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Dead or Alive por carina_mew12

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Notas del capitulo:

omg, qué bueno que no saben dónde vivo, o seguramente ya me hubieran atrincherado en mi casa y linchado por no actualizarles en casi dos meses D: de verdad lo siento!! como los capis son largos, a veces se me dificulta ordenar mis ideas y saber qué cosas pondré en el capi... pero bueno, ya está el capi aquí, asi que... paz (?)

los veo abajo!! owo

15. Bajo las Sábanas Frías. Parte 2

Sus manos temblaban sobre los hombros de su compañero, y no por el hecho de que la nieve comenzara a acumularse sobre ellos de tal forma que dejaba una fina capa blanca encima, sino porque, a pesar del rato que llevaban en ese callejón, sus labios seguían unidos. Y no sólo sus labios, ambas lenguas iban y venían constantemente, explorando, reconociéndose… probándose. ¡¿Cómo era que había terminado correspondiendo?! Él sólo lo había besado primero como distracción, pero… ¡pero Law siempre terminaba aprovechándose de él! Sí, todo era culpa del moreno, siempre arrebatándole besos de la forma más inesperada… aunque… justo ahora, aquel beso era diferente a los demás… en los anteriores siempre era tan sólo un choque de labios, pero ahora sentía su cálido aliento mezclándose con el del mayor, revoloteando bajo sus narices… dios, si hasta estaba seguro que, de avanzar un centímetro más, Law terminaría por llegar hasta su garganta.

El pecoso cerró sus puños ante tal pensamiento, arrastrando entre sus dedos un poco del abrigo del moreno, tirando de él ligeramente. De un momento a otro, Law se pegó más a él, chocando ambos pechos mientras sus pulmones buscaban desesperados algo de aire. Ante tal cercanía, Ace terminó de cerrar sus párpados, hasta ahora entreabiertos, y se aferró con mayor fuerza a su abrigo. Pero, de un momento a otro, el médico se apartó de él, mordiendo levemente su labio inferior antes de romper el beso. Aun con los labios semi abiertos, y con la cara completamente ruborizada, Ace miró al contrario a los ojos… no lo había notado antes, pero tenía una mirada que, aunque fría, era encantadora…

- apestas a alcohol- comentó de pronto el moreno con un gesto de fastidio y soltó completamente al pecoso sólo para darle la espalda y comenzar a caminar fuera del callejón

-… ¿qué?- Ace parpadeó varias veces, como intentando procesar lo que su compañero había dicho- ¡¡oye!!- apenas sus piernas pudieron reaccionar, corrió tras el mayor hasta darle alcance, aunque seguía caminando detrás de él- ¡¿qué fue todo eso, eh?! ¡¡Acosador!!

- fuiste tú el que me besó primero, no te quejes- le hablaba sin siquiera mirarlo, por lo que apenas y se escuchaba lo que decía

- ¡era una distracción! ¡¡Una distracción!! ¡No es que quisiera besarte! ¡¿Tú qué excusa tienes para hacerlo?!

- aunque lo parezca, no soy de piedra, Portgas-ya. Ante un estímulo, el ser humano puede reaccionar de diversas formas… sólo te besé porque me incitaste a hacerlo… y tampoco es que fuese un beso muy agradable, fue simple instinto…

- ¡¿me estás diciendo que no sé besar?!- de nuevo, su orgullo masculino terminaba por hablar en su nombre; había tenido un buen maestro según él, aunque a decir verdad nunca había besado a nadie más que no fuese Zoro

- lo que sucede es que tu aliento a alcohol basta para marear a cualquiera

- ¡¡eso no parecía molestarte cuando estabas comiéndote mi cara!!- ante tal exclamación, las pocas personas que pasaban ahí voltearon a verlos mientras se murmuraban los unos a los otros

- ¿quieres callarte de una vez? Llamas demasiado la atención…- se dio un golpe mental, ¿cómo es que no había entendido la indirecta? Para él fue bastante clara; no era que besase mal, sino que le molestaba el sabor a alcohol que sus labios tenían en esos momentos… a veces el pecoso le daba la impresión de ser un niño atrapado en el cuerpo de un hombre. Otra idea traviesa cruzó por su mente, y por supuesto no dudó en ponerla en práctica; se detuvo de golpe, haciendo que el menor chocara contra su espalda- ¿o es que quieres que te calle a mi manera?- esperó unos segundos, y al no recibir respuesta, sonrió de medio lado y siguió caminando… puños de fuego era tan fácil de manipular- ¿al menos tu ridículo juego sirvió para averiguar algo?- no recibió respuesta- Portgas-ya, puedes hablar cuando te lo pida, pero no digas cosas innecesarias

- …- puños de fuego, quien hasta ese momento llevaba las manos sobre su boca, la descubrió lentamente y aspiró profundo para responder- el mar entero no está congelado, eso sería imposible- comenzaba a explicar con calma- el barista me ha dicho que lo que cubre el mar es sólo una capa de hielo, pero es lo suficientemente gruesa para evitar que incluso los buques de guerra de la marina se muevan. Dicen que sobrepasa los veinte metros de espesor

- es una locura… ¿y cómo es que salen los barcos entonces?

