Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

REQUISITOS por Elfa Lilit

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Autoras: Elfa Lilit (o PrincessofTime)

Disclaimer: No somos JK Rowling, bla, bla, bla.
Imaginemos que The Half-Blood Prince nunca salió a la luz ¿ok? Y esto es post-Voldie.

Esto va por toda la gente linda que mandó review y pidieron continuación. Afortunada o lamentablemente, la historia no nos da para muchos capítulos. Serán unos tres o cuatro, al parecer. Así que disfruten.

Capítulo 2:
La carta.

Severus miraba la lista que tenía entre las manos, sin atreverse a levantar la vista hacia la mesa de los leones. Sabía que se encontraría con una mirada verde esmeralda, pero no sabía el tipo de mirada que sería.

En lo más remoto de su corazón, deseaba ver una mirada que correspondiera sus propios sentimientos, una mirada que reflejara lo que decía el pergamino en sus manos. Pero en su cerebro, ya acostumbrado a desconfiar, imaginaba que todo esto no era más que una broma del chico Potter. Se estaba burlando porque él, Snape, se había enamorado de algo tan inalcanzable como el-niño-que-vivió-y-venció. Si, seguramente era eso, y él no iba a dejar que un mocoso se burlara de él.

Así que sin mirar a la mesa Gryffindor, tomó la carta y como si no fuera tan importante como había parecido antes, la rompió en varios pedacitos y la dejó a un lado. Una vez que hubo limpiado el café derramado y se hubo deshecho de los pedacitos de la carta (aunque en realidad solo los había mandado a su bolsillo sin que nadie lo notara) con su elegancia propia, siguió comiendo. Tenía, como era costumbre, su máscara de fría indiferencia y así fue como por fin se giró a enfrentar los ojos esmeralda que le observaban. Pero si que se llevó una sorpresa.

La hermosa mirada verde estaba empañada por unas traviesas lágrimas que luchaban por salir de los jóvenes ojos. La mirada que Severus se encontró no fue una mirada de burla o de amor, fue una mirada llena de dolor. El dolor del rechazo. Y fue entonces cuando Severus descubrió que había cometido un grave error… ¡Harry hablaba en serio! ¡Harry de verdad lo quería! Y él, en lugar de mostrar interés, destrozó el pergamino donde el estudiante le había declarado sus sentimientos. Snape no soportó mucho la vista de Harry con el corazón roto, así que desvió la mirada, consciente de que tenía que hacer algo drástico para reparar su error, y pronto.

Harry, por su parte, no aguantaba las ganas de gritar de dolor. Nada, absolutamente nada de lo que había enfrentado antes podría haberlo preparado para ese dolor, una clase de dolor que era increíblemente profunda y duradera. Luego de ver la fría mirada de Severus posada en él como si no le hubiera importado en absoluto el mensaje, de verdad no pudo aguantar. Bajó la vista para ocultar sus lágrimas, las secó disimuladamente y después de un rato, se levantó y se fue a dormir sin prestar atención a nada ni nadie. No vio la mirada arrepentida de Severus cuando pasó frente a él, ni la preocupada de sus amigos al no saber qué pasaba. Tampoco vio la sonrisita que cruzó el rostro del director, para quién toda la escena no había pasado desapercibida.

Al día siguiente, Harry no bajó a desayunar y Ron le comentó a Hermione que juraría que lo había escuchado llorar. Ambos pensaban que la extraña conducta de Harry se debía a que sabía que, tal como lo indicaba “la lista”, le iba a ser muy difícil conseguir alguien con quién pasar la vida, si no era imposible. Y no estaban muy lejos de la verdad, porque en su habitación, Harry sabía que si no podía estar con Severus, no podría estar con nadie más.

En medio de sollozos, se levantó y se arregló. La verdad es que no quería ir a clases, pero sabía que si no asistía, todos los maestros correrían a ver si se encontraba bien, y eso solo lo haría sentir peor. De muy mala gana se dirigió a los invernaderos para su clase de Herbología. Hermione y Ron le preguntaron qué le pasaba, pero los ignoró olímpicamente, dándoles a entender que no deseaba que lo molestaran. Y siguió así todo el día.

Mientras tanto, Severus estaba en la oficina del director, quién aprovechando que Snape no tenía que dar clase hasta la tarde, decidió que podían conversar entre colegas. La plática fue francamente aburrida, al menos para el profesor de Pociones, que no veía la hora de irse de allí. De pronto, llegó una lechuza parda con una gran carta para el director. Dumbledore la miró y la tomó con mucho cuidado. Con desconfianza la abrió y pareció tranquilizarse de que no ocurriera nada. Leyó lo que venía escrito y la dejó a un lado. Sin embargo, cuando volvió a atender a Severus, éste lo miraba interrogante, seguramente por su extraña actitud. Procedió a explicar.

