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Dead or Alive por carina_mew12

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Notas del capitulo:

u.u de nuevo una disculpa por la espera, estoy en una nueva etapa de mi vida e intento adaptarme aún. Pero sé que han esperado mucho por este capi (?) y no quería fallarles, además de que ya lo tenía en mi mente y me moría por escribirlo xD así que hice un esfuerzo y logré terminar este capi para ustedes owo disfrútenlo >w< nos vemos abajo

14. Bajo las Sábanas Frías. Parte 1

La calma de esa hermosa noche se vio interrumpida por el abrupto emerger del agua de aquellos dos jóvenes. Varias aves, que hasta ese momento dormían, emprendieron el vuelo ante el escándalo del agua agitada cuando el par de chicos salieron del río, salpicando hacia todos lados. Uno de ellos prácticamente arrastraba al otro, apenas y habían logrado salir a tiempo

- te dije… que no podía…- reclamaba Ace al peliverde que lo tomaba de la cintura y le sacaba del agua. Sus pulmones estaban llenos de agua, por lo que tosía cada tres segundos, tratando de recuperarse

- pensé que sí podrías esta vez…- al llegar a la orilla, Zoro cargó al pecoso a sus espaldas y salió con él del río, dejando que el agua resbalara por los dos trabajados cuerpos, ambos en ropa interior- ¿por qué no me dijiste que aún no sabías nadar?

- ¡¡te lo dije mil veces!!- se defendió- ¡¡pero no me hiciste caso, maldita sea!!

- cálmate, sólo quería pasar un buen rato contigo antes de irme- tomó su yukata que había dejado sobre una roca y la tendió en el suelo para colocar sobre ella al pelinegro- discúlpame Ace- se sentó a su lado, sin importarle que él tuviese que sentarse sobre las rocas

- ya… no importa…- el pecoso se quedó sentado sobre la yukata del otro, tratando de recuperar el aliento- pudiste sacarme a tiempo y eso es lo que cuenta

- al menos hubieses hecho el intento de moverte, pero te quedaste quieto y dejaste que la corriente te arrastrara

- ¡eso es porque…!- se quedó callado abruptamente y bajó la mirada- porque… me… me da miedo el agua…- evitaba mirar a Zoro, porque si lo hacía, temía que la verdad escapase de su labios- cuando era niño yo… caí a un lago y casi me ahogo, fue horrible… así que… cuando entro al agua me… me paralizo completamente, es como si fuera… de piedra…

- nunca me habías contado eso

- claro que no, es demasiado vergonzoso- Ace suspiró internamente, al menos había creído su historia- hubieses pensado que soy débil

- oe- su mano sujetó al pecoso del mentón, obligándole a mirarle- no eres débil, ¿entiendes? Y aunque lo fueses, no tiene por qué ser malo, yo te protegería… a costa de mi propia vida… eres lo más importante que tengo… me… gustas mucho, Ace…- antes de que el otro pudiese procesar siquiera lo que estaba diciendo, abordó sus labios de forma pasional y hambrienta; su mano libre bajó a rodear su cintura, y sin dejar de besarle, le fue empujando hacia atrás hasta que le recostó sobre la prenda, colocándose rápidamente sobre él.

- umm… Zo…- soltó un suspiro entre el beso mientras sus brazos rodeaban la fuerte espalda del espadachín, aun resbaladiza por el agua. Cada vez que besaba a Zoro de esa forma tan intensa aprendía algo nuevo, haciendo que el momento fuese más placentero para ambos. Pero nada de lo que habían hecho hasta ese momento le había preparado para lo que venía… la mano del espadachín había pasado de su cintura a su abdomen, recorriéndole lentamente hasta bajar a su entrepierna, apretándola- aahhh…- su voz había salido en un grito entre el beso y su cuerpo se estremeció, sin mencionar que la humedad de su ropa interior a causa del agua no ayudaba en lo absoluto- ¿qué estás…? suelta…- logró pronunciar apenas a la vez que cerraba las piernas

- nhhh Ace… ¿se siente bien?- rompió el beso y se levantó sólo un poco para verle el rostro- no sabía… que pudieses hacer ese tipo de gestos…

- cá… cállate… ahhhh… no toques…- pero, contrario a sus peticiones, el espadachín le soltó sólo para meter su mano entre la prenda que se pegaba deliciosamente a su miembro semi despierto, el cual no tardó en rodear con su mano- ahhhh… saca tu… mhhhh… no… Zoro…- no estaba seguro de si el contacto le gustaba o no, de lo que sí estaba seguro era que, si su poder se llegaba a descontrolar en esos momentos a causa de la intensidad de la actividad, no sólo revelaría sus poderes ante Zoro, también podía lastimarle…- Zo… mghhh… Zoro, no… es…

- Ace... ya no puedo…- murmuraba excitado sin perder de vista cada detalle que se dibujaba en su rostro- quiero hacerte el amor…- su cuerpo se pegó más al del pecoso, dejando que su erección se encajase en uno de los muslos del contrario

- Zoro… tu…- no podía ver entre ambos cuerpos, pero vaya que podía sentirlo, y eso, sumado al lento movimiento de las caderas del peliverde sobre las suyas, terminó de despertar su cuerpo- mmhhh… está… muy duro…