- hay una determinada hora y días específicos del año en que el agua se descongela, pero es por poco tiempo, unas dos o tres horas. Pero no logré averiguar los días porque ALGUIEN- enfatizó en la palabra- me interrumpió. Podríamos averiguar las fechas con otra persona en el puerto, aunque creo que es más sencillo que yo utilice mi poder para abrirnos camino

- si lo haces ahora llamarás mucho la atención- bufó con molestia el cirujano- volvamos al barco y esperemos a que anochezca; podremos movernos más fácilmente y nos dará tiempo para planear el escape- se bajó el gorro para ocultar su rostro al ver unas personas no muy lejos de ellos corriendo de un lado a otro. Lo mejor era esconderse hasta que todo se calmase.

**************************

La noche había caído rápidamente. No era de extrañar, en islas como en la que se encontraban, la luz de día duraba menos tiempo… pero eso también significaba más frío. No pudiendo dormir bajo el terrible viento helado, Law se levantó por un café para intentar calentar su cuerpo, y de paso, vigilaría lo que el pecoso hacía afuera. Dejó la cafetera funcionando y salió, comprobando lo obvio… afuera el frío era mucho mayor que adentro. Introdujo una de sus manos al bolsillo de su abrigo mientras la otra alumbraba su camino con una pequeña lámpara, buscando a su compañero… y tampoco se sorprendió al encontrarle cerca del almacén del barco, profundamente dormido tras, seguramente, intentar abrir la puerta sin éxito. Pero al contrario que él, parecía estar muy a gusto, seguramente por el poder de su fruta del diablo.

- oi, despierta idiota, se supone que estás de guardia y además ya casi es hora de irnos- se agachó a su altura y lo golpeó en la cabeza a puño cerrado, mas el otro pareció no notarlo en lo más mínimo, a pesar del chichón que creció en su cabeza- oi…- colocó una de sus manos sobre el hombro del otro, sintiendo inmediatamente la tibieza que desprendía su piel… cómo le envidiaba en esos momentos.

De pronto, la oscuridad fue abruptamente rota cuando una luz brillante y naranja se asomó por la lejanía, aunque rápidamente se hacía más grande. Law apagó la linterna y, cautelosamente, se asomó por la orilla del barco; podía ver varias antorchas desfilando hacia el puerto en relativa lentitud. En ese momento tuvo un mal presentimiento, ¿por qué venía tal cantidad de gente en esa dirección? Seguramente buscaban a alguien, y podía apostar lo que fuese a que era a ellos, y no sólo por no pagar la cuenta del bar… tenía la corazonada de que sabían quiénes eran y que, con sus recompensas, pagarían la deuda del bar y además lo abastecerían de por vida.

- ¡¡Portgas-ya!!- le gritó al pecoso sin dejar de ver hacia el pueblo- ¡¡tenemos que irnos, ahora!!- en el momento en que dijo eso, la boca del estómago se le encogió por completo y un escalofrío recorrió su cuerpo

“¡¡Tenemos que irnos ahora!!”

Escuchó una voz haciendo eco en su cabeza mientras, cerca del barco, un par de pequeñas figuras corrían tan rápido como sus cortas piernas se los permitían… eran niños que parecían huir de aquel fuego que, en algún momento, se extendió en toda la ciudad, tiñendo el horizonte de naranjas y rojos

“¡¡Corre más rápido, nos van a alcanzar!!”

“¡¡No puedo hermano, estoy cansada!!”

Vio una de las sombras caer, y enseguida, la otra se detuvo y regresó en sus pasos para levantar a la que estaba seguro que era una niña. Mas al ver mejor las siluetas de los pequeños, el médico no hizo más que abrir los ojos con verdadera sorpresa… esa niña le parecía tan familiar; y lo más intrigante era aquel niño de pantalones cortos, chaqueta y un gorro afelpado blanco con motas negras… ¡¡Ese… Ese era él!!

- ¡¡LAW, CUIDADO!!- le advirtió una voz de alguna parte, mas no fue lo suficientemente oportuna… el cirujano de la muerte cayó al suelo estrepitosamente antes de que siquiera se diera cuenta de lo que había pasado- ¡¡LAW!!- el pecoso, quien había despertado tras un efecto retardado del golpe del moreno y los gritos del mismo, tan sólo vio caer al otro sobre la cubierta del barco, con los ojos en blanco. Se arrastró hacia él e intentó alcanzarlo, mas antes de llegar se detuvo en seco, evitando apenas un proyectil que, irremediablemente, perforó la madera del suelo, quedando clavado en la misma; era una especie de dardo de metal que seguramente contenía alguna sustancia extraña

- vaya, si tu amigo hubiese tenido los mismos reflejos que tú, no estaría inconsciente…- se escuchó una voz hablar entre las sombras antes de que el dueño de ésta apareciera frente a puños de fuego; era un sujeto con una llamativa chaqueta amarilla y un sombrero negro sobre su cabello ondulado. En su rostro, un peculiar tatuaje de garfio adornaba una de sus mejillas, el cual era similar a la imagen que llevaba estampada su chaqueta- es una lástima, era mi último dardo con punta de kairouseki…

- ¿quién eres?- le interrogó Ace con el ceño fruncido; no podía ser otro usuario y mucho menos un miembro de la marina

