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Durante el tiempo en que me fui por Blanwhide2

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Notas del capitulo:







Me apresuré a seguir al rubio y a mi pequeña castaña cuando ya llevaban casi medio camino recorrido del largo pasillo con el suelo de piedra propio del castillo; y no tardé mucho en darme cuenta de que se estaban dirigiendo a la habitación de Greta. 

-          ¿Crees que Yuuri demorará mucho en volver, papá Wolf? – le preguntó al ojiesmeralda mientras caminaban, aún de la mano, juntos; con su tono infantil tan característico y girando el rostro para ver mejor al contrario con sus grandes ojos color chocolate.

-          No lo sé, Greta. Pero supongo que como máximo estará de regreso en un par de semanas – era una respuesta sincera, no había duda; bastaba con ver la expresión serena en el bonito rostro del soldado para saberlo mas el tono que había usado no pudo más que parecerme indiferente.

Mi hija adoptiva asintió, regresando la vista al frente.

-          Solo espero que esté aquí para mi cumpleaños. Con el asunto de que en su lugar natal el tiempo pasa mucho más lento que aquí… Quiero recibir los abrazos de ustedes dos antes que los de cualquier otro – legué al costado del rubio justo a tiempo para ver como le lanzaba una mirada de reojo a Greta de forma rápida, y sonreía por el comentario.

-          En ese caso te iré a despertar muy temprano para darte el mío – declaró en un tono inusualmente dulce, y que seguramente solo usaba con nuestra pequeña. No recordaba que me hubiera hablado a mí de esa manera jamás.

La adorable risa de Greta se escuchó por unos segundos, antes de que asintiera en ademán de completo acuerdo.

-          Trae a papá Yuuri contigo cuando lo hagas, así me dan uno los dos – el alegre pedido de mi niña no hacía juego con la expresión sería que se formó en el rostro del que fuera mi prometido tras sus palabras.

-          Escucha, Greta. Tengo que decirte que…

-          Ya llegamos – anunció la pequeña, cortando sin intención las palabras del soldado. Nos encontrábamos frente a la puerta correspondiente al dormitorio de la ojimarrón.

Wolfram no dijo nada y abrió la puerta; con lo que Greta soltó su mano y se apresuró a entrar; el ojiesmeralda ingresó a paso normal, yo entré al último.

-           Una decoración muy bonita – concedió el soldado, paseando la vista por toda la habitación. Y en efecto lo era.

-          Gracias – sonrió mi pequeña princesa, - vamos a comenzar jugando a tomar el té – anunció, con un asentimiento de cabeza por parte de su supuesto único oyente, - y te iré diciendo lo demás después.

.

.

.

Conrad llegó justo a tiempo para parar la guerra de cosquillas entre su rubio hermano menor y mi pequeña princesa, anunciando que la hora de la cena sería en 20 minutos. Dios, yo no había podido despegar los ojos de todas y cada una de las acciones que el ojiesmeralda había realizado desde que entramos a la habitación de Greta. Me encontraba echado cómodamente en la cama de mi hija con ambos codos sobre la misma, y la cabeza descansando sobre mis dos manos; observando de lo más alegre las carreras de la castaña para escapar de su segundo padre que no duraban más de medio minuto antes de que él la atrapara, y la hiciera reír con mucha fuerza, presionando los dedos en el estómago, axilas y cuello de ella. Aunque Greta no se quedaba tan atrás precisamente, hubieron momentos en que ella tomó el control, así que puedo decir que iban casi equilibrados. Incluso hubo un corto periodo en que Wolfram huyó de ella, antes de recuperar el aliento por completo y volver al ataque.

Luego de que mi padrino se fue, Wolf dio por culminado el juego y se sentó en la cama, muy cerca de mí.

- Me divertí mucho – aseguró Greta, uniéndosele al soldado, se sentó a su lado derecho, yo estaba a la izquierda del ojiesmeralda.