- así lo pones…

- Luffy… ahhh… puede venir…

- está en la casa del árbol devorando un jabalí completo, ni siquiera se molestará en buscarnos- su aliento chocó contra la oreja del pecoso antes de penetrarla con su lengua, humedeciéndola desde el interior hasta el exterior antes de darle una suave mordida- también lo deseas, ¿cierto? Puedo verlo en tu rostro…

- yo no… ¡ahhh!- los dígitos del espadachín comenzaban a jugar con su glande, apretándolo con suavidad. Su cuerpo se sacudió completo, las toscas manos de Zoro se sentían tan bien que encendían un calor en su interior… y tal vez eso no era tan bueno- Zo… Zoro…

-  ¿sabes lo que provocas al llamarme de esa manera?- se relamió los labios antes de bajar al cuello del pecoso, recorriéndole con sus labios- no te resistas, sólo… déjame hacerte el amor…

////////////////////////////////

- ummm….- Ace rodó sobre la cama, tratando de buscar una mejor posición, y de paso, tomar algo de aire… sentía la garganta seca y el calor invadía todo su cuerpo…. ¡¿estaba en llamas?! La sola idea de incendiar el pequeño barco le hizo abrir los ojos de golpe; levantó sus manos y las puso frente a su rostro para mirarlas… estaban normales. Después se puso boca arriba y se sentó sobre el colchón para mirar a su alrededor; seguía en la misma pequeña habitación, Law estaba de pie cerca de la ventana, mirando hacia afuera mientras bebía de una taza; todo parecía normal, y lo mejor, no había indicios de fuego por ningún sitio. El pecoso regreso a la cama, sumamente aliviado de que ese sueño no lo hubiese descontrolado como había ocurrido en algunas otras ocasiones pasadas

- ¿levantando una tienda de campaña a estas horas, Portgas-ya?- la voz del moreno no hizo más que confundir a Ace, así que su grisácea mirada recorrió su anatomía hasta llegar a la parte media, en donde un bulto levantaba la sábana que cubría el cuerpo del pecoso-  parece que tenías un sueño bastante entretenido- dijo con sorna

- ¡pervertido!- gritó, tratando en vano de esconder su erección con sus manos

- y lo dice el que gemía entre sueños- le dio un sorbo a su café con elegancia y miró de nuevo hacia la ventana- si caminas con las piernas abiertas, quizá puedas llegar al baño, ¿o prefieres que te deje a solas unos minutos?

- ¡para empezar, no serían “unos minutos”, tardaría mucho más!- no podía evitarlo, su orgullo de hombre no le permitía aceptar ese tipo de burlas- ¡y en segundo, se supone que deberías estar vigilando allá afuera!

- mi turno ya terminó- le respondió simple antes de terminarse su bebida de un trago. Se acercó a la mesa, dejó su taza sobre ésta y salió sin mediar más palabra con su compañero.

El aire se sentía bastante frío afuera, por lo que no pudo evitar frotar sus manos una contra la otra para calentarlas un poco; ese simple acto le hizo sonreír ligeramente, lo más probable que Portgas estuviese haciendo lo mismo con sus manos, sólo que frotándolas en otra parte de su ser para obtener un calor sumamente diferente. Podía vigilar un rato más para que el pecoso hiciese lo que tuviese que hacer, aunque esperaba que no lo hiciera en la cama, o al menos tuviese la decencia de limpiar; no tenía sueño, pero quería recostarse a descansar un poco. El chirrido de la puerta abriéndose le alertó, ¿pensaría ir al baño a terminar sus asuntos? Posiblemente era una especie de hábito hacerlo ahí… sin embargo, contrario a lo que pensó, Ace se puso de pie junto a él, recargándose en el barandal del barco mientras veía el mar.

- ¿en dónde estamos?- mientras hablaba, Ace no miraba al otro, seguramente por la vergüenza- ¿avanzamos mucho mientras dormía?

- algo así… la siguiente isla no está muy lejos…- su aliento podía verse al hablar, el frío se hacía más intenso, seguramente por la cercanía a la isla- y entonces… ¿terminaste? Fufufufu*, fueron los dos minutos más cortos que he visto…

- ¡no terminé!- su rostro cambió de color violentamente- he perdido la inspiración, es todo… se ha… bajado sólo…- se excusaba en murmullo cual niño pequeño

- oh…- de nuevo Law volvía a sonreír de esa forma tan misteriosa y traviesa, como si tramase algo. Sus orbes grisáceos giraron ligeramente en dirección del pecoso, mirándole apenas por el rabillo del ojo- me siento culpable por ello, ¿debería hacerme responsable?

- ¡no te atrevas!- se alejó un par de pasos del cirujano, cubriéndose la boca con ambas manos; sentía un cosquilleo sobre sus labios al recordar el beso de la última vez

- fufufu, resultaste demasiado tímido… ¿o es porque yo no soy Zoro?- el silencio del pecoso le dio pie a continuar- ¿es el mismo Roronoa Zoro del que tanto se oye hablar? Supongo que sí, no creo que haya alguien más con ese nombre… no creí que Roronoa-ya fuese de los que apuñalan por la espalda… y a su propio amante…

- ¿cómo… lo has sabido?