-Ah, Severus, estas cartas. Al parecer, Molly Weasley está particularmente preocupada del estado de Harry últimamente. Seguro que el joven Ronald le ha informado. Yo ya he tratado de ayudar, pero parece que no da resultado. Sin embargo, me preocupo mucho de las cartas que manda Molly… la última vez me envió un par de vociferadores bastante amenazantes, por no mencionar la vez que me envió una nota hechizada que al abrirla me soltó una buena dosis de bofetadas…

El parloteo de Albus siguió un buen rato, pero Severus no le escuchaba en realidad. Ya tenía lo que quería y sin muchos miramientos se despidió del director, excusando que tenía algo importante que hacer, y así era realmente.



Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Al atardecer, Harry se esforzaba por caminar hacia las mazmorras. No deseaba en realidad asistir a esa clase, pero más valía enfrentar lo que viniera de una vez. Después de todo ¿Qué podía hacerle Snape? Lo más que podría hacer era decir a todos sobre la carta que Harry había enviado, y rechazarlo frente a los demás alumnos… pero el adolescente creía que con todo el sufrimiento que ya tenía a cuestas, nada podía dolerle más. Pero al llegar, se encontraron con que el profesor Snape no estaba y la profesora McGonagall les informó que la clase de Pociones sería repuesta después.

Bueno, al parecer ese era su día de suerte, así que aprovechó para irse a la Sala Común de Gryffindor a hacer todos los deberes y acabar temprano. Cuando Ron y Hermione llegaron, Harry estaba sumido en un ensayo de Transformaciones, poniendo tanto interés que ni Hermione lo igualaría. Lo observaron preocupadas, y aunque trataron de hablarle, no les hizo ni el menor caso.

Estaban a punto de irse, cuando una hermosa lechuza negra (n/a: nunca hemos visto una lechuza totalmente negra…pero es nuestro fic y hacemos lo que queremos) golpeaba la ventana. Ron se apresuró a abrir y la lechuza entró, dejando una carta en pergamino negro, con letras plateadas. Se parecía terriblemente a la carta que Harry había enviado a Severus, pero el joven no lo notó porque en vez de mirar a la mesa, donde estaba la carta para él, estaba enfrascado en su ensayo. Ron, sin embargo, estaba muy interesado en saber qué decía, y cuando le dijo a Harry que si no abriría su carta, éste se limitó a contestar sin levantar la vista.
-Léela si quieres y luego me cuentas que dice- ante esto, Ron se sintió intimidado, pero la curiosidad ganó y la abrió. Sin embargo, apenas había desdoblado el pergamino, cuando cayó de espaladas en el suelo. Hermione corrió a levantarlo.

-¿Que te pasó Ron?- preguntó la chica.
-¡Esa porquería me golpeó!
-Debe tener un hechizo… aunque es especialmente difícil de hacer. La persona que mando esa carta debió esforzarse mucho.
-¿Y quien querría mandar a Harry una carta que lanza de golpes?

Harry se quedó en silencio… solo podía tratarse de alguien y era terriblemente doloroso que se hubiera tomado la molestia de hechizar una carta que lo golpeara. Por una parte era bueno que Ron fuera tan curioso. Sacudiendo la cabeza, se dedico a terminar su tarea, y para sorpresa de todos, incluso para él mismo, acabó muy rápido. Guardó todas sus cosas en la mochila, incluida la carta y se fue a dormir, pidiéndole a Ron que no lo molestara porque se sentía mal.

Una vez en la cama, no pudo evitar llorar otra vez ¿Por qué la vida era así de cruel con él? ¿Por qué tenía que haberse enamorado de la única persona que no lo quería?
Suspiró y sacó la carta de su mochila y la observó largo rato. Estaba escrita con una hermosa letra plateada. No era la letra de Severus, o al menos no era la letra que él siempre había visto en las notas que le hacía en sus trabajos. Pero algo le decía que esa carta se la había mandado él. Se preguntó si debía abrirla…tal vez un buen golpe le ayudara a despejar la mente de sus amargos pensamientos.

Suspiró una vez más antes de abrir la carta, listo para el golpe… golpe que no llegó. En cambio (y casi se desmaya de la impresión) sintió un suave toque en los labios. Un dulce beso que duró unos segundos antes de extinguirse. Fue entonces que aparecieron las letras en el pergamino, tal como ocurría con el mapa del Merodeador. Harry, aún tocándose los labios, leyó las palabras que se habían formado (también en letra plateada y con aquella hermosa caligrafía)



Potter ¿o debería decir Harry?...

