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Dead or Alive por carina_mew12

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Notas del capitulo:

o.o/ hola -asomándose desde una esquina lejana- antes de empezar, quiero disculparme por estos tres meses (y un pico más) sin acrtualizar, pero quería terminar mis demás fics para centrar mi atención en éste, espero que comprendan

y como sé que ya han esperado demasiado, les dejo el capitulo cuatro, nos vemos abajo~~

4.  La Marca de los Dragones del Cielo

Hace ya unos minutos que Law había despertado, ¿cómo no hacerlo? Los golpes se escuchaban tan fuertes y tan claros que despertarían a cualquiera. Aun así, no les prestó mucha atención, en ese sitio los golpes, las peleas, incluso las violaciones, estaban a la orden del día, no era algo que le sorprendiera. Pero al ponerle un poco más de atención al escándalo, se pudo dar cuenta que el conflicto no estaba muy lejos; es más, parecía tenerlo justo en frente de él… abrió los ojos de golpe y se giró sobre el colchón mientras, lentamente, su mirada iba hacia la celda de enfrente…

Lo pudo ver claramente puesto que sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad; un hombre corpulento estaba sobre quien seguramente era Puños de Fuego, golpeándolo brutalmente, incluso se podía escuchar la sangre salpicar el piso. Por un momento, a Law se le heló la sangre, mas rápidamente se calmó… ya había visto eso y mil cosas peores y nunca había algo que se pudiese hacer, además no era de su incumbencia… aun así, los ligeros gemidos de dolor del pecoso le causaban un extraño escalofrío junto con la innata sensación de querer hacer algo para ayudarlo… pero no lo hizo. Law permaneció en su cama, fingiendo dormir mientras sus oídos eran taladrados por la fuerza de los golpes y los agonizantes quejidos del pecoso.

Después de unos minutos, el ruido cesó lentamente. Escuchó la chirriante puerta de la celda abrirse y cerrarse seguido del sonido de unos pasos alejándose lentamente por el pasillo. Cuando todo quedó en silencio, el moreno se levantó, mirando fijamente a la celda donde estaba Ace, viendo tan sólo un bulto extendido en el piso.

- oi, Portgas-ya…- le llamó en murmullo mientras se acercaba a los barrotes de su celda, buscando un mejor ángulo para ver su estado- Portgas-ya…- tras unos segundos, el bulto se movió ligeramente, al menos estaba vivo, pero no le respondía cuando le llamaba.

Escuchó un gemido de dolor cuando el pelinegro se levantó del piso, aun con la sangre chorreando por su cuerpo. Se acercó con dificultad al lavabo y se arrancó un trozo de tela de sus pantalones, colocándolo bajo la llave del agua del lavabo, de la cual apenas y cayeron un par de gotas que no lograron siquiera humedecer una esquina de la tela. Al ver que no tenía otra salida, abrió el tanque del inodoro y remojó ahí el pedazo de tela en el agua y lo usó para limpiarse un poco la sangre, y de paso, revisar la gravedad de sus heridas. Después de lavarse lo mejor que pudo, regresó a la cama y se acostó, quejándose de tanto en tanto hasta que se quedó dormido. Law le había visto en silencio, y como el otro lo hizo, se fue a la cama sin decirle nada más.

***********************************

A pesar de que los guardias notaron la sangre en la celda de Portgas D. Ace a la mañana del día siguiente, nadie hizo ni dijo nada, era como si toda aquella sangre derramada fuese invisible para ellos, al igual que las heridas abiertas por todo su cuerpo; uno de sus ojos estaba tan hinchado que ni siquiera podía ver con él y se notaba a leguas que el brazo izquierdo estaba, por lo menos, dislocado, y además le costaba demasiado respirar. Pero nada de eso le importaba a nadie, así que Puños de Fuego fue llevado a la arena del coliseo para su siguiente enfrentamiento.