- me lo acabas de decir… en muchas maneras, realmente. La postura cuando escuchaste su nombre, el semblante en tu rostro, ese ligero temblor en tus manos… sin mencionar que no dejabas de llamarlo mientras dormías…

- te detesto- su mirada se encendió con furia, ¿acaso era tan transparente? No quería sentirse vulnerable, mucho menos ante alguien como Trafalgar, quien parecía estar regodeándose en su sufrimiento. Se consideraba una persona tolerante, pero ese tipo en verdad estaba empeñado en sacarlo de sus casillas- ¿no tienes que ir a dormir o algo?

- baja el ancla, seguiremos avanzando por la mañana- su compañero tan sólo se dio media vuelta y caminó hasta entrar a la pequeña habitación del barco

- es un idiota, ¿cómo se atreve a hablarme así después de todo lo que yo he hecho por él?- refunfuñaba mientras, de mala gana, hacía lo que el otro le había pedido; desató el ancla y dejó que ésta se hundiera en el mar, perdiéndose en sus oscuras aguas- ya verás cuando te encuentre algo burlable, Law…- se subió al barandal del barco y se sentó ahí, mirando hacia la nada- [[aunque… no sé nada de él… supongo que es mayor que yo, o eso aparenta… ¿de dónde vendrá? ¿será de Dressrosa?]]- sus pensamientos se perdieron en intentar comprender a su molesto compañero de viaje, sin darse cuenta que había dejado de pensar en aquel espadachín que lo había metido en ese lío.

*****************************

Conforme pasaban las horas, el frío se intensificó. Ace podía sentir cómo su rostro se congelaba por el aire de vez en vez, pero sólo bastó con poner una delgada capa de aire caliente a su alrededor para que las inclemencias del tiempo no lo alcanzaran siquiera; era como estar encerrado en su propia burbuja de calor permanentemente. Repentinamente, algo comenzó a caer del cielo, algo pequeño, cristalino y capaz de flotar unos segundos sobre el agua antes de disolverse. El pecoso miró hacia atrás, observando cómo una fina capa blanca comenzaba a cubrir la superficie del barco.

- ¿nieve?- el pecoso sonrió, aunque en su pueblo natal había épocas en las que hacía frío, nunca había visto nevar, pues la isla de donde venía no era una isla de invierno. Estiró una de sus manos para intentar atrapar alguno de los copos de nieve que se mecían gráciles en el aire, sin embargo, antes de poder hacer contacto con su piel, éstos se derretían y evaporaban tan rápidamente que era casi como si se desvanecieran por arte de magia

- será mejor que no hagas eso en cuanto pisemos tierra firme o estaremos en problemas- la voz del médico le sobresaltó de tal manera que, por un segundo, creyó que caería al mar. En sus manos llevaba dos tazas y además se había cambiado de ropa; ahora llevaba un abrigo negro que le llegaba justo arriba de los tobillos y un gorro de peluche blanco con motas negras; aunque no tenía idea de dónde había sacado un atuendo así

- tks, ya lo sé… ¡y no aparezcas de la nada!- su rostro se frunció en un puchero- ¿por qué no estás durmiendo?

- no suelo dormir mucho- le tendió una de las humeantes tazas a puños de fuego, quien enseguida la sujetó

- por eso tienes la cara como de mapache- ¡perfecto! Al fin algo con qué molestar a aquel medicucho… aunque éste no parecía realmente afectado, es más, parecía que no lo había escuchado- [[no eres nada divertido…]] gracias por la bebida- le dio un sorbo a la taza, pero enseguida lo escupió- está amargo… al menos pudiste ponerle leche o algo de miel…

- eres lo suficientemente mayor para ponérselos tú mismo

- definitivamente no eres divertido…- murmuró antes de bajarse del barandal- voy adentro…

- no te demores, la isla está muy cerca y debemos seguir avanzando antes de que el agua se congele… es un riesgo que se corre al visitar una isla de invierno. Y por cierto, te convendría cambiarte de ropa…- le miró de arriba a abajo; el pecoso sólo llevaba unas bermudas negras y una camisa ligera sin mangas color naranja- sé que no tienes frío, pero será muy sospechoso si te ven con ese estilo tan veraniego…

- pero no tengo ropa para frío

- entonces usa algo de lo que yo traje, y en cuanto bajemos del barco, buscarás lo que te haga falta

*********************************

Lo único que Ace pudo ponerse fue un suéter azul que le quedaba demasiado ceñido al cuerpo para su gusto; el cuerpo del moreno era diferente al suyo, por lo que no era de sorprenderse. La isla ya se distinguía perfectamente en el horizonte matutino, aunque éste tuviese un tono grisáceo debido a las condiciones climáticas.

