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Dead or Alive por carina_mew12

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Notas del capitulo:

omg lo logré!! finalmente lo logré!!! TTwTT me tomó mas tiempo de lo que había pensado, pero ya les traje un nuevo capi de este fic...

que lo disfruten y nos vemos abajo owo

11. Dead or Alive. Part. 3

Contaban con poco tiempo, así que comieron tan rápido como sus bocas se los permitieron, lo cual no fue muy difícil, hace tanto que no comían así que sus alimentos prácticamente desaparecieron de sus platos; no estaban seguros si era por hambre o porque la comida parecía hecha por las manos de los mismísimos dioses… si había una cosa que debían admitir, era que esa comida era la mejor que cualquiera de los tres hubiese probado.

- muy bien, este es el plan- después de comer, Law reunió a sus dos compañeros en un pequeño círculo, tal como lo haría algún equipo deportivo antes de un partido- Galdino-ya, tú te encargarás de tomar tantas provisiones como te sean posibles, confío en ti para hacer una buena elección. Portgas-ya, ve la sala de navegación del barco y busca algún mapa o log pose, no sé si aún tengamos el nuestro; también toma toda herramienta que consideres útil, pero que no nos robe demasiado espacio en el bote. Yo buscaré la enfermería para tomar algunas cosas del botiquín y algo de ropa limpia, debemos ocultar nuestras marcas en la espalda

- ¿y por qué  simplemente no robamos el barco?- sugirió Galdino a los otros dos- no creo que sea muy difícil, basta que usemos nuestras habilidades para sacar a todos del barco y arrojarlos al mar

- también pensé en eso, pero no podemos arriesgarnos- le respondió Law al hombre de cera- si llegan a encontrarse con la marina, ésta nos podría encontrar por el barco; llevárnoslo equivaldría a ponernos una diana* en el cuello… aunque…- sus orbes grises se clavaron en Ace inmediatamente- si Portgas-ya usa su haki…

-…- el rostro del pecoso era un poema- ¿mi… qué cosa?

- lo sabía- Law suspiró profundamente, ya se imaginaba esa reacción- el haki es ese “poder” que usaste en el coliseo, ¿recuerdas? Cuando iban a disparar los cañones… el tuyo, en particular, es muy especial…

-… no tengo ni la más  mínima idea de lo que me hablas…- no recordaba haber hecho algo en particular mientras peleaba con Kid, estaba simplemente perdido

- ¿qué es eso del haki, Trafalgar?- esta vez preguntó Mr.3 con bastante interés- nunca había escuchado hablar de eso

- en pocas palabras, el haki es una especie de fuerza o poder que todo ser vivo posee, pero muy pocos desarrollan; esta habilidad permite hacer cosas como golpear un usuario tipo logia sin necesidad de utilizar kairouseki. … en total, hay tres tipos de haki que todos poseen, pero hay uno en particular que sólo unas pocas personas poseen, y Portgas-ya lo tiene…

- ¡eso es imposible!- el hombre de cera gritó al escuchar esa afirmación- ¡si eso existiera, sería…!

- bastante ventajoso para los usuarios, ¿cierto?- completó Law- los usuarios tienen prohibido saber esto, porque indudablemente se harían más poderosos, y más difíciles de exterminar

- un momento…- terció el pecoso- si es prohibido que lo sepamos, ¿cómo es que tú lo sabes?

- porque… alguien me lo dijo hace mucho tiempo…- su voz se apagó ligeramente sólo por unos segundos- ya hemos perdido mucho tiempo, sigamos con nuestro plan, después tendremos tiempo para hablar de ello. Procuren no usar sus habilidades mientras estemos aquí ni tampoco llamen mucho la atención. Nos vemos en nuestro barco en quince minutos…- Tras un asentimiento general, los tres abandonaron la habitación y se dispersaron por el barco.

Ace caminaba confiado y con una enorme sonrisa; había robado en barcos desde pequeño, robar un mapa era pan comido para él. Avanzó hábil por el lugar, procurando que nadie le mirase y salió al pasillo exterior… estaba en el tercer piso de los tres niveles que conformaban el barco… uno bastante grande a decir verdad. Desde esa altura podía ver su pequeño barco atado al barandal de la parte inferior, flotando sobre el cristalino mar azul… al menos sabía a dónde dirigirse una vez que encontrara lo que necesitaba.

De pronto, un agradable y exquisito aroma se coló por el aire, logrando llegar a sus fosas nasales… ¿era comida? Sí, lo era, y olía como lo más delicioso que su nariz hubiese detectado jamás; el pecoso miró hacia abajo, notando la palabra “Baratie” escrita, o eso leyó él, pues desde su perspectiva, las letras estaban al revés… su corazón palpitó ansioso al poner más atención al piso inferior… acaso era… ¿un restaurante? ¡Sí, lo era! Reconocería un restaurante en donde fuese, aun cuando éste fuera un barco. Su estómago gruñó con fuerza, estaba tan hambriento…

- no, no. Debo concentrarme- puños de fuego sacudió su cabeza para despejar sus ideas y seguir andando, pero justo cuando dio la vuelta, se topó de frente con aquel rubio

- con que aquí estabas- el cocinero llamado Sanji, si no recordaba mal, le miró de arriba a abajo, paseando su cigarrillo de un extremo a otro- fui a buscarles a la habitación, pero no había nadie… ¿acaso se van sin despedirse?

