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Goteo y Trunkslieta. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

El tiempo es imaginando que no existió el GT, y los nombres y apellidos se
modificarán un poco, pero pues la mayoría de DB se conserva, solo le añadí las
claves de correlación con R&J, jeje. osea todo es dentro de DB.


* El amor.  *

Caballero, amor de hermana

fiel os da mi corazón;

no pidáis otros amores;

y no me inflijáis dolor.

**********

-Mamá, ¿has visto a Trunks?- preguntó Bulma parada en el pasillo.

-¿A mi querido Trunkslieta? No, no lo he visto…- respondió la mujer, colocando un dedo en su barbilla de forma pensativa. –Debe estar en su cuarto, si quieres iré a buscarlo…- dicho esto la señora Bunny se dio la vuelta andando por las escaleras al segundo piso.

Mientras tanto en la habitación de arriba, Trunkslieta se encontraba recargado y pensativo en el filo de su ventana, mirando a través del cristal el cielo estrellado y encantador de la noche. Soltó un suspiro afligido, y en su rostro se notaba la tragedia. -¿Por qué?- se preguntó por enésima vez, dejando ir otro siseo. -¿Por qué dios? No lo entiendo…- pausó y golpeó el muro levemente. -¡¿Por qué tengo que tener un nombre tan estúpido como “Trunkslieta”?!- gritó eufórico, dando otro golpe más. -¡Cualquiera hubiera estado mejor! ¡Hasta Panfilo suena más decente!- exclamó, escuchando el sonido de la puerta abrirse e interrumpir sus lamentos.

-Ho, querido, tu mamá te busca allá abajo…- anunció la rubia desde el umbral.

-¿Mi mamá? ¿Para que me busca?- preguntó agitando la cabeza y andando por su habitación.

-Quiere decirte algo de la fiesta…- respondió ella con una sonrisa.

-¡Bah! ¡Yo no quiero saber de fiestas! ¡No me importa nada que tenga que ver con eso!- contestó el joven, sentándose en el filo de su colchón y mirando con desinterés a su abuela.

-Anda cariño, será divertido, en verdad Bulma quiere verte…- Bunny dedicó una de esas sonrisas amables y cariñosas. –Yo sé que es difícil después de eso, pero debemos continuar y continuar sin importar que se nos interponga…- y dicho esto, se giró para abandonar la habitación, cerrando la puerta detrás de ella.

-Tratar de continuar…- lo dijo, pero sonó imposible, no podía seguir, no podía aparentar que todo estaba bien y que nada había ocurrido. Simplemente ya no podía salir de esa. Gateó sobre las sabanas hasta acomodarse en su almohada, intentando no caer en las pesadillas de siempre, pero a veces no necesitaba dormir para que sus peores miedos capturaran su mente. Lo que pasó y que ahora lo tenía ahí sin el derecho a elegir nada.

---

Miró el reloj en la pantalla de su computadora, marcaba más de las diez de la noche y él seguía ahí en la oficina, inundado aun en una pila interminable de papeles. Siseó cansado y sobó su rostro unos momentos, tratando inútilmente de sacar todo el estrés que traía encima.

-Señor Brief…- llamó su secretaria, con la reducción de su apellido que le había obligado a ella y a todos sus trabajadores a usar.

-¿Qué sucede Tomoyo?- respondió sin interés, tratando de no distraer su vista de los múltiples números e informes frente a él.

-Aquí hay una señora que lo busca…- dijo Tomoyo con voz dulce.

-Dile que no puedo atenderla… es muy tarde, que venga mañana…- respondió tajante, revolviendo más papeles entre su escritorio.

-e-ella dice que v-volará la puerta si no la atiende ahora…- Trunks, (como se nombraba el mismo) detuvo su ajetreo al escuchar en la voz de su joven empleada un terror puro.

-¿Volará la puerta? Deja de decir tonterías, me estas quitando mi valioso tiempo…- apenas terminó de decir eso y cortar la llamada, cuando, realmente, volaron su puerta.

Todos los papeles sobre su escritorio volaron por los suelos y se revolvieron arruinando el trabajo y esfuerzo de horas o incluso días enteros. Pero eso a Trunks no le importó, lo que si le importó fue la furia en los ojos pálidos de esa mujer que lo miraba con desprecio, sosteniendo una bola de energía en la mano muy dispuesta a soltarla en cualquier momento. El joven palideció, expandiendo sus ojos a gran tamaño.