Y fue precisamente el clima quien no les dejó buscar un lugar oculto para desembarcar; el mar se enfriaba con rapidez y la escarcha hacía más difícil que el barco avanzara; en poco tiempo el agua terminaría de congelarse, por lo que tuvieron que llegar directamente al puerto de la isla. Además de su barco, había otro par más, seguramente de comerciantes... no había rastros de la marina, un verdadero alivio. O eso creyeron. En cuanto se acomodaron en el embarcadero y bajaron el ancla, un hombre se acercó a ellos con una tabla de registro en sus manos. En la gorra que llevaba, estaba grabado el símbolo de la marina, al igual que en la espalda de su abrigo

- el cuartel de la marina debe estar en otro sitio…- Law se mordió el labio inferior, ¿y si los reconocían? No estaba dispuesto a ser capturado nuevamente, tendrían que disimular con algo- Portgas-ya, deja de comer y ven aquí ahora…

- ¡oigan, no tengo toda la mañana!- el marine comenzaba a impacientarse, y el que los tripulantes de aquella embarcación tardaran tanto sólo le daba motivos para sospechar; los rumores de que usuarios poderosos andaban sueltos le tenían demasiado nervioso- ¡si no bajan en cinco segundos, me veré obligado a…!- antes de que pudiese terminar su oración, una escalera de cuerdas cayó por uno de los bordes del barco, y por ella bajaron dos personas… un hombre alto, con un largo abrigo negro, una gorra blanca con motas negras y una bufanda amarilla enredada a su cuello que apenas y dejaba ver sus ojos. La otra persona permanecía detrás de él, con una manta encima que no le dejaba verle mas que la sonrojada punta de su nariz, posiblemente por el frío

- lamentamos la tardanza- se disculpó el hombre más alto- hace bastante frío aquí, no estamos acostumbrados

- ummm… bien…- el marine les miró de arriba a abajo antes de sacar una pluma del bolsillo de su abrigo y comenzar a escribir en su registro- ¿cuántos tripulantes viajan en el barco?

- somos sólo dos

- ¿motivo de visita a la isla?

- sólo estamos de paso, necesitamos algunas provisiones antes de seguir con nuestro viaje

- ¿cuánto piensan quedarse?

- no más de dos días

- ¿y qué ocurre con su acompañante?- el hombre ladeó la cabeza para ver al otro sujeto- ¿no habla?

- es algo… tímida, ¿sabe?- no pudo disimular una sutil sonrisa, mas aun cuando vio cómo el semblante del pecoso se alteraba- es mi… futura esposa… sus padres no estaban de acuerdo con lo nuestro, así que… tuvimos que huir…

- oh, entiendo… amantes en fuga…- hizo un nuevo intento por ver a la “chica” debajo de la manta, pero ésta se encogió más bajo la misma

- disculpe, pero tenemos prisa

- muy bien, sólo… una cosa más…- tras terminar de escribir, le dio la vuelta a la tabla de registro y desprendió un bonche de hojas de la parte de atrás; las cuales no eran hojas realmente, sino afiches de se busca- si me permiten ver sus rostros, sólo quiero asegurarme de algo…

- si usted insiste- su mirada se agudizó antes de que, lentamente, una de sus manos retirara la bufanda de su rostro para dejarse ver. El marine le miró sólo unos segundos antes de hojear los afiches

- ummm… usted no está en los carteles, aunque su rostro se me hace conocido…- tenía esa extraña sensación de haberlo visto antes- seguro es por toda la gente que veo a diario… bien, usted puede pasar, ¿puedo ver su rostro, señorita?- la “mujer” sólo asintió levemente para luego retirarse la manta de la cabeza… debajo de ella, con el carmín adornando su rostro al igual que sus pecas, una chica más bien masculina, con el cabello recogido en dos coletas y los labios mal pintados de color rojo- que fea…- aun cuando murmuró, el gesto de enfado del moreno le indicó que lo había escuchado- ¡lo… lo lamento mucho! Jeje, fue una broma… ya pueden pasar… ¡ah! Y bienvenidos a la isla Yukiyama- ni siquiera se molestó en revisar el rostro de la chica en los afiches, no había forma de olvidar a alguien así. Tan sólo se limitó en hacerse a un lado y dejarlos seguir su camino.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos y solos para hablar, Ace se quitó nuevamente la manta y se talló insistentemente la boca con un extremo de la misma, tratando de retirar todo rastro de color en sus labios que un par de bayas le había dejado cuando las comía. Tenía una mezcla de ira y vergüenza, ¿cómo era que había terminado accediendo a eso? Quizá fue por la desesperación del momento… y en cambio Law tan sólo reía en el interior, porque estaba seguro que estaba riéndose, no importaba que esa expresión seria siempre estuviese tatuada en su cara

- espero que te hayas divertido poniéndome en ridículo, mapache- siseó indignado el pecoso, mirando a su compañero de mala manera- aun no entiendo por qué tenía que hacer eso…

- tu recompensa es la más alta, debemos ser precavidos- el moreno le miraba sin mirarle, avanzando por las calles aun vacías del pueblo debido a la hora- no hay muchas mujeres con recompensa, y tampoco se espera que los fugitivos viajen juntos, fue una buena coartada, pero no podemos usarla siempre. Debemos encontrar otra forma de escondernos… primero debemos cambiar de ropa antes de buscar lo demás…- sus ojos se desviaron por un segundo hacia puños de fuego- el marine tiene razón, eres la mujer más espantosa que he visto…

- deja de molestar- tiró de sus cabellos para sacarse las banditas de goma que ataban su cabello- ¿y cómo hiciste para que no te encontraran en el afiche?

