama y para alegría del viejo cazador no se despertó. No quería mentirle a la niña cuando ella le preguntara en donde se encontraban sus padres y sus tíos. No tenía idea sobre cómo les estaba yendo, Adira era una criatura realmente peligrosa, deseaba que la asesinaran de una vez para que todos pudieran regresar a su vida. Se movió hacia la mesa en donde se encontraba el termo con café y volvió a llenar la taza que se encontraba a su lado. Antes de darle un trago, olio el aroma de la bebida y mientras lo hacía giro su silla para darle un vistazo a su princesa.

— ¡Mary! ¿Estás bien?—para el asombro del hombre la niña se había incorporado en la cama y ahora miraba hacia el techo como si buscara algo— ¿tuviste alguna pesadilla?—

— ¿Dónde están mis papas?—la niña pregunto sin siquiera mirarlo.

—Ellos tuvieron que ausentarse, pero volverán más tarde—aquella no era la verdad pero no era totalmente una mentira—vuelve a dormir ¿quieres que te lea un cuento de tu libro?—

—Él dijo que me leería…pero lo escuche gritar porque alguien lo está lastimando—por fin la niña lo miro de frente y lo que Bobby vio lo dejo helado: los ojos de la pequeña se habían vuelto blancos—debo ir con el…papi me necesita—

—No te llevare con él, Mary, eso sería peligroso—Bobby dejo la taza intacta en la mesa y comenzó a acercarse a la niña—vuelve a dormir, estoy seguro que lo que paso es que tuviste una pesadilla—

—No fue una pesadilla, el me lo dijo…iré con el—

— ¿Con quién…? ¡Mary, espera!—la niña se puso de pie sobre la cama y salto al suelo. En el mismo instante que sus pies tocaron el piso, una puerta de madera se materializo tras ella— ¡no te atrevas a irte!—

—El me necesita…no voy a dejarlo—la puerta a sus espaldas se abrió sin que nadie la tocara y Mary retrocedió un paso hacia ella—abuelito, no te enojes conmigo—

Antes que Bobby pudiera llegar hasta ella, la puerta se cerró de un golpe levándose con ella a la hija de Castiel y Dean. El cazador se quedó mirando el espacio en el que la puerta apareciera, jamás en su vida había presenciado algo parecido. Definitivamente, Mary era un ser excepcional, pero saber eso no le hizo más feliz, había vivido lo suficiente para saber lo que ocurría con los seres excepcionales. Por un segundo tuvo la idea de llamar por teléfono a los hermanos y decirles lo que sucediera pero dudaba que eso fuera algo muy inteligente. Lo único que podía hacer era ir el mismo al lugar en donde la bruja los citara, hizo girar las ruedas de su silla y se dirigió a la puerta de la habitación. Aquello fue fácil, lo difícil venia ahora con las escaleras que lo separaban del primer piso, dejando salir una maldición se acercó a la escalera.

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El primer pensamiento de Dean cuando abrió los ojos fue que estaba muerto. Ya no sentía el increíble dolor que segundos antes lo recorriera, ahora lo único que lo angustiaba era la pequeña mano que sujetaba la suya. A duras penas había abierto los ojos para encontrarse con los de su hija, Mary, que lo miraba preocupada. No entendía como es que su hija estaba en ese lugar tan peligroso, no si se suponía que Bobby estaba cuidándola ¿eso quería decir que había sucedido lo de la última vez? ¿El cazador estaba herido o…?

— ¡Papi, no te mueras!—el dolor regreso en menor cantidad, la niña lo había golpeado en el pecho tratando de llamar su atención— ¡no te mueras!—

—M-Mary…no debes estar aquí—alcanzo a decir antes que ella se lanzara sobre él, escondiendo su rostro en su pecho— ¿en dónde está Cass?—

—El…se enojó cuando…está enojado conmigo y está peleando con esa señora de allí…—como pudo el cazador se levantó, apoyándose en su codo giro un poco para ver la escena que estaba desarrollándose a unos cuantos metros. Castiel estaba peleando contra Adira dentro de un círculo de fuego sagrado. Unos metros más allá, también rodeados por un círculo irregular de fuego se encontraban Gabriel y Aziel. Aunque no había ni rastro de los tipos que obedecían a la bruja.  Su mirada recorrió el lugar topándose con la mirada sorprendida de Sam quien se apresuró en correr a su encuentro.