-Di-Dieciocho… - balbuceó como un completo tonto. –q-que gusto yo…-

-¡Déjate de tonterías niño! ¡No estoy aquí por negocios!- gritó la androide, avanzando con seguridad a través de la sala.

-Bueno, si quieres puedo ofrecerte una copa de…- Una mano en su cuello lo hizo callar. Sabía que podía liberarse fácilmente de ese agarre, incluso que con solo un movimiento le podría partir el brazo a la mujer sin problemas, pero sabía por que ella estaba ahí, y sabía que hacerlo solo empeoraría las cosas con todo el mundo.

-¡deja de hacerte el tonto conmigo, niñato!- rugió ella, jalando más fuerte el cuello de la camisa blanca de Trunks. -¡Exijo una explicación!- lo soltó con brutalidad, haciendo que el chico terminara por caer contra el suelo.

Pensó en negarse y hacerla salir por la fuerza, o inventar una excelente excusa como… ¡Como que era el hijo de un extraterrestre malvado exmercenario que podría destruir el planeta entero con un dedo!... no, espera, es era verdad…quizá… ¡Quizá podría decirle que sospechaba que su madre era una loca agresiva y sin sentimientos, que parecía un robot y por eso tuvieron que terminar!... diablos, eso en parte era cierto, dieciocho era una loca agresiva… No le quedaba otra, debía decir la verdad o pagar las reparaciones a su costoso edificio por una innecesaria pelea.

-Bien, terminé con Marron por que es una niña caprichuda y estresante…- La androide puso una cara de sorpresa extrema, y Trunks se dio cuenta de que dijo las palabras reales en vez de las “suaves” como: Es mucho para mí.

-¡¿Cómo te atreves?! – rugió como una leona.

-¡Yo… Yo!- pero todo fue tarde, y tuvo que lidera con la prensa y con las reparaciones por más de una semana.

-estoy harto Goten…- dijo el chico a su amigo (con el nombre con el que solían llamarse), quien esperó despectivo. –Estoy harto de todas las mujeres, de todas sus cosas y reclamos…- suspiró cansado.

-Vamos Trunks, es por que quizá nunca te has enamorado de verdad…- comentó el otro, tomando un sorbo de su la caja de su jugo.

-¿Enamorarse? ¿Acaso tu lo has hecho?- inquirió y Goten evitó mirarlo por unos momentos.

-Pues, creo que si…- respondió y rio como completo idiota, si, exacto, así de idiota como Goku.

-¡¿En serio?! ¡No puedo creerlo!- replicó el de cabellos lavanda. -¡¿Cómo puedes enamorarte de alguien?! ¡Dime de quién fue!- exclamó, dando un leve golpe en el hombro a su amigo.

-Bueno, en realidad aun lo estoy…- murmuró el pelinegro bajando la mirada.

-¡¿Qué?! ¿Por qué no me lo habías dicho?- Trunks gritó ofendido, pero mostrando verdadero interés en su tono de voz. -¡Dime de una vez quien es!-

-Veras, bueno… es que… no puedo decirte quien es…- Goten rió, rascando levemente la parte de atrás de su cabeza.

-¡¿Qué no puedes?! ¡¿Por qué?!- Trunks se levantó del sillón, encarando de frente a su amigo. -¡Dímelo ahora!- exigió saber, pero Goten solo rió de nuevo, girando su cabeza a la ventana para evitar verlo.

-Pues por que no se puede y ya, Trunks… - el pelinegro se levantó también, andando hasta estar cerca de la ventana de la habitación.

-No es justo Goten, si yo estuviera enamorado de alguien te lo diría… ¿acaso no confías en mi?- cuestionó, y el mencionado siseó levemente.

-Si confió en ti, tonto…- respondió el otro. –Pero comprende que no puedo decírtelo, no ahora…- Trunks bufó, cruzándose de brazos y gruñendo como si fuese un niño, sin aparentar los veintisiete años que ya portaba. –Anda, no te enojes, te lo diré, pero entiende que ahora no es… buena idea…-

-Entonces al menos dime, ¿La conozco?- inquirió el mayor, y el otro formó una sonrisa retorcida en el rostro, girando de nuevo sus ojos negros hacia otro lado.

