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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus personajes me pertenecen y bla, bla, bla 

 

Mary sonrió cuando Pinky pie hizo enfadar a Rarity. Al parecer estaban pasando una maratón del programa, ya había visto por lo menos cinco episodios seguidos y sus tíos aun no llegaban. El jugo que hacía poco se le había acabado hizo que tuviera unas casi incontrolables ganas de ir al baño, así que prácticamente tuvo que ir corriendo.

Mientras se lavaba las manos miro a su alrededor intentando encontrar a Susan pero al parecer esta estaba todavía mirando la televisión, algo que agradeció pues no le gustaba que nadie entrara junto a ella al baño. Sus padres y tíos le habían recalcado hasta el cansancio que no debía confiar en nadie que no perteneciera a su familia. Ciertamente quería mucho a Susan pero la otra niña no pertenecía exactamente a su familia y también estaba el tema que odiaba que alguien violara su intimidad. Después de salir del baño miro hacia el rincón en donde se encontraba la televisión y descubrió que esta estaba apagada y no había rastro de Susan.

—Susan, ya te dije que no hicieras eso, la última vez que apagaste la tele el tío Sam se puso muy raro y me…—la niña se dirigió hacia la televisión pero se detuvo a mitad de camino cuando oyó algunos ruidos provenir de la cama en la que estaba acostado su padre. Dean estaba revolcándose sobre las sabanas, parecía estar teniendo una pesadilla así que sin dudarlo Mary se dirigió hacia él y trepo a la cama.

Dean se veía auténticamente agitado, una delgada capa de sudor cubría su rostro mientras mantenía los puños firmemente cerrados a cada lado de su cuerpo. La niña gateo sobre la cama hasta llegar al lugar en el que la cabeza del cazador descansaba sobre una almohada. Acaricio sus mejillas suavemente en un intento de despertarlo pero lo único que consiguió fue oír un par de malas palabras y una amenaza. Aquello la confundió y la asusto en partes iguales, iba a comenzar a orar para llamar a su otro padre cuando los ojos de Dean se abrieron de par en par y como si tuviera un resorte se incorporó de un solo movimiento. Sorprendida por lo que acababa de presenciar, la niña dejo escapar un pequeño chillido y se cubrió la cara. Dean la observo perplejo unos segundos antes de rodearla con sus brazos y apretarla contra su cuerpo.

—Mary, está bien…lamento haberte asustado, estaba teniendo una muy jodida pesadilla—la niña se separó unos centímetros y lo observo—ya sabes que…—

—Dijiste una mala palabra—murmuro para después sonreírle—se lo diré a papá—

—Soplona…Mary, antes yo…¿oíste lo que dije?—le acaricio la espalda antes de dejarla ir e intentar levantarse de la cama pero nada más poner los pies en el suelo sintió como este desaparecía, logrando hacerle sentir que el estómago se le revolvía, quería vomitar pero debía mantenerse calmado para no asustar a su hija. Respiro profundo un par de veces y volvió a intentar ponerse de pie, algo que logro tras unos segundos de duda— ¿en dónde está Sam?—

—Salió con el tío Gabe, estoy esperándolo para pedirle que compre leche—la niña también bajo de la cama y se dirigió al lugar en el que se encontraba la televisión y volvió a encenderla—quería comer cereal, pero no había leche y tengo hambre—

—Si continuas esperando que esos dos regresen acabaras por convertirte en una anciana—lentamente y apoyándose en la pared que tenía más cerca, Dean logro acercarse hasta donde su hija se encontraba y apago la televisión que ella acababa de encender—vamos, necesito comprar algunas cosas—

La niña se volteo a mirarlo con una sonrisa y después de tomar el sweater que su padre le ordenara ponerse, lo siguió fuera de la habitación hacia el auto que aguardaba estacionado a unos cuantos metros. Después de asegurarse que la niña tuviese bien puesto el cinturón de seguridad, Dean se puso tras el volante y condujo en dirección al pequeño supermercado que se encontraba a varias calles de distancia del motel en el que ahora se encontraban. Mientras conducía, Dean, no podía dejar de pensar en lo que acababa de ocurrirle, se sentía tan miserable y patético que no tenía deseos de ver a Castiel en un buen tiempo. Oyó a Mary cantar en el asiento trasero y en vez de sentirse mejor, como cada vez que la oía, se hundió en el asiento y procuro prestarle toda su atención al camino.

