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Destinados por AliceFurukawa9

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Notas del capitulo:

Hola pequeños y pequeñas cómo han estado?

Bueno para los que quierar saber a que se debió la demora les comento, fue gracias a mi estado de ánimo. Este es un espacio libre y siento que estoy cómoda y mi momento de desahogarme de algunas cosas.  Me negaron algo que por donde lo vea, no me debían negar... Gracias a unos pretextos ridiculos y requisistos que no me informaron, me negaron una beca que estaba esperando hace mucho tiempo y sin ella no podré estudiar... Como se imaginarán lloré la vida y me deprimí, porque en este mundo se comprende que las ganas y el empeño no son suficientes. Siento escribir esto pero en verdad lo necesitaba jajajajajjaja

En cuanto al CAP

 

Bueno un capitulo que no se como describir... lo que muchos pensaban se intenta de confirmar.

Este cap en especial no se si sea apto para impresionables, quiero poner una adevertencia, va haber sangre, si sangre... hubo ciertas cosas que tuve que investigar y era un proceso medico semi quirurgio que en verdad se hacia, traté de describirlo lo menos gore y descriptivo posible pues lo unico que describiria con pelos y señales seria el lemon, (pues se que es bienvenido)  y no se si quienes leen esto deseen algo más explicito en ese ámbito. 

Espero sus opiniones y que les guste!

...Espero sus Rw cariñositos.

A leer!

 

Capítulo 15

-Tiene anemia- dijo Kirishima girándose hacia Takano.

-Anemia?- le preguntó el Conde cruzándose de brazos.

-Sí, es muy probable, la tonalidad en la piel y uñas, los desmayos...- Le respondió el galeno al mismo tiempo que alistaba diversos instrumentos  -En caso de que sea así, puede deberse a diversas causas,  la más común es la falta de hierro.-

-No comprendo, Yo mismo he supervisado sus comidas, he estado presente en todas y cada una de ellas para que se alimente como es debido-  comentó Takano.

-Me gustaría realizar una examinación más detallada…- Al parecer el Conde no acataba la petición –De ser posible, a solas.- pero al ver que el Conde no planeaba retirarse prosiguió con la consulta. –Debo realizar un procedimiento y así extraer una muestra de sangre.-

-Adelante- contestó Ritsu descubriéndose el brazo.

Takano miro al chico sorprendido, muy contrario de lo que pensaría, no había signos de temor en su rostro, su reacción fue como si de algo habitual se tratase. La mirada perdida Ritsu ante todo el procedimiento hizo que se asombrara. Kirishima comenzó a limpiar con un paño lleno de alcohol el antebrazo del menor para después hacer lo mismo con un pequeño bisturí, luego se colocó en el regazo una especie de recipiente, luego bajo el brazo del chico y lo colocó justo encima del recipiente. Estaba atento al momento en el que el castaño se desmayase o hiciese un escándalo, pero al contrario de lo que esperó, el castaño colaboró en todo momento y casi actuaba con tal parsimonia que lo alarmó.

De un momento a otro Takano observó como Ritsu giraba la cabeza hacia el otro lado y se recostaba tranquilamente contra las almohadas, cuando el filo del bisturí brilló ante sus ojos comprendió, el instrumento se acercaba peligrosamente cada vez más al brazo del chico que  parecía tan frágil y delgado en esos momentos, cuando la distancia se hizo insoportable y el momento inminente, cerró los ojos… El sonido de las gotas de sangre cayendo  afanadas  en el recipiente metálico hicieron que abriera nuevamente los ojos, el contraste del brazo blanquecino del muchacho, junto con el rojo carmesí de la sangre que salía a borbotones de la herida, era demasiado particular, comenzó a sentir que el suelo comenzaba a moverse así que optó por recostarse en el marco de la ventana. Mientras el proceso terminaba se preguntaba a si mismo si eso era realmente necesario, no podría dar un diagnóstico con solo mirar?

-Dígame- dijo Kirishima dirigiéndose a Ritsu, mientras finalizaba la curación del brazo, -Ha presentado usted algún tipo de antojos raros de comer cosas que no son alimentos, quiero decir, alimentos como hielo, tierra, pintura o almidón.-

-La verdad si- respondió el chico –Pensé que era extraño, los deseos de comer… Metal, lo ignoré por completo, pero en la última semana las ganas se incrementaron.- Respondió el Ritsu completamente avergonzado.

