Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Destinados por AliceFurukawa9

[Reviews - 138]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola pequeños Criaturos y Criaturas como estaaan?

Quiero coomenzar agradeciendo a todos por esos hermooooosos Rw llenos de actitud posiitiva!!! Enserio mi corazon se detuvo y estuve toda la noche esperando,  viendo y leyendolos y riendome sola como una loquita desquiciada ... Los amé!, y pronto los responderé.

Segundo, quiero deseafrle un super hipermega Feliz cumple a pandora 987, I LOVE YOU!! jajajajja por ti esta actualizacion, muchos besitos gay!!:D

Este cap es la 2da parte de Fiesta (-_- dahh) y se enteraran de unas cuantas cositas de la pareja Minimun.... al final final habrá algo que no se si les guste o no, pero era completamente necesario cumpliendo con la promesa que Takano le hizo a Ritsu, y creo que con esto lo deja en claro... Ya entenderán porque...

Nuevamente gracias a todos, por no odiarme por la tardanza y seguirme amando como yo los amo a ustedes jijiijiji,

Y sin mas a leer...

Capitulo 13

 

Era el, el socio mayoritario de su esposo, estaba ataviado con una capa negra que dejaba ver un traje militar con varias medallas, similares a las del Conde. Había pertenecido al ejército.

 Lo había visto unas cuantas veces en la mansión pero escasamente habían intercambiado saludo, y a leguas se notaba de que no le caía nada bien.

-Buenas noches- atinó a decir. A lo que Yokozawa  le respondió secamente. –Sí busca al Conde se encuentra en una reunión con…- Intentó adivinar, pero  se detuvo al observar la mirada hostil y desdeñosa del hombre –Que tenga una agradable velada, si me disculpa…- dijo Ritsu haciendo una reverencia y luego dando un paso adelante.

-Tan simplón y torpe como dicen…- escuchó a sus espaldas. Dio media vuelta sorprendido a lo que observó al personaje quien lo miraba sin una pizca de remordimiento.

-Disculpe?- dijo casi incrédulo.

-Simplón y torpe, he podido corroborarlo con mis propios ojos.- respondió.

-Por lo que veo es absurdo intentar cambiar la impresión que usted tiene de mí, así que no le causaré más molestia- y se giró de nuevo.

-Y además cobarde…- Otro aguijonazo en su orgullo, pero sabía perfectamente cuál era su intención y no le seguiría el juego.

-No es cobardía, es simplemente evitar un desagradable juego.- le respondió Ritsu intentando ser lo más certero posible.

-Así que lo llama “juego”?- cuestionó Yokozawa  -Si…- el chico iba a contestar pero fue interrumpido.

-Es triste que por lo que alguien consideró un “juego” alguien haya salido herido por considerarlo tan serio-

Increíble, este hombre al parecer también sabía algo de su pasado, algo que  para él en su mayor parte, seguía siendo un misterio , por lo que decidió sacarle provecho a la situación, y esperar a que le revelara algo.

-Suele suceder… por mi parte espero considerar las situaciones adversas como un juego, en cambio de sufrir dándole vueltas al asunto, a veces se pierde o se gana- dijo pensando en lo que su padre siempre solía decir, y se tomaba tan enserio.

-El problema son las consecuencias que trae, no para una persona egoísta como usted, claro está, si no para las personas que tiene a su alrededor-

-Lo sé, pero tarde o temprano aprenderán la lección- definitivamente él no era así, pero que más daba.

-Cuál lección? Aprender a ser frio, odiar y desconfiar hasta de su sombra? O en convertirse casi en un suicida?- le respondió Yokozawa con un atisbo de rabia en sus ojos.

-Esas herramientas le permitirán dejar de sufrir nuevamente?- Y acaso eso no lo haría sufrir peor, esa amargura era la que había llevado a Takano a planear su venganza, pensó.