Harry:
La verdad es que no sé como comenzar esto. Me sorprendió mucho la carta que me enviaste ayer, y creo que no supe como reaccionar. En un principio supuse que era una broma de tu parte, porque ¿Cómo podrías tu sentir algo por mi? Pero después me di cuenta de mi gran error.

Espero en verdad que puedas perdonarme y que comprendas que yo me sentía realmente mal de creer que no podría tenerte más que en mi imaginación. Pero ahora que tú has aceptado lo que sientes, me toca a mí hacerlo.

Te amo, te he amado desde hace tanto tiempo que no recuerdo cuando comencé a sentir esto por ti. Y deseo, en verdad deseo que la carta que recibí sea una esperanza para nosotros. Por mi parte, la puerta estará siempre abierta para ti.

Siempre tuyo: Severus.



Decir que Harry estaba anonadado es poco. No sabía si reír o llorar, no sabía si eso iba en serio o si era una broma. Si no supiera que Severus Snape no hacía bromas, lo habría pensado, pero se empezó a sentir feliz al notar que era verdad, tenía que serlo. Y ahora comprendía lo que decía su profesor sobre dudar de la verdad en la carta. Vaya, hubiera sido mucho más fácil ir y plantarle un beso. Pero ya habría tiempo para eso. Miró de nuevo aquella hermosa carta, que ya había cerrado y la abrió de nuevo. Por segunda ocasión, sintió el maravilloso beso de alguien invisible, lo que no hacía que el beso fuera menos disfrutable. Esta vez el beso duró un poco más. Y le siguieron otros muchos, porque Harry cerró y abrió la carta hasta que se sintió satisfecho.

Sonriendo, Harry se quedó dormido abrazando el trozo de pergamino como si su vida dependiera de ello.

A la mañana siguiente, antes de que nadie se despertara, Harry se levantó y se dirigió al baño a darse una buena ducha. Se arregló con más esmero del habitual y salió de la torre Gryffindor. Los pasillos estaban desiertos, cosa muy normal dado que era sábado y la gente comenzaría a levantarse hasta dentro de unas dos o tres horas.

Una vez que hubo llevado a las mazmorras, se dirigió a las habitaciones de Snape. Tocó suavemente y lo recibió el profesor en cuestión, vestido con un pantalón negro y un suéter del mismo color que lo hacía ver muy bien, al menos a los ojos del jovencito ojiverde. Se sonrieron y Severus lo invitó a pasar con un gesto. Tomándolo de la mano, lo guió hasta un sofá de apariencia cómoda y se sentaron juntos. Ninguno sabía que decir, de modo que se quedaron viendo uno al otro por un tiempo indefinido.

-Y bien ¿Cómo sabías donde están mis habitaciones privadas?- preguntó el mayor por fin.
-Oh, pues es que tengo el mapa del Merodeador ¿lo recuerdas?
-Ahh, si, ese mapa. ¿Me has estado espiando?
-Solo un poquito

Se miraron unos momentos más, directo a los ojos, y sin más preámbulos, se besaron tratando de sacar todos los sentimientos que tenían atrapados en el corazón y que les producían estremecimientos en todo el cuerpo. Tardaron un buen rato en separarse, pues apenas se alejaban unos centímetros, volvían a besarse.

-Oh, por Merlín. Eso fue mejor que anoche- comentó Severus, una vez que se hubieron separado lo suficiente como para hablar.
-¿Anoche?- preguntó su alumno, algo extrañado
-¿A quién crees que estuviste besando mientras abrías y cerrabas la carta que te envié?- le preguntó Snape como si fuera lo más obvio del mundo. Harry solo sonrió y murmuró:
-Esa fue una idea excelente.
-Agradécele a Albus y a Molly Weasley.
-Hablando de Weasley ¿tú golpeaste a Ron?
-Ahh, ¿era Ronald el que abrió la carta?
-Si, y no veo porque tenías que golpearlo.
-Bueno, me parecía necesario. A menos que desearas que lo besara a él también.
-Jajaja, no, desde luego que no. Después de todo, quiero que seas solo mío ¿lo serás?
-¿Acaso lo dudabas?
-Solo un poco
-¿Y por eso te la pasaste abriendo esa carta por horas?
- ¿Qué no te gustó?
-Claro que si, pero…
-¿Pero que?
-Me gustan más los besos en vivo.
Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Y eso fue todo por ahora. Ojala que les haya gustado ya que fue para todos aquellos que pidieron más. Y, ese no es el fin, pronto tendrán un poco más.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).