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Fame por Aleliela

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Seungri era incapaz de saber cómo habia llegado de nuevo al departamento, mas eso le daba igual por el momento, de hecho ya no quería pensar, necesitaba vaciar su mente y quedarse profundamente dormido, pero cada vez que cerraba los ojos, el rostro de esa chica lo atormentaba impidiéndole perder la conciencia

 

Y es que, ¿cómo no se iba a obsesionar? Si, los años habían pasado, pero las personas no cambiaban mucho a menos que se hicieran cirugías plásticas, no obstante, era obvio que ninguno de los Choi requería de semejantes cosas, después de todo, por su sangre corría el gen de la belleza

 

Lo que más le impactaba era la indiferencia que mostraba su rostro, Seungri se habia hecho muy cercano a Mei y conocía a la perfección todos sus gestos, desde la cara de alegría hasta la de fastidio cuando su hermano se entrometía en sus asuntos, era una persona abierta, siempre mostraba lo que sentía y no se callaba ante nada, por eso, cuando vio esa neutralidad no pudo evitar sentir lastima

 

¿Seung también tendría esa expresión?

 

Aquel pensamiento le tomo desprevenido, sacudió la cabeza, no, no quería entrar en ese tema, ya era suficientemente malo que tuviera que haber visto a esa chica como para ahora tener que estar pensando en su hermano, eso solo aumentaría más el peso de sus hombros y menos podría descansar

 

¡Oh dios mío! ¿Por qué no puedo olvidarlos? ¿Por qué sigo torturándome todo el tiempo? ¿Por qué no puedo dejar de pensar que están muertos por mi culpa?

 

Lo irónico de todo, es que Seungri sabía perfectamente que el accidente no era su culpa, quizá haya sido un peón minúsculo que acelerara las cosas, si no fuera por su conversación con Henry Choi, quizá Seung jamás hubiera tomado la decisión impulsiva de escapar antes de que le arrebataran a su hermana

 

¡Y aun así sigues cuestionándote cada día en que pudiste hacer para evitar que los dos terminaran de aquella manera!

 

Soltó un suspiro y se acomodó mejor en el sillón, dejando que su mano herida estuviera rozando el suelo mientras que su mirada se perdía en el paisaje nocturno que alcanzaba a ver desde la enorme ventana que decoraba la sala del departamento, un detalle por el que se habían decidió a comprarlo

 

-          ¿Seungri? – la voz preocupada de Young Bae le hizo desviar la vista del exterior hacia el - ¿Qué es lo que paso?

 

El menor se sentía tan cansado que ignoro la pregunta, simplemente se limitó a seguir viendo hacia fuera, aunque fue consciente de que el moreno salió de la sala y regreso en pocos minutos con el botiquín médico, le agarro de la muñeca y lo obligo a sentarse para poder curarle la herida antes de que se infectara

 

Con sumo cuidado, Young Bae limpio la herida con una gasa, una vez que se aseguró de que la sangre ya no emanaba, uso un spray desinfectante y después le vendo la mano de tal manera en que protegiera la piel dañada y al mismo tiempo no afectara los movimientos naturales de Seungri

 

-          Seungri, necesito que me cuentes que ha pasado -  dijo el moreno obligándolo a verle a los ojos mientras le sujetaba de la barbilla – No quiero pensar que estas en una etapa de daño autoinfligido, porque no creo que poder soportar verte a ti y a Jiyong destruyéndose hasta que no quede nada de ustedes

 

Seungri abrió los ojos ante semejantes palabras, era absurdo, por más sufrimiento por el que estuviera pasando, jamás se le hubiera ocurrido desahogarse haciéndose daño a sí mismo, aunque debía reconocer que el golpear paredes al estar cegado por la cólera no era algo de lo que sentirse orgulloso

 

-          Te equivocas, Bae – se apresuró a decir apartando su mano de su rostro y aprisionándola entre las suyas – Por favor, no pienses así de mí, sabes que si fuera el caso, ya habría mostrado síntomas desde hacía tiempo atrás – trago saliva al sentir la mirada penetrante del mayor – Te juro por mi corazón, que no me lo hice yo mismo… - inspiro aire – La verdad es que…. – se mordió el labio

 

Young Bae se tensó de inmediato, Seungri no era el tipo de personas que solía dudar en decir las cosas, eso era lo que más le gustaba de él, y si en ese momento se encontraba divagando era una mala señal, y lo último que necesitaban era más pila en la montaña de cosas malas el aniversario de la muerte de los Choi

 

-          ¿Paso algo en el antro? – pregunto claramente angustiado - ¿Intentaron hacerte algo y por eso tuviste una pelea? ¿Discutiste con alguien? – con cada pregunta, el rostro del menor palidecía - ¡MALDITA SEA, SEUNGRI, DIME QUE PASO!