- mi nombre es Shuraiya. Sólo un pobre cazador en busca de fortuna

- Shuraiya… ¿Shuraiya Bascúd?… ¿El Verdugo?- había escuchado de él gracias a Zoro, pero no esperaba encontrárselo ahí. Y al igual que el peliverde, era un simple humano con grandes habilidades para la pelea, aunque no estaba seguro de cuáles eran

- vaya, es un honor que el gran Puños de Fuego me conozca- sonrió de medio lado al ver el desconcierto del pecoso- no sería un buen cazador si no me molestara en averiguar quién es mi oponente… ustedes dos tienen una recompensa ridículamente alta, pero creo que sobrestimé al Cirujano de la Muerte, cayó en una de mis emboscadas más simples…

- debiste hacerle algo…- miró de reojo a su compañero, él tampoco se creía que hubiese sido derrotado de esa forma tan simple, estaba seguro que algo había ocurrido- ¡responde, ¿qué le hiciste?!

- no más de lo que vez…

- ¡son usuarios, hay que encontrarlos!- se alcanzó a distinguir un grito entre aquella multitud enfurecida que se acercaba al puerto.

- no puede ser- Ace se puso de pie y miró hacia la costa; la gente comenzaba a reunirse… no eran personas comunes sino marines, lo que significaba que venían muy bien preparados para atraparlos. ¿Cómo era que se habían enterado que estaban ahí? ¿Los habían reconocido pese a sus intentos de alterar los afiches? ¿Los hombres del bar los habían delatado? No, si hubiesen sido ellos, los hubiesen descubierto hace mucho…- ¡¡El Verdugo!!- en el momento que su mente ató los cabos y se giró hacia el cazador, éste ya no estaba a la vista… y tampoco estaba Law.

La desesperación lo invadió en menos de un segundo, y sin pensarlo siquiera corrió de un lado a otro buscándolos… no había forma de que se fuese en barco, el hielo seguía en el mar, y estaba seguro de no haberle visto huir al pueblo. Bajó del barco de un salto y comenzó a correr, siguiendo las sutiles marcas que alcanzaban a verse sobre el hielo. No tardó mucho en encontrarlos, de hecho, parecía que Shuraiya le estaba esperando, puesto que no hacía nada por esconderse.

- eres peor que el medicucho…- se burló con una sonrisa arrogante en su rostro- aun con esos monstruosos poderes, les derroté en menos de cinco minutos. Quién diría que era tan sencillo conseguir 990 millones de berries

- ¡¡Maldito!! ¡¡Devuélveme a Law!!- el cuerpo del pecoso se convirtió en una enorme masa de fuego en un abrir y cerrar de ojos, opacando por mucho a las antorchas que los marines llevaban esa noche… no soportaba la idea de que le separaran del moreno, era algo que simplemente se negaba a aceptar y que no permitiría que sucediera. Sin embargo, en cuestión de segundos, se dio cuenta de que estaba en problemas… el poder de su fruta del diablo lo había convertido en un ser de fuego… un ser de fuego que estaba sobre una capa de hielo.

Sus llamas eran más fuertes que las del fuego normal, por lo que deshacer incluso una capa tan gruesa de hielo como en la que estaba era tarea sencilla para él… pero en esos momentos no era algo por qué sentirse orgulloso. Una cortina de vapor nubló su visión y el piso debajo de él se deshizo con increíble facilidad, formando un hueco en el hielo que no tardo en llenarse de agua. Se hundió en cuestión de segundos entre el agua helada; trató de salir a la superficie manoteando con la poca fuerza que aún tenía… sin éxito… era un completo martillo debajo del agua. El mar, desde su perspectiva, era tan hermoso… tan azul… era una bellísima vista que se alegraba de presenciar antes de su inminente muerte…

**************************

En otro sitio…

Los presentes miraban asombrados desaparecer sus provisiones de dos días a manos del voraz apetito de aquel chiquillo con sombrero de paja; quizá era un efecto secundario de su fruta del diablo o algo así, porque no era posible que un ser humano normal comiera de esa manera. El único que no parecía asombrado del muchacho era Mr. 2, el único que lo conocía desde antes y ya había superado el asombro de verle comer desde hace tiempo

- pero Bon-chan, creí que te habían hecho algo malo- hablaba el de cuerpo de goma sin dejar de comer un enorme trozo de carne de jabalí- sólo desapareciste…

- ¡ese era parte de mi plan!- bailaba orgulloso el hombre alrededor del menor- ¡los guardias que me liberaron son mis nakama! ¡ñahahaha!

- ¡¿qué?! ¡¡Los guardias dijeron que no sabían quién eras!!

- ¡también era parte de mi plan Mugi-chan, ñahahaha! Si te decía lo que tramaba, seguramente lo hubieras arruinado porque no sabes mentir, así que no te dije nada para no levantar sospechas… pero justo cuando íbamos a atacar el coliseo para sacarte a ti y a los otros, mis nakama me dijeron que te los tenryuubito te habían comprado y que no pudieron impedirlo

- entonces… ¡¡ustedes atacaron el barco!!- gritó Luffy escandalizado, escupiendo algo de su comida- ¡¡No debiste hacerlo Bon-chan!! ¡¡Te meterás en problemas!!

