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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus sexys personajes me pertenecen...si lo fueran esta serie estaria totalmente censurada jajajaja

Al ver a su hermano abandonar la habitación, el primer impulso de Sam había sido seguirlo, pero al asomarse por la ventana y ver que Castiel se encontraba con él, su preocupación disminuyo los escasos segundos en los que olvido que ahora debían agregar a su lista de enemigos a todo el cielo…involuntariamente dejo escapar un suspiro de cansancio y camino de regreso hasta la cama para sentarse y poder pensar con algo más de claridad cuales serian sus pasos de ahora en adelante, sin embargo, la presencia del arcángel rubio en la habitación estaba comenzando a inquietarlo

—Gabriel… ¿necesitas algo?—pregunto estirándose sobre la cama y cerrando los ojos en un intento de quitarse de encima el estrés—lo siento, olvide darte las gracias por venir…—

—Si quieres puedo darte un buen consejo para que te olvides del estrés—desde que había llegado a la tierra el ángel con todo orgullo podía decir que había abierto completamente su mente a todo tipo de experiencias y el contacto físico era una de sus favoritas, Sam era sin lugar a dudas un buen espécimen, lo noto desde el primer momento que se topo con el—es un método ciento por ciento efectivo, lo he probado infinidad de veces—

—Lo siento, pero supongo que mientras mi sobrino no nazca seguiré igual de preocupado—giro sobre la cama para mirar mejor al rubio que le ofreció una sonrisa—gracias por la información, ahora no me siento tan perdido—

—Es un placer…ya sabes, soy experto en eso—rio sentándose en la orilla de la cama para mirar más de cerca al humano—respecto a lo que te dije antes…mi oferta aun está en pie y lo único que tienes que hacer…—

—Es venderle tu alma…no se qué cosas estén pasando por tu cabeza pero aléjate de mi hermano—Dean había abierto la puerta y observaba la escena desde el umbral—Si de verdad el cielo quiere deshacerse de mi hija no quiero tener cerca tu emplumado trasero—

— ¡Dean! Gabriel solo estaba…espera un segundo ¿dijiste “mi hija”? ¿Cómo sabes que…?—el pelilargo al ver a su hermano se incorporo rápidamente— ¿Castiel te dijo que la doctora West lo descubrió en la ecografía?—

—Hable con mi hija…por raro que eso suene—el rubio cerró la puerta tras él y se sentó en la orilla de la cama donde su hermano estaba—todo esto aun es muy raro para mí pero de alguna forma saldremos adelante—

—Me alegra que pienses de esa manera porque estaba más que dispuesto a detenerte si intentabas hacerle daño a mi sobrinita—a pesar que Gabriel mostraba una sonrisa fue obvio para los hermanos que hablaba muy en serio—tienes razón por lo menos en la parte del cielo, allá arriba son muy “entusiastas” en eso de hacer cumplir las leyes y créeme que ustedes se han saltado varias—

— ¿Qué es eso de que querías dañar a tu bebé? No me digas que querías…—esta vez fue el turno de Sam de mirar amenazadoramente al rubio que desviando la mirada se puso de pie para caminar hasta el refrigerador—escúchame, Dean, no dejare que pienses ni por un minuto en deshacerte de ella…demonios, ella es parte de nuestra familia y no tiene forma de defenderse y tu…—

— ¿Crees que no lo sé? Sam, siempre he deseado tener una familia, pero tenemos esta vida de mierda en la que no podemos mantenernos ni seguros nosotros mismos—golpeo con el puño la fría superficie tratando de descargar de alguna forma la ira que sentía—jamás podre ofrecerle a mi hija la vida que se merece…es una maldita jugarreta de Dios todo esto…el que un hombre pueda quedarse embarazado y más si soy yo ese hombre—

—Dean…no digas eso…me tienes a mí y a Cass, seguro que saldremos de esta—el menor quería de verdad levantarse y abrazar a su hermano pero sabía que este odiaba ese tipo de demostraciones así que se conformo con acercarse a él y poner una mano en su hombro—se que no tuvimos una infancia precisamente feliz pero no teníamos lo que ahora tenemos—

—¿Y qué es lo que se supone que tenemos?—sentir la mano de Sam sobre su hombro había sido un excelente remedio contra la inseguridad que estaba sintiendo, volteo para mirarle y ofrecerle una sonrisa—porque la última vez que mire solo seguíamos siendo nosotros dos, un ángel y su entrometido hermano mayor—

