P.O.V TAEMIN
Había pasado una semana desde Minho estaba “perdido” y pese a los gritos de Onew yo no había querido mantenerme al margen de la situación y me la pasaba en vela esperando desde la ventana ver el auto de Minho. Pensaba que en cualquier momento él llegaría, consultaba mi reloj y sonreía… pero los días pasaban y el sol se iba apagando lentamente en el sendero.
Me observé en el espejo largo rato tomando un poco de maquillaje para tapar mis ojeras, las cuales se extendían bajo mis ojos. Apliqué un poco de eyeliner oscuro, no quería hacerlo porque ahora que era el prometido de Na Eun debía dar una imagen más varonil, aún así pensé que realzar mis ojos distraería a las personas que me vieran de mi aspecto algo demacrado.
Había pasado una semana desde que Minho había desaparecido y Lee Soo Man no sabía nada. Justamente hoy había llegado de su viaje de Francia y quería hablar conmigo y el líder sobre la boda que tendría con Na Eun.
Era en realidad un avance que no hubiera querido matarme, sin duda alguna que el grupo anduviera en boca de todos le ponía feliz. Onew hyung había hablado largo y tendido con él y con el manager días antes, sin hablar de la desaparición de Minho, y yo sabía que Onew quería que él apareciera pronto o el presidente de la SM explotaría de coraje literalmente.
“Minho… Minho…” pensé interiormente y mi mente voló lejos hasta un día de invierno en que estábamos en una de las cafeterías que a mí más me gustaban. Era de noche. Había muy pocas personas y nosotros tomamos la mesa del fondo, como siempre.
Yo me quité los guantes que cubrían mis manos y tomé con gran alivio la taza humeante de chocolate que “Minho hyung” me había comprado. Luego di un corto sorbo haciendo que un poco de espuma se queda en mi boca, pero antes de que pudiera coger una servilleta para limpiarme los dedos de Minho ya lo habían hecho por mí.
[FLASH BACK]
-Minho hyung… -susurró un avergonzado Taemin al sentir aquellos cálidos dedos limpiarle los labios con cariño-.
-¿Qué pasa, Taeminnie?
-N-nada… es solo que alguien puede vernos.
-¿Y habría un problema con eso?
-Nae…
-¿Por qué?- cuestionó un curioso Minho alzando un poco la ceja mientras retiraba sus manos pero se inclinaba hacia adelante dejando su rostro muy junto al suyo-.
-Pues porque… somos hombros.
Minho trató de ignorar el dolor que aquel comentario había causado en su interior y soltó una suave risita concentrándose en lo precioso que se veía su maknae.
-Minnie…
-¿Mhm?
-No vuelvas a evitarme ¿escuchaste?- susurró deslizando sus dedos por aquellas mejillas suaves que le fascinaban y es que Minho desde hacía un par de meses atrás se había dado cuenta que lo que sentía por Taemin era amor, un loco amor-. De ahora en adelante no vuelvas a hacerlo.
-Pero, hyung… yo no entien…
Lo que Taemin estuvo a punto de decir fue interrumpido por los cálidos labios del deportista, los cuáles atraparon los suyos en un beso lento, suave y bastante húmedo. Taemin trató de zafarse, no porque no le gustara, sino porque alguien podría verlos en cualquier momento, pero cuando abrió los labios para hablar la lengua de MInho entró de golpe atrapando la suya propia, recorriendo cada rincón de su boca dejándolo sin aire.
Y de pronto, Taemin olvidó todo. Se olvidó de su nombre, se olvidó del lugar donde se encontraba y se encontró respondiendo a aquel beso inocente que poco a poco se fue tornando demandante. Y minutos más tarde ya estaba sentado a horcajadas sobre Minho devorándole la boca como si no existiera un mañana, mientas las manos del moreno recorrían sin pudor alguno la pequeña espalda de su maknae y se detenían en su trasero apretándolo con suavidad. Pero Minho no quería llegar a esos extremos con Taemin, el quería hacer las cosas bien. Ya habría tiempo de hacerle el amor, ya habría tiempo de hacerle gemir de placer…
-Minnie… -susurró separándose poco a poco de sus labios y Taemin le miró con los suyos completamente hinchados y sus mejillas extremadamente rojas.