- También yo, Greta. Ya habías planeado todo con anticipación, ¿verdad? – preguntó el rubio, sonriéndole.

Ella asintió, devolviendo la sonrisa, - solo que para que compartiéramos papá Yuuri y yo. Pero contigo también fue genial. Para la próxima jugaremos los tres juntos.

Wolfram no hizo ningún comentario, me acerque al filo de la cama con ayuda de mis brazos. Quería ver la expresión en su rostro.

- Pero, ¿sabes algo, Wolf? – el mencionado giro el rostro en su dirección, - Papá Yuuri lucía triste ayer. Creo que fue porque tú no dormiste con nosotros. Cuando le pedí que jugara conmigo hoy y me respondió que sí, que no había problema y que le encantaba la idea, lo dijo de forma muy seca. Cuando no estás con nosotros, papá Yuuri decae mucho. Por favor, si tuvieron alguna pelea y estás enojado con él… aún así ¿podrías dormir con nosotros, cuando él regrese? Cuando ustedes no están juntos, me siento triste. Me gusta cuando se sonríen, cuando hablan y cuando Yuuri viene contigo a contarme una historia antes de dormir porque eso demuestra que se quieren mucho. Porque para que la relación entre una pareja funcione debe haber comunicación y muchas muestras de afecto, de ese modo cuando se casan la relación se hace más fuerte y con mucho más amor.

-… Greta, las relaciones no siempre funcionan, hay veces en que la pareja decide terminar porque se da cuenta de que ya no funciona más – la ojichocolate asintió, - sí, eso es cierto. Pero ese no es el caso de ustedes, papá Yuuri y tú son una pareja muy fuerte – rió, el ojiesmeralda suspiró pesadamente. – No, Greta, no es así. Nosotros no somos una verdadera pareja. Nunca lo hemos sido – me golpeó una oleada de incredulidad. Wolfram… ¡¿qué has hecho?!...

- ¿Q-Qué quieres decir con eso? – balbuceó mi hija adoptiva, - ustedes están comprometidos… Yuuri pidió tu mano hace mucho, por-- - , - error – sentenció el rubio, - esa propuesta fue un error, él no sabía que una bofetada era una pedida de mano – explicó con serenidad el rubio, - pero no la retiró – puntuó Greta, - porque no se lo permití, ´!dañaría mi orgullo enormemente si haces eso!´, se lo dije cuando se ofreció a anularla -, - pero… pero él te quiere, papá, ¡él te quiere y tú lo quieres! – Greta acababa de entrar en una crisis y Wolfram y yo lo sabíamos, él la envolvió entre sus brazos, - él me quiere solo como un amigo – susurró, mi pequeña se aferró a los costados del uniforme del rubio, apretaba con mucha fuerza, - no… por favor… no quiero perderlos… a ninguno – suplicó con la voz quebrada, - yo nunca dije que nos perderías, siempre estaremos a tu lado para protegerte -,ella lo soltó y se alejó, levantó el rostro y miró fijamente a los ojos color esmeralda - Wolf… ¿es verdad que el compromiso que los une a papá Yuuri y a ti dejará de ser válido en menos de una semana? – cuestionó, con un hilo de voz, - lo es – respondió él, con un asentimiento de cabeza.

