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Destinados por AliceFurukawa9

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Notas del capitulo:

Helloooo! 

Hola Chiquillos y chiquillas como están? 

Bueno primero me gustaria agradecerles a todas esas personitas que siguen confiando en mi y esperan pacientemente cada cap (Romina Fujoshi, Akane ,kina_chan , yunohi, alexa_walker, YukiJun Megami KanzatoMiyu san , NorthStation, unikiry magico,  takano90, Kieuseru  entre otros tantos) ... agradezco que siempre estén tan pendientes apesar de que los tengo tan descuidados! :( Esta vez la razón es... que entre a la U y el proceso de "acostumbramiento" cuesta un poco, hace poco entré y ya estoy en parciales osea WTF!!! 

Bueno dentro de  poco entraré a vacas lo que quiere decir, tiempo libre al fin.... esta vez opto por dejarles mi correo electrónico para tener mayor cercania y si gustn ponerse intensos cuando me desaparezca! jajaja XD. ( alicefurukawa19@gmail.com )

Y sin mas....aqui esta el cap!


El trinar de los pajaritos llegaba a sus oídos, era hora de levantarse pero aun no quería abrir los ojos, no se creía capaz de ver los ojos del Conde, sentía demasiada vergüenza, pues recordaba con lujo de detalles lo ocurrido la noche anterior. El calor de la esa noche seguía muy vivo en su cuerpo y por más que lo negara, también en su corazón.


Ante este pensamiento, se acurrucó aún más debajo de las sábanas, sábanas que olían a demasiado ellos dos. Se suponía que el mismo había ido en busca de esto, casi al punto de verse desesperado, pero “afortunadamente” lo había conseguido, y el Conde no lo había despreciado, aunque con vergüenza le  costara admitirlo… nunca pensó que iba a disfrutar de tal manera, incluso se preparó para lo peor, y el Conde, su esposo, inesperadamente lo había tomado con tal pasión, que perdió totalmente la compostura, por lo que ahora tenía dolor de garganta, y un dolor casi insoportable en las caderas, pero más allá de esto, durante ese momento, las preocupaciones, el miedo, las dudas y el mundo entero se esfumaron. Esa mirada que tenía la capacidad de infundirle miedo e incluso dejarlo paralizado, esa noche se había transformado en algo que no era odio ni desprecio, le llegaba directo al corazón y le daba cosquillas en el estómago.


Era patético verse así mismo recordando la noche anterior, apunto de actuar como una jovencita, alegre porque no fue doloroso y su compañero se había esmerado en satisfacerlo. Demasiado en realidad. Incluso se despreciaba así mismo por mezclar los sentimientos, y pensar que esa conexión podía haber ido más allá de lo físico. Procuró distraerse de ese doloroso pensamiento y aterrizar los pies en la tierra.
Intentó levantarse con cuidado, y una sensación familiar apareció. Hasta esa noche se consideraba virgen, pero había algo, una especie de sensación en su cuerpo que le decía ya haber pasado por esta situación. No lo recordaba, pero su cuerpo se lo decía.


Se levantó, y sintió como de entre sus piernas escurría la prueba de lo ocurrido la noche anterior. Se sonrojó a más no poder y supo de inmediato que era muy probable que ya estuviera esperando. Su Nana le había mencionado que algunas veces era necesario intentarlo más de una vez cuando los dos eran inexpertos, estaba seguro que Takano era más que experto, o también cuando se era virgen, y algo le decía él tampoco lo había sido.


Se incorporó decidido, vio su cuerpo desnudo y lleno de marcas, levantó su mano y casi cuando iba a tocar la marca casi morada en el centro de su pecho, justo encima de su corazón, se detuvo. Enrolló una sábana por sus hombros y la cerró en frente. Observó el revuelto de ropa de cama y sabanas que estaban enfrente de él, se sentía tan solo en la inmensidad de esa habitación. Era la segunda vez que se despertaba solo en la habitación del Conde. No sabía el porqué, pero odiaba ese sentimiento.
El Conde no tenía razón de estar allí, después de todo ya había logrado su cometido…


Cuando estaba a punto de llegar al baño, escuchó la puesta abrirse. Se quedó quieto en su lugar, para girar la cabeza y darse cuenta que era Misaki con dos jarras de agua en las manos, y que por alguna razón se apresuraba a dejarlas en la cómoda e ir a ayudarlo. Tras él iba otra empleada tirando del carrito de desayuno.


