Esa noche que todo el mundo espera con ansias, la noche que alegra cada corazón por más herido que este, aquella que tantos recuerdos lleva consigo.
La dulce noche de Navidad, que aunque uno piense que está completamente solo en el mundo, siempre hay alguien que te brinde amor y mucha alegría.
Una noche significativa para mí, ya que es la primer Navidad que voy a pasar junto a él, junto a mi amado Yixing.
Luego de una gran cena, luego de disfrutar juntos ese hermoso momento, no había nada que pudiera este cálido sentimiento que nos rodeaba. Nos sentamos frente a la chimenea, sobre una sobre una muy amplia alfombra, el recostó su cabeza en mi hombro y yo suavemente acariciaba sus cabellos.
- Kr…kris – Tímidamente comenzó a hablar – ¿Podrías contarme una historia? –
- Tengo una en mente, algo que paso en mi niñez, pero… no es una historia feliz – Conteste algo triste por recordarlo
- No importa, quiero oírla de igual manera – y poso un beso en mi mejilla.
Suspire, intentando encontrar las palabras adecuadas para comenzar el relato.
- Esto sucedió cuando yo tenía aproximadamente 10 años de edad – comencé a relatar – yo vivía en un pueblo muy pequeño, el cual no poseía muchas casas, todas eran muy antiguas y algo descuidadas, pero había una que destacaba sobre todas, una que era verdaderamente bella –
- Lo que me estas por contar ¿te sucedió a ti o a otra persona? – Interrumpió, se podía ver claramente la preocupación en su mirada.
- No mi amor, le sucedió a otra persona pero por favor permíteme continuarla sin interrupciones ¿sí? –
- Claro, perdón- pose un beso en su frente antes de continuar contando.
En aquella enorme casa vivía una pareja de muchachos, los cuales estaban profundamente enamorados. Sus nombres eran KyungSoo y JongIn que tenían alrededor de 25 años de edad.
Ellos se veían tan felices juntos. JongIn siempre se iba temprano por la mañana a trabajar y volvía tarde en la noche, en cambio, KyungSoo estaba todo el día en el hogar, cocinando, limpiando, cuidando de sus plantas y por sobre todas las cosas esperar por la llegada de su amado.
-------------------- (Relata KyungSoo) -----------------------
Sumergido en un sueño profundo, cada noche, cuando JongIn llegaba a casa, se recostaba a mi lado, me abrazaba y susurraba suavemente a mi oído.
- Pequeño, ya estoy en casa, descansa tranquilo por favor – y posaba un beso sobre mi mejilla.
Todas las noches era igual, el siempre volvía a altas horas de la noche, me besaba y se recostaba a mi lado para poder dormir.
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Su amor era tan grande que poco a poco se tornaba enfermizo, el miedo, la duda, el amor, se llevaban lentamente toda la cordura del pobre muchacho. Comenzó a alucinar, salía poco de su casa, y siempre estaba susurrando cosas.
Un día cuando yo pase a su lado pude escucharlo.
“Dejen de mirarme con lastima, no necesito que sientan pena por mi”
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*¿En que ocupara el tiempo que no me dedica a mi?*
Esa pregunta frecuentaba mi mente todos los días.
*¿Si en verdad no está trabajando?*
Yo nunca he desconfiado de él pero lo amo tanto, me duele el solo pensar que el podría estar mintiéndome.
Recostado en la oscuridad, dudando de sus palabras que parecen tan sinceras pero pueden ocultar muchas cosas.
El en verdad ¿Me está mintiendo?
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Empezó a desconfiar de las palabras de JongIn, dudaba de su amor y temía quedarse solo, que él lo abandonara. El estaba seguro de que lo estaba engañando, el no era capaz de aceptar que JongIn trabaja todo el día. Su mente le hizo pensar de que todo era una mentira.
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Unos tristes sollozos en el más profundo de los silencios. Pequeñas lágrimas que caen lentamente por mis mejillas
Tan profundo y tan grande era el amor que yo le daba y no podía acostumbrarme,
a saber que me engañaba.
En la oscuridad rebusque entre mis cosas algo que pudiera calmar este profundo dolor. El llegó, yo no dormía, en silencio lo esperaba. Cuando se acerco a abrazarme, puse fin a su vida, el filo de aquella daga bañado en sangre, sangre de la persona más importante en mi vida.
Un profundo miedo invadió mi ser, su cuerpo ya sin vida quedó recostado a mi lado y su sangre cubría de a poco mis manos.
Un pecado imperdonable, un agobiante vacio en mi interior.
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- Pequeño, no llores por favor – Dije al notar como poco a poco las mejillas de Yixing se humedecían.
- ¿Por qué lo mato? ¿COMO PUDO HABER MATADO A LA PERSONA QUE MÁS AMABA? – Su llanto se había hecho más fuerte
- No lo sé pequeño, no lo sé – Dije sinceramente - Permíteme continuar ¿sí? – Obtuve un asentimiento como respuesta.
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Yo simplemente me recosté y me abrace a su cintura.
- Ahora nadie podrá apartarte de mí – Dije comenzando a llorar
La calidez que tanto amaba se había ido, su cuerpo estaba frio pero eso ya no importaba, lo tenía ahí, conmigo, para siempre.
Estoy seguro, yo sé que no fue mi imaginación, yo se que él estaba a mi lado antes de que me hundiera en un profundo sueño, yo lo escuche claramente, escuche como me dijo “Ya estoy en casa mi amor”
- Bienvenido a casa JongIn – Y pose un beso en sus labios.
