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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus personajes me pertenecen y todo eso...a pesar de los escasos reviews seguire esta historia hasta el final!!! 

 

Castiel había estado recorriendo la tierra buscando el sitio exacto en donde la bruja se estuviera ocultando. Sin embargo, Adira estaba mostrando ser una criatura difícil de atrapar. Su hermano Gabriel estaba ayudándolo también, pero Castiel a veces sospechaba que el aun sentía cierto apego con la mujer.

Se encontraba en ese minuto buscando a la ex nephilim en la tundra europea. El frio no le afectaba en lo más mínimo así que no se detuvo en su misión de encontrar a la bruja que estaba amenazando a su pequeña hija. Tras no encontrar ningún rastro de ella decide seguir buscando en Alaska cuando el celular que Dean le diera comenzó a hacerse oír. Contesto tras el primer tono y las palabras unidas al tono de voz de su pareja le hicieron saber que estaban en una difícil situación y sin pensarlo demasiado apareció en la sala de la casa de Bobby y observo a su alrededor, tratando de hallar algún rastro de su hija, sin embargo, solo quedaban rastros difusos de ella. Bobby entro en la habitación justamente en ese momento e iba a decirle algo que Castiel ya temía. Desapareció antes que el cazador emitiera palabra alguna y se materializara en la alcoba de su hija. Vio las barreras de sal en las puertas y ventanas, clara prueba de que Bobby había querido mantener alejada a Susan de Mary. Aparte de los cuadernos tirados en el suelo no vio otro rastro que su hija hubiera dejado en la habitación. La voz de Bobby tras él lo hizo abandonar sus pensamientos.

—La mocosa se llevó un cuchillo de hierro, como si pudiera matar a una bruja ella sola— Bobby se detuvo a su lado y a pesar de sus palabras por dentro se sentía auténticamente preocupado por la suerte de la niña—es idéntica a Dean en lo cabeza dura…pero les dejo esto—

Castiel recibió de manos del cazador una hoja doblada en cuatro partes y que estaba dirigida a él y a Dean:

“Fui a ayudar a Susan a rescatar a sus papas. Ella dice que volveremos pronto.

Lo siento, papá, no cumplí mi promesa.”

— ¿Hace cuánto se marchó?—pregunto el ángel volviendo a doblar el papel y metiéndolo en el bolsillo de su abrigo.

—Creo que fue hace media hora pero no estoy tan seguro—

—Bien—sin decir nada más, Castiel desapareció frente a la silla de ruedas para aparecer después en el pasillo que daba a la habitación de Susan. Sam y Dean se encontraban de pie frente a la puerta, observando con atención los signos pintados en el piso, alrededor del cuerpo de la niña.

—Dime que sabes que significa toda esta mierda, acabo de enviarle una fotografía pero dijo que nunca había visto esto—dijo Dean girándose para mirarlo fijamente, quizás para alguien que no lo conociera lograría hacerle creer que estaba bastante calmado, pero en cambio el que ya tenía cierto tiempo estando a su lado sabía que estaba muy preocupado. El mismo también se sentía de esa forma cada vez que pensaba que su pequeña hija de siete años podía estar en manos de una bruja sin compasión.

—Son antiguos, Dean, antiguos y demasiado difíciles para un hechicero cualquiera. Me temo que Adira está usando a esa niña como su marioneta—

— ¿Dices que Adira está manipulando un fantasma?—cuestiono Sam dando un paso dentro de la habitación tratando de no dañar nada. Camino hasta donde se hallaba el cadáver y se inclinó para intentar tomarlo—Hechizo o no, todo acaba quemándolo y así dejaremos sin su perro a la bruja—

La única parte visible de la niña era su pálido rostro, enmarcado por una abundante cabellera rubia. El resto de su cuerpo estaba metido en lo que parecía una bolsa de lona color blanco. Seguramente, pensó Sam, era porque la habían descuartizado después de asesinarla. No era culpa de la niña, como muchos otros ella solo había sido un peón más en el juego de la bruja, sin embargo, la vida de su sobrina estaba en juego.