-Venga, permítame por favor- le decía mientras lo tomaba suavemente por la espalda y lo llevaba al baño. –Mei, deja el desayuno y ve por ropa de cama limpia.- La chica diligentemente deja el carrito y sale por la puerta cerrándola tras de sí.
Misaki actuaba automatizado, es como si esto fuera una rutina para él, y estuviera muy acostumbrado a ello.
-Pensamos que se iba a levantar más tarde- le decía mientras lo ayudaba a sentarlo en una silla y se disponía a preparar la tina.- Y… como se encuentra?-
Al darse cuenta del porqué de la pregunta se sonroja y agacha la mirada.
-Estoy bien, gracias-
Misaki toca el agua de la tina y al comprobar que está bien se incorpora para ayudarlo a entrar.
-Iré por un vaso de agua y unos calmantes que el Dr. Kirishima dejó.- Y antes de irse se giró para decirle – Si usted desea puede quedarse en cama un poco más, necesita reposar para la fiesta de esta noche… si lo necesita solo dígamelo-
-Misaki, no te preocupes estoy bien, solo un poco… dolorido- le respondió Ritsu con un tono tranquilizador revolviendo el agua con las manos.
-Como usted diga, pero…si no se encuentra bien solo hágamelo saber, si?-
-Entendido… pero solo necesito las pastillas-
Misaki abrió un cajón que se encontraba lleno de distintos tipos de frascos, escogió uno y con un vaso de agua que ya tenía a la mano se lo ofreció. Ritsu puso unas cuantas gotas en el vaso y se lo tomó.
-Misaki, si es posible hoy me gustaría tomar el desayuno en el balcón, el día esta soleado y lo amerita.-
-Como usted diga-
- Y el Conde… ya ha desayunado?-
-Sí, ha salido temprano de caza con Lord Hamilton y Lord Usami-


Bien conocía la afición del Conde por la caza, agradecía que no lo tuviera que acompañar, pues tiempo atrás le había costado convencer a su padre que cualquier tipo de actividad involucrada con el sufrimiento de los animales le desagradaba enormemente, y no creía que fuera tan fácil convencer a su marido que no lo hiciera parte de su afición.


-Pensé que tal vez hoy desayunaría conmigo…- dijo pensando en voz alta.
-Lo sé es solo que el Conde siempre suele salir a cazar a esta hora antes de una fiesta, y muy pocas veces en la semana desayuna aquí.-
-El… sigue algún tipo de rutina?-
-Sí, pero esta semana… todo ha sido diferente-
-Misaki puedo hacerte una pregunta y me responderías con sinceridad?.-
-Haré lo que pueda…- dijo sintiéndose incómodo.
-El Conde suele traer hombres o mujeres a su habitación?-
Misaki abre los ojos sorprendido para luego bajar la mirada avergonzado.
-Si… pero hace varias semanas que no trae a nadie.-
-Es por eso que no desayuna aquí, y espera a que ustedes lo envíen a casa?.-
-Si...-
Ritsu intenta levantarse de la tina, pero sus piernas le fallan y cae nuevamente.
-Tenga cuidado!, el calmante tardará en hacer efecto es mejor que no se esfuerce demasiado.- Misaki lo toma con delicadeza, para ayudarlo a acomodarse de nuevo.-no siente dolor estando así?-
-No, estoy bien-
- Siente fiebre o dolor en algún otro lado, necesita que llamemos al Doctor?-
-No, ya te he dicho que estoy bien!
-Pensé que tal vez se pondría peor, es por eso…
-Disculpa?, Porqué dices eso, acaso tú?…-
-No, es solo que el Conde acostumbra a… Olvídelo, no me haga caso son solo cosas mías- decía Misaki mientras recogía la sabana del suelo y la doblaba para meterla en el cesto.
Ritsu se dio cuenta de que era mejor dejar ir al chico, al parecer se Misaki se preocupaba tanto por que quizás ya estaba acostumbrado de ver las parejas anteriores del Conde y el estado en el que se encontraban al día siguiente, la sola imagen mental le daba escalofríos.


-Misaki, te repito por última vez que me encuentro bien, no volveré a mencionar el tema así no sentirás que traicionas la confianza de tu Amo… Gracias por todo, puedes retirarte.-
-Con su permiso- dijo el chico saliendo cabizbajo e incómodo por haber hablado de más.
Luego de haberse aseado, se colocó la toalla y salió al cuarto para ver su ropa ya dispuesta sobre la cama. Al terminar desayunó en el balcón y fue a leer en la biblioteca. Las horas pasaban y el Conde aún no regresaba.