- no es eso. Agradecemos mucho tu hospitalidad- colocó los brazos a sus costados e hizo una reverencia bien marcada- y también agradecemos la delciosa comida, pero debemos irnos

- ¿por qué la prisa? Han estado a la deriva en el mar por mucho tiempo; pueden descansar al menos una noche más antes de marcharse

- de verdad te lo agradecemos, pero… no podemos…- hizo otra reverencia antes de que su estómago gruñera de nuevo

- oh…- una delgada sonrisa curveó los labios del grupo cuando, al levantarse, vio el rostro avergonzado del pecoso. Lentamente, quitó el cigarro de sus labios y lo tiró al piso, apagándole de un pisotón- lo lamento mucho Ace, pero… no voy a dejar que te vayas…

******************************

Law había llegado sin problema alguno al baño, las indicaciones de aquel rubio habían sido bastante útiles. Aprovechando que se encontraba solo por primera vez en mucho tiempo, dejó caer la manta con la que se cubría y tomó una ducha rápida, limpiándose aquella suciedad y sangre seca pegada a su piel… sus heridas ya estaban prácticamente sanadas, por lo que ya no consideró necesario ponerse de nuevo los vendajes. Al terminar, se vistió con la ropa que habían dejado dispuesta para ellos… ropa interior negra, camisa del mismo color con estampado amarillo de estrella y la palabra “Crimmin” escrita; unos pantalones grises, un par de calcetines y unos zapatos sencillos. Junto a la ropa que se puso estaban otras dos mudas dentro de una canastilla plástica azul, supuso que para Ace y Galdino, así que tomó la ropa con todo y canasta y siguió su recorrido para buscar la enfermería.

No tuvo que ir demasiado lejos, lo que buscaba estaba a sólo unas puertas del baño, por lo que no dudó en entrar y tomar todo lo que consideró necesario dentro de la canastilla… vendas, alcohol, medicamento… mientras revisaba la medicina se topó con aquella que servía para erradicar definitivamente la fiebre del pecoso; tan sólo bastaba que la bebiese, descansase unas horas y estaría finalmente recuperado; la tomó también y se la echó al bolsillo del pantalón, si quería seguir utilizando a Ace, lo necesitaba al 100%.

Cuando terminó de recolectar todo lo necesario, salió y fue directo hacia su bote; tanto sus pertenencias como su nondachi seguían ahí, era un verdadero alivio. Guardó el botín en la gaveta del barco, abrazó su espada y se sentó a revisar el log pose que llevaban: sorprendentemente, aún servía. Unos minutos después, Mr. 3 apareció, y al igual que el moreno, guardó lo que había conseguido y comenzó a cambiarse con la ropa que Law había traído para él.  En silencio, ambos siguieron esperando… cinco… diez… veinte minutos… pero el pecoso no aparecía…

- ¿qué diablos retrasa tanto a puños de fuego?-  Galdino se estaba exasperando- no podemos irnos sin él… necesitamos ese mapa…

- sabía que no debía confiarle nada a ese idiota- el médico abordó de nuevo al Baratie, llevando su nondachi recargada en su hombro- voy a buscarle- le lanzó el log pose al mayor- cuida esto, probablemente lo necesitemos- y tras decir eso, regresó al interior del barco.

Le buscó primero en las habitaciones, pero no encontró a nadie ahí, aunque pudo darse una idea de cuántos tripulantes había en el barco, así al menos podía prepararse si tenía que pelear. Al bajar al segundo piso y ver a los cocineros corriendo escandalizados de un lado a otro, supo que esa era la cocina; lo más probable era que ya se habían dado cuenta que faltaban víveres… pasó de largo y siguió bajando hasta el nivel inferior, encontrándose con un enorme restaurante.

Algunos camareros atendían a las mesas ocupadas, quienes, para entretenerse mientras esperaban sus alimentos, miraban una peculiar pared en el sitio, la cual estaba tapizada de carteles de Se Busca. Sin poder evitarlo, los ojos de Law se centraron en los afiches, pero no vio su rostro o el de sus compañeros ahí, por lo que suspiró con alivio y siguió inspeccionando el lugar con la mirada… ahora que ponía más atención, ese en la mesa del fondo era… ¿Ace?... definitivamente era Ace, debió imaginar que siempre encontraría al pecoso cerca de la comida, y vaya que había comida; los platos se apilaban sobre la mesa, vaciándose rápidamente.

- Portgas-ya…- le llamó mientras se acercaba a la mesa- ¿qué se supone que haces? Hace más de media hora que deberías haberte reunido con nosotros

- La…Law…- el pecoso rio nervioso, evitando la seguramente furiosa mirada del cirujano- ¿no quieres comer un poco? Está muy rico

- no es momento para comer y lo sabes… ¡y ya habíamos comido!- no entendía cómo le cabía tanta comida a aquel sujeto, simplemente no tenía lógica- ¿al menos conseguiste lo que te pedí?