— ¡Dean, estas bien!—el menor palpo el pecho del rubio pero se detuvo cuando este dejo salir un jadeo ahogado—debes tener un pulmón perforado, o eso es lo que creo—

— ¿Por qué mi hija está aquí?—ayudado por Sam, Dean se puso de pie y se apresuró en coger de la mano a Mary—no me digas que esa perra la trajo—

—Eso hubiera sido más normal que ver una puerta aparecer de la nada y tras ella ver entrar a mi princesa—la mirada de Sam descendió hasta encontrarse con la de la niña que oculto su rostro en la pierna de Dean—en un momento estabas con el pie de Adira sobre tu cuerpo y al segundo siguiente Mary aparecía aquí, Castiel aprovecho la distracción y se lanzó sobre ella para salvarte. Gabriel me libero e iba a ayudar a Cass pero Adira hizo que uno de sus sirvientes volviera a encender el fuego—

— ¿Cómo que una puerta apareció con Mary? Jovencita, tu y yo tendremos una buena conversación después—gruño el rubio buscando en el suelo el bolso con armas que estaba seguro había traído. Lo encontró unos metros más allá cerca de los pies de la copia de Mary que continuaba allí de pie inmóvil—quédense aquí, iré por nuestras armas. Sam, cuídala—

— ¿Qué? No, yo iré por las armas, tu estas más herido que yo y…—

—Es por eso que tú debes quedarte con Mary, si alguien intentara llegar hasta ella yo no podría hacerle frente—el rubio acaricio la cabeza de la niña y trabajosamente comenzó a moverse hacia las armas. Cada paso significaba un gran esfuerzo, jamás en su vida Dean había recordado sentirse tan adolorido pero si no llegaba hasta donde se encontraban sus armas era muy probable que Adira o esa tipa que le saltara encima fuera otra vez por él y esta vez quería estar preparado. Después de algunos dolorosos pasos más, el cazador logro llegar hasta el lugar en el que se hallaban las armas. Iba a agacharse para coger la bolsa cuando sus ojos se encontraron con los de la Mary que Gabriel creara para engañar a la bruja, como en la primera ocasión que la viera un escalofrió le recorrió la espalda, aquella criatura no le producía mas que repulsión, a pesar que tuviera la apariencia de su pequeña hija no podía verla como otra cosa que un monstruo.

—No creo que te necesitemos mas—Dean tomo una de las pistolas y le apunto con ella a la niña que levanto su cabeza para mirarle—a Gabriel no le importara que…—

— ¿Le dispararas a una niña? Tu sí que eres basura de primera—apenas oyó aquella voz Dean disparo al lugar del que provenía sin dudar. La Andrea falsa recibió el impacto en su cabeza, pero tras doblarse por el impacto se levantó con una risita que hizo enfadar a Dean— ¿sabes? No tengo permitido matarte pero si puedo hacerte un hombre muy infeliz—

La criatura camino hacia el cubriéndose con la mano el lugar en donde recibiera el impacto de la bala, la sangre manaba entre sus dedos escurriéndose por su barbilla. Acaricio la cabeza de la pequeña mientras pasaba por su lado. Dean volvió a dispararle logrando hacerla caer, pero como si se tratara de una pesadilla esta volvió a levantarse.