- es sólo un pequeño truco que aprendí- metió una de sus manos a su abrigo y de éste sacó un par de hojas que le entregó al pecoso; eran sus dos carteles de Se Busca- pero no creo que sean los únicos carteles en el pueblo, así que toma tus precauciones. Nos separaremos; busca algo de ropa para ti y luego reúne toda la información necesaria sobre la isla y los marines de la zona. Nos vemos en dos horas en ese restaurante- su mano derecha señaló el local por el que pasaban en esos momentos, el cual permanecía cerrado

- de acuerdo. Te veré en dos horas

**************************

Pasaron las dos horas acordadas entre ambos usuarios para verse en aquel sitio, y como era de esperarse, el primero en llegar fue el cirujano de la muerte. Se sentó en una mesa aleatoria y pidió algo de beber mientras esperaba, procurando no mostrar demasiado de su rostro pues cualquiera podría reconocerle en cualquier momento, debía mantenerse bajo perfil. Diez, quince y hasta veinte minutos para un retraso era algo tolerable para muchos, pero no para Trafalgar Law, odiaba que la gente lo hiciese esperar…. Por un momento, y con el apetito que su compañero tenía, creyó que un restaurante como punto de encuentro era suficiente incentivo para que el pecoso llegase a tiempo… sin su plan no dio el resultado deseado, mucho menos porque ya casi llevaba una hora esperando en el sitio y no había rastros de su compañero.

- lo voy a cortar en pedacitos- susurraba el malhumorado Law, moviendo impaciente sus pies en el piso; no, no bastaba con rebanar al infeliz, debía hacerlo sufrir… tiraría su cuerpo desmembrado al mar y dejaría que los reyes marinos lo devoraran parte por parte. Una débil sonrisa se dibujó en sus labios de sólo imaginar los restos del pecoso como carnada para los peces, más aun porque estaría vivo y sentiría cómo cada una de sus partes era lentamente digerida.

Aunque… quizá su retraso no era intencional… quizá a Ace le había pasado algo. Había visto a varios marines mientras exploraba la ciudad, ¿sería que habían descubierto a su compañero y le habían capturado? Esa idea comenzó a inquietarle de una extraña manera… y mientras más lo pensaba, más eran las posibilidades de que hubiese sido capturado… Ace era bastante inquieto y llamaba mucho la atención, y con la ciudad tapizada de carteles de recompensa, era sólo cuestión de tiempo que lo descubrieran… no podía negar que era fuerte, pero comenzó a dudar de sus habilidades en la isla pasada, cuando salvó a esa chiquilla… ¿lo habrían capturado ya?

Sus nervios le traicionaron de una forma que no creyó posible, él no era de los que se mortificaban por otra persona… pero ahora tenía la necesidad de buscarle, y si se lo habían llevado, al menos no tendría que estar esperándole como idiota; podría simplemente tomar el barco e irse de una buena vez. Pagó su cuenta y salió del restaurante; comenzaría por buscar en el puerto… si lo hubiesen capturado, lo más seguro es que estuviera ahí.

Llevaba cerca de veinte minutos caminando cuando algo llamó su atención, y no eran los barcos de la marina a la distancia ni mucho menos las calles cubiertas de nieve… más bien fue el tumulto de personas reunidas frente a lo que parecía un bar, tratando de ver en el interior. Con algo de curiosidad, el moreno se acercó a ver

- ¿qué ocurrió?- le murmuraba una persona a otra, poniéndose de puntitas para intentar ver hacia el interior del local

- creo que alguien ha muerto

- ¡¿muerto?! ¡¿qué ha ocurrido?!

- ¡¿una pelea?!

- nadie lo sabe. Aparentemente un chico estaba bebiendo y conversando con algunos hombres,  y de pronto cayó muerto sobre la barra

- ¿se habrá intoxicado o sólo estará ebrio?

- ¡¡alguien lo envenenó!!

- [[no puede ser….]]- al escuchar el barullo de la gente, Law tuvo un presentimiento nada agradable en el pecho. Como pudo, se abrió paso entre el disturbio hasta entrar al local. Adentro había bastante gente también, todos mirando al chico que tenía la cara estampada contra la barra del bar, aparentemente muerto

- es una pena, siendo tan joven- se escuchó decir a alguien

- seguramente lo envenenaron, ¡que revisen su vaso!- exigía otra

- Portgas…- siseó el médico; le había dicho claramente que no llamara la atención innecesariamente, y ahora medio pueblo estaba al pendiente de él

- oi chico, ¿estás vivo aun?- el cantinero y dueño del bar se acercó al muchacho, moviéndolo ligeramente por el hombro- oi….- miró el vaso medio lleno que el difunto aun sostenía entre una de sus manos; si alguien había alterado la bebida, él sería el primero en darse cuenta. Extendió su mano temblorosa para sujetar el tarro, mas antes de que lo alcanzase siquiera, el chico se levantó de golpe, haciendo que todos gritaran, y por instinto, retrocedieran… todos menos Law.