-Si, bueno, puede ser…- volvió a rascar su nuca, sin quitar la mueca nerviosa de su rostro. Trunks levantó una ceja intrigado, mirando a su amigo desde la orilla de su ojo, como esperando a que continuara.

-¿Cómo es?- volvió a interrogar y Goten formó una amplia y torpe sonrisa, quedándose inmerso en sus pensamientos unos momentos antes de responder.

-Es…la persona más especial que he conocido, la más lista… y la más tonta… es la persona con la que comparto la mayoría de mis recuerdos, aventuras y buenos momentos, y que con solo su presencia me alegra el día y me hace feliz. Ha estado conmigo en las buenas y en las malas… y siempre sabe como hacerme sentir mejor… Es, lo más importante para mi…- dejó ir un suspiro después de eso, y Trunks parpadeó varias veces para tratar de digerir lo que había oído.

-Eso es… lo más patético que he oído…- susurró Trunks con los ojos al tope. –Hermano, esa mujer te trae bien loco…- colocó una mano sobre el hombro de Goten, y este se sobresaltó un poco. –Además, yo me referí a que me dijeras como es físicamente…-

El de cabello negro comenzó a reír, y negó repetidas veces con la cabeza. –Lo sé, es precisamente la razón por la que no puedo decirte quien ni como es… por que me considero un completo loco…- y dicho esto saltó por la ventana de la C.C. volando en dirección a las montañas.

Trunks tuvo la intención de seguirlo y obligarlo a que le dijera, pero se detuvo en la marquesina observando al punto alejarse. –Idiota…- susurró, dándose la vuelta y tirándose en su enorme cama, colocando sus brazos detrás de su nuca como almohada. –Ese Goten, es un loco, no creo que este enamorado de nadie…- se dijo, repitiendo cada palabra de su amigo en su cabeza. –Además, lo que dice es completamente estúpido, ¿Quién podría ser? No le conozco muchas amigas…- razonó. –Y en todo caso, con el que ha compartido más aventuras y recuerdos es… es conmigo…-

Trunks no paró de pensar en eso por más de tres meses, en los cuales evitaba mucho a Goten, pero también, se encargaba de averiguar sobre su vida amorosa, que no iba más allá de la reciente ruptura con una chica llamada Pares. Y su cabeza terminó revuelta y llena de porquerías después de eso. Y lo peor es que ni siquiera tenía el suficiente valor como para preguntarle a Goten sobre eso.

Hablar con su hermana y madre no había ayudado en nada, ninguna de las dos pudo resolver el enigma de por que no podía amar y enamorarse de una mujer verdaderamente. Algo más allá del simple deseo de una noche en llevárselas a la cama. Y ni una de las dos pudo contestarle algo concreto, solo más estupideces que le revolvían aun más. Que para estar con alguien, para enamorarse, no hay métodos, trucos o maneras, solo el simple, único y puro anhelo del alma y el corazón. ¿Qué demonios se suponía que era eso?

¿Compartir cosas? ¿Gustos? ¿Deseos, aspiraciones, momentos? ¿Eso era amar? “Sentirse cómodo, libre, a gusto, lleno e infinitamente feliz” eso decían, eso debía sentir si encontraba a la persona correcta… y lo entendía… lo que no entendía era por qué cada descripción encajaba perfectamente en su manera de sentirse con Goten.

Su mamá decía, que cuando ya se ama a alguien con toda el alma, es imposible tratar de amar a alguien más. Que no podías remplazar a la persona que ya había elegido tu corazón. ¿Acaso su corazón ya había elegido y él no se había dado cuenta? Suspiró cansado de tanto pensar en ello, harto de los “consejos” y de sus malditos pensamientos que no ayudaban en nada.

Subió el ultimo tramo hacia su habitación, con desgane y sin nada de fuerzas, aflojando su corbata en el camino y sacándose sus entes con anticipación. Abrió la puerta de su cuarto, dispuesto a tirarse al colchón y no saber nada de nada hasta el siguiente día, pero se topó con el que menos deseaba ver dentro de su tormenta.

-Go-Goten… ¿Qué haces aquí?- preguntó, y se reprimió mentalmente por sonar tan sorprendido y asustado.

