N/A: Harry Potter no me pertenece, todos los derechos son de las editoriales la WB y su autora K.J Rowling. YO tan solo hago Slash con ello y lo hago follar jeh.
Autora:YUKI-NII ICHI
Rating: NC 13
Género: frienship/romance
Resumen:el engaño es quizás una de las cosas que más rompe el corazón. Y ni siquiera los magos se salvan de experimentarlo. Albus fue engañado, Scorpius se ha dado cuenta de un sentimiento. La amistad entre ambos amenaza con terminar.
Pareja: Scorpius Malfoy/Albus S. Potter
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Labios rotos
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Capitulo 2. El comienzo del final.
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Había sido casi un año antes, cuando había abandonado el gran comedor para seguir a James, quien recibiendo una carta misteriosa, se retiro sin decir nada, casi manteniéndose en un segundo plano, como si quisiera ocultar su existencia el tiempo suficiente para poder escapar de incomodas preguntas que no estaba dispuesto a responder.
Albus ya esta cansado de ese tire y afloje que su hermano tan extrañamente se carga y que no llega a ningún lado en realidad, la decisión está tomada, si James no hablaba de una buena vez no le quedaría más remedio que averiguar la fuente de ese comportamiento. Caminó aprisa esquivando algunos fantasmas que no dudaban en recordarle que la cena aun no ha terminado o indignarse ante sus pocos modales. De pronto una mano lo tomo del brazo, así que girándose lentamente a encarar cual de los entes le está retrasando saca su varita y a punta directo al rostro de este.
-Oh, tranquilo Albus – la ojos cafés de Ewan miran la punta de la varita demasiado cerca de su recta nariz, suelta lentamente el brazo del más bajo y levanta sus manos en señal de rendición – ya, lo siento – se excusa ante el ceño fruncido del azabache que rápidamente niega, cambiando su gesto enojado a uno de vergüenza –
-No, soy yo quien lo siente – y guardando su varita en la manga giró su cabeza hacia la dirección donde segundos antes había estado James – ah, por Merlín, lo he perdido otra vez – mascullo, golpeando suavemente su frente con su palma abierta, vira de nueva cuenta hacia el Revenclaw un año mayor que él a la espera de la razón por la cual le ha hecho permanecer ahí –
-Parece que no he escogido el mejor momento ¿cierto? – se llevo una mano tras su cabeza sonriendo ante su poca suerte – aun así – se inclina un poco ante un expectante Potter quien tiene una cara confundida, no entiende muy bien qué es lo que el buscador de la casa azul y bronce pretende – Bueno quizás te parezca desagradable, si es así, solo olvida lo que dije, ya ni siquiera yo sé lo que digo – rio nerviosamente – el caso es que, tu, ah – suspira antes de volver a tomar aire y de paso más valor – tu me gustas – suelta al fin tan rápido como puede pues el arrepentimiento le pisa los talones -
-¿Perdón? – y la voz de Albus salió como un delgado hilo, vio hacia todos lados buscando una señal que le dijese que esa era una broma de muy mal gusto. No encontró nada. Alzo sus ojos para mirar directamente los cafés de Ewan que brillosos temblaban, al igual que todo su cuerpo –
-Si no te importa, ¿podrías tomar en serio mis palabras? – La voz gruesa llegándole a los oídos le hizo reaccionar – no pretendo burlarme de ti Albus – aseguro casi como una muda promesa, adivinando uno de los tantos pensamientos que pudieron invadir la cabeza del Gryffindor –
El azabache cerró los ojos asintiendo precariamente, cuando sus verdes ojos volvieron abrirse Ewan ya no estaba ahí, solo Scorpius que recargado con los brazos cruzados en la pared oeste, le esperaba pacientemente.
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Albus no entiende cosas como el amor o lo que es estar con alguien en el sentido más literal de cualquier idea, quiere pedir consejos pero no tiene muchas opciones para elegir, Neville, su profesor de herbolgia solo ha balbuceado sin llegar a decirle una palabra completa.
James solo ha mascullado algo así como que es una mierda. Y Rose, oh por Morgana que lamenta haber acudida a su estólida prima parecida demasiado a la tía Hermione. Pues ha querido darle una cátedra del sentimiento más complicado y difícil de todos los tiempos en un trabalenguas de 5 minutos del cual ha olvidado la mayoría y se ha perdido entre las palabras crecer y el ciclo de la vida, a los cuales aun no tiene muy en claro en qué sentido es que se relacionan.