-De acuerdo, y ha presentado episodios de fatiga o cansancio extremo?-  A decir verdad la pregunta era muy difícil de responder, era obvio que había presentado estos “episodios de fatiga”, pero lo que no sabía con certeza era si estos se debían a los síntomas de una dolencia progresiva o, secuelas de las actividades que estuvo realizando.  Ante la reacción dubitativa y nerviosa del chico, el médico entendió e intentó explicarse de una manera que el joven pudiera responder. -O quizás falta de aliento; vértigo, especialmente al ponerse de pie?-

-Si, en demasía… en algunas ocasiones la sensación era tan fuerte que me producía ganas de vomitar.-Takano se sorprendió. Durante toda la semana el chico había estado sintiéndose terrible, presentando síntomas que él ni siquiera se había dado por enterado. Nunca le había dicho nada, en ningún momento él se había quejado de estar sintiéndose mal.

Después de meditar un momento Kirishima continuó - De alimentarse bien y con lo que mencionó anteriormente, podría tratarse de un trastorno subyacente, pero por el momento no nos preocupemos, no necesariamente puede implicar un trastorno grave- les tranquilizo Kirishima al ver cómo el Conde comenzaba a tomar una postura amenazante y Ritsu se ponía una mano sobre el pecho horrorizado -La mayoría de veces se produce un episodio anémico durante el periodo de gestación- 

-Gestación?-  Takano repitió la palabra que hacía eco en su mente. Era muy probable, demasiado probable a decir verdad, era la única tarea que se había propuesto desde que trajo al muchacho a la mansión, y en la última semana se había dedicado con empeño a engendrar un heredero,  pero, de ser así, un nuevo riesgo se materializaba pues la duda que lo embargaba desde hace un momento  cobraba una nueva prioridad en su cabeza.

Al mismo tiempo Ritsu se encontraba en sus cavilaciones, Un hijo? pensaba, la noticia lo había tomado por sorpresa, aún no era seguro, pero las emociones se abrumaban en su interior. Una apacible calidez lo embargó y frenó los impulsos de tocarse el vientre e intentar palpar con sus propias manos si esto sería posible. Sentía emoción y una extraña felicidad que se opacaba al sentirse utilizado, aquella vida que posiblemente crecía en su interior, había sido concebida por los deseos egoístas de sus padres

Kirishima interrumpió el silencio, era lamentable ver el rostro que tenía la pareja, sabía de primera mano la intención de los aristócratas por engendrar un hijo lo antes posible y de esta manera continuar su legado. En verdad sentía lástima por ellos, quizás era un romántico empedernido, pero se sentía feliz al haber concebido a su hija con amor y sin motivos ulteriores. El y su fallecida esposa habían sido tan felices al enterarse de la noticia, aún eran jóvenes y no sabían que vendría después, pero nada de eso importaba si estaban juntos los tres. Aquel sentimiento que lo había embargado en aquella época era tan opuesto al que vivían los Condes.

Sabía que Ritsu era una persona de buen corazón, que a pesar de su juventud e ingenuidad sería un buen padre, pero Takano, era alguien de quien no podría decir lo mismo, siempre se había mostrado como alguien preocupado solamente por la utilidad que podía tener una persona y el beneficio que le proporcionaría a futuro.

A pesar de que los síntomas eran los usuales para un posible embarazo, tampoco les quería dar “falsas expectativas” y pasar por un diagnóstico erróneo.

-Si, Aunque no puedo estar completamente seguro hasta analizar la muestra.-

 -Entiendo.- respondió Takano.

-Si eso es todo...

-No, antes me gustaría discutir algo con usted en mi despacho.- dijo el Conde, antes de salir de la habitación.

-De acuerdo, iré en seguida.

Al quedar solos Kirishima comenzó a empacar sus cosas en el maletín, y en medio del silencio comenzó a esperar a que el castaño hablase.

-Dígame, en verdad cree probable que este en cinta?- preguntó Ritsu de un momento a otro.

-No le puedo asegurar nada aún, pero es muy probable.- le respondió Kirishima con sinceridad.

-Puedo preguntarle algo más? Y por favor esta vez respóndame como un amigo, no como profesional.-

-Haré lo posible, pregunte.- Contestó Kirishima dudoso.