- pues…

- aquí hay otra ronda- Sanji apareció de la nada, cargando dos charolas repletas de comida en cada mano y una más perfectamente balanceada sobre su cabeza- que lo disfrutes- bajó todos los platillos frente a Ace, quien enseguida comenzó a devorarlos- Law… ¿cierto?- sonrió de medio lado al ver al moreno- ¿por qué no te sientas y comes también? Aunque a ti tendré que cobrarte

- …- el moreno sólo entrecerró los ojos, enfilando su mirada hacia el rubio… ese hombre tramaba algo- vámonos Portgas-ya

- no puedo dejarlo ir- Sanji retó con la mirada al moreno, no estaba dispuesto a ceder- no puedo desamparar a alguien hambriento

- siempre está hambriento. Sería más fácil que este mugriento restaurante terminara en quiebra antes de acabar con el apetito de Portgas-ya

- ¿mugriento?- el antes amable rostro del rubio desapareció para dejar paso a un gesto casi tan gélido como el del moreno- me importa una mierda lo que pienses de mí, pero nadie insulta al Baratie...- se retiró el cigarrillo de los labios y lo apagó en el cenicero sobre la mesa del pecoso

- no lo insulto, sólo digo la verdad- no quería meterse en ese tipo de riña infantil, pero por alguna razón, se vio obligado a contestarle de esa manera- comíamos mucho mejor basura cuando estábamos perdidos en el mar…

- serás…

-…- Ace miraba a uno y a otro sin comprender muy bien por qué peleaban, mas la tensión en el ambiente le indicaba que el asunto comenzaba a ponerse serio. Tragó rápidamente el bocado dentro de su boca y se puso de pie; si Law llegaba a usar sus poderes, y estaba seguro de que pronto lo haría, estarían acabados- vamos, no hay por qué ponerse así- se interpuso entre Sanji y el moreno sólo por si acaso- Law, regresemos al bote, ¿sí?

- puedes quedarte si quieres, lo que hagas no me interesa- sin decir más, el cirujano les dio la espalda y se marchó de ahí; si ese barril sin fondo con pecas se quedaba, no era de su incumbencia; es más, todo estaría mucho mejor sin él.

- ¡oi, Law!- el pecoso estuvo a punto de correr detrás del moreno cuando la mano de Sanji le sostuvo de la muñeca, deteniéndole

- deja que se vaya- habló el rubio, mirándole a los ojos- si no te quiere cerca, no tienes por qué seguirle. Puedes hacer lo que tú quieras, como… quedarte aquí… puedo darte toda la comida que quieras y…

- lo lamento Sanji- el pecoso se soltó con suavidad del agarre del cocinero- de verdad me gustaría, pero… no puedo, hay alguien que me está esperando

- ¿alguien?

- sí, mi hermano menor- le sonrió amplia y sinceramente- gracias por tu hospitalidad, pero en serio debo marcharme- hizo una última reverencia antes de salir corriendo tras los pasos de Law, debía alcanzarles o terminaría varado ahí, y ya no quería pedirle más favores a los tripulantes del Baratie.

Había visto el bote cuando estaba en lo más alto, por lo que sabía exactamente a dónde dirigirse. Cuando vio a Law de pie mirando hacia el mar suspiró con alivio, aún no era demasiado tarde. Apresuró el paso y se plantó junto al moreno para luego mirar hacia abajo, donde las suaves olas de mar golpeaban el casco del Baratie… luego miró a los alrededores, el agua estaba tan limpia y cristalina…

- Law…- no era que no le gustara la vista, Ace tan sólo tenía una duda que había estado rondando su cabeza desde hace unos segundos- ¿en dónde está el bote?- al no recibir respuesta, su mirada se centró en el médico a su lado- ¿Law?

- ese bastardo…- los puños del moreno se cerraron con fuerza hasta que sus nudillos perdieron color, haciendo más notorias las letras tatuadas en ellos- se llevó nuestro bote…

- ¡¿eh?! ¡¿Quién se robó nuestro bote?!- gritó escandalizado el pecoso, tirando de su propio cabello

- Galdino, ¿quién más va a ser?- se sentía tan estúpido por haberse dejado engañar por el hombre de cera; una pequeña distracción le había costado absolutamente todo, y ahora, estaba varado ahí junto con el pecoso, y lo peor, en el barco donde estaba ese molesto rubio.

- eso… ¡eso es imposible! ¡Galdino jamás haría eso!

- créelo, Portgas-ya. Él tenía planeado hacer eso desde un principio, tan sólo esperó una distracción para tomar todo lo que podía y dejarnos a nuestra suerte… sabía que no podía confiar en nadie…

- debe ser un error, algo debió pasarle… quizá…

- ¡¡Abre los ojos de una maldita vez!! ¡¡Nos engañó y se robó todo lo que teníamos!! ¡¡Y todo fue culpa tuya!!- sí, todo había comenzado desde que había conocido a ese molesto pecoso

- ¡¿y cómo es que esto es mi culpa?! ¡Yo no hice nada!

- ¡¡Exactamente!!