- todos en este barco lo estamos, Mugi-chan- de pronto el ambiente se había puesto bastante serio a su alrededor- Pertenecemos al Ejército Revolucionario... un grupo de usuarios de frutas del diablo que buscan liberar a otros como nosotros y también a los esclavos de las manos de los dragones del cielo… aunque no siempre obtenemos agradecimientos o apoyo de a quienes ayudamos. Algunos nos delatan, otros simplemente se van, y otros más se quedan para ayudar a nuestra causa…

- ¿causa? ¿cuál causa?

- ¿Sabes por qué el gobierno nos hace pelear entre nosotros? Porque sabe que sólo nosotros podemos vencernos… y si nos unimos contra ellos, podremos derrocar al gobierno mundial, ¡incluso a los dragones del cielo!- enseguida, los tripulantes del barco comenzaron a gritar y alabar las palabras de Mr. 2- ¡¡Mugi-chan, únete a nosotros!! ¡Acabemos con todos ellos y liberemos a todos los usuarios de las manos del gobierno!

- ¿eh? No me interesa…- las palabras de Luffy, tan simples y sin miramientos, dejaron a más de uno con la boca abierta

- pero… ¡pero Mugi-chan! ¡Debemos detener al gobierno mundial y ayudar a nuestros compañeros!

- yo sólo quiero encontrar a Ace- dijo como últimas palabras para seguir comiendo

- Mugi-chan…- Bon Clay suspiró derrotado, estaba seguro de que podía convencerle para unirse a ellos; aunque ahora bastaba con que estuviera a salvo- descuida Mugi-chan, te ayudaré a encontrar a Ace-san, ¡no importa cuánto tiempo me lleve!

- ¡¿de verdad?!

- ¡ñahahaha, por supuesto! Para eso estamos los nakama, ¿no? Además, los revolucionarios estamos para ayudar a otros usuarios. ¿Sabes a qué coliseo le llevaron?

- no… no lo sé…- bajó la mirada con un aire sombrío a su alrededor- sólo recuerdo que… Zoro nos bajó del barco y dejó a Ace en esa isla llena de burbujas; a mí me llevó de nuevo al barco y me encerró en un barril… no sé cuánto tiempo pasó, cuando desperté me arrastraba hacia un coliseo diferente…

- ummm, eso no ayuda mucho… espera, ¿dijiste isla con burbujas?

- sip- el menor asintió- ¡y tenía árboles muy grandes! ¡no pude verles el final!

- debe ser Sabaody- comentó uno de los revolucionarios

- ¿no fue ahí donde escaparon varios usuarios?

- traigan los afiches- pidió Mr. 2. Enseguida los volantes llegaron a sus manos, y éstos pasaron rápidamente a manos del chico del sombrero de paja- Mugi-chan, ¿está Ace-san en alguno de esos afiches?

- ummm…- comenzó a hojearlos uno por uno, hasta que finalmente le encontró- ¡Es él, es Ace! ¡Y tiene una pinta súper genial!- sus ojos centelleaban al ver la imagen de su hermano en el papel- ¡woooaaaahhh! ¡Cuántos ceros!

- usuario de la mera mera no mi, “Puños de Fuego” Portgas D. Ace- Mr. 2 se colocó detrás del chico de goma y miró sobre su hombro- ¡¡¿β 550.000.000?!!- sus orbes casi se salieron de sus cuencas al ver semejante cantidad

- shishishishi, ¡Ace es muy fuerte y logró escapar él solo!- sonreía complacido y orgulloso, no esperaba menos de su hermano mayor- ¡tengo que ir a buscarlo!

- pero Mugi-chan, ha escapado del coliseo, puede estar en cualquier parte…- el mayor se rascó la nuca; buscar al hermano de Luffy sin siquiera tener una idea de dónde está era como buscar una aguja en un pajar- ¿al menos sabes en dónde buscarle primero? Estoy seguro que también debe estar buscándote, pero él no sabe a dónde te llevaron…

- debe haber alguna parte- el pequeño de goma se llevó uno de sus dedos índices a la cien y se obligó a pensar, haciendo que la cara se le pusiera completamente roja- Ace debe estar buscándome…

“Si alguna vez te pierdes, estaré esperándote ahí…”

- ¡¡eso es!!- las palabras de su hermano en su memoria le hicieron recordar; desde pequeños habían tenido ese acuerdo… si alguno de ellos llegaba a perderse, debía dirigirse a ese sitio, y el otro estaría esperándole- ¡Sé a dónde va Ace!

- ¡perfecto, que alguien traiga un mapa! ¡Iremos a buscar a Ace-san!

****************************

Un ruido seco hizo reaccionar sus sentidos… era un sonido profundo y hueco, como un golpe. Sus párpados temblaron al intentar abrirse, y cuando lo hizo, no había mucho que pudiese ver, el sitio estaba lo bastante oscuro como para no dejarle distinguir lo que había a su alrededor. Intentó usar sus brazos para levantarse, mas al intentarlo se dio cuenta que no podía mover los brazos y que, de hecho, los tenía sujetos a su espalda. El sonido de una especie de metal contra la madera del piso le advirtió lo que sucedía… estaba esposado, y por la sensación de agotamiento, supo que era kairouseki.