Los ojitos de Greta se llenaron de lágrimas y empezó a llorar, refugiándose en los brazos de la persona frente a ella. – No quiero… - chilló, - No quiero que suceda, Wolf, no quiero. Tú si quieres a Yuuri como algo más que un amigo, lo quieres como pareja, ¿verdad? Tú  lo amas… ¿cierto? -, - … yo quiero que sea feliz, Greta. Y no lo será a mi lado -, - lo amas… lo amas… -, Wolfram sonrió tenuemente, - dime, ¿por qué sigues llorando? -, ella sorbió ruidosamente por la nariz, - tú quieres mucho a Yuuri porque es tu padre, ¿me equivoco? -, Greta negó con la cabeza, - y te gusta que sonría – añadió el rubio, - ella asintió, - entonces no llores. Ya verás como se alegrará al verte sonriéndole grandemente cuando regrese -, - pero…. -, - no hay pero que valga, Greta. Ahora de pie, tenemos que ir a cenar. Y ni una palabra más acerca de esta asunto. No es correcto aferrarse a algo por mucho tiempo cuando sabes qué no te llevará a ningún lado -, - tampoco lo es hacerlo a las falsas promesas. Los humanos somos propensos a olvidar – se puso de pie, - también lo somos los mazokus, Greta – se acuclilló y limpió las pocas lágrimas que aún descendían por el rostro de nuestra niña.

Me puse de pie, ¿Cómo era que todo se había tornado tan confidente y desgarrador en tan solo unos segundos?

-          Ahora estoy muy enfadada con papá Yuuri – comentó Greta, - oh, no digas eso. Se pondrá paranoico si llega a enterarse – Wolfram acarició su mejilla izquierda y le dio un rápido beso en la frente; ella rió. – Voy a estarlo por un rato – anunció, - me encargaré de que lo olvides. Y la cena me ayudará con ello – se puso de pie y caminó con dirección a la salida, siendo seguido de inmediato por la castaña, que tomó su mano.

¨Todo esto por culpa de una promesa olvidada…¨ No pude evitar pensar, mientras los seguía.

 

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-          Ya lo ves, te dije que sabía lo que hacía. Estuviste preocupándote y poniendo mala cara por nada- se burló el rey original, sentado sobre la caja del fin de la tierra.

-          No me vengas con eso, Shinou. Los dos sabemos bien que solo tuviste suerte. – suspiró frustrado el portador del alma del gran sabio, y frunció el ceño ante la divertida sonrisa que no tardó en formarse en los labios de a quien le sirviera y prometiera lealtad hacía mucho tiempo atrás.

-          Bueno, bueno, deja de quejarte, mi sabio – lo calmó el mencionado, - todo sea por apoyar aunque sea un poco a mi descendiente.

-          Es curioso que digas eso, teniendo en cuenta que al darle aquella opción no hiciste más que confundirlo y tentarlo – puntuó el llamado Murata Ken.

-          Corrección, mi sabio. Lo que hice fue ofrecerle una última oportunidad, tanto a él como a mi elegido – aseguró el ojizafiro, haciéndose el ofendido.

-          Lo que, extrañamente, te está divirtiendo mucho – sacó a relucir, fastidiado, el ojimarrón.

-          Me conoces bien – sonrió el rubio.

-          Demasiado bien – gruñó el pelinegro. – Pero a diferencia tuya, dudo mucho que el joven Von Bielefeld esté disfrutando de esto – amonestó.

-          Oh, sin duda no lo está haciendo. Pero tienes que admitir que está feliz al saber que el actual Maou lo ama.

-          No estoy de acuerdo contigo.

-          Ya me lo esperaba – suspiró el primer rey, con tono de resignación, Murata enarcó una ceja justo antes de ver esa sonrisa confiada y arrogante aparecer en el rostro del rubio.

-          ¿Qué le ofreciste exactamente a Von Bielefeld-kyo, Shinou? – preguntó, subiendo sus lentes por el puente de su nariz con su dedo índice.

Ante el guiño que le dedicó el hermoso rubio, Murata no pudo más que abrir mucho lo ojos. – ¡No habrás…!

 

Continuará . . .

Notas finales:

Si, esta bien. I know, I know! *le tiembla una ceja*
Pido mil disculpas por haberme demorado taanto pero no es facil hacer a Greta infeliz, eh!...

Bien, quiero hacerles una pregunta. 
Les molesta de alguna manera que narre lo que sucede durante el dia? Si lo prefieren simplemente me enfoco en los suenios. Es una idea, espero saber que opinan.

Gracias por leer y de nuevo mil perdones...~


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