—Papi ¿me compras esto?—Dean abandono sus oscuros pensamientos para fijarse en la niña que sostenía una barra de chocolate cerca de su rostro—Susan dice que no lo ha probado y yo quiero regalárselo—

—Está bien, pero después no quiero que Susan tenga dolor de barriga—el rostro de la pequeña se volvió rojo y antes que Dean pudiera decir algo más ella ya se encontraba recorriendo otro pasillo. Dean se dirigió a la parte trasera de la tienda en busca de los refrigeradores en los que se hallaba la cerveza y tras haber dado con ellos cogió seis latas y camino hacia la caja, Mary salió de otro pasillo cargando entre sus brazos, además de la barra de chocolate algunos dulces más que el rubio estaba más que seguro harían enfadar a Sam. Ambos depositaron sus compras en la cajuela del impala y regresaron al motel. La habitación todavía estaba vacía, Dean supuso que Sam volvería dentro de unos minutos más. Le ayudo a Mary a preparar su cereal y tras ver que la niña estaba sumergida en la televisión, cogió la bolsa en la que se encontraban las cervezas y salió con ella de la habitación. Camino hacia su automóvil y trepo en la cajuela y abrió la primera lata de cerveza.

—Hace mucho que no intentabas emborracharte solo ¿Qué pasa?—Dean no sabía cuánto tiempo llevaba allí sentado. Sam estaba frente a él, parado a solo a unos cuantos metros, observándolo con una sonrisa—llegamos hace cinco minutos y encontramos a Mary comiendo cereal, creo haberte dicho que eso no es la mejor comida para una niña en crecimiento—

— ¿De qué hablas? El cereal es la comida más nutritiva que conozco y mantiene a Mary feliz. Ven aquí y vuelve a ser un hombre—Sam camino hacia el sonriendo y negando con la cabeza. Dean busco en la bolsa que estaba a su lado y se dio cuenta, un poco asombrado, que solo se había bebido una lata. Procuro que su rostro no transparentara la sorpresa que sentía y tomo una lata que le extendió a Sam—supongo que el idiota de tu novio está cuidando a Mary—

—Gabriel esta con ella, sabes que tu hija siempre se sale con la suya y ahora están viendo una película de Barbie—Sam se sentó a su lado y confundido noto que su hermano estaba algo pálido e incluso la mano que sujetaba la lata estaba temblando—¿te sientes bien?—

— ¿Por qué lo preguntas? Estoy bien, solo…cansado—

—Supongo…Dean, creo que ya habíamos tenido esta conversación antes pero me veo en la obligación de volver a recordarte que Mary debe asistir al colegio o va a quedarse atrás—Dean no dijo nada, algo que a pesar de llamar mucho la atención de su hermano menor no lo distrajo de su meta—ya debería estar en segundo grado, sé que en verdad tiene menos de un año pero su mentalidad y su cuerpo son los de una niña de siete años—

—No quiero arriesgarla, además, sabes bien que ella va a tener que pasar lo mismo que nosotros cuando papá nos trasladaba de pueblo en pueblo—esa conversación era la última que deseaba tener con Sam, en especial porque sabía que a pesar de todas sus objeciones Sam terminaría por vencerlas todas y lograría su cometido—estoy más que seguro que si alguien puede educarla eres tú, después de todo eres el universitario de la familia, además, dudo que Mary necesite saber demasiadas tonterías cuando su futuro es ser cazadora como nosotros—