 - ¿qué demonios…?- a pesar de que tenía los brazos imposibilitados, trató de levantarse una vez más. Estaba confundido, no recordaba más que las antorchas aproximándose al barco; ¿les habían capturado?- oi… Portgas-ya…- llamó a puños de fuego, esperando que estuviese en la misma habitación. A pesar de la oscuridad, vio una sombra moverse muy lejos de él, y enseguida escuchó ese golpe otra vez seguido de un quejido- ¿Portgas-ya, eres tú?

- ¡Law!- nunca había estado tan feliz de escuchar su voz como en esos momentos; al menos el moreno estaba bien. Se arrastró cual oruga en el piso, puesto que también estaba esposado, y buscó al mayor a tientas, hasta que chocó contra algo

- ¿qué haces idiota?- había sentido su cabeza encajándosele en las costillas

- lo siento- hizo unas cuantas maniobras en el suelo hasta que finalmente pudo sentarse sobre sus piernas- ¿estás bien Law? Llevas varias horas inconsciente. Creí que… ya no ibas a despertar…- dijo eso último en voz baja, pues ese simple pensamiento hacía que sus lágrimas se agolparan en sus ojos

- no ha sido la gran cosa. Por cierto, ¿qué ha pasado? Lo último que recuerdo es estar gritándote, para variar- de alguna forma logró sentarse en el suelo también, dejando que su espalda se apoyara en la del otro. Pudo notar con claridad que la piel del pecoso estaba bastante fría, seguramente porque los poderes de su fruta habían sido inutilizados con las esposas

- fue un cazador, le llaman El Verdugo, ¿has escuchado de él?

- un poco

- usó una especie de droga en ti y quedaste dormido. Yo intenté pelear, pero… su astucia terminó venciéndome… lo lamento. Ahora estamos en la bodega de nuestro barco; he intentado abrir la puerta, pero no creo haberle hecho siquiera un rasguño, no tengo suficiente fuerza por el kairouseki

- ya entiendo- sus puños se cerraron con fuerza, no quería haber pasado por todo eso sólo para terminar de vuelta en un coliseo… no, sabía perfectamente que no iban a un coliseo para ser parte de las peleas nuevamente; estaban en camino a su ejecución- es lo menos que puedes hacer puesto que ha sido tu culpa que nos capturaran

- ¡¿mi culpa?!- exclamó furioso el pecoso- ¡hice todo lo que pude para salvarte, ¿y así me agradeces?! ¡Hasta me caí en agua helada!

- fue tu culpa en primer lugar, estabas de guardia y te quedaste dormido, seguramente el cazador aprovechó para subir al barco y tendernos una emboscada

- ¡¡Al menos yo no me dejé drogar con un estúpido dardo!! ¡¡Si hubieses estado alerta esto no habría pasado!! ¡¿en qué se supone que estabas pensando cuando el Verdugo te atacó?!- esperó respuesta por varios segundos, pero el otro no decía nada-  ¡¿ves?! ¡Ha sido culpa tuya también!- en ese momento se percató del ligero temblor que sacudía el cuerpo del mayor, de no haber estado recargado a sus espaldas, seguramente no se habría dado cuenta- ¿Law, qué pasa? ¿te… te sientes mal? Mira, sé que fue tu culpa, pero no tienes por qué ponerte así…

- cállate Portgas, tú no sabes lo que sucedió en ese momento

- ¿y cómo quieres que sepa si no me lo dices? No puedo saber lo que piensas Law… sé que… que no te distraerías de esa forma por nada… eres más astuto que yo, eso no lo niego...- el otro se había quedado en silencio de nuevo- está bien si no quieres contarme, pero me preocupa un poco que vuelva a pasar

- ¿y qué importa si pasa de nuevo? No es tu asunto

- ¡claro que es mi asunto! Somos compañeros de viaje, ¿no? Además, fui yo quien te sacó del coliseo, es mi responsabilidad- no es que quisiera presumir, tan sólo lo veía como una necesidad de protegerle- bueno, está bien si no quieres decirlo, no voy a forzarte a nada

-…- ese pecoso era un verdadero peligro. A pesar de no querer hablar del asunto, tenía unos impropios deseos de contarle todo; quizá porque llevaba mucho tiempo callándolo, incluso de sí mismo- fue sólo… una especie de recuerdo… no, fue algo menos que eso… fue como una visión que no estoy seguro de que haya ocurrido- al no escuchar comentario por parte del otro, supuso que no sabía de qué hablaba, y tampoco es que esperara que lo hiciera- mi infancia, anterior a los diez años, es muy confusa… se puede decir que no recuerdo nada… lo único que sé es que provengo de una isla de invierno y que, un día, por alguna razón… los tenryuubito pusieron su marca en mi espalda, y comencé a servirle a una familia de nobles…

- ¿has pertenecido a los tenryuubito desde que eras niño?- esa sola idea bastaba para erizarle la piel a cualquiera; ser propiedad de un noble debía ser lo peor que pudiese sucederte en la vida- ¿y ya tenías los poderes de la ope ope no mi?

- no. Mi antiguo amo me obligó a comerla…- un nuevo escalofrío le sacudió el cuerpo de sólo recordar lo que había pasado en esa mansión- me entrenó con el sólo objetivo de aprender a usar la ope ope no mi para utilizar esa técnica…

- ¿esa… técnica?