-Es inútil seguir discutiendo, veo el por qué Masamune sufrió de esa manera, intentando buscar algo que en ti no había, un corazón-

-Pero me trajo nuevamente a su lado.-

-Intenté convencerlo de no traerte aquí, y mucho menos casarse contigo, pero insistió en que era lo mejor antes de la guerra, para poder ver cómo las Casas se destruían entre sí, ojalá no hayas traído la destrucción aquí también.

Qué?, una Guerra?

-Es mejor que regreses a Japón o a donde creas conveniente, creo que ya te has vendido por el suficiente precio como para tener una vida decente, Masamune te remplazara fácilmente así que no hay nada que te mantenga aquí-

-Veo porque te preocupa tanto su bienestar. – dijo Ritsu a lo que Yokozawa lo miró sorprendido y casi asustado. –Si tanto lo amas, por qué no has hecho nada para que se olvide de mí?- le preguntó a Yokozawa, y por su cara había dado justo en el blanco.

-Si ya lo sabes por qué no huyes como estás acostumbrado hacer y nos dejas en paz?- respondió Yokozawa jugándose su última carta.

–No puedo, por lo menos no aún- contesto Ritsu sinceramente. -Sea lo que sea que él busque en mi estaré dispuesto a entregárselo, pero ese es un asunto que solo nos compete a ambos-

-Después de cerrarle la puerta en el rostro tantas veces y matarlo en vida, lo tienes dee nuevo a tu lado?...Qué injusta es la vida!

Por el rostro decepcionado del más alto se dio cuenta que había ganado aquella disputa, en otro escenario le habría pedido disculpas, cuántas veces le habría roto el corazón a esta persona de manera indirecta?. Lamentablemente esta noche se había convertido en un acumulado de lo que siempre quiso decir, pero que consideraba demasiado hiriente.

En ese momento llegaron los caballeros de la sala anterior, muy interesados en hablar con él. Yokozawa antes de irse le dijo.

-Y aún lo conservas o ya lo has vendido?-  Ritsu esperó interrogante.

-El anillo de compromiso, el que te dio la primera vez… si te importa por lo menos un poco, regrésalo, le pertenecía a su madre.- dijo y se dio la vuelta.

Sería posible volver en el tiempo y lograr borrar los errores que había cometido en el pasado?, simplemente no era justo haber herido tanto a alguien.

Los hombres insistían en mostrarle la sala de música del Castillo, pues era injusto que solo hubieran podido escuchar una pieza tan corta de alguien con un talento como el suyo.

Sin darse cuenta había llegado al balcón de una habitación oscura muy alejada al murmullo de la fiesta que continuaba.

 

Yokozawa caminando con el alma tan lejos del cuerpo, sabía lo que era tener el corazón roto, pero sentía que esta vez era definitivo. Vio como la razón principal de su estado actual, salía del despacho con el Duque. Sus miradas se encontraron y el Conde se acercó a él.

-Yokozawa, qué haces aquí?- le preguntó.

-Yo… tenía que resolver algo antes de irme-

Takano lo conocía demasiado, ese algo muy probablemente tenía que ver con Ritsu.

-Dónde está?-

-Él, tu esposo, está en el segundo piso con Sir Byron y Sir Scott-  Takano lo miró sorprendido - Estará bien, después de todo sabe defenderse solo…- atinó a decirle a la estela que había dejado Takano al salir casi corriendo en busca de una escalera dejándolo solo en medio del salón.

 

Ritsu se encontraba en la mitad de la habitación, veía un poco gracias a la tenue luz que se filtraba por una de las cortinas, allí estaban los dos hombres,que lo habían llevado allí, uno  demasiado corpulento y otro alto  con una prominente barba rojiza, pero en menos de un segundo  fue rodeado por varios hombres más, todo había sido planeado y él había caído en la trampa.

-Uno de los contras de ser el centro de atención- decía el de barba.  

-El nuevo souvenir del Conde…- decía otro con una mirada que le revolvía las entrañas.