-Ho, Trunks, disculpa por estar aquí tan tarde, sé que llegas cansado de la oficina y todo eso…- comenzó a decir, meneando sus ojos a través del suelo, como si buscara algo. –Pero… bueno… yo… ha-hace tiempo que no nos vemos, solo… solo quería pasar a verte…- “¿pasar a verme?” pensó el mayor de los dos. “¿Por qué? ¿Y por qué suena tan nervioso?”

-Si… está bien…- respondió, seguido por un carraspeo débil. –y… ¿Cómo esta todos?- Goten notó el fingido interés y la incomodidad en las palabras de su amigo, y giró su rostro a un lado.

-Disculpa por llegar de improviso…- susurró, avanzando hasta la ventana. –Nos vemos mejor otro día…- estaba a punto de marcharse, pero Trunks lo detuvo, sosteniéndolo fuertemente del brazo.

-Espera… ¡No me molesta, de verdad!- aseguró, y Goten solo bajó la mirada. –Es solo que…- Trunks bajó la mirada también, soltando su agarre y presionando fuertemente los labios. –Nada, olvídalo… solo sentémonos, pediré algo de jugo y después podemos…-

-¡No! ¡Espera! Dime que pasa…- Trunks levantó la vista, y se mantuvo inmutable.

-No pasa nada… - aseguró el otro.

-He venido a eso, Trunks, te he notado distante conmigo… pensé que era por el estrés de tu trabajo, pero acabo de darme cuenta que si soy yo…- El de cabellos claros evitó mirarlo a los ojos, y suspiró con lentitud. –Dime por que…- frunció el entrecejo, mostrando en sus ojos negros desesperación y tristeza.

-¿Soy yo?-

-¿Qué?- Goten agitó la cabeza ante la pregunta, mirando con confusión a Trunks. -¿De que hablas?-

-¿Soy yo esa persona?- aclaró, y Goten tardó unos momentos para comprender a que se refería.

-Trunks… yo…-

-¡Solo dimelo! ¡¿Soy yo a quien amas?!- Se volvió hacía el pelinegro, encontrando finalmente sus miradas, una repentinamente decidida y penetrante, y la otra asustada y atrapada.

-Tú sabes que somos amigos desde siempre y…-

-¡Contesta de una buena vez!- gritó, colocando un brazo bruscamente en la pared, dejando al otro acorralado entre su pecho y el muro, manteniendo en todo momento el contacto visual.

-¡Si!- respondió Goten con un grito de igual manera, sintiendo sus piernas temblar ante su confesión, y su corazón gritar en agonía. Se llenó de miedo, sabía que lo que seguía sería el puro rechazo, pues en esos ojos azules y brillantes, se veían ahora ensombrecidos y furiosos, acompañados por la fuerza en la que su quijada se contraía, este sería el final definitivo.

Pero lo que pasó fue muy diferente a lo que esperaba, pues el rostro de Trunks se precipitó al del otro, haciendo un contacto labial algo rudo al principio, pero que se suavizo en cuanto el mayor inició con los movimientos y suaves masajes de sus labios. Goten sintió el aire escapar de sus pulmones, y por un momento creyó que eso era un sueño hermoso o una alucinación la cual pronto terminaría. Pero su corazón latía tan fuerte y su cuerpo revoloteaba tanto, que descubrió que definitivamente, eso era más que real.

Solo fueron un par de segundos los que tardó para responder el beso, colgándose a su cuello y acariciando esos finos cabellos lilas dio paso en su cavidad a la deseable y experimentada lengua del mayor, que danzó con la suya en un baile desmedido, desbordando sentimientos y sensaciones.

Trunks terminó con el beso en busca de aire, separándose lo suficiente como para mirarse a los ojos, colocando su frente contra la de su amigo, mostrando la sonrisa más dulce que Goten hubiese visto antes. –Tu… Tu también provocas mi felicidad…- no había más que decir, Goten comprendí al instante a que se refería, y sus bocas volvieron a unirse necesitadas.

Trunks, inundado de sensaciones nuevas, avanzó con Goten entre sus brazos hacía la cama, tirándose sobre él en el colchón, profundizando el beso hasta sentir el aire del otro circular por sus pulmones, hasta sentir que lo devoraba y que era devorado, perdiendo su sabor propio y adquiriendo uno formado por los dos. El pelinegro jadeó bajó él, y Trunks sintió algo extraño recorriendo su pecho hasta terminar en su pelvis, no era simple excitación o deseo, corría amor y pensamientos, fluyendo a través de su piel y cuerpo mezclándose con su sangre, haciendo que cada poro de su piel ardiera en deseo de poder sentirlo al máximo.