-Alguna vez ha sentido que lo abruma por completo el arrepentimiento sobre algo del pasado? Y que a pesar de haber pensado que podía con las consecuencias, estas se le vinieron encima y antes de que lo ahoguen desea salir corriendo o hacer algo absurdo?-

Entendiendo por el contexto el porqué de la pregunta le respondió  -Si miro al pasado sé que cometí muchos errores, algunos de ellos tan graves que me gustaría cambiar.–dijo meditando la respuesta- Pero sabe? Gracias a ellos estoy aquí hablando con usted y me he convertido en quien soy gracias a todas esas circunstancias malas o buenas. Asumir y seguir adelante es de valientes, lo que haga con su vida y el rumbo que esta tome solo depende de usted.

El médico se giró, y vio al muchacho con la cabeza agachada, sumergido en la inmensidad de la cama, su rostro preocupado le hizo rememorar lo que un padre sentiría por su hijo ante una situación similar.

-Sabe- le dijo con voz tranquilizadora.- Un hijo siempre será una bendición sean cual sean las condiciones en que venga, es un sentimiento extraño, pero con la incertidumbre del qué vendrá después y las inseguridades, también llega por si sola una fuerza increíble al ver que un ser tan frágil pero a la vez tan perfecto, le imprime una necesidad inmediata  de protegerlo y siempre ver por su bienestar.- dijo finalizando con un suspiro.

-Debe ser usted un gran padre.- Comentó Ritsu.

-Procuro hacer lo mejor.- Dijo sonriente el galeno quien a su vez recordaba a su pequeña hija Hiyori recibiéndole en casa.

-Pero créame, para mí es verdaderamente difícil, a estar alturas de la vida he aprendido que el amor no es suficiente, es la vida de él o ella que estará en mis manos…- decía el joven mientras se apretaba las manos con fuerza  - De mis decisiones dependerá su futuro y yo, no sé si sea el mejor ejemplo.-

-Por esa razón creo que será un  buen padre.- afirmó Kirishima cruzándose de brazos- En estas situaciones a quien le importa más el bienestar del otro que el suyo propio termina ganando… Si mi diagnóstico es cierto, en unos meses sabrá a lo que me refiero, téngalo por seguro.-

-Lo entiendo, muchas gracias- dijo Ritsu con los ojos llorosos –Realmente siento que tenga que verme siempre en este estado, llorando o inconsciente.-

Kirishima dejó soltar una sonora carcajada. –No se preocupe, lo importante es que yo pueda hacer algo para que usted salga de ese estado.-

-Nuevamente le agradezco.-

-En cuanto sepa el resultado se la haré saber -  Kirishima se apuntó los gemelos de nacar y se colocó su saco gris de sastre  - Cuídese, siga la dieta al pie de la letra, y procure en lo posible evitar actividades que requieran esfuerzo, por el momento debe permanecer en reposo.- Ritsu deseó que Takano hubiera escuchado esta última frase y asintió con la cabeza.  -Espero se recupere pronto-

-Gracias nuevamente, que tenga buen viaje.- Y tras esto salió con su maletín en mano.

 

Cuando Kirishima llegó al despacho del Conde este se encontraba sentado tras el escritorio de roble macizo, este lo recibió y Hatori le ofreció algo de beber.

-Estoy bien, gracias.- Takano le pidió a Hatori que se retirara y cuando ambos quedaron solos Kirishima le preguntó.-A qué debo esta honorable audiencia?- Sabiendo cómo le molestaba este tipo de comportamiento al Conde, observó como este torcía el rostro y apretaba las muelas controlándose.

-Le pido que tome este asunto de la manera más seria posible, su presencia aquí tampoco me alegra así que intente hacer este encuentro lo más ameno- Más que pedir sonaba a una orden-

-Mantendré el profesionalismo, de acuerdo. Pero antes debo preguntarle algo.- Antes de que el Conde le contestara algo prosiguió. -Sé que prefiere al Dr. Matsuoka, no veo porqué aún me tiene aquí- Comentó Kirishima despreocupado.

-Cuestiones que me incumben directamente lamentablemente- Masculló Takano.

-Y por consiguiente a mí también- repuso Kirishima.