Miraba a la distancia la puerta, la ventana y otras posibles rutas de escape, suponía que se encontraban a varios pies de altura, y con la opción de una salida poco convencional , recoradaba las palabras del Conde, para bajar y no morir en el intento, necesitaba tiempo algo que no tenía en esos momentos. La mezcla entre sus pensamientos y el alcohol, habian hecho que lo tomaran con la guardia baja.

-Siempre he tenido curiosidad... cómo se sentirá la piel de un japonés debajo mío dicen que es…- fue interrumpido por el crujir de la puerta abriéndose.

 

Aquella pieza tan conmovedora y la conversación que luego había tenido con Ritsu, lo habían devuelto a su realidad. Se había casado en un matrimonio por conveniencia, al comienzo, cuando le habían dado la noticia, se sentía la persona más dichosa del mundo, su amigo de la infancia, su primer amor, sería su esposo. Pero con el paso del tiempo se dio cuenta de que Akihiko nunca lo vería como algo más que un amigo, siempre lo trataba como tal, incluso a veces como un hermano menor.

 Además, tristemente se había enterado de los dos grandes amores de su esposo, y lamentablemente no era ninguno de los dos. En los primeros meses la convivencia había sido tolerable, a pesar de que nunca compartieron en lecho, luego Takahiro había muerto, y  la situación se convirtió en algo terrible, Akihiko se recluyó en su habitación y era imposible sacarlo de allí, luego de un tiempo decidió salir pero había dejado de ser el mismo. Era como un cuenco vacío, un cuerpo sin alma, algo que por más que Hiroki intentara no podía llenar, la luz de su existencia casi se había extinto, hasta aquel último viaje a Japón.

Recordaba la  última “discusión” que habían tenido, habitualmente sus discusiones eran el hecho hablarle en voz alta a la espalda del otro, quien solo decía si o no con la cabeza,  la mayor parte del tiempo (todo) era la espalda de Akihiko, pero esta vez había sido diferente.

-Deberías comenzar a prepararte para la velada de esta noche- decía Hiroki mientras recogía unos cuantos ceniceros llenos intentando no tropezar pues la habitación estaba muy oscura y se había abstenido de abrir las cortinas por miedo de quemarle la retina.

Se asustó al escuchar un gruñido al fondo de la habitación casi desde donde quizás estaba el escritorio.

-Akihiko?- preguntó temeroso.

-Lo siento ya casi termino.- extraño, muy extraño, él no solía dar señal de vida hasta que corría las cortinas o le traía uno de los obsequios de las editoriales, o suvenires de sus conocidos.

-Soy yo Hiroki, estás bien?- preguntó con voz firme.

-Sí, termino la última página y salgo.- Ultima página? Esto era fuera de lo común, hasta donde sabía él había sufrido una crisis de inspiración, solo escribía algunas frases o sonetos cortos, y nunca más de una página o dos.

-Haz escrito algo, algo para publicar?- preguntó Hiroki intentando buscarlo en medio de la penumbra.

-Aún no lo sé, no lo pensé cuando comencé a escribir, solo se dio y por fin he terminado- le respondió levantándose de la silla.

- Y permitirás que lo lea?- dijo casi emocionado , pero ante el silencio, comenzó a sentirse asustado a la respuesta.

-…No sé si sea buena idea.- contestó Akihiko.

-Es tu trabajo, por lo menos me gustaría saber el titulo, saber en qué has empeñado tu tiempo, pero si no soy dig…- parloteaba Hiroki.

-El ermitaño, ese es su título- Hiroki suspiró satisfecho por lo menos su nueva obra no se trataría de amores, decepciones, tragedias y otros temas deprimentes que lo mantenían en ese estado , se acercó al escritorio en dónde estaba, sacó la caja de fósforos de su bolsillo y encendió la vela, pero antes de verlo a él, contempló el último libro que había escrito, su favorito –Esperanza…- dijo en un suspiro –Este es el que más me ha gustado, nunca pensé que volverías a escribir…- dijo tocando con sumo cuidado la portada del libro.

