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Dead or Alive por carina_mew12

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Notas del capitulo:

Hoooola peques!! siempre me atraso cuando todo anda bien interesante, discúlpenme por tenerlos en suspenso por tanto tiempo, pero por fin les traigo un nuevo capítulo... debo añadir que es un poco corto y además es el capítulo final, pero igual espero lo disfruten

21. Más que Necesitarte

Llevaba ya varias horas despierto. De hecho, Law durmió tranquilamente hasta que, entre sueños, recordó lo que le esperaba al otro día, y en ese momento no volvió a cerrar los ojos; así fue como el cirujano de la muerte terminó recibiendo el amanecer mientras se embelesaba con la grata presencia del chico dormido a su lado. A veces deseaba ser tan despreocupado como Ace, quien dormía tan profundo y a gusto a pesar de su situación; no conocía su historia pero estaba seguro que su vida tampoco había sido fácil, y aun así, el pecoso no dejaba de mostrarle su mejor cara al mundo. Si iba a ser el causante de borrar su alegría, prefería no estar ahí para ser testigo.

Sabiendo que no iba a despertar por nada del mundo, Law se dedicó a acariciar su cabello y besar sus mejillas hasta que llegó el momento de marcharse. Depositó un corto beso en sus labios y, tras dejar una nota sobre la cama, salió en silencio de la habitación.

Ya tenía el eternal pose, su camino directo a Dressrosa. Tan sólo debía encontrar una embarcación para llegar; ser un polizón no parecía una buena opción pues el destino de la embarcación no dependía de él sino de quien lo dirigía… si quería llegar a Dressrosa lo mejor era robar una nave. La idea de llevarse el bote que usó con el pecoso duró apenas un segundo antes de ser descartada; si bien estaba desesperado por llegar a su destino, no podía hacerle eso a su antiguo compañero de viaje. Casi sin darse cuenta puños de fuego se coló en sus pensamientos hasta que ya no pudo pensar en otra cosa, ni siquiera en su urgencia por llegar a la ciudad de la pasión y los juguetes… de alguna manera, el corto tiempo que pasó junto a Ace se volvió más importante que todos esos años llenos de sufrimiento y rencor…

Se detuvo a unos cuantos pasos de llegar al muelle, reflexionando para sí mismo mientras veía los mástiles de los barcos a lo lejos… y siguió su camino, esta vez sin detenerse…

*****************************

En otro sitio en la isla de Taoh…

- ¡Ace!- cuando escuchó su nombre a la distancia su cuerpo entero se paralizó a mitad de la calle y los latidos de su corazón se aceleraron tanto que opacó cualquier otro ruido que tuviese alrededor.

La mirada de Ace se iluminó y una ligera sonrisa curvó sus labios. En esa ciudad no había otro que conociera su nombre que no fuera el moreno. Se giró sobre sus talones en cámara lenta para buscar al médico, mas antes de poder encontrarlo, una enorme mano lo tomó por la nuca y lo obligó a dar un par de pasos hacia adelante hasta que sus labios chocaron con los de la otra persona, quien no perdió oportunidad de envolverlo con el brazo restante. El pecoso abrió los ojos con sorpresa mientras contenía la respiración. Sus labios fueron profanados sin esfuerzo alguno, pudiendo sentir una lengua merodeando dentro de ella, palpando hasta lo más profundo que su longitud se lo permitía.

Y pudieron seguir así por un buen rato de no ser porque, con un leve empujón, Ace puso distancia entre ambos. El hilillo que mantenía unidas sus bocas se tensó hasta romperse mientras ambos se miraban a los ojos, como si no pudiesen creer lo que tenían enfrente…

- ¡Zo-Zoro!- puños de fuego apenas y cabía en su sorpresa. De no ser por esas caricias sobre su cabello hubiese creído que estaba soñando

- de verdad estás aquí- fue cuando el cazador tomó su rostro con ambas manos y le miró a los ojos que Ace logró despertar sus sentidos y concentrarlos en ese joven espadachín que le acariciaba las mejillas con sus pulgares y le sonreía de forma tan sincera que le causó un escalofrío- me alegra haberte encontrado- el peliverde le estrechó entre sus brazos una vez más; quizá Ace era un poco más alto que él, pero eso no le impedía mostrarle algo del amor que le profesaba.