- oigan- Sanji apareció para interrumpir su discusión- sé que no es asunto mío, pero veo que el tipo del peinado de número se fue con su bote

- ¿en serio? No me digas…- respondió irónico el moreno

- Carne y Patty se marcharon hace poco con el barco que usamos para ir  a las islas cercanas por los suministros. Si de verdad quieren marcharse, les daré ese bote

- ¿de verdad?- ilusionado, Ace sonrió de oreja a oreja

- por supuesto. Pero ellos no volverán hasta mañana por la mañana, así que tendrán que esperar hasta entonces

- ¡gracias, gracias, gracias, gracias!- Ace estrechó al cocinero entre sus fuertes brazos, y claro, sin dejar su sonrisa de lado- Law, ¿qué dices?- le preguntó al mayor sin soltar al rubio, quien comenzaba a ponerse azul, seguramente por la fuerza con la que el pelinegro apretaba sus pulmones

- supongo que es nuestra mejor opción- colocó su espalda en su hombro, agradecía haber tomado su nondachi antes de que Mr. 3 se marchara con su bote y provisiones- te… agradezco la ayuda…- esas palabras habían sido las más difíciles que había pronunciado en su vida; se sentía como si intentara pasar navajas por su garganta, pero sabía agradecer cuando la ocasión lo ameritaba. Con el mango de la espada, golpeó las manos de Ace, obligándole a soltar al rubio

- no… es nada…- hablaba entrecortado, pues sus pulmones intentaban llenarse de aire- ya encontraré la forma de cobrarles- esas palabras no le agradaron a Law en lo más mínimo, mucho menos cuando sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal… ¿en qué problema se habían metido ahora?

***********************************

Mientras iba en camino a la casa de subastas, intentaba hacer lo que alguna vez le había dicho su hermano si se encontraba en esa situación… “No pelees si no es necesario, yo siempre voy a protegerte. Pero, si tienes que pelear…” sonrió ante ese pensamiento; Luffy jamás dejaría de pelear, se lo había prometido a su hermano. Cuando llegaron a su destino, él junto con otros usuarios fueron llevados a la parte trasera de la casa de subastas. El pequeño miró el interior de aquel enorme cuarto en el que le habían metido junto con los otros; el ambiente no era diferente al del coliseo… no, de hecho, se sentía más lúgubre; todos estaban cabizbajos, esposados por las muñecas con esposas de kairouseki y un grillete en su tobillo con una bola pesada del mismo material para evitar que escapasen.   

Los guardias estaban atentos a cada movimiento suyo… un solo paso en falso y estarían muertos; pero seguramente más de uno consideraba la muerte como una mejor opción. En ese lugar, había personas de todo tipo; algunos más grandes e imponentes, otros de apariencia más joven, unos usuarios, otros simples humanos; algunas chicas de buen cuerpo, incluso había criaturas que el pequeño de los hermanos había considerado como míticas… los tritones; esos seres que vivían en el mar y de los que su hermano y Zoro le habían contado tantas historias. Pero todos parecían sufrir por igual; en ese sitio, no eran más que objetos… los nobles y los tenryuubito asistían a la casa de subastas para adquirir un nuevo juguete, una nueva herramienta… una nueva decoración… todo lo que pudiese satisfacer sus caprichos y demostrar el prestigio de su familia.

Después de un largo tiempo en silencio, dos hombres bien vestidos entraron por una puerta; uno de ellos colocaba calcomanías con números en la espalda de la “mercancía” mientras el otro escudriñaba a cada uno con la mirada e iba anotando algo en una pequeña pizarra. Al terminar el inventario, los dos hombres se marcharon, y tras algunos minutos, la subasta comenzó…

- ¡¡Damas y Caballeros!! ¡¡Honorables Tenryuubitos!! ¡¡La subasta de hoy está a punto de dar inicio!!- hablaba a todo pulmón el mediador de la subasta- ¡¡Tenemos una mercancía bastante buena el día de hoy, tengan listas sus ofertas!! ¡¡Empezamos con el objeto número 1 de esta tarde!!- uno de los guardias se encargaba de llevar la mercancía hacia el escenario- ¡¡Nuestro primer artículo es una bella jovencita proveniente de tierras lejanas!! ¡¡Con una belleza hipnótica y manos hábiles para la cocina, Carmen!!- la subasta comenzó a la voz de un hombre que ofrecía una cantidad por la bella mujer, siendo secundado por varios nobles. Al decidir la cifra de la muchacha, los presentes aplaudieron como felicitación de la nueva adquisición del noble.

Sin embargo, aunque todo estuviese animado afuera, en la parte trasera de la casa de subastas era como un matadero; conforme la mercancía salía al escenario, ya no volvía a la sala, seguramente porque pasaban a otra habitación, por esa razón, el sitio se iba vaciando conforme la subasta avanzaba.

Las cifras variaban dependiendo del tipo de esclavo que se subastaba; los humanos normales eran los más baratos, no llegaban a costar más de cien mil berries. Los niños alcanzaban una cifra de hasta ciento veinte mil, pues tenían la posibilidad de “amaestrarlos” conforme crecían. Los únicos humanos que podían llegar a valer más, eran los que pertenecían a alguna tribu con características especiales, como esos tipos que vio de brazos tan largos, que se habían vendido en setecientos mil berries. Los tritones y sirenas variaban entre el millón y los cien millones de berries por ser una especie exótica, aunque ese día no había sirenas en la subasta. Los gigantes alcanzaban un precio de hasta cincuenta millones, y por el contrario, los enanos apenas y llegaban a los cuatrocientos mil. Los precios de los usuarios variaban de precio según la edad, el género, el tipo de fruta del diablo y el estado de salud, el más caro que se había vendido hasta ese momento había sido un tipo zoan con un precio de doscientos cincuenta millones de berries.