En ese momento subió la mirada y lo vio... Tenia el rostro iluminado con vida, con... Esperanza, algo él por su parte nunca le había podido devolver.

-Por qué te gusta tanto?- le dijo Akihiko mirándolo a los ojos.

-Porque es algo que nunca he perdido- respondió.

-Yo… no te merezco, es injusto para ti que sigas intentándolo-

-He seguido intentándolo incluso cuando tus poemas dejaron de hablar de mí y comenzaron a hablar de esmeraldas… seguiré intentándolo sé que…-

-No te amo… es por eso que no es justo-    el ensordecedor latido de su corazón y el eco de aquellas devastadoras palabras en sus oídos estuvieron a punto de derrumbarlo, pero no supo cómo, se mantuvo en pie.

-Debo verme patético… no crees?. Dijo Hiroki mirando al suelo. –Nos hubiéramos evitado esto, si lo hubieras dicho antes.-

-Lo sé… pero no estaba seguro y tampoco quería decirlo en vano, sólo que… esta vez es diferente.-

-Has encontrado lo que buscabas?-

-Me encontró a mi- le respondió con una pequeña sonrisa.

Hiroki le sonrío melancólicamente. –Espero que por fin sea así, es vergonzoso verte encerrado de esta manera, y más en el chiquero que tienes por oficina.- dijo enarcando una ceja y cruzándose de brazos.

-Lo sé- dijo Akihiko dándole la razón. -Enserio, has convertido esto en una verdadera pocilga!!- decía Hiroki mientras recogía un poco el desorden agachando la mirada intentando que sus lágrimas no lo delataran e hicieran que terminara por derrumbarse y perdiera el poco orgullo que le quedaba.

-Lo sé, y lo siento- le dijo Akihiko tomándole ambas manos haciendo que sus miradas se encontraran. –En serio lo siento-

-Te perdonaré si vas ya mismo a arreglarte, no quiero que lleguemos tarde por tu culpa.-

-Mereces a alguien mejor que yo, alguien que en verdad sepa valorarte.- y dándole un beso en la frente salió.

Si lo amas déjalo ir, no? Aquellos que se llenaban la boca con estas frases, nunca habían amado, eso lo tenía por seguro.

Subió la mirada y se dio cuenta de que había llegado a la puerta, tomó su abrigo, le dijo al mayordomo de la casa que se sentía indispuesto y que  lo disculpara ante los anfitriones, luego salió a la entrada en dónde Louis, el chófer lo esperaba.

-Lord Usami, está usted bien?- se apresuró a decir el hombre de mediana edad.

-Estaré mucho mejor si me llamas Hiroki, y por favor no preguntes, solo… llévame a algún lugar lejos de aquí- le contestó subiéndose solo al carruaje.

-Y Lord U…-

-Estoy seguro que sabrá cómo arreglárselas para llegar a casa, así que vamos-

El hombre extrañado arreó los animales y emprendió la marcha.

 

La puerta se abrió y dejó ver la menuda figura de una chica.

-Cariño estas aquí?- dijo una voz femenina, que pertenecía nada más ni nada menos que a Ann Kohinata.

-Si, aquí estoy- respondió uno de los hombres.-Has tardado demasiado.-

-Subí tan pronto como puede.- le contestó la chica, cerrando tras de sí el pestillo de la puerta.

-Anda, acércate, no tenemos toda la noche.- dijo el más alto.

Al darse cuenta de que las intenciones de aquellos hombres, comenzó a retroceder. Paso tras  paso, sentía como sus posibilidades de escapar se esfumaban, si gritaba era muy poco probable que fuese escuchado, se encontraban en un ala remota del castillo, además se encontraba acorralado,  sin posibilidad de correr o defenderse, comenzar una pelea con esos hombres que lo sobrepasaban en altura y fuerza, en donde ten nada a su favor, sería un suicidio, así que lo único que podía hacer era esperar y hallar el momento en que sus captores se distrajeran, de lo contrario ahora sería inútil intentar algo. Solo una ventana entre abierta que había visto momentos antes… No, sería estúpido intentar algo asi, tenía que haber otra opción.

