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2MIN S.O.S TIME por Kang_princessM

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Notas del capitulo:

El nombre del capítulo se debe a una canción que me gusta mucho escrita por el español José Luis Perales, y la letra sale en la parte final del capítulo.

 

En este link pueden escucharla:

https://www.youtube.com/watch?v=Li52PZdnfpw

 

—¡Coño, Taemin! —gritó por enésima vez Jong In mientras le quitaba la botella de Soju que en ese instante el chico vertía en su vaso. —¡No puedes seguir así! Llevas de esta forma toda la tarde.

Y era cierto.

Desde el encuentro con Minho, Lee Taemin se había dedicado a beber en una pequeña fonda de comida barata, poco le importaba que alguien lo reconociera o tomara fotos de sí. Ya estaba acostumbrado: primero su matrimonio, luego los problemas del mismo y su divorcio. Lee Tae Min siempre salía en las noticias, ya se había acostumbrado a ello. Una nota más una nota menos, qué más daba.

Si las redes se llenaban con fotografías de él borracho seguro empezarían a decir que extrañaba a Na Eun, nada más alejado de la realidad en ese instante.

Las botellas vacías de Soju llenaban la pequeña mesa donde el castaño se encontraba. Jong In llevaba más de dos horas tratando de que su amigo dejara de beber y aceptara irse de allí para llevarlo a su departamento, donde lo primero que haría sería meterlo al chorro de agua fría.

—Ahí estaba, Jong In…. —repitió Taemin entre risas. Kai llevaba escuchando aquello más de un millón de veces, pero el castaño parecía no recordar que ya lo había contado a su amigo—. ¡Choi Min Ho! ¿PUEDES CREERLO? ¡EL GRAN CHOI MIN HO DE SHINEE! —Se carcajeó como todo borracho ya sin lucidez o coordinación alguna en el cuerpo y alzó su vaso vacío para beber las gotitas de Soju que en él quedaban—. Y el bastardo… me habló de usted. ¿PUEDES CREERLO? Después de taaaaaaaaaaaaaantas cosas que pasamos juntos… después de taaaaaaaaaaaaaaaaaaanto amor… me habló de usted. ¡YA, MINHO-AH!

—Joder, Taemin… —le regañó el menor poniéndose de pie para sacudirlo un poco—. Baja la voz, ¿quieres?

—No… no me calles, Kai-ssi…. —negó en el mismo tono—. ¡Que toooodooooo mundo se entere de lo que me hizo ese BASTARDO! ¡MINHO-AH!

—¡Ah, maldita sea!

Jong In tomó su teléfono móvil y le marcó a Kyungsoo, al tiempo que hacía una seña a los encargados del lugar para que le dieran el monto total de todo lo que su amigo había consumido, mientras Taemin parecía comenzar a llorar con la frente recargada en la mesa.

—¿Sí? ¿Amor? —saludó en cuanto Kyungsoo respondió—. Sigo acá con Taemin, amor… No ha querido pararse desde que llegué… Ya bebió mucho, pero está empezando a hacer escándalo. ¿Pasas por nosotros en el auto? Para llevarlo a su casa. Gracias, te amo.

Colgó y observó la cuenta junto a las botellas de Soju.

—Esto ya me lo vas a pagar después, loco. —Murmuró hacia el castaño que seguía llorando como pequeño con la cabeza oculta entre sus manos y la frente recargada en la mesa. Sacó dinero de su cartera y dejó una buena cantidad, luego se esforzó en levantar a su amigo—. Vamos, Taemin… Párate que pesas, coño.

—Kai-ssi… —habló muy bajito Taemin aferrándose al cuerpo ajeno— ¿sabes lo que me pasó hoy? ¡No vas a creer a quien me encontré!

—Dios… Sí, sí… Ya sé, Taemin —lo calló de golpe avanzando como podía hacia la calle, donde pronto los recogería Kyung Soo—. Al gran Choi Minho de Shinee.

—No, no, no…. —negó entre suaves risas mirando atento a su amigo—. Me encontré…. A Choi Min Ho… el único y gran amor de mi vida…

 

Kim Jong In se detuvo de golpe y observó atento el rostro contrario. Taemin mostraba una sonrisa torpe, pero sincera. Su cuerpo estaba sudoroso y sus ojos hinchados, apestaba terriblemente alcohol y la tristeza que le embargaba casi despedía un olor tan fuerte como aquel.

De un momento a otro Kim Jong In sintió lástima de Lee Tae Min.

—Oh, Taemin… ¿Por qué te diste cuenta tan tarde…? —suspiró—.