Apenas sus dedos tocaron el cadáver, Sam sintió como si una fuerza invisible lo hubiera golpeado en el estómago y se vio lanzado hacia la pared más cercana. Al verlo caer, Dean de inmediato apunto con su arma al lugar del cual había parecido venir el golpe. La risa que se dejó oír hizo que Dean sintiera una ira tan grande que por poco no se lanza contra el lugar pero prefirió hacer un par de disparos que se estrellaron contra la pared. La risa se detuvo y en su lugar apareció frente a ellos a quien se suponía debería estar de su lado, Dariel los observaba con una sonrisa. El ángel se había materializado frente a ellos, al lado del cadáver de la niña.

—No Winchester…no se metan en donde no los quieren—volvió a reír mientras agitaba un dedo delante de ellos—la pequeña Susan aún no termina su trabajo—

—Diría que no me imaginaba que estabas del lado de Adira pero eso sería decir que no eres un estúpido—dijo Dean disparándole a Dariel un par de veces más, a pesar de saber que eso no le haría ningún daño— ¿Sabe tu jefe que estás haciendo esto?—

—No, no lo sabe pero no creo prudente que deba enterarse de la basura con la que debo tratar—Dean noto tensarse a Castiel a su lado. El mismo quería lanzarse sobre el maldito que ayudaba a Adira y que como si no fuera poco se atreviera a golpear a su hermano— ¿sabes lo molestos que pueden llegar a ser ustedes? Y Castiel te incluyo a ti también, es cierto, estoy con la bruja pero apenas acabe con ustedes me encargare de ella y así ya no habrá nadie que pueda molestarme otra vez—

—Ya veo, entonces voy a suponer que te encargaste también de la molestia que se llamaba “Aziel” ¿no?—por el rabillo del ojo Dean vio ponerse de pie a su hermano. No parecía herido de gravedad pero eso no le hacía odiar menos a Dariel—quizás debería agradecerte—

—No, no, no vas a hacerme sonrojar y dudo que tú quieras verme de esa forma…pero si hay algo que puedes hacer por mí—

—Dariel te sugiero que pienses bien en tus próximas palabras ¿en dónde está mi hija?—Castiel por fin salió de su mutismo y se adelantó a Dean quien solo lo observo sin guardar su arma—no tendré piedad de ti, si hablas ahora te daré la oportunidad de huir antes de cazarte—

—Has cambiado tanto Castiel, involucrarte con humanos debe haberte manchado también y ahora te atreves a usar ese terrible vocabulario ¿no soy tu hermano acaso?—pregunto el hombre inclinándose para tocar el cadáver –esta pequeña aún tiene trabajo que hacer, pero no te preocupes yo mismo me encargare de borrarla del mapa cuando su trabajo esté completo—

— ¡No te permitiré que te la lleves, la necesitamos para rescatar a mi sobrina!—exclamo Sam llamando la atención de todos los presentes. El menor de los Winchester mantenía su mano sobre la pared con la que se estrellara y bajo ella, pintado con su propia sangre un sello anti ángeles—lo siento, Cass—

Antes de que Dariel o Castiel pudieran hacer algo, Sam apoyo la mano en el sello y ambos ángeles fueron expulsados del lugar. Dean se quedó mirando a su hermano unos segundos antes de esbozar una sonrisa.

—Hijo de perra listo, ayúdame a cargarla al auto, este lugar me provoca escalofríos—

Entre ambos levantaron el cuerpo de la niña y la llevaron al auto. La pusieron en la cajuela y se dirigieron a toda velocidad a la casa de Bobby. No querían arriesgarse a ser presa de Dariel o cualquiera en un motel. Dean condujo toda la noche mientras Sam a su lado intentaba comunicarse con Castiel o con Gabriel.