- Tengo conocimiento de que usted fue aprendiz del médico de cabecera de la familia de mi esposo.- respondió por fin. Kirishima se dio por satisfecho. -Verá-  Continuó. - Con lo ocurrido el día de hoy y las situaciones que he podido observar en la salud y el estado físico de mi esposo, nada me brinda la seguridad de que pueda concebir un heredero sano, así que me veo en la necesidad de solicitarle que lo examine detalladamente.-

-Ya veo, podría usted explicarme a qué tipo de situaciones se refiere?- dijo el galeno sacando una libreta y anteojos.

-Sé de primera mano, que durante su infancia no gozó de buena salud, y su madre tuvo problemas para concebir más familia, además él tiene una cicatriz en particular que me hace sospechar de un evento penoso.- explicó Takano.

-Se refiere usted a un aborto?-

 -Si, por esta razón necesito de una revisión completa para saber si su capacidad reproductiva está en óptimas condiciones y de no ser así,  que riesgos implica un futuro embarazo.-

-Bueno, para comenzar las muestras tomada el día de hoy son un punto de partida, en caso de que esté en estado de gestación podríamos descartar la infertilidad, que es su principal preocupación-

-Entiendo, existe alguna manera de saber de otras enfermedades incluyendo el presunto aborto?-

-En ese caso puede preguntarle usted mismo.- repuso Kirishima.

-Como le mencioné anteriormente, la razón de su presencia aquí es específicamente esa. Usted conoce que dolencias padece o ha padecido, y con su “profesionalismo” obtengo una verdad concreta y concisa.-

-Usted sabrá, existe un código de confidencialidad al que me debo atener.- dijo con seriedad Kirishima, sin amilanarse ni un poco.

-Lo sé, pero si este posible incidente implica un riesgo en la vida der mi esposo y futuros hijos, creo que usted está obligado a informarme.- contestó retomando la compostura.

-Comprendo, puedo hablarle de los riesgos que puede implicar un posible aborto en un futuro embarazo. –Sabía exactamente lo que deseaba el Conde, un historial con el cual él no contaba, y en cuanto a su memoria, no podía darle detalles exactos pues la familia Onodera había sido sumamente cuidadosa con la información que allí se tratara, el único que contaba con la historia del paciente era el doctor Kobayashi, quien había muerto ya hace unos años. - Usted desea respuestas, pero en estos casos se requiere de tiempo, de varios exámenes y de consultas directamente con el paciente para evaluar la situación- dijo enfatizando la última frase. -Una cicatriz no puede darnos demasiada información.-

-Cuando cree que se tendrán los resultados?- lo interrogo Takano.

-En tres o cuatro semanas cuando mucho.-

-Cuestiones de transporte?- el médico asintió confundido. –Arreglaré todo para que salga de aquí a realizar las pruebas y llegué sin ningún tipo de demora.-

-Pero…-

-Por si usted no lo ha entendido, es un asunto de suma urgencia.- Habló Takano cortante -Necesito los resultados cuanto antes-

-Comprendo-

-Y con lo hablado en este lugar, haré uso de su código de confidencialidad. Ni una palabra- Que molesto! De qué le serviría ponerse a chismorrear este tipo de información, sabía que el Conde era una persona muy reservada y sobre todo misteriosa, ese último comentario iba de más

-No tiene usted de que preocuparse- Y dieron por finalizada la conversación.

 

 

Hiroki salió del hotel y fue directo a la biblioteca. Iba a cumplirse una semana desde que Louis lo había llevado hasta Aberford y luego de algún modo se había trasladado a Wakefield. Este último lo era pequeño pero acogedor, las pintorescas callecitas de adoquines rojos y los árboles frondosos en cada esquina lo hicieron sentirse cómodo y gracias a esto había decidido prolongar su estancia más de lo esperado. Nadie lo conocía por allí, así que podía andar con plena libertad sin que nadie lo perturbase, aquella invisibilidad temporal era lo que necesitaba para intentar superar lo ocurrido en casa o por lo menos reponer fuerzas.

Abrió la puerta y la campanita sonó y junto a él una fuerte corriente de viento entró y casi le atravesó el cuerpo, estaba a punto de ser agosto debía comprarse un saco. -Buen día.- Saludo al entrar por la puertecilla del local, por el gramófono se escuchaba la dulce melodía Pavane, la ópera 50 de Gabriel Faure. No vio nadie tras el mostrador, pero de repente un sonoro golpe seco hizo que se sobresaltara.

-Buen día, Joven Hiroki.- respondió sorpresivamente y a lo lejos la vocecita temblorosa de un hombre mayor al fondo de la tienda.