 

 

…………………………………………………

 

 

Chanyeol terminó de comer su pasta preferida, bebió el contenido de su copa de vino, pagó su cuenta y tras sonreírle a la mesera que tan amablemente le había atendido, abandonó el lugar con las manos dentro de su sudadera. Aunque era un lugar elegante no le importaba ir así después de estar trabajando en la SM. Baekhyun tal y como le había advertido en la tarde no acudió a su encuentro.

Probablemente el más bajito se empezaba a cansar de verlo de vez en cuando, de terminar en su cama y luego no recibir ni una caricia cariñosa, pero era todo lo que Yeol podía darle luego de tanto dolor.

Lo amaba, claro que lo amaba… pero le era imposible tratar de darle otra oportunidad, estaba protegiendo a su corazón de Byun Baek Hyun. Para él nunca había importado el tiempo. Le bastaba ver al pequeño un minuto a la semana, besarlo, acariciarlo y ser feliz. Vaya, si con contemplar su foto en el fondo de pantalla de su celular mientras componía canciones en el trabajo le ayudaba a inspirarse de golpe. Le bastaba con saber que Byun Baek Hyun, uno de los chicos más guapos de Corea del Sur, era suyo, pero Baek quería más o al menos ese fue el pretexto que puso.

Le dijo que las cosas entre ambos no estaban funcionando y por más que Chanyeol alegó lo contrario fue imposible hacerlo cambiar de parecer.

—Esto no funciona, Yeol. ¿Acaso no te das cuenta?

—No, Baekkie… Esto no funciona para ti. Tú lo ves de esa forma, para mí nuestra relación es perfecta. Mañana hacemos seis años juntos.

—No, Yeol. Casi no coincidimos y esto comienza a cansarme… Comienzo a aburrirme, ¿sabes? No me gusta estar así, no quiero seguir así.

—Acaso… ¿has dejado de amarme?

—No… Yo te amo… —murmuró el más bajito tomando su mano por encima de la mesa mientras la apretaba suave—. Pero creo que es mejor tomarnos un tiempo.

—¿Un tiempo? —El alto retiró la mano con brusquedad—. ¡Me estás terminando!

—¡Claro que no! Solo te estoy pidiendo que nos demos un tiempo.

—Yo no necesito tiempo para nada Baek Hyun, te he amado durante seis años y te amaré el resto de mi vida, no necesito pensarlo.

—No se trata de eso…

—¿Entonces? Para mí una relación que necesita tiempo es una relación que ya no sirve. El tiempo, para mí, es una ruptura, y si eso es lo que quieres entonces ahí está la puerta…

—No, no…

Baekhyun se había apresurado a explicarle que no terminarían, que permanecerían en una relación pero con distancia de por medio para que él ordenara sus pensamientos, luego de eso lo había besado con dulzura. Sin embargo, los días de Baekhyun se convirtieron en semanas y luego en meses, y Chan Yeol aguantó pacientemente como lo había hecho tiempo atrás cuando el bajito lo dejó para salir con Taeyeon, y habría esperado por más… si no lo hubiese encontrado a punto de dejarse follar por Kai.

¿Por qué con Kai? Acaso Baekhyun no se daba cuenta de la situación que generó. Kai era uno de los mejores amigos del alto. Para él, tanto Kai como Sehun eran sus hermanos… Kai estaba ahogado en alcohol, pero Baek estaba en sus cinco sentidos y no mostró en ningún momento deseo de detenerse.

Aquella fue la tercera vez en que Baekhyun le rompió el corazón a Park Chanyeol y el pelirrojo no estaba dispuesto a entregárselo de nuevo para que el bajito lo siguiera usando como diana para apuntar sus filosas flechas.

—Ahí está la puerta, Byun Baek Hyun… —murmuró en voz baja mientras caminaba por las desoladas calles de Seúl y de vez en cuando alzaba la mirada al cielo estrellado—. Cabes perfectamente bien.

 

 

A lo lejos Baekhyun observaba la figura del alto perderse. Había ido, claro, pero no entró el restaurante, se había quedado a la distancia observando al chico comer y beber en silencio sonriendo de vez en cuando a la bonita mesera. Baek sintió celos. No quería que la bella sonrisa de Chan Yeol fuera para otra persona que no fuese él, sin embargo ya no había nada que pudiera hacer, lo sabía y por eso dejaba que sus lágrimas corrieran a través de sus mejillas.

Ver al alto tan frío y distante, pero sobre todo, verlo tan decidido, lo hacía recordar uno a uno los errores cometidos en la relación con el chico. Le hizo darse cuenta de todas las acciones que no hicieron más que dañar al hombre que amaba y al parecer ya era muy tarde para cambiarlo.