- esos bastardos, gastando dinero en basura cuando  yo aún no he salido, gyajajaja- el hombre que estaba al lado del chico de goma se reía con verdadera prepotencia a pesar de que su cuerpo entero temblaba del miedo. No fue hasta que Luffy levantó la vista hacia él que le reconoció; su primer oponente en el coliseo, el hombre vestido de payaso- seguramente cuando salga no les alcanzará el dinero para comprarme, ¡Gyajajajaja!

- ¡El tipo de la nariz roja!- el pelinegro le señaló con una mano con verdadero asombro

- ¡¿Crees que mi nariz es ridícula porque es grande y roja?!

- yo no dije eso- ladeó su cabeza confundido, no entendía qué complejo tenía ese hombre con su nariz. Miró el número que el peliazul llevaba en la ropa, era el número 073, un número antes que el suyo- ¿no tienes miedo?

- ¡Gyajajajaja! ¡No digas tonterías! ¡soy Buggy,  el payaso estrella! ¡No le temo a nada!- aunque su cuerpo tan tembloroso como una gelatina decía lo contrario- ¡cuando menos lo piensen, habré escapado de aquí, gyajajaja! ¡Ningún noble o lo que sea conseguirá llevarme!

- ¡número 73!- gritó de pronto un hombre, obligando a callar al payaso de nariz roja. Con un movimiento de cabeza, dio la indicación para que llevaran a aquel usuario al escenario, orden que se vio cumplida en menos de dos minutos.

- el número 73 es bastante especial- hablaba el mediador hacia los presentes mientras el artículo a subastar era colocado en medio del escenario- perdió sus tres batallas consecutivamente, pero no fue un oponente fácil… ¡con el poder de la bara bara no mí, el Payaso Buggy! ¡Tiene la habilidad de cortarse en cuantos fragmentos desee! ¡Sin mencionar que será la atracción de todas las fiestas!

- oh, un bufón- los presentes murmuraban entre ellos

- ¡¿qué han dicho de mi nariz?!- explotó de pronto el peliazul, logrando que todos estallasen en risas y aplausos

- ¡un millón!- se escuchó una puja hasta el fondo

- ¡tres millones!- habló otro en otro lado de la sala

- ¡tres millones quinientos mil!

- ¡cuatro millones!- Las pujas por ganarse al payaso iban en aumento, y por al menos un breve momento, Buggy se sintió, en cierta forma, valioso.

- ¡¡quince millones!!- fue la oferta de una regordeta y pomposa mujer

- ¡tenemos quince millones de berries por el payaso Buggy! ¡¿Alguien tiene una mejor oferta?!- hubo silencio unos momentos- ¡vamos señores, es un payaso de una nariz roja como un rubí!

- ¡¡¿te estás burlando de mi nariz?!!- de nuevo, la gente comenzó a reír

- ¡quince millones de berries a la una… a las dos… y a las tres…! ¡el payaso Buggy ha sido vendido en quince millones de berries! ¡Felicidades!

- ¡¿sólo quince millones?!- el payaso, claramente molesto, refunfuñó- ¡¡yo valgo al menos quince mil millones, bastardos! ¡Les voy a enseñar de lo que soy capaz!

Los esclavos que aún quedaban en la sala posterior pudieron escuchar un verdadero alboroto proveniente desde afuera; al parecer, Buggy estaba cumpliendo su palabra, pero por las razones equivocadas. La perseverancia del payaso animó al resto en cierta forma, quizá si unían fuerzas, tenían una esperanza de salir de ahí… mas sus ánimos duraron muy poco… unos minutos más tarde, todo el escándalo despareció, y pronto el hombre que llevaba la mercancía al escenario regresó a donde estaban.

- ¡número 74!- al escucharse nombrar, Luffy sintió un escalofrío que le recorrió la espina dorsal justo antes de ser sacado hacia el escenario. Todos le miraban con repulsión, como si fuese una especie de monstruo o esperpento… otros más tenían la avaricia tatuada por toda la cara, quién sabe en qué tipo de cosas pensaban mientras le miraban.

- ¡con ustedes, el artículo número 74! ¡Quizá parezca un chiquillo muy  débil, pero su fruta del diablo le ha dado poderes especiales!- el hombre se acercó al chico y tiró fuertemente de su mejilla, estirando su piel a una distancia que era simplemente imposible para un ser humano normal- ¡con ustedes, Sombrero de Paja Luffy, el chico de goma! ¡Su cuerpo de goma es muy versátil, pueden hacer con él un sinfín de cosas!

- ¡diez millones!- fue la primera oferta por el joven del sombrero de paja

- ¡doce millones cien mil!

- ¡doce millones cuatrocientos cincuenta mil!

- ¡doce millones setecientos mil!- el número aumentaba considerablemente rápido, muchos incluso se ponían de pie al hacer su puja.

- ¡veintidós millones!

- ¡cien millones!- de pronto, uno de los tenryuubito hizo una oferta considerablemente alta. Al instante, los nobles quedaron en silencio, nadie más que otro dragón del cielo podía hacer una oferta mayor por un artículo. Los otros tenryuubito no parecían interesados en adquirirlo, por lo que, después de un momento en silencio, no se escuchó otra oferta

- ... ¡Sombrero de Paja Luffy queda en propiedad del honorable Charloss-sei!- ni siquiera hizo cuenta regresiva, no valía la pena.