- ummm…- el pecoso miró a los presentes, quienes contenían la respiración mientras esperaban su siguiente movimiento- me he dormido…- dijo como si nada y siguió bebiendo con toda la tranquilidad del mundo

- ¡¡estaba dormido!!- gritaron sorprendidos los presentes; claro, todos menos uno

- ha sido un engaño

- y yo que pensé que había muerto. Tks, sólo nos hizo perder el tiempo

- sólo es un mocoso que no sabe beber- la gente comenzó a dispersarse, unos más molestos que otros, pero nadie superaba en enojo al moreno que, a pesar de todo, seguía ahí de pie, esperando que el otro lo notase

- ¡jajajaja, muchacho, creo que has perdido!- se mofaba el hombre sentado a su lado junto con otro- ¡has caído con sólo dieciséis!

- ¡ni lo sueñes, estoy perfectamente!- el pecoso le miró con burla y golpeó el jarro contra a barra, exigiendo que se le sirviese más- ¡vas a necesitar más que eso para que siquiera me sienta mareado!- el barman, que no hacía más que reírse de la situación, volvió a llenar sus vasos

- ¡¡entonces, hasta el fondo!!- chocaron sus tarros y le dieron un largo trago, como si de agua se tratase. El otro hombre tan sólo les animaba con gritos y aplausos al igual que el cantinero, quienes parecían ser los jueces de aquella batalla

- ¡¿qué se supone que haces, idiota?!- ya harto de esperar, el moreno alzó la voz, obligando a los pocos presentes a verle. Puños de fuego parpadeó algo incrédulo e intentó sonreírle, mas antes de que eso sucediese, Law afiló la mirada y se acercó a él, tirando del cuello de su abrigo con tal fuerza que lo obligó a ponerse de pie, y en el acto, el banco donde estaba sentado, cayó- ¡¡debías de encontrarte conmigo hace más de una hora!! ¡¿por qué estás aquí como si nada bebiendo, eh?!

- lo siento, lo siento- el pecoso intentaba excusarse- estaba en medio de algo importante

- ¿importante? ¡Sólo estás intoxicándote con alcohol, ¿por qué se supone que es importante?!

- si me dejaras hablar, entenderías

- oh, los tortolitos están peleando- les interrumpió burlón el otro sujeto, sonriendo pícaramente- vamos, desahóguense, es bueno para su relación~

- ¡no tenemos ninguna relación!- replicó el médico, su paciencia se había terminado desde que entró a aquel bar. Sólo al pecoso y respiró profundo; no, no debía enfadarse, estaba llamando demasiado la atención- vámonos ya- le ordenó, o más bien le exigió al pecoso

- bien- Law era imposible, ni siquiera le dejaba hablar. Levantó el banco en el suelo e hizo una reverencia hacia el dueño del bar- gracias por todo, anciano

- un momento- el hombre golpeó la barra con una mano, dejando un trozo de papel en ésta- debes pagar la cuenta

- lo que faltaba…- fue Law quien tomó la nota; iba a pagarla sólo porque quería irse, ya después vería una forma de que Ace le pagara el favor. Mas su rostro imperturbable volvió a cambiar a un gesto de asombro, y casi de espanto, al ver la cantidad escrita en el papel… ¡¡eran más de cien mil berries!! ¡¿cómo es que puños de fuego se las había ingeniado para beber semejante cantidad?! ¡¿Dieciséis de qué cosa había bebido?! Era simplemente una cantidad exagerada y poco realista. Volvió a serenar su gesto a los pocos segundos, y suspiró de nuevo- Portgas-ya, no podemos pagar esto… tendremos que…- y fue entonces cuando, al intentar ver al pecoso por el rabillo del ojo, se dio cuenta de que no estaba

- ¡¡está escapando!!- gritó el dueño, dando un salto por la barra y con dos botellas en mano- ¡tú eres su amigo, ¿cierto?!- su furiosa mirada cayó sobre Law mientras le “apuntaba” con ambas botellas- ¡¡te exijo que me pagues ahora si no quieres terminar como cadáver!!

- [[maldito pecoso…]]- el médico llevó una mano hacia atrás para sujetar un banco y arrojárselo al dueño, quien cayó por el golpe, y Law aprovechó para escapar; hubiese sido sencillo derrotar a aquel tipo con sus poderes, pero su prioridad era no llamar la atención, y ya habían hecho demasiado alboroto como para decir eso.

Pero mientras más corría por el pueblo, se dio cuenta que era más difícil seguir huyendo; había comenzado a nevar, dificultando la vista, y el suelo estaba resbaladizo por la nieve, sin mencionar el aire frío, el cual, al entrar a sus pulmones, le hacía doler el pecho. No quería hacerlo, mas debía usar sus poderes, porque a pesar de todo, el sujeto seguía detrás de él, maldiciéndole y empuñando el mismo banco que el moreno había usado para derribarle; y a él se habían sumado varios tipos más, sabe Dios de dónde habían salido. De pronto, de uno de los callejones, una mano se asomó, haciéndole señas para que le siguiese… al principio, Law tan sólo enarcó una ceja, sin embargo terminó por seguir a la mano e ingresó en el callejón.

- ¡¿en dónde demonios estabas?!- le “gruñó” Ace al médico, arrastrándolo hasta el fondo del callejón- ¡tenías que seguirme!