Cuando Chanyeol abandonó el restaurante lo siguió por un par de cuadras esperando no ser descubierto y se detuvo en un cruce al observar que el pelirrojo atendía una llamada telefónica. Realmente le extrañó que alguien pudiese llamarle a esas horas de la noche… pero prefirió dejar de pensar en ello y dejar a Chan Yeol partir en paz hacia su departamento, aquel departamento que antes había compartido con él… pero que ahora era solo de Yeol.

Los pasos de Baekhyun eran lentos, no quería llegar a su piso. El pequeño lugar donde rentaba se le hacía enorme… se sentía vacío y pasaba frío por las noches…

—¿Algún día podrás perdonarme? No quiero vivir sin ti…

 

 

…………………………………………

 

 

Donghae aparcó su auto justo frente al departamento de Sehun. El menor había estado callado durante toda la tarde e incluso había guardado silencio camino a casa, cosa que en verdad preocupaba al mayor.

—Hemos llegado, Sehunnie.

—Gracias, Hyung —respondió el menor con una leve inclinación de cabeza e hizo intento de abrir la puerta, pero Hae lo detuvo—. ¿Qué pasa?

—¿Estás bien?

—Perfectamente, hyung.

—A mí no puedes mentirme, Sehunnie…. —murmuró el mayor acariciando delicadamente, casi con tímidez, la mejilla del maknae de EXO, quien suspiró.

—No es nada… Mañana será otro día… y todo estará mejor.

La felicidad en la sonrisa que mostró Sehun no llegó hasta sus ojos y solo provocó que Donghae lo observara con mayor fijeza, por lo que el menor no tuvo otra opción que decir la verdad. No podía mentirle a su hyung, Donghae siempre estaba con él. Lo llevaba de compras, lo sacaba de paseo, le llevaba su Bubble Tea a los ensayos y le invitaba comida mexicana en su restaurante, a él no podía mentirle.

—Solo… me acordé de él…. —declaró en tono muy bajo, con la mirada gacha.

—¿De Luhan?

Sehun asintió.

—A veces me da por recordarlo, ¿sabes? No tanto las ganas de verlo o de buscarlo… sino la nostalgia… el preguntarme por qué me dejó.

—Hunnie…

—Entiendo lo de sus proyectos, entiendo que se cansó de la empresa, del grupo… pero… ¿Dónde quedé yo? ¿Dónde quedaron todas las promesas que nos hicimos? ¿También se cansó de mí…?

—No se despidió de ti, ¿verdad?

El menor negó en medio de un triste suspiro.

—Tampoco me buscó… Le llamé una y otra vez, pero no fue capaz de responderme. Él… solo se fue de mi vida. Me dejó como se deja algo que nunca te importó.

Donghae tragó en seco. Le partía el alma ver al menor de esa manera. Lo amaba mucho. Algunos días soñaba más que otras veces e imaginaba que Sehun podría mirarlo con otros ojos que no fueran los de un hermano menor, pero otros días, como aquella noche, todos sus sueños se hacían pedazos al descubrir que el corazón del chico seguía sufriendo a causa de Xiao Lu Han.

—Deja de pensar en eso, Hunnie…. —trató de tranquilizarlo al tiempo que lo envolvía con sus brazos y lo acunaba contra su pecho.

Sehun no opuso resistencia alguna y respondió al abrazo de inmediato dejándose envolver por la calidez de su hyung, deseando muy dentro de sí que aquel calor fuese de Luhan y no de otra persona, mientras que Donghae esperaba que el bello chico dejara que fuese él quien le sanara el corazón.

 

 

……………………………………………

 

 

Jonghyun observó a Kibum dormir plácidamente en la cama que llevaban compartiendo tantas noches que ya le resultaba imposible contarlas con exactitud. Se veía como un ángel, pensaba el de piel bronceada.

Tampoco recordaba cuantas veces había querido proponer al mayor una relación más estable, más formal, tal vez más… ¿cariñosa? Pero Kibum siempre huía del tema. Lo zanjaba de golpe si darle tiempo a retomarlo. También lo hacía con las acciones. Si Jonghyun quería ponerse romántico antes de hacer el amor, Key se quejaba diciendo que le quitaba las ganas, y si deseaba ponerse cariñoso después del sexo el de mirada felina se molestaba.

Luego del sexo Key se ponía de pie para ir al baño, se limpiaba y volvía a la cama donde se enredaba en las sábanas y le daba la espalda a Jong Hyun, en pocas ocasiones el más bajo había logrado amanecer con su brazo apresando la cintura ajena.

¿Cómo acabaron así? Ni él mismo lo sabía. Key nunca permitió que el más bajo fuese cariñoso con él, pero sí dejó que lo hiciera suyo, aunque Jong quería más.

No podía seguir de esa manera.