Cada paso que daba se hacía más doloroso que el anterior, incluso algunas de sus heridas se abrieron, dejando que la poca sangre que le quedaba se escapara gota a gota. Jadeante, Puños de Fuego fue presentado para su duelo de ese día, o eso creía, pues realmente no lograda escuchar del todo bien; para él, todo a su alrededor eran murmullos de unas siluetas borrosas y sin forma. Frente a él, su contrincante parecía burlarse a sonoras carcajadas mientras festejaba su indiscutible victoria al igual que sus muchos admiradores, aunque había otro puñado apoyando a Ace con todo fervor.

Vio varias siluetas acercarse a la descomunal sombra de su contrincante, dejando uno a uno varios objetos que, al caer al piso, chocaban entre sí, haciendo un eco metálico… ¿eran armas? Sí, claro que eran armas, pero algo no andaba bien… escuchaba como sus dientes mordían y rasgaban… ¿se las estaba comiendo? Eso era lo que parecía, pero era imposible, ¿no? aunque el otro era un usuario, quién sabe qué tipo de habilidades tenía. Cuando pareció que su enemigo terminó de comer, su figura comenzó a cambiar lentamente de forma…

- ¡¡El gran Blinking va a comenzar con su famoso ataque!!- exclamó el narrador de la pelea mientras el público estallaba en gritos y aplausos- ¡¡Puños de Fuego no se mueve, ¿tendrá un as bajo la manga también?!!- se escuchó un fuerte silbido antes de que una lluvia completa de balas, cuchillos y todo tipo de armas fuera lanzada hacia el pecoso- ¡¡Puños de Fuego no lo está esquivando, sus poderes de la mera mera no mi no funcionan del todo!!- algunas armas le atravesaban por completo en un halo de fuego, otras se clavaban directo en su carne, provocándole más daño del que por sí tenía

- ¡¡Majajajaja!! ¡¡Eres sólo un debilucho!!- se burlaba Wapol sin darle tregua, disfrutando de ver su sangre salpicar la arena del coliseo- ¡¡Nadie está a la altura del gran Wapol-sama!! ¡¡majajajajaja!!- abrió su monstruosa quijada cual grande era y de ella surgió la boca de un cañón. Wapol puso su cuerpo tan rígido como pudo y disparó con tal fuerza que fue arrastrado hacia atrás, haciendo que sus pies alzaran una nube de polvo. La bala dio de lleno sobre el pecoso, haciéndole volar junto con la bola del cañón hasta que la pared del coliseo le detuvo, aplastándole con una fuerza demoledora. Los presentes quedaron en silencio por unos momentos, esperando que la nube de tierra se esfumara

- ¡¡Ha caído!! ¡¡Puños de Fuego ha caído!!- pero a pesar de que no se movía, sus ojos luchaban por permanecer abiertos y su pecho se inflaba y contraía violentamente, tratando de que sus pulmones se llenaran del aire que tanto necesitaba

- Majajajajajaja tengo mucha hambre…- exclamó de pronto su contrincante mientras guardaba el cañón en su interior-  me pregunto a qué sabrá un usuario tipo logia…- con grandes y lentos pasos, Wapol se acercó al pelinegro, salivando exageradamente de tan sólo imaginar ese suculento manjar- ¿podré absorber tus poderes, o sólo serás mi desayuno?- cuando estuvo lo suficientemente cerca, levantó el pequeño cuerpo del pecoso por el cuello con una sola de sus manos y abrió la boca, dejándolo caer sobre su lengua antes de cerrar la mandíbula.

- ¡¡Bliking se ha comido a Puños de Fuego!!- todos permanecían expectantes, pues no sabían si sería capaz de absorber los poderes de una fruta tipo logia, la baku baku no mi tenía un poder bastante peculiar y sus efectos eran impredecibles

No puedo morir aquí…

Ace sentía cómo la lengua le empujaba hacia atrás y la saliva le cubría mientras intentaba masticarlo con sus enormes fauces, mas sus manos se aferraban con fuerza a su paladar para evitar ser tragado. Era la sensación más perturbadora y asquerosa que había sufrido en toda su vida… ese tipo se comía, literalmente, todo lo que tenía a su alcance, y el hedor que surgía desde su garganta lo estaba mareando, pero si vomitaba ahí, seguro que a Wapol no le importaría. Aquella gigantesca y nauseabunda lengua se convirtió en un cañón, el cual no tardó en apuntarle a Ace… una tenue luz se encendió dentro la cavernosa oscuridad de la boca de Wapol, estaba a unos segundos de disparar, y a esa distancia, no fallaría…