-Hyung… yo…
-Shh… -le calló dejando un casto besito-. Te amo.
-Hyung…
-No es mentira. Te juro que lo que siento es real. Me vuelves loco, Minnie. Me enloqueces en todos los sentidos. Quiero estar a tu lado para siempre, quiero besarte al despertar cada mañana, quiero ser el dueño de tus labios, de tu estrecha cintura, de tus suspiros… de tu corazón, quiero ser el dueño de todo –siguió hablando mientras los ojos de su pequeño se llenaban de lágrimas y dejó una lluvia de besos por todo su rostro-. Mi amor, mi Minnie hermoso… acepta el amor que esta rana te ofrece, acepta mi corazón, por favor. Ámame.
Taemin se estremeció al escuchar la última línea.
¿Amarlo?
Ya le amaba. Le amó casi desde el comienzo, pero rehusaba a creer que él mayor sintiera lo mismo.
-Te amo, hyung. Te amo –susurró con una enorme sonrisa antes de atacar nuevamente los labios del mayor.
[FIN DEL FLASHBACK]
Aguanté valientemente las ganas de echarme a llorar como la estúpida nena que soy. Era inútil seguir pensando en un pasado que nunca volvería. Debía entender que todo había terminado y por mi culpa.
Mi teléfono móvil sonó y al ver que era un mensaje de Na Eun lo abrí con pesar.
De Na-Eun <3:
“¡Yeobo!
Mucha suerte con lo de hoy.
Sarang-hae”
Sentí nauseas al leer aquello, Na Eun insistía en mandarme mensajes cursis por si en algún momento se le perdía el móvil y alguien descubría nuestra mentira.
No respondí.
Pensé que al salir de la reunión en la SM le llamaría para disculparme, además ella debía andar ocupada comprando el vestido de novia y todas esas cosas.
En esas estaba terminando de arreglarme cuando la puerta de mi habitación se abrió de golpe y lo vi me dejó sin habla.
No era verdad…
-¿Minho?- pregunté con el hilo de voz que brotó de mi boca.
Era él.
El gran Choi Minho, el hombre que amaba, el hombre que me había hecho suyo por vez primera, mi ex novio, era él. Mi mente no me estaba jugando ninguna mala pasada.
Quise hacer tantas cosas. Quise saltar sobre él y comerle a besos la boca, y también quise irme a golpes sobre él por causarnos tanta preocupación.
-Parece que hubieras visto un fantasma- fue lo único que susurró ignorándome categóricamente y fue directo a nuestro closet sacando una enorme maleta, la que usaba siempre que íbamos de gira con la banda.
-Es algo similar…- respondí desde mi misma posición sin saber muy bien cómo debía actuar-. ¿Dónde estuviste?
-¿Te importa?- respondió con una pregunta alzando apenas un poco su mirada y la dejó sobre mí unos cuantos segundos antes de empezar a sacar su ropa lanzándola de prenda en prenda sobre su cama.
-Creo que nos debes una explicación, una explicación para todos –continué hablando con la poca fuerza que me quedaba. Él me ignoró de nuevo-. No sabes lo preocupados que estaban los chicos por ti.
Minho detuvo lo que hacía y puso las manos a cada lado de su cadera mirándome fijo. Hasta ese momento noté lo delgado que estaba, y las ojeras que tenía en su rostro, lo que me hizo preguntarme en dónde había estado toda esa semana.
-¿De qué me sirve lo que hayan pensado lo demás? ¿de qué me sirve Taemin?
-Somos un equipo, nosotros…
-Nosotros nada- suspiró y yo negué sin entender qué trataba de decirme-. La persona que quería que se preocupara por mí no lo hizo ¿verdad? Oh, ¿cómo llegué a pensar que el gran Lee Taemin iba a pensar en mi? –cuestionó con una risa triste, tan triste que mis labios temblaron.
“No, mi amor...” pensé internamente. “Casi muero, mi amor… Casi muero de angustia. No vuelvas a hacerlo, Minho, por favor. No desaparezcas otra vez”.