- en las manos expertas de un médico, la ope ope no mi no sólo puede realizar operaciones milagrosas, también es capaz de conceder a otra persona la vida eterna a cambio de la vida del usuario

- ¡imposible! ¿la vida eterna a cambio de tu…?- el pecoso tragó lento, ¿lo habían entrenado sólo para matarle? ¿y siendo un niño?- pero…. No lo lograron, ¿cierto? Sigues aquí…

- por supuesto que no lo ha logrado… todavía. Alguien preciado para mí quiso ayudarme a escapar, pero… no lo logró… y mi amo, al darse cuenta de que no le obedecería después de eso, me encerró en el coliseo para que alguien más acabara conmigo y obtener la ope ope no mi de vuelta

- ¿cuánto tiempo has estado en el coliseo?

- llevo casi la mitad de mi vida ahí. Me encerraron cuando tenía quince años… y cuando estaba a punto de llegar a mi meta, me transferían a otro coliseo en una isla distinta para comenzar mi puntuación desde cero… y ahora seguramente nos ejecutarán… fue tan corto tiempo… [[y no pude cumplir mi promesa… hice todo lo que pude, Cora-san…]]- un sonido lo sacó de sus pensamientos; era una aspiración pausada y profunda junto a él. El moreno abrió los ojos con sorpresa al percibir cómo el cuerpo del pecoso temblaba ligeramente mientras intentaba inhalar más aire- Portgas-ya… ¿estás llorando?

- lo siento… es que… es muy triste…- sollozaba a pesar de que hacía su mejor esfuerzo por retener sus lágrimas- soportaste tanto para sobrevivir, y ahora, por mi culpa… no vas a llegar a tu isla natal…

- ¡te he dicho que no sé de dónde vengo! - se apresuró a interrumpirle- ¡Dressrosa no es mi isla nativa, es el sitio donde me mantuvieron como esclavo!

- no… no entiendo…- a pesar de que se había calmado un poco, no dejaba de llorar- ¿por qué regresarías a ese lugar? ¿por qué regresar a donde quieren verte morir?

- debo hacer algo importante ahí, después de eso,… no me importa si muero o no

- sigo sin comprender qué es lo que quieres. Sólo estás facilitándole tu fruta del diablo a los que te tuvieron como esclavo… y si alguien te quiso ayudar a escapar, fue para que vivieras libre, no para que fueras a encerrarte de nuevo en la misma jaula… no vale la pena volver por algo que no recuperarás…- algunas cosas que Law había dicho en algún momento desde que le conocía, comenzaban a tener sentido; buscaba venganza por la muerte de esa persona tan preciada para él- no lo hagas Law…

- el que lo digas no va hacerme cambiar de opinión… ¡¿y por qué lloras?! No tiene nada que ver contigo

- porque tú no puedes llorar, ¿cierto? A pesar de todo lo que has pasado, no has derramado ni una sola lágrima…- lo decía por pura intuición; no conocía a Law del todo, pero su instinto le decía que llevaba demasiado tiempo sufriendo en silencio- ¡y como tu nuevo amo, voy a llorar por ti!

- ¿nuevo… amo?

- ¡Así es, nuevo amo! ¡Fui yo quien te liberó del Coliseo de Sabaody, por lo que eres mi responsabilidad te guste o no!- aseguró firmemente. Aun con las lágrimas en su rostro, se dejó caer al piso y nuevamente comenzó a arrastrarse sobre él

- ¿Portgas-ya? - aquella exclamación lo descolocó por completo, pero fue más su sorpresa al sentirle alejarse, haciéndole tambalear. Después le escuchó ir de un lado a otro por la oscura habitación, seguramente arrastrándose. Tras unos segundos, un fuerte estruendo llegó hasta sus oídos, seguidos de varios más- ¿qué estás haciendo?

- voy a… sacarte de aquí…- sus palabras eran interrumpidas de vez en vez por fuertes golpes; algo parecía golpearse contra la madera del barco.

- ¡deja de hacer eso!- no fue difícil para Law deducir lo que hacía a partir del sonido, el pecoso estaba golpeando con fuerza la puerta, pero no sonaba a una patada, y no podía usar los puños, así que eran muy pocas las opciones… o estaba usando los hombros o la cabeza. Cualquiera de las dos era bastante mala- ¡Portgas-ya!- el moreno siguió la dirección de donde provenía el sonido y se arrastró como el otro por el piso, tratando de detenerlo

- ¡voy a sacarte de aquí!- seguía golpeando con todas las fuerzas que podía reunir a pesar del kairouseki y sin importarle que la sangre comenzara a fluir por las heridas ya abiertas, bajando por su frente hasta sus ojos- ¡no voy a rendirme ahora!- con esa última exclamación, golpeó nuevamente la puerta con tal fuerza que le aturdió por unos instantes, pero eso no detuvo sus acciones, dio otro par de golpes más hasta que sintió el ligero roce de algo contra él, y como acto reflejo se detuvo para, inútilmente, mirar hacia atrás.