De pronto sintió que lo tomaban con fuerza de los brazos y lo inmovilizaban contra la pared ante la mirada burlona y acechante del resto del grupo.

-Qué ganas tenía de tenerte de esta manera… Me contuve- decía la chica, que momentos antes se veía tan frágil e inocente, esta ingresaba al grupo y se acercaba a él con una mirada perversa.-Me contuve, demasiado- finalizó dándole una perturbadora caricia en el labio con el pulgar, Ritsu intentó alejarse repugnado, lo que generó la estruendosa risa de todos los presentes.  Un golpe seco frenó las risas. Cuando la chica intentó repetir la acción, un poco más entusiasmada, Ritsu logró zafarse y apartarle la mano de un golpe. Los ojos de Ann Kohinata brillaron como los de una fiera. –Que esperan?! Átenlo, no ven que el pequeño gatito  ha sacado sus garras?- les gritó al grupo –Ni creas que te vas a escapar de esta, solo lo has hecho más divertido y estás postergando lo inevitable!!- dijo mirándolo fijamente y lanzando al final una risa desquiciada. Fue atado de pies y manos, y sintió como su ropa era desgarrada y era lanzado con fuerza al suelo, quería llorar, pero por alguna razón sus lágrimas no salían, a pesar de que estaba sufriendo tal degradación, pensó que, tal vez su cuerpo no lo dejaría llorar, pues de esta manera la humillación sería peor y la satisfacción mayor para sus captores.

-Anda arrodíllate, a ver si esa boquita tuya sirve para algo- le decía un hombre posicionándose justo en frente suyo. Ritsu con la mirada gacha, ni se inmutó.

-Pero si estás rebelde…- dijo con sorna el hombre corpulento. –Que te arrodillles!!-  dijo dándole un bofetón en el vientre, dejándolo vuelto un guiñapo en el frio piso de mármol.

 Desafortunadamente sabía lo que sucedería a continuación, y peor aún nadie estaría allí para salvarlo. Sólo hasta que escuchó la siguiente frase.

-No intentes luchar, es inútil.-

Fue como si algúna especie de combustible, hubiera estallado en él. No, no lo permitirá otra vez, no de nuevo. Porque todos lo trataban como un maldito objeto?

Sacando fuerzas de donde no sabía que existían empujó a los hombres que tenía delante, y emprendiendo una fugaz carrera, saltó por la ventana que momentos antes había visto entre abierta.

 

 

Porqué rayos había tantas habitaciones? Caminaba como loco buscando en todas, y en ninguna lo encontraba a él.  Que estúpido había sido al confiar en que esos incompetentes lo cuidarían.  Abría cada puerta con la que se topaba, estaba al borde de la desesperación, no permitiría que nunca jamás él saliera de la Mansión, y si era necesario lo ataría al cabecero de la cama para que no escapase de nuevo. Haría que esos bastardos lamentasen el hecho de siquiera haberlo mirado con un poco de deseo.

-Takano- sama!- escuchó en lo profundo del pasillo  la voz de Hatori.  Lo había encontrado. Estaba justo en frente de una puerta alejada de las demás. El cuarto de menesteres.

Sin siquiera pensarlo, abrió de una patada la puerta, haciéndola volar hacia el interior de la habitación. Allí, un grupo de hombres en una esquina, se giraban sorprendidos ante el estruendo, pero de repente, en medio de la conmoción,  una pequeña y blanca figura, salía velozmente del círculo  y se impulsaba para salir directo por una ventana. La respiración se le corta, de manera mecánica va corriendo hasta allí temiendo lo peor.

En cámara lenta, se asoma por la ventana y observa.