Por fin llegaron a casa del cazador. Este los esperaba fuera de la casa, sentado en su silla, sosteniendo un rifle. Sin decir nada llevaron a la niña al sótano y la depositaron sobre una mesa en donde los tres se quedaron mirándola con cierta lastima. Susan parecía dormida, encerrada en su bolsa. Su pequeño cuerpo envuelto por una larga y reluciente cadena que tras una rápida revisión descubrieron que no parecía estar unida con ningún candado u otra cosa. Intentaron cortarla ayudados por unas pinzas pero lo único que consiguieron fue destrozar la herramienta, a esa y a todas las otras con las que intentaron cortar la dichosa cadena. Tampoco su intento de quemar el cadáver llego a un buen término, pues por más que lo intentaron, cada vez que las llamas se acercaban a la cadena este se apagaba.

— ¡Mierda! Esto no está ayudando…esta maldita se llevó a mi hija y yo no puedo hacer nada—exclamo Dean golpeando con sus puños la mesa y mirando a la niña—si pudiera hacer algo…lo que sea…—

—No hagas promesas que no puedas cumplir, rubito—la voz de Gabriel llega hasta los oídos de Dean quien levanta su mirada hacia el arcángel que había aparecido frente a ellos. Castiel se encontraba a su lado, observándolo con una mirada llena de culpa. El cazador se siente de la misma forma y no dice nada cuando ve a Castiel acercarse y observar atentamente la cadena—voy a suponer que esta vez nuestra hermosa familia tiene algo de suerte y mi hermanito puede romper esa cadena sin que ninguna cosa le pase a su recipiente—

—Espera ¿Qué? Cass no toques esa puta cadena—grito apenas el ángel tomo la cadena que rodeaba a Susan—Hey tú, no te atrevas a hacer nada…debe haber otra forma—

—No hay opción, Dean, necesitamos liberar a esta niña para saber a dónde llevo a Mary. Gabriel está seguro que solo hay dos formas para romper esta cadena y una de ellas es por la fuerza, aunque esto acarrearía un daño a mi recipiente—

— ¡¿Y por qué ese idiota no lo hace?! Nadie va a extrañarlo—se quejó el rubio señalando a Gabriel que levanto su dedo medio hacia el otro.

—Gabe ¿Cuál es la otra forma?—pregunto Sam parándose entre su hermano y el ángel, para prevenir cualquier enfrentamiento—antes Castiel dijo que existían dos formas ¿Qué tan complicada es la otra?—

—Pues, mi alce, necesitamos el libro del que salió este hechizo. No hay una forma establecida de romper esto sin el libro que se usó para hacerlo. Un hechizo, un libro y dudo que alguien hubiera sido tan estúpido para dejarnos casualmente el libro—dijo Gabriel dando un paso hacia Sam para mirarlo fijamente—escuchen, no es nuestro mejor plan pero es lo único que tenemos para encontrar a mi sobrina. Después de que enviaste a volar al idiota de Dariel y a mi Cassy la busque por todos lados y no la encontré…no podemos dejarla más tiempo con Adira. No vamos a encontrar el libro sin perder tiempo precioso —

—Espera un segundo… ¿un libro como este?—pregunto Dean sacando de su bolsillo el libro que había encontrado en la habitación del hermano de Susan. Cuando se lo extendió a Gabriel la fotografía que se encontraba en su interior cayó al suelo cerca de la mesa.

—Tu sí que eres una caja de sorpresas, cuñadito, quien hizo este hechizo fue lo suficientemente estúpido como para dejarnos la llave—dijo Gabriel pasando las paginas mientras se acercaba al cadáver de la niña y tocaba la cadena—ahora, hermanito, apártate que tu hermanito va a trabajar—

Castiel retrocedió hasta el lugar en el que Dean se encontraba y lo observo detenidamente. El cazador tenía ojeras bajo sus hermosos ojos verdes e incluso estos se veían apagados. Él lo comprendía bien, pues estaba igual de preocupado. Oyó a su hermano pronunciar algunas palabras en un idioma que se suponía ya no se usaba y cuando volvió a mirar el cadáver sobre la mesa, vio la cadena brillar tenuemente antes de desaparecer, como si nunca hubiese estado allí rodeando el cadáver de la niñita.