Luffy entró en pánico al ver a aquel hombre que, supuestamente, sería su amo de ahora en adelante… se quedó de pie, completamente estático y mirando hacia la puerta principal del edificio, rogando que alguien entrase a salvarlo… pero eso no sucedió. El mismo hombre que lo había puesto en el escenario, se encargó de retirarlo por el lado contrario, en donde debía aguardar hasta que su dueño lo reclamara al terminar la subasta del día. Conforme avanzaba, sus esperanzas se fueron apagando…

Al llegar a la otra sola, no sólo notó que era mucho más pequeña en la que había estado anteriormente; también había menos gente ahí de la que se suponía… quizá la mercancía no vendida aguardaba en otra sala, esperando en ser guardados para la siguiente subasta, o en el caso de los usuarios, asesinados…

- Ace… ¿qué debo hacer?

“No pelees si no es necesario, yo siempre voy a protegerte. Pero, si tienes que pelear…  patéales el culo a todos”

******************************

En alguna otra parte…

No tenía ni la más mínima idea de cómo había aceptado un trabajo como ese, aunque realmente no le habían dejado opción. Para pagar el barco que supuestamente les darían para llegar a la siguiente isla, Law había terminado de lavaplatos en la cocina del Baratie, y como si fuera poco, tenía que escuchar los ruidos de Ace mientras comía… la única razón por la que no había destrozado los platos todavía era porque, además de que le habían confiscado su espada, seguramente le cobrarían cada uno de ellos, y ya no quería pasar más tiempo en ese lugar.

- aquí tienes otro- Sanji colocó otro plato frente al pecoso, esta vez de arroz frito con verduras. El trabajo del pecoso era simple; tenía que probar toda la comida antes de que fuera servida a los comensales- está recién hecho

- mmm… está delicioso…- Ace había acabado con su plato en menos de cinco segundos, después de todo no era una gran porción, era apenas una cucharada para que pudiera degustar el guiso y dar su aprobación como catador oficial- ¡este es el mejor trabajo que he tenido!

- es bueno saberlo- el rubio le dio unas palmadas en el hombro antes de regresar frente a la estufa a cocinar. Law miraba a los dos por el rabillo del ojo, habían actuado así todo el maldito día, y él no podía hacer más que soportar en silencio o seguramente le cargarían más trabajo- prueba esto también- el cocinero puso un guisado de carne frente al pecoso- ¿qué tal está?

- igual de rico que todo lo demás- vació el platito en dos sorbos

- es la cena de hoy, podrás comer más en un rato. Ahora, ¿por qué no te tomas un descanso y vas a ducharte y cambiarte? Ya hemos terminado por hoy- el pecoso asintió enérgico y salió de la cocina para buscar la ducha. Law, que había escuchado todo, se sacó los guantes de goma y el mandil; también necesitaba un respiro- ¿y tú a dónde vas?

- has dicho que hemos terminado- le retó el moreno

- no. El catador, los cocineros y los meseros han terminado. El lavaplatos se queda hasta que lave la última cuchara, incluyendo las de la cena de los empleados- llevó varias ollas al fregadero y encendió un cigarrillo- ten cuidado con esas- dicho eso, salió de la cocina.

-…- una venita saltó en la frente del moreno- no sabes cómo voy a disfrutar largarme de aquí…

**************************************

La cena en el Baratie se había vuelto un campo de batalla; por sí solos, los tripulantes, a excepción de Sanji y el dueño Zeff, peleaban y gruñían por la comida, mas al sumarse a Ace de la batalla, todo se había reducido a comer todo lo que pudiesen antes de que el apetito voraz del pecoso lo desapareciera. Law apartó su plato de la mesa por si acaso y comió a una distancia considerable, justo como los más listos lo hacían… y pensar que él tendría que limpiar todo eso cuando terminaran…

- ¡ah! ¡Estoy lleno!- exclamó el pecoso recargándose en el respaldo de la silla, sobando su abultada barriga con las manos. Los presentes suspiraron aliviados al escucharle, y finalmente, comieron como normalmente lo hacían.

- Ace, te quedó un poco- el rubio cocinero se acercó al pecoso y de improvisto le dio una lamida en su mejilla para retirar una pequeña mancha de salsa de su piel- sabe bastante bien- sólo dos personas se dieron cuenta de lo que acababa de hacer; Zeff, quien sonrió de medio lado y subió a su habitación, y Trafalgar Law, que sólo desvió su mirada tras chasquear la lengua

- yo… estoy cansado, me tengo que ir- la cara de Ace estaba completamente encendida, tanto que se sentía sofocado. Se puso de pie, hizo una reverencia y se dispuso a marcharse

- Portgas-ya…- la voz de Law detuvo los pasos del recién nombrado- toma esto- el moreno introdujo una mano en el bolsillo de su pantalón y sacó una botellita que luego lanzó al otro- asegúrate de beberla toda, por la mañana te sentirás mejor

- gracias- dijo bajito y finalmente salió del sitio.

