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La no tan normal vida del cazador por Allure

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Notas del capitulo:

Ni Supernatural o sus preciosos personajes me pertenecen,no tengo lucro pero si animo de diversion jajaja

Sabía que había sentido antes esa energía tan oscura, aunque lo que realmente le confundía era que la criatura a la que le pertenecía ya no estaba viva y podía dar fe de ello porque el mismo la extermino con sus propias manos.

Dejar a Dean fue lo más difícil, sabía que podía confiar en Sam para que mantuviera a salvo al rubio y ,además, estaba Gabriel para ayudarle…sonrió para sí mismo al recordar la forma en que su hermano miraba al menor Winchester, sabía lo que el arcángel anhelaba pues el también había pasado por lo mismo antes de que Dean aceptara sus avances, Gabriel quería de una forma más que amistosa a Sam y este no parecía darse cuenta de sus deseos, algo de lo que podía alegrarse un poco pues no quería llegara a imaginar que diría el ojiverde si llegaba a enterarse.

Se encontraba en un pueblo rodeado por granjas, allí los Winchester y el habían enfrentado a una criatura que al igual a la que ahora se estaban enfrentando devoraba a los bebes de las mujeres que engañara con la promesa de entregarles lo que más querían en el mundo…todas estaban muertas, excepto una, así  que rápidamente se dirigió al lugar donde sabia que se hallaba la casa de la mujer, apareció delante de una casa que a todas luces se veía abandonada, las flores que adornaban el patio delantero estaban secas y pisoteadas como si un gran número de gente hubiese pasado por encima de ellas, aunque lo que llamo verdaderamente su atención fue la cinta amarilla de la policía que cruzaba la puerta principal impidiendo el paso, inclino su cabeza tratando de comprender la razón que había motivado aquello pero no tenía idea que sucediera en aquella casa después que se marcharan.

Algo no iba bien y no podía explicar que cosa exactamente, volvió a desaparecer esta vez para materializarse en el interior de la casa, varios muebles estaban volteados y una capa de polvo había empezado a cubrirlo todo…algo definitivamente estaba muy mal, se dirigió a la habitación principal en busca de la dueña de aquella casa pero lo único que encontró fue una cama revuelta y varias manchas de sangre ya seca en el suelo, si los hermanos hubiesen estado con el seguramente tendrían una mejor idea de lo que sucediese en el lugar pero el en cambio no tenía ni la menor idea, no quería llamar a Dean para preguntarle pues temía preocuparle así que se decidió llamar a Bobby

—Soy yo—con aquella escueta respuesta el ángel inicio su conversación—necesito tu ayuda—        

—Castiel ¿Qué quieres?—la verdad es que el hombre ya estaba acostumbrado al ángel y a su escases de carisma— ¿Dean y Sam no han echado a perder todo, verdad?—

—No lo sé, yo estoy en Iowa…en un lugar llamado Waverly…estoy investigando por mi cuenta—

— ¿Tu investigando? Está bien… ¿Qué necesitas?—Castiel se movió por la habitación buscando las palabras para explicarle al viejo cazador

—Necesito información sobre una persona a la que Dean y Sam ayudaron, estoy en su casa pero aquí no hay nadie—esperaba que el viejo cazador pudiese ayudarlo pues a pesar de ser un ángel aun habían ciertas cosas que se le escapaban—todo esta revuelto y hay manchas de sangre en el suelo—

—Dame un segundo, aquí tengo algo…me llamo la atención e iba a comunicarme con los muchachos pero tú te has adelantado—a través del teléfono oyó crujir varios papeles—Sam me hablo de una chica, Megan, la chica está muerta…la asesino su novio y el tipo esta ahora encerrado en un siquiátrico—

— ¿Cuándo murió la mujer?—

—Hace algunas semanas, el tipo le partió el cuello y lo metieron al hospital…—

El hospital siquiátrico en el que mantenían a Edward era una fortaleza, aunque para el ojiazul no significo demasiado pues en unos cuantos segundos llego hasta la habitación donde mantenían al hombre firmemente sujeto con correas a su cama, en ese momento el humano estaba dormido o por lo menos eso le pareció a Castiel, sin embargo, nada más dar un paso hacia el Edward abrió los ojos y los fijo en el, mirándolo como si no tuviera ninguna sorpresa al verle allí

—Bienvenido, Castiel—saludo tratando de separar su cabeza de la almohada, tenía el cabello ensortijado y de color negro, sus ojos del mismo color seguían clavados en el ángel—debo suponer que ya sabes que serás padre—