Él está allí, y  como si de una muñeca de trapo se tratase, se encuentra  tendido sobre  una densa cama de arbustos y matorrales, y ante la preocupante quietud inicial, él comienza a moverse e intenta levantarse.  Definitivamente el chico debe tener las siete vidas de un gato. Entre una extraña mezcla  ira y alivio, decide ir por él y comprobar más de cerca, que su intempestiva salida no lo lastimó.  Antes de salir, observa a todos los hombres a la expectativa de lo que va hacer después, están atentos a todos sus movimientos, cuando se acerca con paso firme e intimidante a ellos, decide que es mejor ocuparse de eso más tarde.

Cuando está  a punto de salir por la puerta, ve por el rabillo del ojo el destello de una navaja acercándose. Un hombre corpulento se dirige hacia el a toda marcha, empuñando el arma. Cuando ataca, Takano esquiva con rapidez el ataque,  se gira y antes de que el hombre se dé cuenta, lo toma con fuerza del puño que agarra la navaja  y le da un fuerte puño en la mandíbula, para luego asestarle un rodillazo a la altura pecho.  Dejando al hombre completamente inmovilizado en el suelo. Con la navaja en mano Takano mira retando a los demás hombres, quienes viendo el anterior espectáculo, prefieren evitar la suerte de su compañero.  El conde toma la navaja y se la lanza a los pies del hombre quien aún se retuerce en el suelo.  A continuación sale de la habitación.

Cuando llega a los jardines del primer piso, en donde se supone debe estar Ritsu, lo encuentra bajándose de los arbustos, temblando y pálido como una hoja de papel. La rabia se apodera de él, se dirige a pasos apurados a donde está el chico, y lo toma con fuerza de la muñeca, Ritsu lo mira con los ojos llorosos,  y Takano solo lo mira  casi tiritando de la rabia.  Con imagen del cuerpo del chico con  la ropa destrozada y las miles de ideas de lo que pudo haberle sucedido o le sucedió rondándole por la cabeza, aprieta el agarre y se gira hasta el sitio en donde están los carruajes. Ve como el chico intenta torpemente cerrarse la camisa, para tratar de cubrirse el pecho.

-Quédate así, después de todo tú te lo has buscado, acaso  no era lo que querías?-

Ritsu lo miro sorprendido, y luego con la mirada dolida y resignado lo siguió hasta los carruajes.

Subió a Ritsu primero, y cuando él iba a hacer lo mismo, vio como Misaki llegaba corriendo seguido por Usami.

-Takano-sama, yo…-

-Quédate con el después de todo no creo que importe si pasas la noche con el nuevamente, tal vez si es así Usami decida darte un empleo, quizás hogar. Ya no eres relevante para la Mansion, asi que te sugiero que te quedes con el.- le espetó fríamente, a Misaki le comenzaron a temblar los labios, se colocó ambas manos en el pecho y buscó a Ritsu con la mirada.

-Lo siento, y gracias por todo- dijo. Ritsu vio como Lord Usami lo tomaba por los hombros y lo abrazaba contra su pecho.

-Takano, fue culpa mía totalmente, fui yo quien no permitió que Misaki…- dice Usami apretando a Misaki contra su pecho y enfrentándose a Takano.

-Si es culpa tuya hazte cargo de él-Takano sube al carruaje y se marchan.

 

Cuando llegan a la Mansión Takano sube a Ritsu a rastras a la habitación y cierra la puesta con fuerza.

-No te permití ofrecerte a otros hombres, me perteneces y solo debes complacerme a mí-  dijo Takano quitándose las mancuernas de las mangas  para después depositarlas en un cajón.

-No tienes derecho de hablarme de esa manera!... Soy tu esposo y debes tratarme como tal!-

-Ese título sólo es válido en un papel y en mi cama, no te atrevas a exigir más!- dijo finalizando en con un grito que retumbó en la habitación.

-Quítate la ropa- le ordenó.- O por lo menos lo que queda de ella-

Cuando se quitaba la ropa recordaba la  primera  noche juntos en la que le había ordenado lo mismo, pero esta vez el sentimiento era muy diferente.