Los cazadores y los ángeles se acercaron a él, tratando de ver algún cambio, sin embargo, no sucedió nada visible. Dean iba a ir en búsqueda de lo necesario para la invocación, cuando frente a él se materializo la pequeña Susan. La niña se quedó mirándolo fijamente, con algo de temor grabado en su rostro. Dean abrió la boca para decir algo y vio que la niña ya no lo miraba a él, sino a su cuerpo, que aún se encontraba sobre la mesa. Desapareció en un segundo y al otro apareció al lado de la mesa.

—Ahora puedo recordarlo todo…había una niña que se parecía mucho a Mary en el parque, me dijo que iba a mostrarme algo genial y yo la seguí—dijo mientras acercaba su mano al rostro del cadáver—mis papas siempre me dijeron que no me fuera con desconocidos—

—Creo que nosotros también se lo dijimos a Mary un par de veces, pero aun así se marchó contigo—soltó Dean sin poder aguantar un segundo más la espera— ¿A dónde te llevaste a mi hija?—

—Yo…siento mucho eso. La bruja me ordeno que la llevara con ella, yo quería resistirme pero no podía—de pronto algo cambio en el rostro de la niña cuando se dio cuenta de lo que estaba tirado a sus pies. Se agacho y tomo la fotografía que cayera de entre las hojas del libro que Dean hallara. Contemplo a ambos niños unos segundos y se giró hacia Dean con el rostro contraído por el dolor. Jamás en su vida Dean se había preguntado si los fantasmas podían llorar pero por un segundo pensó que si al ver a Susan.

— ¿Sabes en donde esta Adira?—pregunto Sam acercándose a la pequeña que continuaba mirando a Dean—Nosotros queremos rescatar a nuestra sobrina y algo me dice que tu hermano también está en peligro—

—Zack me asesino y asesinara a Mary también…pero él está haciendo esas cosas horribles por culpa del hombre en el espejo—murmuro extendiéndole la fotografía a Dean que la tomo—lo único que recuerdo es que la lleve a un bosque…la bruja estaba allí y luego aparecí aquí—

— ¿Sabes que bosque era? ¿Recuerdas que ella dijera algo?—pregunto otra vez Sam agachándose para mirarla mejor. Estaba intentando lo mejor que podía guardar la expresión de desconcierto que las anteriores palabras de la niña le dejaran—cualquier cosa podría sernos de ayuda…nena, te lo ruego nosotros…—

—Ella parecía preocupada porque no encontraba un libro…dijo que el hombre del espejo no podía saberlo—respondió la niña volviendo a girarse hacia el cadáver— si vuelven a ver a Mary díganle que no fue mi culpa y que lo siento mucho—

Antes de que alguno de ellos pudiera decir algo la niña desapareció, pero esta vez no volvió a materializarse.

Dean camino hasta donde Gabriel se encontraba y le arranco el libro de las manos. Paso sus páginas hasta que llego al final, en donde se hallaba lo que parecía un mapa. Aunque cada descripción estaba en la misma lengua que todo el libro.

—Tradúcelo—dijo el rubio estampándole el libro en el pecho a Gabriel antes de subir corriendo las escaleras.

Por poco el arcángel no se lanza en persecución del cazador, Sam lo sujeto de la mano mientras negaba con su cabeza. Ambos desaparecieron frente a Bobby que gruñendo algo sobre “que él no había crudo nenas” comenzó a hacer girar sus ruedas hacia la escalera pero se detuvo al ver que Castiel no se movía del lugar al lado de la mesa en donde se encontraba el cadáver de la niña. Iba a llamarle la atención para que se moviera cuando lo vio acercarse a la mesa y tras tocar el cuerpo este se prendió en llamas en un fuego tan abrasador y veloz que en tan solo unos segundos de el ya nada quedaba.

—Ahora ella está en el cielo…o por lo menos eso espero—

Dijo el ángel sin que Bobby hubiera dicho algo, sin embargo, el viejo cazador no dijo nada pues en el fondo de su corazón el deseaba exactamente lo mismo para la pequeña niña que había acabado convertida en la malvada criatura de una historia gracias al verdadero monstruo que movía los hilos.

—Enviemos a esa perra al infierno—                                                                       

Notas finales:

Continuara...


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