Despojó a Goten se su camisa, entreteniéndose al lamer su cuello y pectorales, sintiendo el propio deseo del otro correr por su ser, retorcerse, anhelar. Sus ropas quedaron en el suelo sin orden después de unos pocos segundos, quedando sentado sobre el regazo de Goten, sintiendo su propia erección vibrar, y la del otro palpitar bajo de su trasero. Continuó con los besos, bajando hasta estar cerca de su miembro, torturando al dar leves lamidas sobre las ingles y los muslos antes de llegar definitivamente a esa parte.

Con deseo y emoción metió en su boca el pene de Goten, sintiendo un sabor salado en su paladar, pero definitivamente exquisito y propio de su, ahora amante, succionando repetidas veces hasta saborear el líquido pre seminal, atesorándolo y deleitándose con él, premiado por los gemidos y peticiones del menor.

Se aferró a las piernas de Goten, y levantando sus caderas a la altura de las suyas, colocó la punta de su miembro en su entrada, metiéndola con lentitud a pesar de las locas y desenfrenadas ganas de sentirse dentro del otro. Un gemido más fuerte salió de los labios húmedos y rojizos de Goten al ser penetrado totalmente y sentir el calor y cercanía del otro, mezclándose en una sensación de dolor y placer, retorciéndose y pidiendo por más.

Trunks bajó para besarlo, haciendo que sus labios se atraparan y sus lenguas se encontraran mientras sus caderas adquirían velocidad. Suave y feroz. Así lo sentía, ardiendo en placer y percibiendo con claridad como su piel se partía y comenzaba a arder en llamas consumiéndose. Perdieron el control y la noción de todo, solo entregándose en cuerpo y alma, dándose el corazón cargado con sentimientos y deseos. Con esperanzas.

Ese fue el día en el que Trunks dejó de tener revolcones, para dar lugar a hacer el amor. Con la persona que amaba y que ocupaba y ocuparía siempre el lugar más importante en su vida.

Y así pasaron y siguieron las cosas por cinco meses, en donde se entregaron todo y se amaron sin medidas, diciéndose todo lo que era debido y sin cansarse de pronunciarlo u oírlo. Parecían felices, como nunca, como con nadie, nada parecía faltarles, excepto claro, decir la verdad.

Mirarse comúnmente era normal, para todos, pero había tenido que recurrir a esconderse y a ocultar sus actividades, pues no tenían forma ni manera de decirlo. Sabían que todos terminarían por saberlo, que algún día lo dirían. Pero jamás se imaginaron que sería de esa manera, y bajo esos conceptos.

Era a mitad de la primavera, Goten y Trunks se encontraban a la mitad de otra de sus sesiones de amor desmedido. Juntos y desnudos sobre la cama del mayor en C.C. en plena tarde de calor y sol, cuando una de las ventanas se vino abajo con la mitad de la pared. Ambos voltearon, abrazados y uno sobre el otro, para encontrarse con los rostros desencajados de Vegeta, Goku, Gohan y Pan que se dedicaba a entrenar y volaban a la altura de la ventana, (que era ahora la falta de todo un muro) y las expresiones llenas de sorpresa de Videl, Bulma, Chi-Chi y Bra, quienes podían apreciar a la perfección la escena desde su posición en el suelo.

-P-papá…- tartamudeó Tunks, saliéndose de Goten y cubriéndose con una sabana.

-¿Pero que significa esto?- preguntó Vegeta sin aire.

-Goten… ¿Qué pasa aquí?- preguntó Goku, con sorpresa, incredulidad e incomprensión en su voz y en su mirada.

-Papá, esto es… bueno…- no pudo explicar nada, Vegeta creó una esfera de energía, la cual dejó ir sobre los dos, destruyendo la mitad de la casa en el proceso.

-¡Van a morir! Hijos de puta!- gritó enardecido.

-¡Oye!- protestaron las madres al unísono desde abajo, pero el príncipe estaba demasiado ocupado intentando despedazarlos y quemarlos vivos como para prestar atención a los reclamos de las mujeres.