No supo exactamente lo que sucedió en ese momento, puesto que, con las limitaciones visuales, era difícil percibir lo que le rodeaba. Sin embargo, tras pensar un poco, se dio cuenta de que su espalda estaba contra la madera de la puerta y todo el peso de Law estaba sobre él, deteniendo sus movimientos. Estuvo a nada de gritarle, de decirle que le dejara continuar… pero el moreno siempre estaba un paso delante de él. A penas sus labios se separaron para hablar, y a pesar de la oscuridad, Law se las ingenió para encontrarlos y los selló con un beso; no es que fuera la primera vez que le besaba de improviso, mas, de alguna forma, se sentía diferente… porque en esos momentos no dudó en responderle. Quizá fue por los golpes en su cabeza, la situación o simplemente tuvo ganas de hacerlo; de cualquier forma, ya estaba ahí, de nuevo besando al médico.

Sus labios presionaban contra los ajenos una y otra vez, produciendo ese sutil chasquido de un beso. De manera paulatina, los besos fueron haciéndose más intensos, más íntimos… sus dientes tiraban de los labios del otro, las lenguas paseaban por todas partes, tratando de reconocerse en esa inmensa oscuridad; la saliva iba a venía, comenzando a mezclarse en una sola que, lentamente, fluía de ambas comisuras. Sin embargo, como se estaba volviendo también costumbre de Trafalgar Law, interrumpió el beso y se separó de Ace sólo para recargarse en el hombro del mismo, dejando escapar su aliento sobre el cuello del menor. En ese momento murmuró algo al oído de su compañero… algo tan vergonzoso que, incluso en la oscuridad, pudo notar que su rostro estaba encendido como si en ese momento pudiese usar el poder de la mera mera.

********************************

En alguna parte…

Sus botas negras se hundieron en la nieve apenas sus pies tocaron el suelo al bajar del barco. Pese al frío que hacía y las altas horas de la noche, aun había bastante gente merodeando por las calles, la mayoría comiendo en restaurantes y puestos ambulantes y otros iban a meterse a los bares en busca de licor o probablemente algo más. Se colocó el abrigo, y frotando sus manos, comenzó a caminar hacia el coliseo de la ciudad. El edificio no estaba tan lejos, pero él dio tantas vueltas innecesarias que llegó poco más de una hora después de lo que había pensado. Frente a él había algunas personas congregadas, mirando la pizarra donde solían exhibirse los afiches de Se Busca de los usuarios y los llamados revolucionarios, así como algunas noticias más que concernieran a los coliseos

- ¡Mira esto, han atrapado a “Pelo Mojado” Caribou!- exclamaba con asombro uno de ellos- van a ejecutarlo mañana  en el coliseo de Sabaody, ¡van a transmitirlo por todas las islas!

- ¿210 millones de berries, eh? Quien quiera que lo haya capturado acaba de sacarse la lotería

- y hay más fugitivos de Sabaody con recompensas más altas. Si logramos capturar al menos a uno de ellos…

- imposible. Si hay una recompensa tan alta por sus cabezas, es seguro que no son fáciles de vencer. El sujeto con la recompensa más alta tiene una de las frutas más extrañas, la de tipo logia; con ese poder es prácticamente invencible

- me pregunto cómo fue que alguien le capturó antes y le llevó al coliseo…

- no debió ser sencillo. La persona que lo hizo debió tener algún tipo de truco

No quiso escuchar nada más, Zoro se alejó en silencio de ahí con demasiadas confusiones en la cabeza; Ace aún no había sido capturado, pero no tenía información sobre él, y estaba seguro que, por su alta recompensa, otros cazadores no le compartirían lo que supieran del pecoso… aunque él llevaba una ventaja; conocía al ahora llamado puños de fuego desde hace años, y estaba completamente seguro a dónde se dirigía… tan sólo debía seguir avanzando y esperar a que nadie lo encontrase antes que él. Sabía lo fuerte que era el mayor de los hermanos D, sin embargo, eso no lo exentaba de perder; en una lucha, todo era válido…

- así que… un truco, ¿eh?- el peliverde sonrió con mientras miraba hacia el piso… ese día también hacía mucho frío…

--Zoro Flash Back—

Aun cuando no se encontraban en una isla de invierno, los vientos fríos los azotaban de vez en cuando, haciendo temblar hasta al más fuerte del pueblo. Pese a las inclemencias del tiempo, los tres habían salido a pescar esa mañana, volviendo horas después con un pez del tamaño de una persona. No era tan grande como los que solían capturar, pero bajo las condiciones climáticas, era todo un hallazgo. Zoro llevaba al animal a cuestas, sujetándolo de la cola mientras él y sus amigos se dirigían a la caza del árbol donde los dos pelinegros seguían viviendo a pesar de los años.

- oigan, ¿está todo bien? Han estado muy callados- comentó el peliverde al aire mientras se dirigían al pueblo. Y es que los hermanos llevaban actuando extraño toda la mañana; apenas y habían dicho unas cuantas palabras, y ninguno había mencionado que tenía hambre o siquiera antojo por comer ese enorme pez, lo cual era para alarmarse conociendo el apetito de esos dos- ¿es porque me embarco mañana?... ya les he dicho varias veces que no tienen de qué preocuparse, saben que siempre he vuelto y no dejaré de hacerlo, no importa cuánto tiempo me tome- se detuvo en ese momento a mirarles, parecían estar sufriendo por algo- en serio comienzan a asustarme, ¿pasó algo? Sólo díganme quién ha sido y…

- Zoro…- el mayor de los pelinegros le interrumpió- tenemos… tenemos que hablar. Es algo muy importante

- … bien, hablen. Soy todo oídos- no sabía a qué venía el asunto pero parecía bastante serio. Los hermanos se miraron unos segundos y asintieron entre sí, cosa que le extrañó un poco; su instinto le decía que no recibiría buenas noticias ese día

Luffy suspiró profundo, y llevándose las manos a las mejillas, comenzó a estirarlas más y más, hasta a un punto que fue claramente imposible para un ser humano. La sorpresa del peliverde se hizo evidente cuando éste cayó de espaldas junto con el enorme pez que llevaba sobre la espalda, mirando incrédulo al muchacho del sombrero de paja, ahora con las mejillas más grandes que las de cualquier roedor que hubiese visto.