Sabía que tendrían que salir a las 6 para ir a la casa de los O’Brian a la reunión para la que tanto se había preparado, sentía tanta ansiedad… nunca se había sentido cómodo al estar entre tantas personas, se sentía asfixiado con el hecho de ver grupos de gente reunidos a criticar a los demás, discriminarse los unos a los otros por la cantidad de dinero que poseían, aparentar exageradamente algo que no eran, fingir falsas sonrisas y hablar de temas superfluos que poco o nada le interesaban. Por lo que siempre optaba por no ir, sacando toda clase de excusas convirtiéndose en un “antisocial y poco agraciado joven”. Pero esta vez en cambio, no tenía opción, estaba entre la espada y la pared. Sabía que haberse casado con El Conde Takano Masamune, tenía esta clase de compromisos pues de estos dependía la reputación de su nombre y la posibilidad de ampliar sus adquisiciones.
Suspiró cansado y cerró su libro. Miró por la ventana hacia la campiña. Como deseaba cabalgar en estos momentos… era su manera de relajarse y desconectarse del mundo, pensando en esto escucho la puerta de la biblioteca abrirse dejando a entrar a Chiaki.


-Ritsu-sama…- dijo el chico haciendo una reverencia –Takano-sama tomará el almuerzo en casa de Lord Hamilton y lo esperará en el recibidor a las seis en punto para partir a la casa de Lord O’Brian-
-… Gracias, puedes retirarte.-
-Con su permiso- dijo Chiaki para después salir.


Era obvio que el Conde lo evitara al máximo posible, después de todo ya sabía cuáles eran los sentimientos que tenía hacia él y porque lo había traído allí. Además sabía que pronto Takano enviaría a un doctor a que lo examinase y le diera la noticia que tanto esperaba. No sabía hasta cuando sería necesario. Se sentía como un ave enjaulada que solo es necesaria para adornar y ser escuchada cantar de vez en cuando.

A las cinco comenzó a arreglarse, recibió el conjunto que habían preparado para él, ya se había vuelto costumbre que eligieran su ropa por él, el estilo era muy diferente al que acostumbraba a usar, además no solía ir a muchas fiestas por lo que comenzó a vestirse sin decir una solo palabra. Esta vez era una camisa blanca de cuello alto, adornada con un listón azul a rayas negras, un chaleco cruzado gris, una gabardina azul marino con detalles negros y un pantalón largo de bota recta del mismo color, finalizando con zapatos Oxford de charol negro brillante.(1)


Cuando estuvo listo, se colocó el anillo de matrimonio que le había dado el Conde, una sortija de ónice negro y plata (2) , muy elegante y fiel cumpliendo a su propósito de la noche, llamar la atención. Salió de la habitación con el corazón golpeándole el pecho, respiró profundamente varias veces buscando la calma que necesitaba, pero sus esfuerzos se vinieron abajo cuando desde arriba de la escalera vio a Takano de perfil mirando por la ventana. No sabía cuántas veces lo había pensado ya, pero cada vez que veía al Conde se llevaba una sorpresa, en su cabeza, no sabía cómo un hombre podía verse tan bien, a diferencia de otros hombres él no necesitaba aparentar nada pues ya era todo lo que se buscaba o aspiraba.


Cuando Takano subió la mirada para verlo, sintió nuevamente como su cuerpo se paralizaba y sus piernas se convertían en piedra, vio así como su mirada se suavizaba y se dirigía a la base de la escalinata a esperarlo. Usaba un traje de levita negro, con chaleco y pañuelo blanco, zapatos relucientes, y el cabello perfectamente peinado, tenía en la mano izquierda un bastón de ébano negro con empuñadura de plata (3)  además el olor penetrante a agua fresca y colonia llenaba sus fosas nasales y le provocaban agradables sensaciones. Bajo lentamente la escalera, con cuidado de no tropezar, y tomó la mano que Takano le extendió.


Sintió que el Conde lo miraba examinándolo, haciéndolo sentir muy incómodo, pero no alcanzo a decir nada pues este se giró para colocarse el abrigo que Hatori le entregaba.
-Veo que lo has logrado- Le dijo a Ritsu que subió la mirada confundido. -Lucir como un esposo digno, que cualquiera desearía tener…-Tales palabras lo hicieron sonrojarse. -Ahora veremos si eres capaz de comportarte como tal-. El Conde tenía la habilidad de lanzar “elogios” camuflados con venenosas palabras que le causaban extrañas punzadas en el corazón.

 

Notas finales:

Bueeeno, espero que les haya gustado! y no les pareciera aburrido :0

Aqui están algunas referencias del cap, para que puedan alimentar su imaginación!!

1.http://static.tumblr.com/f9f6e0361e39ccf2828e0be7381fa283/r2cveyu/fSImhomkg/tumblr_static_shi.png

2.https://img1.etsystatic.com/029/0/6382786/il_570xN.540567073_q1h1.jpg

3.http://3.bp.blogspot.com/-smdK7ThkBFA/UoJrQdwl7bI/AAAAAAAABi4/m7B6OLRljsA/s1600/07-400.jpg

 


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