Aunque su gusto le duró menos tiempo del que estimó. Sin oportunidad para seguir con su galante discurso, Zoro fue callado no con uno, sino con dos puñetazos limpios justo en su cara. Casi había olvidado lo “cariñosos” que eran los golpes de su pareja.

- ¡¿Cómo pudiste?!- un tercer golpe terminó derribando al peliverde, dejándole de culo en el piso a los pies de Ace- ¡Eras nuestro amigo, nuestro compañero! ¡¿Cómo te atreves a mirarme a la cara después de lo que Luffy y yo tuvimos que pasar por TÚ culpa?!

- bien, me lo merezco- el espadachín se acomodó la quijada con una mano, y tras escupir algo de sangre, volvió a ponerse de pie. Pese al dolor que le punzaba la cara, volvió a pararse frente a puños de fuego- merezco eso y mucho más, pero quiero redimir el más grande error que he cometido en mi vida

- tu arrepentimiento no borrará lo que ocurrió- las emociones se le acumularon en la boca del estómago hasta provocarle dolor; aun así, su gesto de indignación no se turbó ni un poco- ¿Acaso tienes idea de lo que Luffy y yo hemos sufrido? ¿Sabes lo que es ser perseguido a cada lugar que vas? ¿Cómo es despertarte cada mañana con el miedo de no volver a ver la luz del sol?

- me imagino lo que debes sentir, pero…

- ¡¡No!! ¡¡No puedes ni imaginarlo!!- sus puños se cerraron con impotencia mientras su voz se volvía un grito- ¡¡Pusieron su marca en mí, Zoro!! ¡¡Y Luffy…!!- no, no quería siquiera imaginar a su hermanito cargando con la marca de los dragones del cielo en su espalda

- ¡Nada de eso hubiera ocurrido si tan sólo me hubieran dicho que eran usuarios desde un principio!- Zoro no podía perder ni siquiera en una discusión, por lo que se defendió con el mismo ahínco que el otro- ¡Yo no quería hacerlo, ustedes me han orillado a eso!- sus manos tomaron las muñecas del otro, asegurándose que no volviera a golpearle- ¡deberían agradecer que intento ayudarlos!

- ¡No es verdad! ¡Lo haces por ti!- sus frentes chocaron con fuerza al mismo tiempo que se miraban a los ojos como si echaran fuego- ¡Sólo quieres que la culpa deje de carcomerte por dentro! ¡Eres un egoísta, Roronoa Zoro!

- ¡No soy sólo yo, lo hago por nosotros! ¡¿Cómo crees que me he sentido sin ustedes dos?!- sus frentes chocaron una vez más antes que el espadachín soltara un bufido y se separara. Por el ardor en su piel, era fácil imaginar que tenía la frente roja justo como la tenía el pecoso en esos momentos- ustedes son lo más cercano que tengo a una familia. Los he extrañado mucho… te he extrañado a ti, más que a nadie…- se tomó el atrevimiento de estirar la mano sobre la del pecoso, obligándole a deshacer su puño y entrelazando sus dedos con los de él. Y de pronto se sintió completo de nuevo, como si acabase de encontrar algo que había perdido desde hace mucho- te amo, Ace

- cierra la boca- la tormenta de confusión en la mente del pecoso se hizo tan grande que podía verse reflejada en sus ojos. Justo en ese momento, Ace no tenía ni la más mínima idea de lo que sentía por ese hombre; quería molerlo a golpes y a la vez dejar que le abrazara con todas sus fuerzas hasta que exprimiera todo el dolor de su pecho y lo librara de él.

- Regresa conmigo- con su pulgar comenzó a acariciar el torso de la mano del mayor, quien sólo se erizó por la sorpresa- iremos por Luffy a Dressrosa, regresaremos a Villa Fucsia y nos esconderemos en la montaña Corvo, ahí estarán a salvo. No nos queda mucho tiempo antes que alguien…- antes de poder terminar de explicar su plan, el peliverde sintió un calor tan abrasador en su palma que tuvo que retirar su mano antes de que el fuego causara un daño irreparable- ¡Ace!

- Luffy no está en Dressrosa…- tras tallarse la cara con las manos para obligarse a entrar en razón, Ace al fin logró encarar al cazador y mostrarle el cartel donde anunciaba el precio de su hermano menor- Ni siquiera sabes en dónde está- de nuevo la duda asaltó al pecoso; ¿Y si Zoro mentía?