-Lo hice- declaré de golpe, no me importaba flaquear frente a él y los ojos de Minho se hicieron aún más grandes que antes-. Yo… me preocupé mucho por ti.
De un momento comencé a sollozar y me acerqué lentamente hacia él. Minho retrocedió un paso como si mi contacto le asqueara y negué dejando a las lágrimas caer lentamente.
-No… no me rechaces… no ahora que has vuelto.
Minho tragó en seco moviendo sus ojos de mis labios a mis ojos y viceversa.
-No te creo…-susurró y yo negué de nuevo sin detener mi silencioso llanto.
-Pensé que no volvería a verte… pensé… pensé que… ¡Oh Minho! –lloré con fuerza sin poder contenerme mientras me lanzaba a su cuerpo y envolvía mis brazos alrededor de su cuello ocultando mi rostro en su pecho. Ese perfume.
Dios. Podría morir en ese mismo instante.
Al comienzo Minho trató de zafarse de aquel agarre pero finalmente me correspondió deslizando sus manos por todo el largo de mi espalda.
-No lo hagas de nuevo… por favor… -supliqué alzando poco a poco la mirada para ver su reacción, más lo que sentí fueron las manos de Minho sobre mi pecho empujándome ferozmente hacia la cama.
Caí encima de su ropa con los brazos por encima de mi cabeza y el colchón rebotó un par de veces antes de que el bien torneado cuerpo de él se pusiera sobre mí sosteniéndome firmemente de las muñecas.
-Te voy a olvidar Taemin. Juro que te voy a olvidar- habló ronca y fríamente haciendo que su aliento chocase contra el mío y yo seguí llorando moviendo la cabeza de lado a lado. Daba lo mismo si el delineador negro se me corría o si mis ojos se hinchaban aún más de lo que ya estaban.
Minho, el amor de mi vida, estaba sobre mí y sus labios a escasos centímetros. Lo único que deseaba era retenerlo a mi lado, quería que me tomara, que me hiciera suyo y tomara cada parte de mi ser sin detenerse, quería volverlo loco, quería… yo quería gemir su nombre.
Quería que me marcara.
En nuestras noches de pasión siempre era yo el que lo alejaba cuando atacaba con fuerza mi cuello, detestaba que me marcara, porque era difícil ocultarlo. Y cuando Minho gemía contra mi oído que quería que lo marcara yo me separaba. Pero ahora era distinto. Quería que liberara mis manos para poder pasarlas por su espalda dejando mis uñas marcadas, quería que devorara mi piel como solamente él sabía hacerlo y que me dejara las marcas que quisiera, para que nunca olvidara que yo siempre sería suyo.
-No. No quiero, no quiero.
-Lo haré, Taemin. Arrancaré de mi piel tu aroma, tus besos, olvidaré tu sabor. Olvidaré todo.
-No lo hagas… -susurré sin fuerza suplicando que no me olvidara.
Minho acortó la distancia que existía entre los dos y me besó como nunca antes. Sus manos soltaron mis muñecas y bajaron hasta mi cintura apretándome tan fuerte que pensé que me rompería entre sus brazos. Gemí contra mi voluntad dejándome llevar por aquellas sensaciones y mis manos actuaron por sí solas yendo a parar en los cabellos que conocían de memoria. Tiré de ellos con necesidad restregándome contra él.
Ese beso me sabía a gloria… y a algo más.
Me sabía a “despedida”.
Abrí la boca por instinto deseando sentir su cálida lengua entrar hasta mi garganta, mas Minho se separó abruptamente de mi comenzando a reír con amargura.
-Será mejor que te vayas. A Soo Man no le gusta esperar.
Yo le miré sin entender en cuanto él se hubo levantado de mi cuerpo y me tendió la mano ayudándome a poner en pie.
-MInho-ah…
-No volveré a molestarte, Taemin. He venido por mis cosas. No viviré más en la casa de Shinee.
-Pero… pero… ¿por qué?
-Porque no quiero.
-No puedes dejarnos.