— ¿Quién eres tú, criatura?—el castaño se acerco a la cama, frente a el Edward se debatió contra las ataduras tratando de liberarse—te ordeno que abandones ahora mismo este cuerpo—

— ¿¡Quien eres tú, jodido ángel, para ordenarme algo!?...¡no te me acerques!—en un intento de liberar sus manos el pelinegro se hirió las muñecas haciendo que estas sangraran— ¡mi ama te castigara si llegas a ponerme un solo dedo encima!—

—Tu ama está muerta—a esas alturas, Castiel ya sospechaba que a la criatura a la que destruyera no era la bruja verdadera pero necesitaba confirmar sus sospechas—Yo la asesine—

— ¡¿Tu la asesinaste?! ¡No seas ridículo, plumero!...¡¡nadie puede matar a nuestra ama!!—Volvió a luchar por liberarse aunque inútilmente—ella es inmortal, ella es poderosa…¡¡ella devorara a tu estúpido hijo!!—

—Abandona este cuerpo—la frialdad en la voz del ángel podría facilmente haber congelado el agua, puso su mano sobre la frente del hombre y sin importarle que el tal Edward comenzara a convulsionar violentamente, la presiono contra su piel y usando a su poder expulso y destruyo al espíritu que había posesionado al humano—además…es una niña—

Castiel no podía comprender todavía muchas de las emociones o sentimientos que tenían los humanos pero si podía reconocer que estaba muy preocupado, si la criatura todavía continuaba con vida era bastante obvio que iría tras Dean y su hija, aunque no entendía porque aun no los había atacado y todavía estaba el hecho que había dejado a uno de sus sirvientes atrás, quizás solo significara que lo olvidara pero algo dentro de el le hacía sospechar que no estaba viendo todo el panorama.

—Soy libre…te lo agradezco—Castiel inclino la cabeza mientras miraba a los ojos al hombre en la cama, su rostro ya no se veía tan pálido aunque si mas angustiado—esa cosa…esa cosa que estaba dentro de mi me obligo a hacer cosas horribles—

—No fue nada, debo irme—al descubrir que el monstruo seguía con vida sentía la imperiosa necesidad de regresar con el rubio, pero el hombre en la cama le había cogido firmemente de la gabardina—no puedo liberarte—

—Lo sé, no te pediría tal cosa…yo asesine a esa pobre mujer ¿sabes? Yo trabajo en una cafetería y todos los días ella venia a desayunar, nos quedábamos mirando y yo jamás tuve el valor para hablarle—la voz de Edward se quebró y varias lagrimas comenzaron a recorrer su rostro—es raro…no siento dolor, se que debería sentirlo pero simplemente derramo estas inútiles lagrimas…desperté en la noche y comencé a caminar hacia algún lugar que no conocía, al principio creí que estaba soñando pues podía verla y ella me abrazaba, después de eso no recuerdo mucho solo que estaba sentado en la cama y ella estaba muerta a mi lado…llame a una ambulancia y después me acusaron de haberla asesinado—

—No fue tu culpa, estabas poseído—a pesar de la apatía de su voz Castiel sentía una enorme piedad por el hombre que continuaba atado a la cama—puedes demostrar tu inocencia—

— ¿De qué serviría? Ella no volverá y yo me suicidare…déjame, me quedare aquí y pagare la culpa—el pelinegro le regalo una pequeña sonrisa—cuando  estaba dormido oí algunas cosas que no entendí…es obvio que tú no eres humano así que espero que a ti te sirvan de algo—

— ¿Qué cosas?—el ojiazul miro fijamente al hombre que seguía derramando lagrimas

—Ella dijo…ella…quiere que sepas que no importa lo que hagas, no podrás salvar a tu hija ¡ríndete, ángel!—la voz serena del hombre se transformo en chillidos de autentico dolor, Castiel retrocedió unos pasos al ver que las lagrimas en sus ojos se tornaban negras al mismo instante que su voz se distorsionaba hasta ser casi idéntica a la de la criatura que creyera asesinar—¡Soy la oscuridad en persona, ángel!...¡¡abriré a ese humano por la mitad y devorare a tu hija!!—

—Tu… ¡Iré a donde sea que estés escondida y te enviare al infierno!—el rostro del hombre se tenso en una sonrisa diabólica— ¡Aléjate de ellos!—