—Creo que el rubito tendrá que hacer algo mejor que eso—murmuro Gabriel observando al cazador desde el circulo de fuego en el que se viera atrapado otra vez—espero que Sam le eche una mano o Cass tendrá que bajar al infierno otra vez—

—Dudo que pueda hacer algo así otra vez. El cielo le prohibirá cualquier contacto con él, eso sí viven para contarlo—el arcángel arrugo el entrecejo al oír la voz de Aziel a unos cuantos pasos. Aun se preguntaba cómo es que había quedado atrapado con ese tipo—Adira los matara—

—Eres muy optimista, a ti también te matara apenas devore la gracia de mi hermanito. Luego ira por mi alce y por el rubio idiota… ¿o es que no te has dado cuenta del ritual que ella está haciendo?—

— ¿A qué te refieres? Lo único que esa bruja está haciendo es cavar su tumba, se bien que odia a los ángeles, por eso está haciendo todo esto y cuando me libere hare lo que debí hacer cuando me la encontré—

—Aun me pregunto cómo es que llegaste a tener tanta autoridad siendo un completo imbécil, lo que intento decirte es que ella está haciendo un ritual para obtener un nuevo cuerpo—aunque fue divertido ver como el rostro del ángel se transformaba por uno lleno de sorpresa, Gabriel se guardó para sí mismo las carcajadas—si te diste cuenta, el suyo esta tan destruido que en estos momento sostenerlo debe ser una autentica tortura. Va a usar la gracia de tres ángeles y dos almas humanas para crear o tomar un cuerpo—

— ¿Por qué no solo posee a alguien?—cuestiono Aziel parándose al lado de Gabriel para observar mejor la pelea de Castiel. No iba a admitirle al arcángel que no había oído de algo así en toda su vida—así seria más fácil deshacerse de ella…solo tendríamos que exorcizarla—

—Tú lo has dicho, cuando ella posea otro cuerpo ya no podremos exorcizarla, se atara a la otra alma y la única forma para destruirla será matar al huésped—los ojos de Gabriel se movieron a lo largo de la habitación tratando de averiguar a quien tomaría la mujer pero no había que ser un genio para saber que sería su sobrina—eligió a alguien a quien nadie desearía matar, a alguien que será protegida a pesar de todo—

—Te refieres a ese pequeño monstruo ¿no?—los ojos del ángel se detuvieron en la pequeña niña que se aferraba a la pierna del menor de los Winchester mientras su padre era derribado por la criatura que servía a Adira—esa bruja eligió bien, esos dos no dejaran que la matemos—

—No solo esos dos, si te atreves a lastimar a mi sobrina te juro que te asesinare de la peor forma posible—Aziel retrocedió un paso, pese a que sus poderes estaban limitados no dudaba del poder del otro—debemos buscar la forma de salir de aquí antes que ella lleve a cabo su plan…por más que lo odie necesitamos tu ayuda—

—No creas que yo estoy demasiado feliz con todo esto, esa mujer asesino a uno de mis sirvientes y por si no fuera poco me ha estado engañando todo este tiempo—el pelinegro levanto la mirada, enfrentándose a la del otro—hare lo que sea necesario para detener la ambición de Adira—

Gabriel asintió en silencio, de alguna manera sabía que el ángel los traicionaría en algún momento pero en ese instante estaban atados de manos. Debían aceptar la ayuda de donde viniera, no quería imaginar que en un futuro se viesen obligados a asesinar a Mary… ¡no! Ni siquiera pensaría en tal cosa, el jamás haría algo que lastimase a su princesa, la defendería de cualquiera.

Mary no podía entender porque esa mujer estaba golpeando a su padre, su padre era alguien tan fuerte o eso le había dicho su tío Sam, pero en cambio estaba siendo golpeado como si fuera un muñeco. Se aferró a la pierna del pelilargo dejando que las lágrimas bajaran por su rostro, se sentía terriblemente asustada de que esa mujer tan malvada pudiera matar a su padre. Miro a su alrededor buscando a Castiel pero este estaba más ocupado peleando con otra mujer. Incluso su tío Sam estaba inmóvil, nadie iba a rescatar a su papi…nadie más que ella. Gritando se soltó del agarre del pelilargo y corrió hacia el cazador que se encontraba en el suelo. Mary sabía que ella no podía hacer mucho para defender a su padre pero no quería dejar que siguieran lastimándolo, no quería perderlo otra vez…no quería volver a ver el rostro tan triste de su otro padre.