- ¿Qué?- le arrebató el afiche de sus manos y lo vio con más detalle; en él sólo había datos del menor de los hermanos D junto con su imagen- debí suponer que pasaría algo así, por algo es que son hermanos. Pero estoy seguro que si lo buscamos pronto, podemos…

- Sólo vete Zoro. Vete y no vuelvas a buscarnos- fue su sentencia definitiva antes de darle la espalda para marcharse e intentar olvidar ese amargo reencuentro.

Sin embargo, antes de dar siquiera tres pasos, Ace sintió cómo algo salpicaba sobre su mejilla, obligándole a detenerse. Con cierto temor, se llevó una mano al rostro donde encontró un sutil rastro de sangre. La sorpresa de Ace era comprensible, ¿Cómo era que un guerrero tan honorable como Zoro le atacó por la espalda? Bueno, ya lo había hecho antes, pero al menos no lo pensó tan cínico como para hacerlo una segunda vez. Entre una mezcla de decepción y enojo, el pecoso frunció el ceño y se giró en 180 grados al mismo tiempo que llenaba sus pulmones de aire para gritarle en la cara a ese estúpido de pelo verde lo que tanto había querido reprimir… pero no pudo, pues al girarse comprendió que ni siquiera estaba herido, también vio a quien realmente les había atacado…

A unos escasos centímetros de su rostro, una cuchilla resplandecía en la sangre fresca de Zoro, quien la había frenado con su mano desnuda antes que esa filosa hoja alcanzara al pecoso

- Shuraiya…- Zoro escupió con odio el nombre del tipo quien se había atrevido a intentar dañar a Ace. Dejó caer el cuchillo al suelo y se cubrió la herida de su mano con la pañoleta negra que solía llevar atada en el brazo para detener la hemorragia- ¿Qué haces aquí, maldito?

- sólo intento ganarme la vida- el otro cazador se alzó de hombros, indiferente ante las palabras de su compañero. Aunque su semblante cambió rápidamente a uno más serio- quítate del camino cazador de piratas, puños de fuego es mi presa- tras agitar un poco sus brazos, otro nuevo par de cuchillos se deslizaron desde el interior de las mangas de su chaqueta, sosteniendo cada una con sus manos.

Zoro tampoco perdió tiempo. Sus tres espadas fueron desenvainadas y sostenidas en la peculiar pose de combate que tenía el joven cazador; una en cada mano y la tercera sostenida entre sus dientes. Después de intercambiar miradas de odio, la pelea dio inicio. A pesar que sus armas y la agilidad de sus portadores eran completamente distintas, ninguno estaba dispuesto a perder al usuario de la mera mera no mi.

El alboroto de su intensa batalla inevitablemente terminó llamando la atención. Los negocios cerraron y la gente corrió de un lado a otro, dejando las calles prácticamente vacías en poco tiempo. Entre toda la multitud, alguien pareció darse cuenta que un usuario estaba involucrado en aquel alboroto, por lo que la marina fue llamada al pueblo. Los gritos desesperados de los pobladores se alzaron como la espuma y corrieron hacia sus hogares para refugiarse de la “bestia” mientras esperaban la llegada heroica de la marina; en menos de diez minutos la isla de Taoh se convertiría en una verdadera zona de guerra.

El chirrido metálico de sus armas al chocar erizaba la piel de quien lo escuchaba, incluyendo el mismo Ace, quien no podía pensar en otra cosa que escapar. No estaba ni física ni mentalmente estable para sostener una batalla con ellos o la marina. Ace corrió en dirección al muelle; si lograba llegar al barco podría abandonar esa endemoniada isla y seguir buscando a su hermano. Sin embargo, el calor de la batalla lo alcanzó antes de llegar al puerto… uno de los furiosos ataques lanzó a uno de ellos en su dirección, mas fueron sus habilidades de la fruta del diablo lo que terminó salvándole; impulsándose con unas fuertes llamas en las palmas de sus manos, el pecoso se quitó del camino.