— ¿Quieres que Mary tenga esta vida?—el rostro de Sam mostraba autentica confusión, bajo su lata y se quedó mirando a su hermano mayor—espero que no estés diciéndolo en serio, sabes bien que Mary no debería tener nuestra vida, ella merece algo mucho mejor que esto—

—Lamento decirte que no puedo ofrecerle nada mejor que esto—

—Mary necesita relacionarse con niños de su edad ¡niños reales!—agrego cuando vio que Dean abría la boca para protestar—Susan no existe, si nosotros continuamos escondiéndola del resto de la humanidad, crecerá con mucho resentimiento y creo que tú tampoco quieres eso—

—Lo único que quiero es que ella este a salvo, y si no lo recuerdas tenemos al cielo y al infierno siguiendo nuestros pasos y ya que Mary es una nephilim estoy más que seguro que si los demonios llegan a enterarse querrán usarla para amenazarnos o lo que es peor, intentaran aprovecharse de sus poderes. No olvides que tu sobrina puede ir a donde quiera—

—Conozco las amenazas y no creas que no he sopesado cada uno de los escenarios pero he llegado a la conclusión que en algún momento querrá relacionarse con otros niños, abrirá un portal y se marchara—Sam sabía que estaba jugando algo sucio al recordarle a Dean lo que había sucedido cuando el huyera de su cuidado cuando era solo un niño—he visto a Mary mirar como los otros niños juegan, no quiero que ella se pierda su infancia por culpa de nuestros problemas—

—Maldita sea, Sammy, sé que tienes razón pero hay tantas criaturas que podrían lastimarla—Dean se bebió la cerveza de un solo trago y se quedó mirando la lata ya vacía unos cuantos segundos antes de comenzar a apretarla hasta convertirla en un amasijo de metal—odio separarme de ella y más sabiendo que…Aziel está libre—

— ¿¡Que!? Pero él estaba encerrado en el cielo y Micael…—

—Al parecer la seguridad del cielo es una mierda o Aziel tiene a alguien que está ayudándolo allí arriba—

— ¿Él estuvo aquí? ¿Intento hacerle algo a Mary?—

—Supongo que fue una verdadera suerte que ese hijo de perra solo hubiese venido a follarme—los ojos de Sam se abrieron por la sorpresa. Bajo la cerveza y se giró para mirar a Dean, quien mantenía obstinadamente la mirada en algún punto frente a el—no digas nada, Sam, me encargare yo mismo de arrancarle las alas—

— ¿Cass lo sabe?—quizás Dean fuese el hermano mayor pero Sam no podía negar lo culpable que se sentía por no haber estado presente para auxiliarlo—deberías decírselo—

— ¿Castiel? ¿Qué hará el? No es como si yo fuese su chica y el fuese a batirse a duelo con Aziel para defender mi honor—Dean apretó un poco más lo que quedaba de la lata en su mano, consiguiendo cortarse un poco con el metal—si alguien debe hacer algo, ese soy yo y tú no vas a decirle nada a Castiel o te juro que…mierda—

— ¿Qué es lo que no debe decirme Sam, Dean?—pese a que la expresión en el rostro del ángel permanecía igual de apática, para Dean no pasó desapercibido el tono de su voz: estaba enojado— ¿Hay algo que debo saber?—

—No me hables como si fueras mi padre, si vuelves a hacerlo te…—

—Sam, permítenos hablar a solas—antes que el menor de los hermanos pudiese decir algo, Castiel desapareció y volvió a aparecer al lado de Dean—te pediré que cuides de Mary—

El ángel extendió su mano hacia Dean y lo sujeto por el brazo un segundo antes de volver a desaparecer, esta vez con el cazador. Sam se quedó mirando el lugar en el que antes se encontraba Dean. Se preguntó qué sucedería con Aziel luego de que Castiel se enterara de lo que le había hecho a su hermano mayor y deseo que el ojiazul acabara de una vez por todas con el otro ángel.