- ¿y en qué momento me has dicho tu plan?- los ojos grisáceos del moreno centellearon en ira, eso había sido la gota que colmó el vaso- me has usado como chivo expiatorio para escapar

- n… no exactamente… creí que era obvio lo que íbamos a hacer, disculpa Law…

- una disculpa no basta para hacerme pasar el trago amargo. No sólo no fuiste a donde te indiqué y me dejaste esperando, te anduviste exhibiendo por todo el pueblo y además terminaste ebrio en un bar de mala muerte

-  ¡no me estuve exhibiendo, tuve cuidado!- de su bolsillo sacó un plumón negro y un cartel de se busca de él mismo, sólo que le había pintado gafas, bigote y una nariz más larga- hice lo mismo con todos los carteles que me encontré… claro que también rayé los tuyos… ¡y no estoy ebrio! Es verdad que bebí bastante, pero eso no basta para hacerme tambalear siquiera. Y si estaba en ese bar fue por el bien de ambos

- ¿y en qué se supone que nos beneficie el que te llenes las venas de alcohol?

- estaba sacándole información a esos sujetos. Quizá sean tan sólo unos ebrios, pero escuchan muchas historias y ven todo lo que sucede en el pueblo; saben a qué hora los marines salen y entran del puerto, en qué momento el mar se descongela, cuáles rutas hay que tomar para llegar a otras islas sin problemas… apostamos un eternal pose en una competencia de bebida; quien permaneciera de pie al último, se llevaba el eternal pose del otro… pero no me dejaste terminar- reclamó

- ¿y cómo es que un ebrio obtuvo algo como un eternal pose? Pudo estar timándote todo este tiempo

- lo robó, es obvio. Y si me engañó o no, jamás lo sabremos porque no ...

- ¡por aquí!- se escuchó a un hombre gritar- ¡los ladrones se fueron por aquí, estoy seguro!

- [[¡¿aún lo están siguiendo?!]]- el pecoso se golpeó la frente mentalmente; si los seguían buscando, estaban en problemas- Law…- sujetó al mencionado de su abrigo y tiró de él, obligándole a agacharse a su altura, y como había hecho varias veces antes el moreno con él, le besó de improviso. Su intención no era mala; tan sólo quería verse menos “sospechoso” si el dueño del bar pasaba por ahí; una pareja en un callejón no debería verse tan sospechosa como dos sujetos que van corriendo de aquí para allá por el pueblo. Ace miraba de reojo hacia la salida del callejón, esperando a que el dueño y quien sea que viniese con él apareciera por ahí en cualquier momento; si llegaban a reconocerlos, no tendrían opción más que usar sus poderes para escapar. El corazón le latió con más fuerza al escucharlos demasiado cerca de ellos… un grupo de personas pasó por enfrente del sitio liderado por el enfurecido dueño del bar, asomándose apenas a donde ellos estaban… tal y como imaginó, nadie les dio mucha importancia, a simple vista eran dos enamorados más haciendo travesuras en un rincón oscuro para ignorar el frío. Cuando la turba iracunda pasó de largo, Ace se separó de su compañero y le sonrió- creo que logramos engañarlos…- presumió con orgullo

- no deberías provocar algo que no puedes controlar, Ace-ya…- le murmuró el más alto con un deje de malicia en sus palabras, y antes de que el pecoso pudiese preguntar a qué se refería, lo sujetó por la nuca y volvió a besarle.

Ace por supuesto que no se esperaba aquello a pesar de que al médico parecía gustarle robarle besos cada vez que tenía oportunidad. Tan sólo atinó a abrir los ojos con sorpresa, y por inercia, separó los labios para reclamar… grave error. El moreno aprovechó aquel momento de descuido de su parte para invadir su boca, profundizando el beso. Su lengua exploró la insolente boca del contrario, sintiendo temblar sus labios entre los suyos. El pecoso hizo un intento por separarse, tan sólo un leve empujón en el pecho del contrario… ni siquiera lo movió. Al contrario, fue Law quien le hizo ceder unos pasos hacia atrás, haciendo que su espalda pegara contra la pared que tenía detrás mientras devoraba sus labios y su mano tiraba levemente de sus oscuros cabellos…

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En otro sitio…

¡¡Ace!! ¡¡ACE!! Gritaba el muchacho de sombrero de paja a todo pulmón, mirando cómo Zoro dejaba a su hermano mayor en manos de aquellos hombres. Ellos también ofrecieron dinero por él, pero el peliverde se negó… al parecer tenía otros planes para él. Arrastrándole dentro de una red, Zoro volvió a subirle al barco y le encerró dentro de un barril, impidiéndole ver más la isla en donde estaban. Un metal pesado golpeó contra la madera del barril, ¿lo estaba encadenando también? ¿no bastaba con atarlo, atraparlo en una red de kairouseki y encerrarlo en un barril, sino que también usaría cadenas de kairouseki? Eso era monstruoso… y pensar que él había sugerido a su hermano revelarse ante ese hombre… la vista se le nublaba, y no sólo por todo el kairouseki que tenía encima, también era difícil respirar en un lugar tan estrecho… pronto dejó de ver y de sentir a su alrededor… todo estaba oscuro… pero repentinamente, una luz le despertó…

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- ¡¡¡ACE!!- gritó asustado Luffy, levantándose de golpe de la cama. Su pecho estaba muy agitado, respiraba con dificultad; era como si alguien estuviese asfixiándole… pero no había nadie ahí. Sólo estaba él, acostado en la cama, en medio de aquella habitación… Un momento, ¿habitación? Era imposible, lo último que recordaba era estar encerrado en una jaula dentro de un barco con destino a la tierra sagrada de los dragones del cielo, ¿qué había sucedido?