Shuraiya atravesó el aire hasta que uno de los negocios lo frenó de golpe; los escombros y el polvo se levantaron alrededor, haciendo que mirarle fuera un poco más complicado

- ¡Ja! No había visto a Roronoa pelear en serio desde hace tiempo, debes importarle bastante- el tono en que el verdugo dijo aquellas palabras logró turbar lo suficiente a Ace como para hacerle bajar la guardia. Sus cuchillas fueron dirigidas al usuario sin dudarlo un momento, pero el revestimiento que cubrió ambos brazos del pecoso logró detener el ataque- vaya. Parece que alguien aprendió un truco nuevo...- a pesar de su clara desventaja, el cazador no perdió su sonrisa.

- ¡Hiken!- su diestra se envolvió en llamas que se dispararon hacia su enemigo con el movimiento de su brazo, haciéndole retroceder para que sus armas de corto alcance no pudieran alcanzarle; las cuchillas no eran de kairouseki, pero no estaba de más ser precavido. Por medio de Zoro, Ace sabía que un buen cazador tiene más de una manera de atacar y vencer a su oponente, por lo que mantuvo distancia para saber cuál era su siguiente movimiento.

Como esperaba, al ver que sus armas comenzaban incluso a ser estorbosas en aquella pelea, Shuraiya guardó las cuchillas y permaneció de pie frente al pecoso, provocándole con un ademán. Ace tuvo que aguantar las ganas que tenía de partirle la cara a ese tipo y esperar; no podía arriesgarse a dar un paso en falso contra ese hombre. Su mirada le analizó de pies a cabeza… sólo estaba de pie, con una mano tras la espalda y la otra levantada al aire, blasfemando contra él. Fue cuando puños de fuego se decidió por un nuevo ataque; abrió el compás de sus piernas y estiró los brazos e hizo crecer una pared de llamas alrededor, encerrando a ambos en su interior.

Con el campo de batalla reducido, volvió a atacarle con una columna de fuego procedente de sus puños, pero el cazador se limitaba a esquivar cada ataque, chamuscando apenas partes de su atuendo. Cuando ya no pudo seguir huyendo, su oponente movió la mano tras su espalda, revelando cuatro pequeñas esferas sostenidas entre sus dedos y que no dudó siquiera en arrojar contra su oponente. Ace lanzó otro ataque que hacía honor a su sobrenombre y pronto las pequeñas esferas fueron envueltas en llamas… sin embargo, no supo que ese ataque fue un error hasta que una intensa luz le cegó y una explosión le empujó con tanta fuerza que atravesó su propia pared de fuego.

Los oídos le zumbaban a tal grado que los sentía sangrar y su cuerpo comenzó a pesarle, impidiéndole levantarse. Después que el molesto ruido en sus oídos desapareció, Ace abrió los ojos a la vez que intentaba levantarse pero no pudo; una de las pequeñas esferas que arrojó su enemigo estaba pegada a su cuerpo y de ésta habían salido unos seis cables parecidos al acero que se enredaban por todo su torso, limitando sus movimientos. Ya que no pudo usar de nuevo los poderes de la mera mera no mi, estaba por demás decir que esos cables eran de kairouseki.

A pesar del dolor y el cansancio, puños de fuego siguió luchando. Se arrastró por el suelo para avanzar alejarse de aquel hombre para ponerse a salvo. Mas su plan se vio rápidamente frustrado cuando un golpe seco azotó su cabeza contra el suelo con tanto impulso que casi le tira los dientes.

- vaya que los usuarios son estúpidos- habló Shuraiya burlándose de él mientras volvía a golpearle en la cabeza; por la forma en que sus tímpanos vibraban pudo saber que lo que tenía sobre la cabeza eran las pesadas botas negras del verdugo aplastándole el cráneo- podrán tener habilidades inimaginables pero pueden ser engañados y capturados con las armas más simples. Patético- bastó otra patada del cazador para marear a su víctima, dejándole oficialmente fuera de combate.  

Aprovechando ese breve momento de vulnerabilidad, el verdugo inmovilizó las piernas de puños de fuego con un cable del mismo material que el artilugio que lo contenía, asegurándose de dejar un extremo lo suficientemente largo para poder arrastrar a su presa de vuelta a su barco. Justo cuando Shuraiya se echaba el cable al hombro para llevarse al usuario, sintió una sed de sangre tan poderosa que soltó a puños de fuego y se tiró al suelo por mero instinto.