-¡Vegeta! ¡Espera!- se interpuso Goku en el camino. -¡No puedes matarlos!-

-¿Quieres ver que si?- preguntó, bofeteando a su obstáculo y lanzándose de nuevo a la pareja que volaba desnuda cubierta por dos pares de sabanas.

-¡Espera! ¡¿Por qué quieres matarlos?! ¡¿Qué esta pasando?!- exigió saber el saiyajin más joven, y Vegeta lo golpeó en el estomago ante la pregunta.

-¡Resulta que tu hijo y mi hijo son un par de maricones! ¡ESO PASA!- y volvió tras sus objetivos con el fin de eliminarlos.

Y lo hubiera hecho, claro que sí, pero Gohan le detuvo por la espalda con todas sus fuerzas, manteniéndolo así hasta después de muchas horas para que se tranquilizara. Después de ese día nada volvió a ser igual.

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-Trunks, hijo, ¿estas ahí?- preguntó Bulma desde afuera de su habitación, incorporándose de inmediato.

-Si mamá, pasa…- respondió con desgano, y la mujer dio paso a la habitación, con una sonrisa ocultando su rostro preocupado.

-¿Estas listo para la fiesta de mañana?-  preguntó con voz divertida.

-¡Al demonio la fiesta mamá! ¡No quiero ver a nadie!- respondió tajante, frunciendo el ceño y evitando mirarla.

-Anda, será divertido, ya hasta tengo el disfraz perfecto para ti…- Trunks siseó, negando con la cabeza repetidas veces. –Por favor, te sentirás mejor, te lo aseguro… - pidió, recibiendo otra negativa. – ¡Entonces hazlo por mí!- pidió, y después de un suspiro resignado, Trunks terminó por asentir.

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-¿Me podrían volver a repetir por que vengo con ustedes?- preguntó Goku, con las manos en los bolsillos de su traje, mirando el cielo nocturno rumbo a C.C.

-Por que los tres mosqueteros no tienen sentido si solo somos dos…- respondió Goteo, ondeando su espada de plástico al frente.

-Eso, y por qué Goteo es un cobarde y te trae de guardaespaldas…- añadió Gohan sin interés.

Llegaron a la entrada y fueron recibidos por Bulma, metida en un exuberante vestido de época, dejando al descubierto sus grandes… atributos, ha, y sus enormes pechos. Anduvieron por la sala, y tal como lo sabían, hay estaba lleno de personas que no conocían, lugar fácil donde mezclarse y pasar desapercibidos si ocultaban bien su Ki.

-Mierda, no le veo en ningún lado…- siseó Goteo tomando un poco de ponche… sí, a medio verano ponche.

-No te preocupes hermano, estoy seguro de que lo encontraremos…- alentó Gohan a un lado.

-¡Bulma! ¡No te atrevas a ignorarme maldita humana!- gritó Vegeta, vestido casualmente, siguiendo como un tonto a su mujer. -¡¿Qué clase de broma estúpida es esta?!- rugió, pero era ignorado con diplomacia.

Los tres Son-tescos se miraron extrañados, sintiéndose aliviados por ser invisibles para Vegeta. Goteo volvió su vista hacia el frente, topándose con una bella mujer, de gran altura y cuerpo admirable a través de su vestido largo y pomposo, sus rizos dorados caían a los lados, cubiertos en parte por un sombrero elegante, todo en tonos blancos y azules. Y en su rostro portaba un antifaz de brillantes azules, tanto como sus ojos… sus ojos….

-¡hay esta!- exclamó Goteo a su hermano.

-¿Qué? ¿Quién?- preguntó el otro, buscando con la mirada en los alrededores.

-¡Trunks!- dijo el otro emocionado, ampliando los ojos para admirar mas detenidamente.

-¿Trunks?- susurró, viajando sus ojos hasta una figura femenina a lo lejos. -¿Hablas de esa bella dama?- inquirió, y Goteo asintió entusiasmado. –No digas estupideces, ¿Cómo esa chica, hermosa, bella, sexy, deseable, apetecible, besable y violable podría ser Trunks? Esas son tonte…-

-¡¿Cómo se te ocurre vestir al muchacho con esa horrible cosa?!- gritó Vegeta señalando a la “dama” cortando las ideas de Gohan en un segundo.