- ¡comí la gomu gomu no mi! ¡Soy un hombre de goma ahora!- dijo el menor orgulloso y con una enorme sonrisa antes de soltar su propio rostro y estirar sus brazos hacia uno de los árboles que le rodeaban para mostrar su poder al peliverde- ¿no es genial? ¡puedo estirarme tanto cuanto deseé, shishishi!

- tú… eres un usuario…- en ese momento su miraba se dirigió al mayor de los hermanos, tratando de buscar algún tipo de explicación a esa situación

- ambos lo somos- el pecoso levantó una mano, y de la nada, una llama apareció sobre ella; pero el fuego no parecía lastimar al pelinegro en absoluto, es más, parecía formar parte de él… ¡era un usuario logia!- yo comí la mera mera no mi

- ¿desde cuándo?- fue la primera pregunta que atravesó la mente del espadachín, aun sin quitar su mirada incrédula de ellos

- ocurrió un año antes de conocerte. Luffy y yo estábamos explorando un barco que acaba de lleg…

- ¡silencio!- el gritó del peliverde desconcertó a ambos hermanos, y más el hecho de que, apenas se puso de pie, desenvainó sus tres espadas, sosteniendo dos en ambas manos y una en su boca- ¿por qué…? ¡¡¿por qué no lo dijeron antes?!!

- Zoro… nosotros no...

- ¡¡no se acerquen!!- su mirada se volvió más fría y cargada de una rabia que ellos jamás habían visto- ¡son unos traidores, me han mentido todo este tiempo!

- pe… pero Zoro…

- no vuelvan a acercarse a mí… ustedes y yo no tenemos nada que ver desde este momento… de haber sabido que eran unos monstruos, no me hubiera involucrado con ustedes desde un principio, sobre todo contigo, Portgas D. Ace…- por unos segundos que parecieron horas, los tres cruzaron miradas en un silencio que sólo era roto de vez en cuando por los sonidos a su alrededor

- vamos Luffy… tenemos que irnos…- pudo verlo en la mirada del pecoso, acababa de destrozarlo por dentro, pero se esforzaba por mantenerse imperturbable ante los ojos de su hermano menor. Fue Luffy, en cambio, quien comenzó a llorar, pero a pesar de eso, mantenía un gesto de enfado hacia el peliverde.

Los dos chicos se tomaron de la mano y le dieron la espalda para marcharse; si Zoro no quería volver a verlos, así sería. Sin embargo, algo dentro del espadachín se removió al verlos alejándose, comenzando a adentrarse entre la maleza del bosque no muy lejano a la costa, perdiéndose lentamente entre ella… el cazador tragó lento, afianzó el agarre sobre sus espadas, y antes de perderlos de vista, los atacó…

--End Flash Back—

Pateó la nieve con fuerza, desquitando todo su enojo contra ella… había sido culpa de ellos por no haberle contado sobre sus poderes; quizá, si lo hubiese sabido desde que eran niños, no les hubiese tomado tanto rencor… tal vez no se hubiera convertido en cazador… pero el “tal vez” ya no tenía cabida en esos momentos; lo hecho, hecho estaba, y no le quedaba más que remediar sus culpas con los hermanos… remediar la forma en que les había tratado después de que ellos le contaron lo que eran en realidad; remediar el haberles atacado por la espalda, cosa imperdonable para él… pero lo que más quería remediar era el hecho de haber rechazado el amor que sentía por Ace…

Continued…

 

Notas finales:

no sé por qué me puse a llorar con la parte de Zoro TT~TT soy muy llorona de por sí

este capi tiene el pseudónimo de "revelaciones de un pasado traumante" (?) bueno no, pero pareciera que así fue xD... y bueno,  como siempre, les he resuelto un par de dudas y les he dejado miles más; a dónde se supone que Luffy y Ace van si ninguno está en donde se supone que está??, por qué Law no recuerda su infancia?, qué fue lo que le murmuró Law a Ace?, Kid los alcanzará algún día?, Zoro logrará alcanzar al pecoso?, el próximo capitulo será "Bajo las Sábanas Blancas. Part 3"??, algún día habrá lemon zukulento de Law y Ace?, por qué no dejo de preguntar?!?!.... bueno, de todas esas, sólo les respondré una... en el siguiente capi les juro por el exquisito cuerpo de Ace que habrá lemon!! (owo)/ -se escucha el coro de los ángeles-

ya dije demasiadas tonterías xD me voy a responder reviews pendientes y luego a dormir owo espero que les haya gustado el capi, y no olviden dejarme sus comentarios e.e

hasta pronto!! cofcofcofesoesperocofcof


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