— ¡M-Mary…aléjate!—exclamo el cazador al darse cuenta que su hija estaba corriendo hacia él. Dean quería ponerse de pie e ir por su hija para alejarla del peligro pero la criatura volvió a derribarlo con un solo golpe. Cada vez que Dean había pensado en que sucedería si llegara a tener un hijo, imaginaba que le protegería de todo pero la realidad estaba mostrándole algo muy diferente. No podía hacer nada por ella y eso le hacía sentir como basura— ¡Sam, haz algo…maldita sea!—

La niña corrió directamente hacia Andrea y la empujo, por unos cuantos segundos Dean había olvidado que su niña no era completamente humana. El cuerpo de la criatura se estrelló contra la otra pared dejándola momentáneamente fuera de combate. Mary se quedó mirando un rato sorprendida lo que acababa de hacer, pero su atención de pronto se vio robada por la presencia de una niña igual a ella que la observaba a algunos pasos. La otra llevaba un vestido de color blanco y sus ojos no mostraban brillo alguno, de alguna manera eso se le hizo algo muy triste y hubiera ido con ella de no ser por la voz de su padre llamándola. Se dio media vuelta y regreso al lugar en donde Dean se encontraba tirado todavía, su rostro mostraba algunos moretones y rasguños pero lo que más llamo la atención de la niña fue  un hilillo de sangre que bajaba por su mentón.

— ¡Papi, estas herido!—se agacho a su lado y lentamente comenzó a tocar su rostro—yo te salve de esa señora que te golpeo—

—M-Mary… ¿Qué hablamos de no arriesgarse? Tu tío es un inútil—la verdad es que Dean se sentía muy orgulloso de ella pero no quería darle alas y que a la próxima Mary se pusiera en riesgo por él, después de todo era su trabajo como padre cuidarla a ella y no al revés—le diste un buen golpe a esa pe…a esa tipa ¿no?—

—Debes estar orgulloso de ella, y en mi defensa debo decir que ella es muy rápida—Sam se acercó también y se agacho al lado de su sobrina para examinar a su hermano—Mary, no llores…el estará bien, tu padre es duro como una roca—

Dean le guiño un ojo a su hermano, agradeciéndole en silencio a Sam que no le dijera la verdad a Mary, sabía que solo le quedaba algún tiempo de vida, podía sentirlo. Había usado casi sus últimas fuerzas en ir por las armas, ahora era el turno de Sam de proteger a la pequeña.

Adira sonrió cuando logro doblegar al ángel de ojos azules. Castiel estaba cansado, la bruja era un oponente formidable que lo superaba en fuerza. Era cierto que la había derribado hacia unos cuantos minutos pero aquello había sido solo el resultado de la desesperación al ver como la criatura lastimaba a su pareja y por si no fuera poco su hija haciendo gala de sus poderes, había aparecido de la nada. Castiel ni siquiera pensó mientras arremetía contra Adira, aunque ahora se arrepentía de haber actuado sin pensar. Si seguía así, probablemente sería la nueva víctima de la bruja y no podía permitirse dejar solo a Dean y a su hija, no podía ni quería pensar en abandonar a la familia que tanto deseara tener tras conocer al cazador rubio. Volvió a lanzar un golpe que la bruja esquivo e iba a intentarlo otra vez cuando la nephilim le dio un puñetazo que lo envió al suelo.

—Todo está saliendo como debe ser, angelito—la mujer camino hasta donde el ángel cayera y se quedó mirándolo con una sonrisa burlona—ella ha venido a mí, no hay nada que ustedes puedan hacer—

—Dean no dejara que…—

—Lo matare primero, luego tomare el cuerpo de tu hija—antes que Castiel pudiera levantarse la bruja le dio una patada en el rostro — ¿estás preparado para morir?—

A duras penas el ángel volvió a intentar incorporarse mientras la bruja recogía la espada que el dejara caer después que lo golpeara, se inclinó sobre él y levanto el arma pero en el instante en que iba a apuñalar con ella a Castiel, la puerta principal se abrió y a través de ella entro el ángel que Aziel llamaba su mano derecha: Lilia.