La parte superior de los edificios a su alrededor se desmoronaron de manera uniforme, dejando ver el corte perfecto en diagonal que habían recibido. Entre el polvo que levantaron los edificios al colapsar, el cazador de piratas aterrizó sobre los escombros con un aire imponente.

- Kiki Kyutouryuu…- Zoro pareció “desdoblarse” en un ser de tres caras y nueve brazos, cada uno de ellos sosteniendo una mortal espada- ¡Ashura!

- ¡Espera!- sabiendo que estaba en desventaja, Shuraiya levantó las manos al aire en señal de rendición- debes estar desesperado por conseguir la recompensa y a decir verdad yo también lo estoy. Te propongo un acuerdo; entregamos a puños de fuego y dividimos la recompensa 70 y 30- el peliverde no respondió pero sí tensó el cuerpo, preparándose para atacar- ¡Bien, tú ganas! ¡Mitad y mitad! Es un trato justo, ¿No te parece?- si bien Zoro detuvo su ataque, tampoco bajó la guardia; parecía estar debatiéndose algo consigo mismo- ¡No voy a darte más que eso! A menos… que no lo hagas por la recompensa… ¿Es un tipo de venganza personal?- al ver algo de duda en el espadachín, Shuraiya sonrió- ¡Oh, es una venganza! En ese caso no puedo dejar que lo asesines, si despedazas su cuerpo no sé si me den la recompensa completa, pero puedo arreglar que estés en primera fila para su ejecución, ¡No es una buena idea puños de…?- mas al quitar la mirada del peliverde y dirigirla hacia donde el usuario, se dio cuenta que éste había desaparecido, dejando atrás la esfera, los cables de kairouseki que lo tenían cautivo y un pez recién salido del agua, retorciéndose en busca de aire- ¿Qué demonios…?- de nuevo la sed de sangre de Zoro creció, avisándole que estaba a punto de ser atacado. Fueron milésimas de segundos, pero de alguna manera logró escapar del furioso ataque del otro cazador

- ¡¿En dónde está?!- si el espadachín no lo asesinó en ese momento fue porque necesitaba de cualquier información que el otro pudiese darle- ¡¿En dónde está Ace?!

- ¡¡No lo sé,  lo juro!!- temiendo por su vida, Shuraiya prácticamente se arrodilló ante él- ¡¡Estaba inmovilizado!! ¡¡La trampa era de kairouseki puro, por sí solo él no podría escapar!!- y de pronto sus desesperadas palabras le dieron la respuesta por sí solas; si puños de fuego no podía moverse, alguien más debió ayudarle- ¡¡Fue él!!

*************************

En otro sitio…

El sonido de los metales chocando, de los golpes abriendo la piel y las explosiones destrozando lo que estaba a su paso fueron cambiados al suave arrullo del mar. Ace creyó por un momento que, al estar indefenso en medio de una ardua pelea, alguno de los ataques lo había alcanzado y estaba pasando por la última etapa antes de su muerte; pero al abrir los ojos se dio cuenta que no era así. De hecho estaba a bordo de un barco que navegaba tranquilamente por el océano, con los intensos rayos de sol acariciando la cubierta.

Por un momento el dolor que aquejaba su cuerpo en general pasó a segundo plano. Con sus piernas aun débiles, Ace logró ponerse de pie para mirar todo con más detenimiento; en verdad estaba navegando el mar, y de hecho era el mismo pequeño barco que Sanji dejó a su cuidado la última vez que se encontraron. No muy lejos en el horizonte pudo distinguir al menos seis barcos de la marina navegando hacia una isla en medio del océano… una que hace poco había conocido; la isla de Taoh. No hubo oportunidad de preguntarse a sí mismo cómo era que había llegado ahí, pues unas tranquilas pisadas bastaron para darle la respuesta… no estaba solo.

Law salió de la única habitación del barco, cargando consigo una caja de primeros auxilios. Ace estaba tan convencido que lo que sus ojos veían era una alucinación causada por su cercana muerte que, tallándose frenéticamente los ojos, trató de hacerla desaparecer.