—Mi hermanito estuvo aquí ¿no?—Sam se sorprendió un poco cuando las manos de Gabriel lo rodearon, tirando de el hacia su pecho—si él está aquí eso quiere decir que…—

—Castiel se llevó a Dean—

— ¿Eh? Se suponía que iba a llevarte a una romántica cena en Italia—se quejó el arcángel mientras Sam se aguantaba la risa al verlo actuar como un niño con rabieta—ahora ya no nos pondremos juguetones—

—Aziel vino y ataco a mi hermano—murmuro Sam, consiguiendo que Gabriel se callara—Castiel aún no lo sabe—

—Bien, cuando lo sepa convertirá al idiota en pedacitos—

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Dean quería gritarle a Castiel por hacerle ver como una chica deshonrada frente a Sam, sin embargo, sus quejas fueron olvidadas cuando Castiel los hizo aparecer en lo que parecía ser el claro de un bosque. Mientras aguantaba las ganas de vomitar que siempre lo atacaban cada vez que Castiel lo trasportaba miro a su alrededor, intentando hacerse una idea sobre el lugar al que el ángel lo trajera. A pesar de aun estar enfadado con Castiel por tratarlo como si su opinión no importase en lo más mínimo, no pudo evitar sentir algo de alivio al salir de la vista de su hermano menor, no quería su lastima.

Un frio viento hizo estremecerse las copas de los árboles que los rodeaban. Dean tembló un poco cuando el viento traspaso su chaqueta y congelo su piel. El rubio subió el cierre de su chaqueta intentando alejarse del frio. Se giró para mirar directamente a Castiel, quien se había alejado algunos pasos.

—Sé que eres un hombre desconfiado, pero me gustaría que me dijeras que es eso que yo no tenía que saber—Castiel se mantuvo en su lugar, mirando fijamente al cazador—somos pareja, Dean, se supone que debemos confiar el uno en el otro—

— ¿Confiar? Déjame recordarte que tú tampoco eres muy confiable ¿olvidaste que cuando estaba embarazado tú me lo ocultaste?—estaba hecho, oficialmente Dean sintió que se había transformado en una mujer y lo mejor de todo: sin abandonar su cuerpo. Estaba recriminándole a Castiel por cosas del pasado, ahora lo único que le faltaba era que comenzara a acusarlo de que ya no lo quería porque no lo había llamado una sola vez por teléfono.

—Eso fue porque no estaba seguro de estar en lo correcto y no quería asustarte—Dean le dio un punto a favor al otro por su paciencia, si los papeles estuviesen cambiados el seguramente ya habría sacado un arma—creí que ya habíamos hablado de eso—

—Como sea, no hay nada que deba decirte ya que…—

—Aziel está libre, el huyo del cielo—

—Lo sé—la expresión del ángel era de auténtico desconcierto, en un parpadeo se encontraba frente a él, separados por solo algunos centímetros—llévame de vuelta con mi hija—

—Nuestra hija, yo también soy padre de Mary—Castiel normalmente podía mantenerse en perfecta calma, sin embargo, después de entrar en la vida de los hermanos Winchester sospechaba que su calma estaba comenzando a fugarse cada vez más seguido. Dean estaba ocultándole algo, algo que parecía muy importante—estamos a más de tres mil kilómetros del lugar en el que Mary se encuentra, te pediré que me digas la verdad—

—Debo suponer que estas intentando amenazarme, olvídalo Cass, quizás seas un ángel pero no te tengo miedo—con una sonrisa burlona, Dean, iba a comenzar a alejarse del ángel cuando este lo sujeto del brazo y lo obligo a mirarlo— ¡Suéltame o te hare algo que no te gustara!—

— ¿Cómo sabias que Aziel estaba libre? ¿Lo has visto?—de improvisto el cazador se quedó quieto, dejo de luchar y clavo sus ojos verdes en los del ángel—confía en mí, Dean, jamás te dejare—

— ¡M-Maldita sea, Cass!—

—Dean…—

— ¡¿Quieres la verdad?!—Dean sintió como si un dique se hubiese roto en su interior, se sentía cansado y lo peor de todo, es que también notaba que el miedo estaba comenzando a hacer presa de él. Castiel estaba mirándolo directamente, haciéndole sentir que no podía seguir ocultándole nada y si había algo que el cazador quisiera ocultarle al ángel era esa incomoda verdad.