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Luego de esa trágica noche, su casa se incendio. Pero el único que se encontraba dentro de la casa era JongIn. Nadie nunca supo cómo se incendio esa vieja casa, había muchos rumores, pero ninguno tenía fundamento. De igual manera todos fuimos testigos del llanto, los gritos, del sufrimiento de KyungSoo, aunque nadie lo comprendía realmente.
El comenzó a dormir en la calle, no acepto la ayuda de nadie, noche tras noche se recostaba en los portales de las casas, y al salir el sol comenzaba a recorrer el pueblo, caminando lentamente, mirando fijamente al suelo.
La gente comentaba, sobre él, sobre JongIn, sobre un dolor que solo KyungSoo comprendía.
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Una noche me encontraba sentado en el suelo, cerca que una gran estatua que hay en el centro del pueblo, cuando comencé a oír lo que comentaban las personas de mí.
- Pobre pequeño, JongIn se desvivía solo para hacerlo feliz, trabajaba día y noche para poder darle todos los gustos – Decía una mujer mayor.
- Es verdad, mi hijo mayor trabajaba con él, muchas veces me conto que lo invitaban a cenar o simplemente a salir juntos, pero el siempre se negaba e intentaba terminar todo a tiempo y lo más temprano que el cuerpo le permitiera para poder ir a casa con el – Contestaba otra – Siempre decía “no tengo tiempo para salir, debo terminar pronto para ir a estar con KyungSoo”
- Debe estar sufriendo muchísimo por esa gran perdida, es obvio que se amaban mutuamente y lamentablemente el destino los separó –
*¿Eso…eso era cierto? ¿Jong…jongin no… no me engañaba?*
Las lágrimas lentamente comenzaron a caer por mis mejillas.
*¿Cómo pude ser tan estúpido?*
*¿Cómo pude desconfiar de el de esa manera?*
* Y lo que es peor aun… ya no podre tenerlo nunca más*
Sus caricias, su vida, su amor, todo me pertenecía.
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Y así KyungSoo, sin querer, sin esperárselo, se dio cuenta del grave error que había cometido.
Los días transcurrieron uno tras otro, hasta que llego la noche del 24 de Diciembre, el se encontraba sentado en el suelo, apoyado en aquella vieja estatua. Nevaba fuertemente y el solo tenía un abrigo para cubrirse.
Preparé una taza de chocolate caliente, salí de mi casa y se la entregué. El solo me miro con sorpresa y luego me dedico una sonrisa, acepto la taza y lentamente la bebió.
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- Pequeño ¿Por qué te tomaste la molestia de salir de tu casa con este frio solo para traerme una taza de chocolate? Podrías enfermarte con este frio – De dije al niño que aun se encontraba a mi lado.
- Ni una persona debe pasar la navidad sola, esta noche es para compartir y yo quiero compartir mi alegría con usted – Me contesto suavemente mientras se sentaba a mi lado
- Pequeño ¿podrías darme un abrazo? – Nadie se había preocupado por mí de esa manera, a nadie nunca le había importado lo que viví, excepto a él, ese niño el cual dulcemente quiso compartir su navidad conmigo.
- Por supuesto que si – Contesto con una sonrisa en el rostro y me abrazo por los hombros fuertemente, yo simplemente me abrace a su cintura contendiendo las ganas de llorar – Todo va a estar bien, usted debe ser feliz, yo estoy seguro que a JongIn hyung no le gustaría verlo triste, yo se que él está aquí a su lado cuidándolo – Dijo suavemente a mi oído.
- Pequeño – lentamente se separe de él cortando el abrazo- Quiero que cuides muy bien de esto – y le tendí el anillo que JongIn me había regalado cuando comenzamos nuestra relación – Nunca le temas al amor, es una de las cosas más maravillosas que existe, yo no supe como agradecer el amor que me fue dado, tenía miedo a la perdida, y aquí estoy, en la nieve, arrepintiéndome de cada una de las cosas que hice mal –
- No piense en las cosas malas, piense en todo lo bueno que vivieron juntos, todo el amor que se tenían – Pequeñas lagrimas recorrían sus mejillas luego de aceptar el anillo – Prometo cuidarlo, por siempre –
- Muchísimas gracias pequeño – dije limpiando sus lagrimas. Pose un beso en su frente y me levanté del suelo - Es hora de que vaya a buscar a mi amado, yo se que el aun me está esperando, que él me ha perdonado. Yo sé que me abrazara y me dirá que todo está bien, que ya estamos juntos de nuevo, y nada nos podrá separar jamás – Ya no pude contener las lagrimas, pero no eran de tristeza, ellas esta vez estaban llenas de felicidad – Espero que seas muy feliz y te deseo toda la suerte del mundo. Gracias por compartir esta noche conmigo, ahora ve con tu familia y diles cuanto los amas, disfruta cada momento al máximo y nunca dudes que el amor existe.
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- ¿Y luego que paso? – Pregunto Yixing cuando noto que me había quedado callado unos minutos.
- La mañana siguiente, el 25 de Diciembre del año 2000, su cuerpo fue hallado, sin vida, en aquel gran terreno en el que un día estuvo su hogar. Su muerte fue provocada por el intenso frio que hizo esa noche, el bajo la nieve casi sin abrigo, espero que llegara su hora en el lugar donde un día fue la persona más feliz del mundo – Las lagrimas recorrieron mis mejillas, nos abrazamos fuertemente, el también había comenzado a llorar.
- El anillo… ¿Aun lo conservas? – pregunto tristemente
- Lo tengo aquí, en mi dedo meñique – Dije mostrándole mi mano derecha - “A partir de este momento y eternamente” -