Da una vuelta más por la cama antes de que Robbie Thomas se queje por cuarta vez de que quiere dormir un rato mas antes de ponerse hacer ese interminable pergamino que McGonogall ha dejado para mañana. Albus suelta un bufido.
No es como si él quisiera estar como lavadora en modo centrifugado, también quiere dormir. El problema es que jodidamente no puede. El maldito Ewan Douglas le ha quitado el sueño, el tiempo y la vida. Y coño que eso es terriblemente irritante y molesto.
-Potter – sisea de nuevo Robbie – quieres calmarte, estás haciendo que las cosas tiemblen – cansado y dándose por vencido, se sienta en la cama sacudiendo la cabeza y revolviendo su cabello color arena, trata de respirar para no cometer ningún hechizo prohibido – Bien, es mi limite Albus Potter, así que suéltalo ¿Qué tienes? – los grandes ojos turquesa de Robbie herencia de su madre, se posan por un igual molesto azabache que no hace otra cosa que masajearse las sienes, esta estresado –
-Se me han declarado el otro día – murmura, sentándose de igual forma en la cama y abrazando su enorme almohada redonda –
-Por Merlín, Albus, en serio que aun eres un niño – ríe ahora divertido el oji turquesa –solo a ti te haría mella algo así – una carcajada alegre inunda la habitación al ver como las mejillas del ojiverde se inflan de manera cómica, poniendo en manifiesto el desacuerdo en el que está con su amigo - ¿Cómo es ella? – Cruza sus piernas tomando una posición más cómoda para hablar-
-Ese es el problema, no es un ella, es un él – se deja caer hacia atrás para recostarse de nuevo y mirar el techo, no está muy seguro de querer ver la reacción de Robbie en ese momento –
-Pues yo no le veo ningún problema, si te gusta ve por él y si no, simplemente recházalo. Nadie ha muerto por recibir un no ante sus sentimientos – el oji turquesa estira su mano hacia la mesita de noche para tomar un trago de agua antes de que sienta como el colchón se hunde y un peso extra esta ya sobre él – Hey, pero que es lo… -
-¿De verdad esa es la solución?- el rostro del azabache se acerca al de Robbie quien con una sonrisa autosuficiente asiente, empujando a Albus de forma suave para que se aleje, están a punto de caer – aun así, ¿Qué paso con todo eso del amor y la persona? – El oji turquesa solo da un suspiro cansado y de un par de patadas tira al ojiverde de su cama, es demasiada invasión a su espacio personal – oye, eso duele – el azabache simplemente es ignorado ante su queja.
-El amor – y asoma la cabeza por la orilla de la cama para poder ver a Albus que sigue tirado en el piso – es lo que tú quieres que sea – vuelve para acomodar el desorden de sabanas - y cuanto la otra persona, no te toca a ti elegir quien será solo amar a quién es - tomando la enorme colcha de color rojo se cubre de pies a cabeza – y ahora duérmete, la hora del doctor amor ha terminado –
Albus ríe ante la auto dominación de Robbie, gatea hacia su cama y se recuesta. De pronto todo se ve más claro y sencillo.
Se asoma una vez más hasta el lugar donde su amigo duerme y con un "gracias" las luces se apagan.
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Pasaron quizás unos días, tal vez se llego la semana, en realidad no recuerda bien, solo sabe que camino hasta Ewan que leyendo bajo los enormes arboles junto al lago lo tomó entre sus brazos justo después de escucharlo susurrar "creo que tu también me gustas" Albus sintió mariposas en el estomago mutarle a buitres carroñeros, las manos le empezaron a sudar, y casi chilla de la emoción al sentir los delgados labios del castaño por su blanca piel.
Es por eso que ahora no puede evitar aferrarse penosamente a la almohada con olor a poción que está debajo de su cabeza, su garganta se le hace nudo y no puede dejar de preguntarse cuando fue que su amor se volvió amargo y miserable. Y es tanta la humillación de ser el único herido que no puede evitar esconde el rostro en el entre las frías sabanas cuando nota que en la cama de al lado Ewan esta ahí dormido, sosteniendo la mano de un sonriente Kenny que con una mirada altiva y un porte desafiante mueve sus labios para decirle "yo gane, Potter"
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.:. El alimento del alma de un autor no son las palabras escritas si no los sentimientos que el lector siente al leerlas .:.