- si sigues haciendo eso te quedará la cara más hinchada- esa suave reprimenda por parte del otro fue suficiente para convencerlo; Law en verdad estaba ahí. Mudo por la impresión, Ace dejó que el otro le sentara sobre la cubierta, y arrodillándose frente a él, abrió el botiquín para limpiar y curar las heridas de su rostro- debes agradecer que tu dentadura sigue intacta o no podrías saciar ese enorme apetito tuyo

- sí eres tú… - las habilidosas manos del médico se pasearon por su rostro y luego subieron por su cabello; sus dedos presionaban ligeramente sobre su cráneo en busca de alguna herida grave que no pudiera ver- sí eres Law…

- ¿Esperabas a alguien más?- su sonrisa burlona aceleró sus latidos; era increíble que con sólo una expresión disipara todos los miedos y dudas que albergaba

- Creí que te habías marchado…

- Eso intenté, pero ni siquiera pude poner un pie fuera de la isla, no mientras tú siguieras ahí. Cuando regresé a buscarte vi que estabas en medio de una pelea para variar, así que esperé el momento oportuno para sacarte de ahí

- entonces tú…

- regresé al barco, lo acerqué tanto como fue posible y usé mi room para intercambiarte por un pez. Después volví a transportarnos a una distancia considerable de la isla antes que la marina nos cerrara el paso*

- ¿Hiciste todo eso… por mí?- sabía que la habilidad del cirujano de la muerte era complicada de dominar, sin mencionar que consumía mucha energía; el que haya usado sus técnicas en un rango tan amplio sólo indicaba que debía estar exhausto, quizá a punto de perder la consciencia- volviste a buscarme…- si bien Zoro también había regresado, sentía que con Law era distinto; él no había dudado… no tenía una razón para volver que no fuera él.

- “Fui yo quien te liberó del Coliseo de Sabaody, por lo que eres mi responsabilidad”; ¿No fueron esas tus palabras?- tras esa declaración, el calor se concentró en el rostro de Ace, coloreando sus mejillas de un bochornoso tono carmín- Entonces… espero que cuides bien de mí, “amo”- dijo el médico con sorna- porque después de encontrar a tu hermano tendrás que llevarme de vuelta a Dressrosa...- su curiosa forma de decir que quería estar con él dio buen resultado pues Ace enseguida se colgó a su cuello y devoró sus labios con la misma ansiedad que él sentía.

Posponer su venganza por ayudar a puños de fuego, y además admitir que lo quería en su vida, era una clara derrota pero poco le importaba… lo único que necesitaba en esos momentos era su agradable calor, sus tonterías, su sonrisa…

Necesitaba a Ace.

- no lo haré- después de un largo rato entre besos y caricias, el pecoso se separó apenas lo suficiente para responderle- porque cuando encontremos a Luffy ya no querrás volver a Dressrosa…

Un viaje a destinos inciertos era suficiente tiempo para convencer al médico que no volviera a marcharse… para hacer que lo amara tanto como ya comenzaba a amarle él. Seguro que podía lograr ese cometido, Ace le regaló una amplia sonrisa antes de tumbarle en cubierta para volver a besarle, dejando que el oleaje les llevara a un futuro incierto…

The End (?)

 

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* Según lo investigué, un usuario pierde la capacidad de utilizar por sí mismo los poderes que la fruta del diablo le otorga al estar en contacto directo con ella; es por eso que las llaves de cera de Galdino funcionaban para abrir esposas de kairouseki. Siguiendo esa lógica, mientras Law no tenga contacto con la piedra del mar, es capaz de usar libre

Notas finales:

y como lo mencioné arriba, esta historia ha llegado a su fin.....

PERO NO SE PREOCUPEN QUE HABRÁ SEGUNDA TEMPORADA!!! xD disculpen si los preocupé de alguna forma, pero como mencioné en algún capítulo anterior, creí justo y necesario cortar la historia en dos partes. La siguiente temporada se llamará: Dead or Alive; Most Wanted para que estén atentos owo

sus comentarios me ayudarían mucho a comenzar la siguiente historia; yo en particular le tengo un gran afecto porque es el primer LawAce que escribí QwQ y para mí es hermoso~ ojalá lo hayan disfrutado tanto como yo <3

sólo me queda añadir Muchas Gracias a los que me han seguido desde el inicio, que esperaron esos años de hiatus y los que han llegado hasta aquí, en verdad se los agradezco, no sería nada sin su apoyo~

Nos vemos en la temporada 2 e.e

bye~


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