—¡¡Deberías estar agradecido, si no hubiera sido por mí y mi pacto con esa mujer, tu jamás podrías haber embarazado a ese miserable humano!!—varias carcajadas sacudieron violentamente el cuerpo del humano, el ángel sabia que hacer algo como eso no podía hacerlo cualquier criatura—¡¡los únicos que irán al infierno serán tu y esa puta, cuando el cielo se entere no habrá agujero tan profundo donde puedan esconderse!!...¡¡devorare su cuerpo y su alma!!—

Castiel no quería volver a oír aquella voz jamás en lo que le quedaba de vida, miro cuidadosamente a Edward quien seguía derramando lagrimas de color negro y supo que lo que fuese que estaba haciéndole la bruja le provocaba un dolor casi inimaginable, susurro un lo siento y volvió a poner su mano sobre su frente…y esta vez fue la última, no sabía si su alma sería enviada al cielo pero rogo porque así fuera, después de todo Edward y la mujer que amaba habían sido solo peones en el espantoso juego del monstruo, debía volver con los hermanos lo más rápido que pudiera y asegurarse que Dean se encontraba a salvo.

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Después que viera que las cosas estaban marchando más que bien entre su hermano y la enfermera que había conocido en el hospital, Dean se había marchado solo a la habitación, no lo admitiría ante nadie pero los pies estaban matándole, se sentó en la orilla de la cama y con cuidado se quito las botas notando lo hinchados que estos estaban, suspiro ruidosamente mientras se quitaba el traje y se metía bajo las sabanas, estaba tan cansado que apenas su cabeza toco la almohada se quedo dormido…soñó con su madre, algo que hacía bastante tiempo no sucedía, aunque su sueño no fue uno sobre los días felices de su corta infancia, soñó con aquella noche en que su madre fue asesinada por el demonio de ojos amarillos y el tuvo que salir junto a su hermano y a su padre de la casa en llamas…el sueño era tan real que podía sentir el calor que desprendía el fuego, inquieto rodo en la cama hasta que sintió que alguien sujetaba su mano, la casa en llamas desapareció y frente a él se materializo el muelle donde Castiel y el se reunían, aunque esta vez a quien vio no fue al ángel de ojos azules sino a la pequeña niña rubia que viera la ultima vez

— ¿Ella era la abuela?—su vocecita inundo sus oídos haciéndole sonreír—era bonita—

—Sí, lo era y mucho…era una mujer maravillosa—sonrió viéndola hacer lo mismo—tu también lo eres, te pareces a ella—

—Si ella me conociera ¿me querría?—la niña bajo la mirada y se sujeto el vestido— ¿de verdad lo haría?—

—Claro que si ¿Por qué lo dudas?—camino hasta donde la niña estaba, todavía mirando el suelo y sin decirle nada se arrodillo a su lado y la abrazo—puede que ella no esté aquí con nosotros pero estoy completamente seguro que te quiere—

— ¿Tu también me quieres, papá?...tu dijiste que yo…—Dean sabía perfectamente a lo que la pequeña se refería, quería darse un tiro por haber dicho semejante estupidez, la niña se aferro a él con sus pequeñas manos— ¿vas a deshacerte de mí?—

—Cuando dije todas esas idioteces…me sentía muy asustado que a nuestra familia pudiese pasarle algo malo…ya sabes a tu tío y a tu padre—se sentía raro hablar de esa forma de Sam y Cass—no hare tal cosa, muñeca, eres una Winchester y tu abuelo John siempre nos dijo que la familia era lo más importante—

— ¿El abuelo? ¿Dónde está?—la pequeña se separo de él y cogiéndolo de la mano lo llevo con ella al borde del muelle donde antes estuvieran sentados—Papá, quiero saber de los abuelos, de ti y de papá—

—Es una larga historia y no sé si tenga tiempo de contártela toda o que por lo menos la entiendas—la chiquilla le sonrió mientras se sentaba en el suelo—le diré a Cass que haga aparecer unas sillas o algo, el suelo no es lugar para las niñas—

Sonriendo también, Dean se sentó al lado de ella y comenzó a contarle todo lo que recordaba de John y Mary, la rubia lo escuchaba con atención mientras balanceaba sus pies sobre el agua, allí sentado al lado de la pequeña supo que su vida jamás sería normal pero no le importo nada…no sabía que pasaría en el futuro o si moriría al siguiente segundo, pero saber que la niña a su lado estaba sonriendo le hacía sentir el hombre más afortunado de toda la tierra…tanto que ni se dio cuenta que ya no estaba solo, desde la ventana un horrible pájaro estaba observándole dormir…siguiendo cada uno de sus movimientos…

 

Notas finales:

Continuara...


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