-Tú nos dejaste primero, Taemin- me sonrió de lado-. ¿Acaso pensaste que te casarías con Na Eun y la traerías a vivir a esta casa?
Mierda.
Era verdad. Yo tendría que dejar la casa de Shinee.
-Pero…
-Onew te espera- me cortó comenzando a meter prenda por prenda en su maleta.
Yo le observé con ganas de quedarme a su lado.
-Minho…
-Buena suerte- fue lo último que pronunció antes de volver a ignorarme y yo caminé lentamente hacia la puerta como un muerto podría hacerlo.
Afuera de la habitación estaba Onew, seguro había escuchado todo, incluso mis gemidos. Yo le miré llorando y él negó despacio dándome un par de palmadas en la espalda.
-Tú te lo buscaste… -susurró mostrándome los papeles que íbamos a llevar a la SM y yo asentí tomándolos nervioso.
Minho me odiaba.
Realmente me odiaba.
P.O.V. Minho
En cuanto Taemin se alejó di rienda suelta a todo el llando contenido.
-Adiós, Taemin. Adiós –susurré con pesar terminando de guardar mis cosas en la maleta.
Antes de abandonar la casa de Shinee di una vuelta por las habitaciones y solté suaves risas recordando los buenos momentos junto a mis amigos.
Los echaría de menos.
Onew les diría que iría a vivir a casa de mi mejor amiga, pero que nos veríamos en los ensayos. Él tampoco sabía la verdad.
Yo… yo estaba dejando a Lee Taemin para siempre.
Yo estaba dejando a todo y a todos.
Solamente ___________ conocía mis verdaderas intenciones. Pero antes de desaparecer de la faz de la tierra, debía arreglar varias cosas.
*~*
Guardó la maleta en la cajuela de su auto y salió con dirección a la casa de EXO, llamó a la puerta y para su fortuna quien salió fue precisamente a quien estaba buscando.
-¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó un molesto Kai a punto de cerrarle la puerta en la cara, mas Minho le detuvo con una de sus manos entrando sin ser invitado-. ¡Oye!
-¿Y Kyung Soo?
-No lo sé- declaró con molestia, su labio estaba hinchado. Parecía que se había peleado con alguien.
-¿Tan temprano y ya has golpeado a alguien?
-Cállate.
-¿Dónde están todos?
-Salieron.
-¿A comer?- cuestionó mirando su reloj de muñeca. Eran las dos de la tarde.
-Qué te importa… -susurró cruzándose de brazos y Minho suspiró formando una suave sonrisa con sus labios.
-Jong In… tengo que darte algo- empezó sacando un sobre y tendiéndolo hacia él, el menor lo tomó dudoso-. Quiero que lo abras el día de tu cumpleaños, por favor.
-Falta una semana para eso…
-Lo sé. Ábrelo ese día. Ni un día antes. ¿Escuchaste?
-¿Por qué debería obedecer?
-Porque soy uno de los mejores amigos de Kyung Soo, porque sé que él te importa aunque cometas estupidez tras estupidez y porque… tal vez no me vuelvas a ver.
-Sunbaenim…
-Deja de ser tan infantil y abre ese sobre el 14 de enero, por favor, Jong In.
Kai vio a Minho actuar tan serio que tuvo que aguantar las ganas de reclamarme haber estado con D.O.
-¿Los hyungs ya saben que apareciste?
-Vengo de casa de Shinee.
-Ah.
-Debo irme. Cuídate mucho. Ya me encargaré de comunicarme después con el resto de tus compañeros.
Kai asintión y lo acompañó hasta la puerta sin soltar el sobre que llevaba en manos.
-Hyung…
-¿Si?
-No sé lo que lo que piensas hacer pero… buena suerte.
-Gracias, Kai- sonrió de nuevo-. Voy a necesitarla.
Cuando salió de casa de EXO otro vacío se apoderó de él, llegó a la casa de ______________ casi muriendo de dolor, un dolor tan gran que ni siquiera podía ser expresado con lágrimas.