— ¿¡Señor!?—los ojos de la recién llegada se movieron por el lugar hasta encontrarse con la molesta mirada de su jefe—le dije que esa aberración haría algo para…—

— ¡Cierra la boca y libérame de una vez!—ladro Aziel acercándose al borde del circulo—me desharé personalmente de esta criatura—

—Oh…Lilia, estaba esperando impaciente que llegaras—la voz de Adira se dejó oír por todo el lugar, la bruja tomo a Castiel por la garganta y lo levanto al mismo tiempo que ella lo hacía—creí que llegarías más temprano—

—No hay forma en que me retrase para tu ejecución, bruja—el ángel desvió su atención de Aziel y se acercó al círculo en el que se encontraba la bruja junto a Castiel—esta vez no hay forma en que me detenga, clavare mi espada en tu corazón—

— ¿De veras? ¿Ni siquiera si te  doy la oportunidad de encargarte de quien violo toda tu seguridad pasando bajo tus propias narices, dejándote como una completa imbécil frente a tu jefe?—el fuego alrededor de Adira se extinguió y ella lanzo al ángel que sostenía cerca del lugar en donde Dean se encontraba junto a Sam y Mary—a mí tampoco me gusta eso, Lili, así que te hare un favor y tú me harás un favor a mi… ¿recuerdas a Dean, no? Pues, él tiene una adorable hija con mi buen amigo Castiel y esa niña como ya sabrás es un ser como yo, Mary es un ser especial que puede ir a donde se le plazca…fue ella quien se llevó a Dean—

Sam llevo su dedo al gatillo del rifle que tenía en las manos, a su lado Dean se había incorporado lo suficiente para sujetar el también un arma, apenas podía sostenerla bien pero el menor sabía que sería imposible pedirle que descansara. Mary había corrido junto al ángel que se veía tan golpeado como su pareja. La llegada de Lilia era un nuevo peligro, el único que podría detenerla seria Castiel pero si hacia eso se convertiría en una presa fácil para la bruja. Las balas no detendrían a ninguna, pero los hermanos sabían que no se rendirían, no hasta que no pudieran más.

— ¡Lilia, detente o te juro que te destruiré a ti también!—exclamo Aziel viendo a la otra avanzar hacia el lugar en el que se encontraban los cazadores— ¡ven aquí y libérame!—

—No creo que consigas nada gritándole, es obvio que tu amiguita está mal de la cabeza—a pesar de verse tranquilo Gabriel no se sentía nada calmado, su alce podía salir herido y el resto de su familia podría ser asesinada. A pesar de ser uno de los seres más poderosos de la creación no podía salir de esa trampa e ir a rescatar a su pareja. Vio a Castiel soltar la mano de Mary para pararse delante de ellos a modo de escudo viviente, se veía algo cansado y pelear contra un ángel y un nephilim con la fuerza de dos ángeles no era un futuro prometedor.

—Cuando salga de aquí me encargare de que pase los próximos cinco mil años de vida custodiando las puertas—en otra ocasión, Gabriel, se hubiera echado a reír pero la situación era demasiado peligrosa como para hacer eso—no confió en Adira—

—Pues…únete al club—

Lilia camino hacia Castiel, pero su atención estaba en la niña que se hallaba al lado del mayor de los Winchester. Podía oír a su jefe ordenándole que lo liberara pero aquella no era una buena idea. Si Adira había podido mantener en la palma de su mano a tantos poderosos adversarios, era bastante obvio que era lo suficientemente inteligente para tener todo planeado, lo único que esperaba es que su llegada no estuviera también planeada. Saco su propia espada, sonriendo al ver las manos vacías del ángel de ojos azules, debía hacerle saber que al igual que ella tenía que actuar el tiempo suficiente para engañar completamente a la bruja.

Castiel se preguntó cuánto tiempo le tomaría exactamente en desaparecer del lugar llevándose con él a los hermanos y a su hija. El fuego que rodeaba la casa debía estar apagado, de otra forma Lilia jamás hubiese podido entrar. De pronto sus ojos se encontraron con los de la recién llegada, azul contra negro por unos cuantos segundos que parecieron una eternidad. La mujer tenía una mirada muy parecida a la muñeca que Gabriel creara para despistar a la bruja. Sus ojos no mostraban emoción o ese hubiera sido su primer pensamiento de no ser porque ella le guiño fugazmente un ojo para después indicarle la dirección en la que la bruja se encontraba. Una chispa de esperanza se encendió en el interior del ángel.