-Bueno, ve por él… yo estaré aquí vomitando… si me buscas…- Goteo avanzó a hacía Trunkslieta, dejando a su padre acabándose el banquete completo, y a Gohan cumpliendo su palabra y vomitando los pies de todos al repetirse que Trunks era violable.

-Goten… ¿Eres tu?- preguntó mientras le extendía la mano para bailar.

-Trunks… te he extrañado…- susurró el otro, andando hasta la pista para comenzar a bailar estúpidamente, por que los dos eran un completo desastre en el vals lento. Disfrutando unos cuantos momentos de su cercanía.

-¡Ahora si vas a morir! ¿Qué se supone que haces en mi casa, maldito engendro?- exclamó el príncipe a un lado.

-¡Vegeta! ¡Déjalos por favor!- pidió Bulma, tomando el brazo de su marido.

-¡Tú cállate mujer!- sacudió el brazo, quedando de frente con los dos chicos. -¡Carajo, Trunkslieta! ¿Qué te dije? ¿Qué carajo crees que estas haciendo?-

-¡Padre! ¡¿No crees que puedo ser libre de elegir?- replicó el de cabellos claros.

-¡Elegir mis bolas! ¡Te mataré!- giró su vista al otro muchacho. -¡Y a ti también! ¡¿Cómo te atreves a entrar a mi casa siendo Son-tesco?! ¡Solo me falta que el idiota de Kakarotto también este aquí!-

-¡Hola Vegeta!- saludó Goku desde el fondo, con un pedazo de comida en la boca.

-¿Q-qué?- sus ojos se expandieron en sorpresa e ira. -¡Ahora si los mataré!- todos salieron corriendo y gritando en cuanto el príncipe comenzó a lanzar bolas de energía, momento de pánico el cual Gohan aprovecho para sacar volando a su padre y hermano.

-las cosas no salieron bien…- comentó Goteo desde el cielo, mirando la iluminación de Ki proveniente de C.C. alejándose cada vez más hacia la montaña Paoz.

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Esa misma noche Goteo no podía dormir, no pensando en que le habían vuelto a arrebatar a su amor, y arruinado el mejor momento en después de un mes. Le había prometido a Gohan que si lo acompañaba, sería la última vez que se encontraría con Trunkslieta, pero había mentido, no podía renunciar a él, no quería y no lo haría. Se despojó de sus cobijas y pijama, saliendo de su cuarto por la ventana en dirección a la ciudad. Bajó varias cuadras antes para no ser detectado, saltando la barda y cruzando hasta el balcón que conocía y era guardián de su amor prohibido.

-Amor mio…- susurró desde el suelo, con miedo de despegar los pies y provocar en su padre la más mínima sospecha.

-¿Goten?- preguntó Trunkslieta desde la ventana, asomándose lo suficiente como para reconocer su figura entre las sombras. -¿Qué haces aquí? Si mi padre te descubre podría herirte, incluso podría llegar a matarte. Vete, esto es muy peligroso…- dijo con sigilo.

-No puedo, comprende, no puedo estar sin ti, no me importan los riesgos, me niego a dejarte ir…- Goten bailó sus ojos por los alrededores, asegurándose de que no hubiera nadie cerca.

-Goten… sabes que tampoco he amado a alguien como a ti, pero esto es imposible. Mi padre te odia, a ti y a tu familia… a todos los Son-tescos…-

-¡Entonces olvídalo que soy! Estoy dispuesto a renunciar a mi nombre y apellido con tal de que pueda estar contigo…- pidió el pelinegro.

-No es solo la rivalidad que existe entre nuestra sangre, es el hecho de que a mi padre no le place que las cosas sean así, jamás me dejará estar contigo…-

-¡Entonces escapemos! ¡Vayámonos tu y yo juntos a donde nadie pueda juzgarnos! Hoy me di cuenta que no puedo estar sin ti…- Trunks quedó unos momentos en silencio, percibiendo la energía de su padre lejos de ahí.

-De acuerdo, nos vemos mañana en mi oficina para llegar a un plan… -aceptó intentando sonreír, pero algo de todo eso le daba un mal presentimiento.

 

Notas finales:

Sigue, un cap más. Si, es lo mismo que ya habia subido, solo separé los caps!


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