 –Está usted bien?-  preguntó Hiroki.

-Si, estoy limpiando el polvo y espantando unas cuantas polillas malditas, iré enseguida.- Hiroki se alivió al escuchar al Sr Donovan. – Mientras llego, dígame cómo ha estado?-

-No me quejo y usted?- Mientras llegaba al encuentro del Sr. Donovan, comenzó a repasar cada estantería buscando un libro de su interés.

-Ha terminado el libro que llevó el martes?-

-Sí, excelente recomendación si me permite decirle.- Respondió Hiroki tomando uno de los libros de la repisa para observarlo.

-Lo suponía muchacho, mis recomendaciones siempre son acertadas…-Y después de reflexionar un momento.- Bueno por lo menos siempre para los que tienen buen gusto.-

-Gracias, me halaga!- dijo Hiroki riendo -Sabe usted que admiro su humildad pero más sus recomendaciones , dígame que me recomienda hoy?.

-Vaya al anaquel junto a la pared gris, y en donde el cartel señale la B, busque Balzac.- Le extrañó sobremanera que el Sr. Donovan no le entregara el libro en sus manos, sus recomendados eran verdaderas piezas de arte y el hombre los trataba como tal. Antes de hacer lo que le decía se detuvo. –Está usted bien?-

-Sí, muchacho, solo que poco presentable.- le respondió –Lleno de polvo y telarañas.

-Sabe usted que eso me tiene sin cuidado- suspiró Hiroki y fue al anaquel.

-Pero a mí sí.- El Sr Donovan era un poco cascarrabias pero por alguna razón se habían sabido entender.

Se paró justo frente al anaquel y vio la letra B señalado en negro, y bien ubicados entre el separador cuatro libros. –Sr Donovan hay cuatro libros…-

-Es el de pasta verde y letras doradas.-

- La prima Bette…- leyó en voz alta.

-Creo que le podría interesar.- dijo el anciano.

-Y por qué lo dice?- Interrogó Hiroki interesado.

-Bueno, no quiero pecar por lenguaraz y arruinarle la diversión, pero trata de la venganza de una chica contra su familia, en si todos los personajes son malos, y lo son en grado sumo.  –

-Así que cree usted que me gustará porque son malos y vengativos, y me sentiré identificado?-

-No! Como cree usted?- le respondió el ancianito fingiendo estar ofendido. –Solo lo recomiendo pensando en que sabrá apreciar una buena obra.-

-Eso está mejor.- Repuso Hiroki sonriendo. Con el libro en la mano, se dirigió al fondo del pasillo y dio vuelta a la estantería.

Observó de arriba abajo y se encontró con la mitad del cuerpo del Sr. Donovan - Por lo que veo la noche le ha regalado unos centímetros de altura.- La cabeza del hombre asomaba tras una biblioteca casi vacía de encino macizo.

-Ojalá fuera así-  Hiroki se acercó y encontró al Sr. Donovan trepado en un banquillo cuyas patas temblaban más que el hombre mismo. Cuando iba a dar un paso se tropezó con el bastón y los lentes del anciano. Más adelante un reguero de libros proveniente del estante de donde el Sr. Donovan se encontraba sujeto.

-Dios mío! No se mueva por favor, quédese en donde está, ya voy por usted- dijo Hiroki intentando atravesar la pila de libros.

De repente la campanilla de la puerta sonó y Hiroki vió como las patas del banquillo temblaban. –Rayos!- Antes de que pudiera siquiera pestañear la silla se cayó y arrojó al suelo al anciano.

Se hizo paso entre los libros que le obstaculizaban el paso y llego junto al Sr. Donovan. Estaba inconsciente y cuando se arrodillo para moverlo y hacer que reaccionara, se frenó al recordar que debía no moverlo pues quizá tuviera alguna lesión. Empezó a darle suaves golpecitos en la mejilla.

-Sr Donovan, me escucha?- le decía preocupado, escuchó unos pasos acercándose y agradeció que fuera ayuda, pero en cambio de eso vio su pesadilla materializándose. El chico de la taberna.

 

 

 

Notas finales:

Hello!

Diganme, no aman a Kirishima como yo lo hago? jajajajajaja

Y ese futuro/supuesto baby que si/no viene en camino? y que piensan del chico de la Taberna de Hiroki?

Espero sus Rw y no escribiré más que ya lo hice demasiado arriba.

Besos

 


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