—Si te me acercas me veré obligado a acabar contigo—dijo Castiel con frialdad mientras Sam se paraba a su lado sosteniendo un arma—no tendré piedad con ninguna de ustedes—

—Estas muy confiado para alguien que está a punto de morir—Lilia esperaba que Castiel hubiera comprendido su plan, el ángel había incumplido demasiadas reglas celestiales como para dejarlo con vida pero en ese momento necesitaban de el para destruir a la bruja—hare que el señor Aziel se sienta feliz cuando le quite la vida a quien se llevó a su mascota—

—Dean no es una mascota—

Al parecer Castiel había comprendido lo que debía hacer, engañar a Adira no era tan difícil como creyera en un principio. Necesitaba que ella se acercara y le clavaria su espada en el pecho, la eliminaría y liberaría a Aziel ganándose así su agradecimiento. Por fin el otro ángel reconocería su existencia, sería su favorita.

—No lo es ahora, pero cuando acabe contigo el volverá a serlo. Pondremos un lindo collar de perro en su cuello—si no se equivocaba la bruja se encontraba a su lado, solo tenía que girarse muy rápido y clavar su espada en su corazón, solo tenía una oportunidad, luego Castiel la ayudaría y todo terminaría para Adira, tal y como debió haberse hecho desde un principio.

— ¿Cuánto esperaras, querida? Si planeas clavar eso en mi corazón, no deberías pensarlo mucho—las palabras de Adira chocaron directamente contra su calma haciéndola pedazos. Pero tal y como lo planeara se volteo con toda la rapidez que pudo y apuñalo el espacio a su lado. Adira sujeto su mano deteniendo la espada justo sobre su corazón—fue un buen intento pero sé que jamás me ayudarías, tú me detestas, jamás confiaría en ti, Lilia—

—Te matare…te dije que lo haría—el ángel intento liberar su mano pero la bruja la apretó firmemente—suéltame y veras como cumplo mi promesa—

—No dudo que de tener oportunidad lo harías, pero me apena decirte que no lo lograras esta vez—

Lilia dejo salir un quejido cuando la hoja se enterró lentamente en su corazón, la bruja había clavado la espada de Castiel en su espalda. Sorprendidos por el repentino cambio de Adira, Castiel y los demás se quedaron mirando la escena inmóviles. La bruja sujeto por la cintura a la otra antes que cayera al suelo e iba a acercar su boca a su cuello cuando Lilia con su última fuerza puso su mano sobre la boca de la bruja y dejo salir una débil carcajada.

—N—No creíste que vendría…que vendría sola ¿no?...ahora mismo ellos vendrán…y te m—mataran…—

—Es una pena, tendré que traer el postre antes de lo esperado—Adira sonrió mientras la mano de la otra comenzaba a deslizarse hacia abajo, Lilia lentamente perdía la fuerza. Apenas la bruja se vio libre mordió el cuello del ángel y comenzó a succionar su gracia.

Al ver a la bruja comenzar a absorber la gracia de Lilia, Castiel se lanzó contra ella para detenerla pero Christian se atravesó en su camino, recibiendo el ataque del ángel. Sam y Dean le dispararon a la bruja sin conseguir que la soltara. Furioso por lo que acababa de presenciar, el menor de los cazadores se acercó a la bruja y la golpeo con la parte posterior de su arma pero pese a que uso toda su fuerza para Adira aquello no fue más que la picadura de un mosquito. Sam apunto a la cabeza de la nephilim e iba dispararle cuando esta dejo caer el cuerpo inerte del recipiente de Lilia. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras levantaba su mano hacia el humano, cerro su puño y el noto como la misma sensación que tuviera cuando la bruja lo atrapara contra la pared volvía a extenderse por su cuerpo, dejándolo inmóvil. Adira levanto su mano y Sam se vio elevado en el aire.

—Es hora del postre—

 

 

Notas finales:

Continuara...


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