Miró al hombre que amaba con tristeza en la mirada y tomó las maletas que descansaban a la entrada de la cama. Kibum ni siquiera las había notado. Dejó una carta sobre la mesita de noche y salió de aquel apartamento escuchando el sonido de su corazón al quebrarse.

 

Bummie-ah:

No expondré los motivos de mi partida en esta carta, porque creo que tú los conoces bien. Siempre que quise hablar te alejaste, cuando te abrí mi corazón lo único que recibí fue una bofetada de indiferencia y…

Me cansé.

Hoy salgo a buscar a la persona que merezca este corazón que tiene tanto que ofrecer, este corazón que tiene tanto para dar.

Espero que encuentres al dueño o a la dueña de tu corazón pronto.

Vive bien.

Kim Jong Hyung.

 

 

………………………………………………………

 

 

El día que llegaste junto a mí dejaste tu equipaje en un rincón, pusiste tu mirada sobre mí y luego te instalaste en mi sillón.

A veces en la noche te escuché cruzando de puntillas el salón y hoy en la mañana desperté y estabas dentro de mi corazón.

Buenos días, tristeza… Siéntate junto a mí. Cuéntame si conoces a alguien que sea feliz. Dime cómo se llama. Cuéntame, por favor… pero nunca me digas que su nombre es amor.

 

Minho escuchó con atención la letra de aquella canción en español y caló hondo a su cigarrillo, ya se lavaría la boca cuando se reuniera con Hansol en la habitación. Siwon y ___________ habían salido a una cena con los padres del mayor, faltaban escasos dos días para la boda y querían reunirse una vez más antes de ser oficialmente familia.

Por su parte, Minho había tratado de disimular frente a Hansol todas las emociones que desfilaban por su ser, para su fortuna su pequeño novio estaba tan exhausto que tras contarle a grandes rasgos que Changmin lo había llevado a un pequeño parque de diversiones para distraerlo, lo besó con todo su amor y se fue a dar una ducha con la intención de esperarlo en la cama.

Minho se sintió realmente aliviado al quedarse de nueva cuenta solo y se dedicó a fumar, al tiempo que miraba por la ventana. El cielo lucía hermoso, completamente estrellado, totalmente ajeno al dolor que le embargaba, a la duda consumiendo cada rincón de su cuerpo.

Decir que el amor que alguna vez sintió por Lee Tae Min estaba muerto sería la mentira más grande de todo el mundo. El amor que alguna vez sintió por Taemin estaba más vivo que nunca y le había sentido con toda su fuerza aquella misma tarde cuando lo sostuvo por ambas muñecas para que no cayera.

—¿Por qué, Lee Tae Min? —cuestionó al aire como si éste pudiese responder en cualquier momento—. ¿Qué fue lo que me hiciste…?

 

El día que llegaste junto a mí volaron tantos sueños a la vez, los tuyos que luchaban por vivir, los míos que murieron sin querer. Pero ahora estoy contigo, ya lo ves, me estoy acostumbrando a verte aquí, a veces entonando una canción y a veces caminando por allí.

Buenos días, tristeza… Siéntate junto a mí. Dime tú si lo sabes quién se acuerda de mí. Dime cómo se llama. Cuéntame, por favor… pero nunca me digas que su nombre es amor.

 

La canción se detuvo y esta vez Minho no le dio re play. Pasó los dedos de su diestra por sus oscuros cabellos y cerró los ojos como si con ello pudiese ignorar el dolor que aún le causaba Lee Tae Min, como si con eso pudiese acallar los latidos de su desbocado corazón. Casi podía sentir el calor en todo su cuerpo clamando por sentir nuevamente la suave piel del menor.

Qué importaba si lo había dejado por Na Eun.

Qué más daba si había tenido una hija con ella.

Lee Tae Min seguía siendo el gran amor de Choi Min Ho y quizá era tiempo de aceptarlo. Tal vez solo debía seguir los consejos de _____________ y madurar.

Dejar de huir de sus miedos, afrontarlos y asumir las consecuencias.

Tal vez… solo tal vez pudiese elegir entre volver con su antiguo amor o quedarse con Hansol después de la boda de _____________.

Tiró el cigarrillo al sueño y le aplastó con el zapato al tiempo que observaba detenidamente el reloj de la sala. Pasaban de la media noche, oficialmente faltaba un día para la boda de su mejor amiga y oficialmente… ya un nuevo día, por lo que una sonrisa triste adornó su faz y susurró con amargura:

—Buenos días, tristeza.

Notas finales:

Hola... no tengo perdón de Dios por la demora. LO SÉ. Pero... de verdad quiero acabar este fic, por lo que estoy aquí dispuesta a terminarlo en estos días.

 

Gracias a todas las que han esperado pacientemente. 


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