 

-          Creí ver a alguien que se parecía a ella – respondió agachando la mirada – Y al tratar de ir tras ella por la puerta de emergencia caí contra el suelo y es así como me hice la cortada

 

Bueno, no es del todo cierto, pero tampoco le estas mintiendo por completo, es mejor una verdad a medias, de esa manera no te sentirás tan mal por no poder confiar plenamente en Bae…

 

La respuesta le cayó como un balde de agua fría al moreno, de todo lo que habia estado imaginando en su cabeza, definitivamente eso no lo esperaba, abrió la boca, pero no pudo decir nada, por lo que la cerro y pasando una mano por su cabellera desvió la vista hacia cualquier parte que no fuera el menor

 

Era como si sus peores pesadillas cobraran vida, desde hacía un par de años sabia de antemano que Jiyong y Seungri sufrían de depresión severa y que eso les podría ocasionar muchos problemas en el futuro, sin embargo, no habia comentado nada al respecto, ya que seguían siendo funcionales, pero esto…

 

Esto es la gota que derramo el vaso, esto es más grave de lo que creí, mira que ahora tiene alucinaciones, es necesario que vaya inmediatamente con un especialista o temo que pueda perder la cordura

 

-          Seungri, creo que es hora de que te plantees la idea de ir con un psicólogo

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A pesar de que al principio se habia opuesto completamente a la idea, después de escuchar por horas las explicaciones lógicas de Young Bae, termino accediendo a agendar una cita con una psicóloga que tenía una excelente reputación y sobre todo, lo más importante, alguien que se manceba por confidencialidad, por lo que no sería expuesto ante nadie, ya que le daba vergüenza en cierta manera que no pudiera afrontar solo sus problemas

 

Estaba sentado en una elegante sala de espera, la habitación estaba decorada para que el ambiente fuera relajante, las paredes eran de color blanco, habia una gran ventana que hacía más luminoso el cuarto, los sillones eran cómodos, frente a ellos se encontraba una mesa con varias revistas

 

No obstante, Ri no podía calmarse, aún estaba tentado a abandonar el lugar, al cabo solo estaba el, la psicología no tenía secretaria, así que si no se presentaba a su cita, no habría nadie que le contara que escapo antes de poder siquiera conocerla y eso estaba a punto de hacer si no fuera por el grito

 

Al principio creyó que habia escuchado mal, pero el grito se volvió a repetir y en esta ocasión le hizo brincar en su asiento, instintivamente se puso de pie y camino hacia la puerta del despacho, coloco su oreja derecha sobre la superficie de la puerta intentando hacerse una idea de lo que pasaba dentro

 

-          Señorita, contrólese por favor, nadie le está haciendo daño, solo son recuerdos del accidente, respire hondo y mire a su alrededor, está a salvo, el fuego se ha ido y nadie está gritando

 

-          ¡ESTA HERIDO! – exclamaba la otra voz sin prestar atención a lo que la profesionista le decia - ¡ESTA HERIDO POR MI CULPA! ¡INTENTO SACARME, PERO NO PUEDO SALIR A TIEMPO Y EL….! – se interrumpió porque estaba llorando y ya no podría hablar con coherencia

 

El corazón de Seungri palpitaba alocadamente en su pecho, aquello era una locura, sinceramente lo era, sin embargo, no podía apartarse de la mente de que esa voz le era terriblemente familiar, se mordió el labio inferior y se apegó más a la puerta, quería escuchar todo

 

-          Señorita, su hermano está vivo, no murió en el accidente, aquello fue una terrible experiencia que la ha dejado con mucho temor al fuego – la voz de la psicología no mostraba ningún tipo de agitación, como si aquel ataque no le sorprendiera en lo absoluto – Trate de respirar y mirar su entorno

 

Después de aquellas palabras, Seungri ya no pudo escuchar nada, su mano se posó en el pomo de la puerta, le daba igual si cuando ingresara le echaran de patadas del edificio, pero tenía que comprobar que aquella voz pertenecía sin duda a Mei, estaba completamente seguro, solo hacía falta verla para que todo tuviera un fin

 

-          ¿Qué estás haciendo? – la voz grave de alguien lo sobresalto, por lo que se alejó inmediatamente de la puerta - ¿Qué no vez el letrero que dice “En sesión”?

 

Seungri se limitó a ver los pies del recién llegado, se sentía verdaderamente avergonzado por haber sido cachado en semejante posición, ahora ese extraño pensaría que era raro por oír la terapia de otra persona, sin decir nada fue a tomar asiento lo más lejos posible de aquel sujeto y se dispuso a tener la cabeza agachada

 

El hombre le miro con la ceja enarcada, aquel sujeto era extraño, bueno el que tuviera que estar en ese consultorio era prueba clara de que necesitaba ayuda, negó con la cabeza antes de ir hacia la entrada del despacho, ingreso a la habitación cerrando la puerta rápidamente tras él

 

Ya sabía que lo primero que vería seria a su hermana llorando silenciosamente en el sillón junto a la ventana con las piernas dobladas junto a su pecho meciéndose levemente, a pesar de que llevaba dos meses en terapia, sus avances eran lentos y era comprensible por el gran daño que sufrieron al intentar escapar de una muerte segura

 

-          Aquí estoy – dijo acercándose a ella para acariciarle la cabeza – Aquí estoy, Mei…


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