—Si, ese es el inventario completo…pero ya verás que nos las apañaremos—rio dándole un golpe en el brazo—además no hemos contado al feliz abuelo…ya quiero ver la cara de Bobby cuando le digamos que estas embarazado—

—Seguro le da un ataque cardiaco pero supongo que esa será una gran experiencia que podrá contarle a su nieta—el rubio sentía como el peso que sintiera en su corazón lentamente comenzaba a desvanecerse, sabía que Sam diría algo como eso y saber que Gabriel podría ayudarles le hacía sentir un poco más seguro, no es como si fuera a estar completamente fuera de peligro pero no podía pedir demasiado sabiendo que tenían tras ellos al cielo y al infierno…vaya con la normal vida que tenían—terminemos con esta manna…lo que sea y vamos a bebernos unas cervezas—

—Lamento decir que no es saludable para el bebé el alcohol, además, hay algo allá afuera que parece indicar que alguien se les adelanto con esa criatura—Dean pego un salto al oír tan de cerca la voz de Castiel que se había aparecido a su lado—mis disculpas, Dean, pero quizás quieran ver esto—

—Entonces aquí termina mi visita por hoy, tengo cosas más interesante que hacer que jugar con ustedes a los caza fantasmas —habían olvidado que arcángel se hallaba también presente, con una sonrisa el rubio camino hasta donde estaban los hermanos y poso su mano en el vientre de Dean que atónito por ese gesto se quedo quieto—cuida mucho a mi sobrina…no todos los ángeles pueden darse el lujo de tener algo así...y Sam, mi oferta aun está en pie—

Sin borrar su sonrisa el rubio chasqueo sus dedos y desapareció de la habitación dejando completamente confundidos a los hermanos

—¿Qué quiso decir con eso?—el ojiverde se quedo mirando a Sam que lo miro a su vez con la confusión todavía grabada en su rostro—maldito Gabriel, solo viene a  molestar…aunque es una suerte que este de nuestro lado y no en contra porque sí que sería un dolor en el trasero—

—Creo que en eso estamos de acuerdo…Cass ¿Qué querías que viéramos?—cuestiono Sam mientras salían de la habitación siguiendo al ángel que con una mirada les hizo notar la extraña mancha en el suelo del estacionamiento, sorprendido el pelilargo se agacho para tocar el pavimento chamuscado—esto parece la silueta de algo con ¿alas?—

—Sam ¿recuerdas lo que dijeron las personas con las que hablamos? Cada vez que esa criatura de nombre ridículo atacaba lo primero que veían era esa especie de pájaro que Cass mato—Dean se había alejado unos cuantos pasos para ver mejor la marca que dejara en el pavimento la criatura que probablemente había sido quemada en el lugar—si este monstruo es el que estábamos buscando alguien hizo nuestro trabajo y eso quiere decir que o hay otro cazador aquí o hay más de una de esas cosas—

—Se llama manananggal, no es tan difícil…quien haya hecho esto debe ser alguien muy poderoso, estas criaturas no son débiles—el hermano menor se puso de pie y se quedo mirando a su hermano—es obvio que venía tras de ti…aunque me alegra que alguien se nos haya adelantado no puedo evitar pensar que esto no ha terminado—

—Puedo sentir una extraña presencia aquí —al oír hablar al ángel Dean volteo rápidamente para mirarlo— debo dejarlos un tiempo—

—Tienes que estar bromeando, por si no las notado aquí todavía te necesitamos—a pesar de saber que  su mano no iba a salir indemne si llegaba a darle un puñetazo al ángel eso no le quitaba las ganas que tenia de hacerlo—ahora además de demonios tenemos a tus hermanitos tras de nosotros—

—No me tardare demasiado, Dean, he sentido esta energía antes y debo comprobar algo—el ángel lo miro fijamente—si te preocupa el hecho que vaya a abandonarte para que críes solo a nuestra hija, te aseguro que estas equivocado—

—Ya ves, Dean, no te preocupes…no serás una madre soltera—rio Sam ante el furioso sonrojo que se apodero de la cara del rubio—ve tranquilo, Cass, yo me encargare de cuidarlos—

— ¡Yo no soy una mujer, maldita sea!—grito inútilmente pues el ángel ya había desaparecido, suspirando ruidosamente ignoro a Sam que siguió riendo un buen rato mas antes de que Dean molesto regresara al cuarto. La mañana siguiente ambos hermanos se dirigieron al hospital para hacerle saber a la doctora que la criatura que estaba atacando a las mujeres había sido exterminada pero nada más entrar a la oficina y ver su rostro supieron que algo no iba bien