-¿Cómo te fue?- cuestionó __________ sentada en uno de los sofás de su sala al verle entrar. Siwon estaba con ella de pie cerca de la mesa. Ambos se notaban serios y bastante preocupados.
-Supongo que bien… -trató de sonreír dejando la maleta en la entrada-. Fui a casa y luego pasé a ver a Kai. Ya hice l que tenía que hacer.
-¿Hablaste con Kyung Soo?- preguntó ___________-. Recuerda que él te quiere mucho.
-Lo sé, y yo lo quiero a él. Pero no quise verlo. Todos habían salido. Además, sé que si me despido de D.O. no me dejará ir, y en estos momentos no quiero que nadie me detenga.
-¿Viste a los chocos?- intervino Siwon haciendo que MInho asintiera yéndose a sentar en un sofá frente a su amiga.
-Mhm. Key y Jong no estaban, y al primero que vi fue a Onew, casi me golpea… -soltó con una suave risa-. Pero no fue tan malo. Me dio un largo sermón… pero finalmente terminó diciéndome que iría a la SM por lo de Taemin. Creo que su boda será el 15 de Enero.
-En poco más de una semana…
-Exacto. Así que no le quise decir de mi renuncia. ¿Tienes todo listo?
_____________ asintió poniéndose en pie y sacó del cajón dos sobres. Uno blanco y otro amarillo.
-Aquí están. ¿Quieres que los entregue el 16 verdad?
-Mhm. Tiene que ser de inmediato, justo después de la boda de Taemin. El amarillo es mi renuncia, y el blanco es para él.
-Lo sé. Haré llegar ambas cartas a su destino- prometió la chica, pero Minho negó.
-Sé que Taemin vendrá por su carta, cuando venga dásela, no importa el tiempo que pase. Dásela.
-¿Y lo viste a él?- volvió a hablar Siwon visiblemente interesado en lo que hubiera pasado con su amigo.
-Sí- suspiró tocándose instintivamente los labios al recordar aquellos besos que le dio de forma tan apasionada-. Y por ello me voy feliz.
-¿Feliz?
-Mhm. Es tan gracioso… -siguió riendo entre el dolor y la felicidad.
-¿Qué es tan gracioso, oppa?- cuestionó ________ en un susurro temeroso-.
-Lee Taemin me ama. Estoy seguro de ello… pero yo no puedo perdonarle. Así que huiré como el cobarde que soy. Yo también seré cobarde. Seré como él.
_________ giró el rostro para mirar a su novio y Siwon frunció los labios con preocupación. Segundos más tarde Minho se incorporó y fue hacia la habitación que ocupaba desde hacía una semana en aquella semana.
-¿Tú crees que esto esté bien…?- le preguntó __________ a Siwon en cuanto se quedaron solos y el SUJU fue hacia ella envolviéndola en un cálido abrazo.
-No lo sé.
-Es que… Minho es otro- sollozó la chica, le dolía ver a su mejor amigo en aquel estado-. Ya no sonríe como antes, ¿no lo ves? Me da miedo que pueda cometer una locura y…
-___________....-la llamó su esposa dejando suaves besos en sus labios-. Debiste estar consciente de que Minho no le lloraría a Taemin toda la vida.
-Lo sé, pero… ha pasado una semana.
-No, __________. El 2MIN se deshizo desde hacer varios meses atrás. Lo único que Taemin hizo hace una semana fue terminar de matar a Minho. Así que no te extrañes por verlo así, porque el otro Minho está muerto.
___________ no pudo evitar llorar en silencio por las palabras de su novio, Siwon tenía toda la razón. Minho era otro, había madurado de golpe por el enorme dolor que Taemin había causado en él y ahora afrontaba la situación de la forma que creía más conveniente.
-Dale su tiempo… -susurró Siwon mirando a la mujer que tanto amaba con ternura-. No llores, princesa. Sabes que Minho volverá, y cuando regrese él mismo te dirá porqué huyó. Porqué lanzó su carrera a la borda.
_________ asintió y se perdió en los suaves labios de su amado, mientras Minho se echaba en su cama con la firme convicción de que cuando volviera a Corea del Sur, traería de la mano a alguien más.
Sin duda lo haría...