Completamente desorientado, el joven de goma bajó de la cama, y con pasos cortos y torpes, caminó a la puerta… ¿por qué estaba herido y se sentía tan débil? ¿en dónde estaba? Tenía tantas preguntas y nadie quien las respondiese… aunque, pensándolo con más detenimiento, esa era su oportunidad, ¡podía escapar y buscar a su hermano! Esa sola idea pareció darle fuerzas, pues se alejó de la pared donde se sostenía y salió de la habitación para buscar la salida.

Estaba en un barco, de eso no tenía dudas; el sitio se mecía suavemente y el aire húmedo y salado le daba de lleno en la cara… sí, definitivamente así se sentía el mar… y si estaba en el mar, ¿podría escapar? No, él no podía nadar, tendría que seguir las enseñanzas de su hermano y hacerse de lo que necesitaba para escapar… el barco.

- ¡oi, hay alguien en la cubierta!- alertó el vigía desde el punto más alto del barco- ¡uno de ellos despertó!- de la nada, aparecieron varios hombres encapuchados alrededor del chico, encerrándole en un círculo

- ¡oh, pero si eres tú!- por alguna razón, parecían bastante contentos de verle- ¡hemos escuchado mucho de ti, sombrero de paja Luffy!

- ¿ah? ¿cómo saben quién soy?- el usuario de goma se puso enseguida a la defensiva- ¡¿en dónde estoy?! ¡¿qué quieren?!- apretó sus puños, alistándose para golpear a quien intentase tocarlo siquiera

- cálmate sombrero de paja, no somos tus…

- ¡gomu gomu no pistol!- estiró sus brazos hacia atrás lo más que pudo para luego dejar que la física hiciera lo suyo con su cuerpo de goma; sus brazos se contrajeron hacia adelante, soltando un fuerte golpe a sus enemigos. Muchos de ellos salieron volando hacia el agua, dándole oportunidad de estirar uno de sus brazos y sujetar el mástil del barco para ponerse lejos de su alcance

- ¡¡atrapen al chico!!- gritaron algunos mientras intentaban alcanzarlo

- ¡¡que alguien salve a los que cayeron o se hundirán!!

- ¡¡rápido, no dejen que escape!!

Luffy subió hasta el punto más alto del mástil y miró hacia todos lados; no había más que agua a su alrededor, ¿a dónde se suponía que escaparía ahora? El barco era grande, pero no podía esconderse ahí por siempre, debía escapar… o como había pensado antes, hacerse del barco. Aunque un barco así de grande seguramente tenía al menos un barco salvavidas. Sí, esa era la mejor opción, robar un barco salvavidas. No importaba lo que tuviese que hacer, no se dejaría atrapar de nuevo.

- ¡gomu gomu no ame!- se impulsó hacia arriba y se dejó caer, soltando una lluvia de golpes hacia sus enemigos, y de paso, perforando algunas partes del piso del barco.

- ¡keep out!- alguien comenzó a correr por la zona, pero extrañamente, el piso por donde pasaba parecía desmoronarse, mas en vez de caer, los trozos de madera fueron levantados por el extraño, y en forma de tiras de papel, fueron arrojados hacia él

- ¡¿pero qué…?!- el pelinegro apenas y había alcanzado a esquivar el ataque de un salto- ¡¿es un usuario?!

- ¡Inazuma-sama, deténgase!- alguien se puso delante de aquella extraña figura, interponiéndose en su ataque- ¡no debe lastimarlo, sólo está asustado!

- debemos detenerlo o destruirá el barco- reclamó el hombre

- ¡¡usted es quien lo está destruyendo!!- alegaron los demás

- ¡gomu gomu no…!

- ¡¡espera, no ataques Mugi-chan!!- aquella voz logró detener al chico de goma, quien se quedó de pie mirando hacia abajo… sólo conocía a alguien que lo llamaba de esa manera… ¿podría ser…?- ¡¿no me reconoces?!- el otro sujeto se quitó la capucha, dejando que el pequeño mirase la pintura corrida sobre su rostro a causa de las lágrimas

- ¡¡BON-CHAN!!

Continued…

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* Muchas personas ponen “fufufu” como risa característica de Law, así que yo también lo haré xD

Notas finales:

O...M...G!!! qué les pareció este capitulo?? ¬w¬ a mis peques les guta??

a mi sí xD estoy fascinada con la historia, y no lo digo por ser la autora... y pues como pueden ver en el titulo, habrá más de esto en el siguiente capitulo, creen que Ace esté listo para el sexou con alguien más?... tal vez no, pero ya se lo merece (?)

bueno ya xD me voy que mi tiempo es limitado owo los adoro aunque no me dejen review ¬3¬ pero mientras lean soy feliz nwn hasta el siguiente capi!!

 

P.D. o3o tengo hambre


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