- De rodillas y las manos en el cabecero- le ordenó nuevamente.

-Pero...- dijo Ritsu sorprendido e incrédulo.

-Te daré otra oportunidad solo porque eres mi ESPOSO y al parecer no te has acostumbrado a tratar conmigo-  comentó con ironía  -De-Ro-di-llas- le dijo nuevamente señalándole la cama. Nuevamente esa mirada que le helaba la sangre y lo hacía temblar, asi que accedió resignado. Cuando se quitaba la ropa recordaba la primera noche juntos en la que le había ordenado lo mismo, pero esta vez el sentimiento era muy diferente.

Sintió como se acercaba a su espalda, sintió su respiración chocar contra su piel, ese hombre hacia que su corazón casi se le saliera del pecho. Le agarro las manos y comenzó a atarlas con una corbata.

-No!-  dijo, le provocaba miedo. –P-por favor, esto no…-

-Levanta las caderas y abre las piernas-  hizo lo que le fue ordenado, y comenzó a sentir como lo tomaba de las caderas y luego comenzaba a bajar hasta llegar a sus nalgas. Era extrañamente excitante, nada parecido a la experiencia anterior.

-Tengo que cerciorarme de que aún eres solo mío…- le dijo agarrándole con fuerza abriéndolo y exponiendo su entrada. Ante el recuerdo del tacto suave y apasionado del Conde, un leve movimiento de anticipación lo delató, pero fue malinterpretado por Takano.

-Moviste tus caderas de esta manera?... Te atreviste a mostrarte asi ante ellos?!-  le dijo con rabia y desesperación.

 Intento taparse la boca para suprimir el grito de asombro, ante la rudeza de las acciones del Conde. –Acaso permitiste que esos malnacidos te  tocaran de esta forma?!-  le gritó, Ritsu solo se limitó a sollozar.

-No… no fue mi culpa…- Takano con furia, al ver al chico que momentos antes lo retaba, se retorcía ante su toque, le presiona el cuello haciendo que el chico hunda aún más su cabeza entre el colchón y le levanta las caderas.

Ritsu lo escucha desabrochándose la bragueta  y antes de darse cuenta es penetrado sin preparación alguna. Intenta subir la cabeza y emitir algún sonido para que se detenga pero con una mano le tapa la boca.

-Silencio.-Masculla en su oído y continúa.

Siente como entra  y se abre camino sin pausa. La sensación de dolor e impotencia hacen que se le nuble la vista, la cabeza le comienza a dar vueltas. Cuando entra completamente, lo toma por las caderas con ambas manos y comienza a embestirlo con fuerza.

-Mmmm….Para!-  decía Ritsu desesperado, sentía en cualquier momento podía perder la conciencia el dolor era insoportable. –Para, …Por favor!- Grita desesperado. Pero esta noche no tiene piedad.

-He dicho que silencio!- ruge adentrándose nuevamente en él.

Las estocadas cada vez son más fuertes y más profundas.  Choca una y otra vez contra su cuerpo, No logra reunir las fuerzas para subir la cabeza y mirarlo,  está completamente indefenso y cada estocada lo desorienta aún más.  Intenta agarrarse de la almohada, pero solo atina aferrarse con fuerza de las sábanas. La vista comienza a hacerse cada vez más borrosa y oscura.

-Me… duele…-  dijo por última vez antes de que su conciencia se desvaneciera.

 

Notas finales:

Bueeeeeeeno.... se que fue una mezcla de emociones.... diganme si no amaron la patada ninja (de burro) y la super llave de jujitsu de Takano.... Imaginenselo... super sepsy no? 

Y el corazoncito roto de Hiro-saaan! fue cruel o lo mejor? que dicen?

Y el hard del final?.... a decir verdad lo tenia para la primera vez, un poco (MUY) cruel, y posesivo recontraMachista! pero absolutamente necesario, ya veran porque....

Diganme que piensan que pasara despues!!!

Nos vemos°

Besos

AliceFurukawa


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).