Las miradas del médico y del cocinero se cruzaron nuevamente, se dedicaron un gesto de odio y finalmente siguieron con la cena. Poco a poco el lugar se fue vaciando, quedando solamente Law, quien debía dejar todo limpio antes de poder dormir. Se entretuvo lavando platos, vasos, cacerolas, sartenes y cubiertos por más de dos horas, y cuando finalmente terminó, suspiró profundamente y fue directamente a su habitación, necesitaba un buen descanso.

Se llevó una gran sorpresa al abrir la puerta de la habitación y encontrar a Ace ahí, acostado en una de las dos camas… por algún motivo, imaginó que el pecoso estaría en la habitación de Kuroashi. El médico entró a hurtadillas en la habitación, procurando no hacer ruido al cerrar la puerta para no despertar a su compañero y finalmente poder acostarse en su cama. Lo que él no sabía era que, de hecho, Ace seguía despierto, tan sólo fingía dormir para que Law no le hiciese preguntas sobre lo que había sucedido en la cocina… y es que se había dado cuenta que Law les había visto, y eso le avergonzaba de alguna manera.

Ace jamás había tenido ese tipo de contacto con otra persona que no fuera Zoro; es más, el espadachín había sido su única pareja en toda su vida, y el que ahora otra persona, que encima era un hombre, se comportara así con él, le tenía muy confundido… todo lo que había aprendido del sexo y del amor, había sido gracias a Zoro…

--Ace Flash Back—

Ya habían pasado tres semanas desde que los dos hermanos se habían vuelto amigos de Zoro, ese peculiar chico de cabello verde, bastante diestro con las espadas pero demasiado torpe para distinguir la izquierda de la derecha. Todos los días, los tres chiquillos iban al puerto de la isla desde temprano, robaban lo que pudiesen de los barcos, comían y empezaban su entrenamiento, el cual consistía en calentamientos, prácticas de algunos movimientos de pelea, y finalmente lucha entre ellos. Hasta ese momento, quien llevaba más victorias era Ace, seguido muy de cerca por Zoro… y Luffy, sus victorias se podían contar con los dedos de una mano y le sobrarían dedos. Pero eso no desanimaba al pequeño; entrenaba duro para volverse más fuerte y algún día poder vencer a su hermano al menos una vez.

Su mañana había empezado como muchas otras; los tres habían tomado sus armas y algunos sacos de tela para dirigirse al puerto y vigilaron los barcos desde detrás de un arbusto hasta que se aseguraron que uno de ellos se quedó vacío. El pecoso le hizo señas a los otros dos para que le siguiesen, y moviéndose como los ladrones que eran, subieron al barco.

- ya saben qué hacer chicos- el pecoso procuraba hablar lo más bajo posible- tomen todo lo que puedan y procuren no llamar mucho la atención, puede que haya un vigilante en el barco. Luffy, ve con Zoro, no quiero que se pierda de nuevo

- ¡bien!- el pequeño hizo una seña de afirmación con la mano

- ¡yo no me pierdo!- refunfuñó el joven espadachín tan alto como las circunstancias se lo permitieron- ¡puedo ir solo! ¡Además, la última vez que fui con Luffy, igualmente nos perdimos!

- ummm… es verdad… bien, vamos los tres juntos. No se separen- con una nueva seña les indicó que le siguieran, siempre moviéndose a hurtadillas para no hacer ruido. Luffy, quien venía hasta atrás, fue el primero en perderse; al parecer, su agudo olfato le había indicado el camino a la cocina, y Luffy por supuesto no perdió oportunidad de encontrarla.

- oi Ace- el peliverde seguía al mayor de los hermanos de cerca- no te quiero asustar, pero tu hermano ya no nos sigue

- ¡¿qué?!- volteó la cabeza con rapidez sólo para comprobar que era cierto, su hermano no estaba- maldición Luffy, siempre te metes en problemas

- primero tomemos lo que necesitamos y luego le buscaremos; así no nos iremos con las manos vacías si tenemos que huir- tras el asentimiento del pecoso, Zoro abrió la primer puerta mientras Ace se encargaba de la habitación consecutiva. El sitio en el que entró el peliverde resultó ser una bodega de herramientas; tomó todo lo que necesitaba, lo metió en su saco y salió lo más pronto posible. Mas se llevó una sorpresa cuando vio al pelinegro parado frente a la habitación que le había tocado, mirando por el pequeño espacio que se había formado al abrir ligeramente la puerta- ¿Ace? ¿Qué te suc…?- al asomarse hacia el interior del cuarto, pudo ver a un hombre de mediana edad besando y manoseando a una bella mujer con todo el descaro posible. El chiquillo se sonrojó violentamente y se apresuró a cerrar la puerta antes de que repararan en su presencia

- Zoro… ellos… ¿qué estaban…?

- busquemos a Luffy y salgamos de aquí…

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Luffy cayó dormido después de celebrar la victoria que había tenido contra su hermano y hartarse de toda la comida que habían llevado a la casa del árbol, el hogar de los hermanos D. En cambio, el pecoso apenas había probado bocado y había estado distraído todo el día, y por ello, había perdido todas sus peleas.

- ¿te encuentras bien?- Zoro se acercó a su amigo, claramente preocupado por él. Éste no le respondió, parecía estar perdido en su mundo- es por lo que vimos, ¿cierto? ¿En verdad no sabes lo que estaban haciendo?