—El me violo, Cass, esa es la verdad… ¿aun la quieres?—

Castiel se quedó mirándolo en silencio algunos segundos, segundos que para Dean fueron una eternidad. Quería que el ángel se enfadara o le gritara, cualquier cosa estaría bien pensó mientras el otro se alejaba de el unos pasos. Iba a ordenarle que dijera algo cuando Castiel volvió a acercársele, Dean creyó que por fin oiría su voz para regañarlo o para hacerle saber que todo estaría bien, sin embargo, el ángel no dijo nada antes de sujetarlo del brazo y hacerlo aparecer frente al impala.

—Cuida de Mary—

Tras pronunciar aquellas palabras el ángel había desaparecido de su vista. Habían pasado ya tres días desde aquello y ni siquiera Gabriel sabía que había sucedido con su hermano menor. Dean sentía que aquello era su culpa, a causa de su debilidad Castiel se había marchado.

Se encontraban en esos momentos en un restaurante familiar. Los hermanos se habían asegurado que Mary no pensara que Castiel no volvería. Extrañaba a su padre y muchísimo, Dean también lo extrañaba pero se aseguraba que aquel dolor no se transparentara y menos delante de su hija. Gabriel estaba buscándolo y aparecía cada noche para hacerles saber de sus avances, aunque para su decepción estos no eran demasiados. Era como si Castiel hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Dean le había dicho a Mary que Castiel estaba trabajando y que estaba muy ocupado como para venir a verla, la niña parecía haber aceptado esa verdad, pero cada día sus preguntas aumentaban y todas ellas giraban en torno al regreso de su padre.

—Lo encontraremos, Dean—el aludido levanto la cabeza de su plato y se enfrentó a la mirada de su hermano frente a el—Gabriel está seguro que tiene un rastro—

—Se oye como si el idiota fuese un perro—intento bromear pero nada más ver a su hija avanzar hacia ellos desde el baño, su intento de sonrisa se desvaneció al ver la mueca de tristeza en el rostro de la niña. Mary extrañaba tanto como el a Castiel.

Terminaron de almorzar y salieron del restaurante, estaban en medio de una cacería por lo que tendrían que volver a pedirle a Bobby que cuidara de la niña. Caminaron hacia el estacionamiento en donde aparcaran el impala. Mary se quedó algo rezagada frente a una tienda de mascotas, acostado en un canasto se encontraba un pequeño gatito que nada más verla comenzó a maullar.

— ¿Extrañas a tu mami?—pregunto en voz baja al animalito que se quedó mirándola fijamente—yo también extraño a mi papá…—

— ¿Mary?— la niña se giró al instante al reconocer la voz de alguien a quien no había visto en mucho tiempo: su padre — ¿Ese es tu nombre, verdad?—

De alguna forma que no sabía muy bien, pese a tener la apariencia de su padre, el hombre parado tras él no era su amado padre. Algo asustada dejo salir un pequeño chillido que capto de inmediato la atención de los hermanos que regresaron sobre sus pasos rápidamente. Al regresar el asombro de Dean no tuvo límites al encontrarse con Castiel parado en medio de la acera. De la alegría paso al desconcierto nada más ver que el otro lo miraba con cautela, casi con algo de temor. Rápidamente se paró protectoramente frente a Mary, mirando fijamente al otro.

—Tú no eres Castiel—siseo tanteando el arma en su cinturón— ¿Quién eres?—

—Soy Jimmy Novak…tengo un mensaje de Castiel para ti, Dean—

Notas finales:

Continuara...


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