—Díganme que ya saben cómo matar a ese maldito monstruo—la mujer se veía cansada, las ojeras que adornaban su rostro estaban más pronunciadas que la última vez que habían hablado con ella—anoche cuando se fueron, recibí la llamada de una de mis pacientes…se dio cuenta que estaba sangrando así que estaba en camino al hospital, cuando la revise descubrí que el bebé no presentaba ningún signo de vida… ¡por todos los cielos díganme que pueden parar esto!—

—Sabemos cómo matar a la criatura pero no sabemos cómo encontrarla, ayer hablamos con las personas que aparecían en la lista que usted nos dio—involuntariamente el ojiazul llevo una mano a su estomago, gesto que la doctora y su hermano notaron—todos coincidieron en que antes del ataque un extraño pájaro rondaba sus casas—

— ¿Eso que tiene que ver con esto? ¿Ese pájaro es el culpable?—

—No hemos dicho tal cosa, es la mascota del verdadero culpable…más bien su espía, lo sé porque ayer nos topamos con uno y lo matamos, mas tarde descubrimos lo que quedaba de su dueño—Dean recordó como Castiel le había salvado y no pudo evitar sentirse algo triste por su ausencia—creemos que hay más de uno, así que si no quiere que esto siga ocurriendo le pediremos su ayuda—

— ¿Qué quieren que haga? ¿Qué les pregunte a todas las mujeres embarazadas de la ciudad si han visto a un pájaro? Chicos de verdad quiero ayudarlos pero si comienzo a hacerle ese tipo de preguntas a mis pacientes perderé mi credibilidad—la mujer se cubrió el rostro con las manos en un intento de alejar el cansancio—pero si hay algo que puedo hacer…les daré los nombres de todas las mujeres que están embarazadas y que se atienden en el hospital, sin embargo, hay otros hospitales y no puedo intervenir en ellos—

—No hay problema, empezaremos con su lista y después iremos a los otros hospitales—la mujer les sonrió agradecida antes de comenzar a buscar en los cajones de su escritorio una carpeta que les extendió a los hermanos—si tiene más información por favor llámenos—

Unos golpes en la puerta alertaron a los tres hasta que suavemente la puerta se abrió revelando el rostro de una chica vestida de enfermera que se quedo mirándolos un poco sorprendida

—Lamento interrumpirla, doctora, pero solo quería decirle que mi hermana no podrá presentarse a su turno hoy ya que está muy enferma en casa—Sam recordó que había visto a la misma chica el día anterior cuando se había decidido a consultarle sobre el estado de Dean—ella me ha pedido que la excuse, comió algo en mal estado y se siente pésimo—

—No hay problema, Alyssa, vete a tu puesto y después hablamos—la enfermera sonrió a la vez que le  dirigía una mirada a Sam—supongo que ya conoces a los…agentes—

—Sí, doctora…ya tuve el gusto—sonrió sonrojándose ante el nerviosismo de Sam—si me perdona, tengo muchas cosas que hacer todavía—

La chica abandono la oficina no sin antes darle un pequeño vistazo al hombre sentado al lado del más joven, no se parecían mucho pero aun así podía ver la familiaridad con la que el rubio molesto al otro por quedarse viéndola, cerró la puerta y se dirigió a su lugar de trabajo, en su pequeño escritorio se hallaba la fotografía de dos niñas pequeñas frente a una paradisiaca playa, la cogió y se quedo mirando a quien había sido su única compañía desde que sus padres murieran: su hermana Victoria…a quien ya no volvería a ver por culpa de aquellos malditos cazadores y su ángel, se mordió el labio hasta que un hilillo de sangre bajo por la comisura de su boca, sabía lo que tenía que hacer…oh sí, lo sabía muy bien, si quería vengarse no podía ir de frente contra ellos y menos contra el odioso ángel, si quería hacerles sentir el dolor que ella sentía debía arrebatarles algo que quisieran mucho y ya tenía una idea sobre lo que podía ser, su hermana había muerto por su imprudencia al intentar conseguirlo pero ella era diferente…ella era inteligente

—¡Espere, señor agente!—exclamo mientras el pelilargo se daba media vuelta para mirarla con una pequeña sonrisa mientras que el rubio se alejaba un poco para darles espacio—si no le molesta me encantaría invitarle un café—

El anzuelo estaba listo…ahora solo necesitaba que la presa lo mordiera…

 

Notas finales:

Continuara...


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