- no… no sé cómo describirlo… yo… creo que… por instinto, sé lo que hacían, aunque no estoy seguro qué era… o cómo lo hacían… o por qué… es… bastante extraño… no quería mirar, pero no pude apartar los ojos… y…

- era un beso- era mejor aclararle todo, no quería verle así de confundido- era sólo un beso, Ace. Las personas se besan cuando se quieren… aunque… quizá esa chica no lo quiera a él, sino a su dinero…

- ¿a… su dinero?

- bu… bueno, creo que eso es demasiado avanzado para ti, regresemos a lo que hacían- tomó un  sorbo de agua antes de continuar- el hombre y lo que la chica hacían se llama “juego previo”; besarse y tocarse para conocer un poco mejor el cuerpo del otro y… -tosió un poco para aclarar su garganta- y después… tener sexo…- al ver la cara de tomate de Ace, tuvo que contener su risa, era bastante inocente; además, podía sentir que su cara estaba casi del mismo color que la del otro- el sexo es algo… natural para todos... así es como nacen los bebés…

- y tú… ¿cómo sabes todo eso, Zoro?

- bueno, mi maestro me explicó algo de eso, y puedo comprender al menos un poco, aunque no me dijo lo que era el sexo; supongo que se acarician más a fondo o algo… dijo que me explicaría mejor cuando creciera…

- ya veo… debe ser genial tener un maestro… o padres que te expliquen esas cosas…

- no te preocupes, yo te explicaré todo lo que me enseñe mi maestro, ¿te parece? Podremos aprender juntos…- el pecoso se quedó callado de nuevo- ¿Ace?

- si no conoces del sexo aún, entonces… no puedes decirme por qué estoy tan inquieto, ¿verdad Zoro?

- ¿inquieto?- le miró confuso- ¿qué sientes?

- es que… cuando lo recuerdo… es como si un calorcito recorriera mi cuerpo, y mi corazón no deja de golpear mi pecho… es muy extraño… me hubiese gustado… ver un poco más para comprender… por qué ellos se veían tan felices…

- ¿tienes curiosidad?- de pronto, la voz del pequeño espadachín empezaba a temblar- si quieres… saber… podemos besarnos…- esa última palabra había logrado secar su garganta- así podríamos entender un poco de lo que sucedió…

-…- tras unos segundos de silencio, el pecoso finalmente levantó la cabeza- bien, supongo… que si es contigo, está bien…

- de acuerdo… - el peliverde tragó saliva y se acercó un poco más a su amigo- Ace, cierra los ojos…- el pecoso hizo lo que le había pedido Zoro y cerró sus ojos; estaba muy nervioso, sentía que el corazón se le saldría por la garganta. Hizo más presión sobre sus párpados y suspiró… después de una espera casi eterna para él, sus tiernos e inexpertos labios hicieron contacto con los de Zoro…

--End Flas Back—

Ese simple recuerdo de su primer beso removió mucho en su interior, por lo que se giró sobre la cama para acomodarse, y de esa forma, aliviar todas esas emociones que amenazaban con salir de golpe. Cuando lo hizo, miró inconscientemente a la cama de junto, en donde descansaba Law… ahora que lo pensaba, jamás había visto al moreno dormir, quizá era por eso que tenía esas pronunciadas ojeras… pero aún entre la oscuridad de la habitación, era obvio incluso para Ace que su compañero estaba igual de incómodo; gruñía, giraba y manoteaba en el aire, seguramente estaba teniendo una pesadilla. Ace se había decidido a ignorarlo, mas al ver que comenzaba a sudar frío y jadear con desespero, se levantó finalmente de su cama y caminó hasta él…

- oi, Law…- le habló en voz baja mientras le movía un poco, tratando de despertarle, pero con ese contacto, sólo logró alterarlo más- Law…- cuando se inclinó para hablarle más de cerca, el moreno repentinamente abrió los ojos y, levantándose ligeramente, lo atrapó entre sus brazos, tumbándole encima de él…

Continued…

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* Las dianas son esos tableros con círculos concéntricos de color rojo, azul y blanco, que se usan como tiro al blanco para armas, flechas, etc.

Notas finales:

lo pude haber hecho un poco más largo, pero... ¡quería hacerlos sufrir, nyajajajajaja!!!!! >:D

ok ya xD pues solo quería decir que espero que disfrutaran el capi owo prometo que va a haber más de Law y Ace para el próximo capi, ya que finalmente estarán solitos ¬w¬ grrr~

y antes de irme, hay algo que quiero agregar. Estas últimas semanas tuve problemas con denuncias hacia mi grupo que tengo en face, por lo que tuve que hacer unas modificaciones para evitar que me lo cerrasen; entre las medidas que tomé, le cambié el nombre y eliminé muchos miembros... si estaban en mi grupo y los eliminé, una disculpa. Pueden hacer su solicitud para entrar y yo estaré gustosa de recibirlos de nuevo owo esta es la nueva dirección:

https://www.facebook.com/groups/445031295554005/

sólo avísenme por face o review (?) sus nombres de usuario para agragarlos, cualquier duda, queja o sugerencia, les dejo mi dirección de facebook también

https://www.facebook.com/alessa.d.yami

de nuevo una disculpa por las molestias u.u nos vemos pronto!! owo y sigan bellos~

 


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