Si muero, no podré ver a Luffy otra vez… Luffy me necesita… y yo a él…

Con ese pensamiento, Puños de Fuego, como le llamaban todos en el coliseo, reunió toda la fuerza que aun poseía y se convirtió en una gran y poderosa llamarada que comenzó a consumir todo a su alrededor… un gran estruendo alcanzó sus oídos antes de que todo se volviera  mortalmente oscuro…

***************************

Un ligero ardor logró hacerle despertar, sacándolo de su largo y profundo letargo. Quiso moverse para despabilarse y saber qué había pasado, mas en ese momento se dio cuenta de que le dolía absolutamente todo el cuerpo, por lo que sólo abrir los párpados era una tarea considerablemente difícil; eso, en cierta forma, era un alivio… si podía sentir dolor significaba que no había muerto entre las fauces de Wapol. Cuando finalmente logró abrir sus ojos, las siluetas borrosas fueron haciéndose cada vez más lúcidas, notando que ya no estaba en la arena de duelo, sino en su celda, y que además no estaba solo…

- no te muevas Portgas-ya…- le habló calmadamente alguien a su lado, y al girarse un poco, pudo ver que era ese moreno de tatuajes de la celda de enfrente, vendándole su hombro. Atrás de él, tres guardias vigilaban lo que hacían- aun estás débil… perdiste demasiada sangre…

- ¿Law? ¿qué…?

- ¿qué hago aquí?- completó su pregunta, pues se notaba que le costaba trabajo hablar- soy el único médico que estaba cerca, así que me pidieron que te ayudara… y a cambio, me darán un premio especial…- seguramente sería una tontería como un paquete completo de pan, pero en esos momentos su instinto como médico le obligó a aceptar; aun cuando fuesen enemigos dentro del coliseo, tenía una creciente necesidad por ayudarlo

- mmm… gracias…- cerró los ojos y se dejó hacer por el moreno. Sentía el brazo diferente,  ya no dolía tanto como la noche anterior- si estás curándome… significa que gané, ¿verdad?

- así es. Le quemaste la boca y garganta a Wapol, incluso tus llamas lograron llegar a otros órganos internos de su aparato digestivo… aun con su fruta, dudo mucho que vuelva a comer como antes…- revisó su brazo una vez más antes de inmovilizarlo con un cabestrillo; luego siguió con su abdomen, asegurándose que las heridas internas no dañaran sus órganos. Con sus manos, palpó los pectorales del pecoso, revisándole minuciosamente sin ninguna otra intención que no fuera médica, pero debía admitir que tenía un cuerpo que más de uno desearía en diversas formas. Después de eso, cerró y vendó las heridas que iban de su cabeza a los pies, y por último colocó una bandita sobre su mejilla y le conectó una trasfusión de sangre en uno de sus brazos- tienes suerte, no muchas veces los de arriba se dignan a darte una transfusión de sangre, de seguro te pedirán algo después, no lo dudes…

- no me importa… yo sólo quiero seguir viviendo…- tenía un motivo para hacerlo, su adorado hermano. Se negaba a morir en esas circunstancias, y peor aún, sin saber nada de Luffy

- ya hiciste suficiente Cirujano de la Muerte- le llamó despectivamente uno de los guardias- nuestros médicos pueden hacerse cargo a partir de aquí. Gracias por tu cooperación, tu recompensa será entregada después…- dicho esto, apartó al moreno de Ace y le regresó a su celda.

Tras algunos minutos, un grupo de personas llegó, dos parecían ser los médicos que le atenderían pues iban de blanco de cabeza a los pies, sin embargo, los otros dos… eran bastante sospechosos, llevaban artefactos extraños. Uno de ellos bajó todas las herramientas, entre todo eso iba una especie de horno que no tardaron en encender. Eso le pareció bastante sospechoso a Ace, por lo que se mantuvo alerta todo el tiempo, mas nada pudo hacer con lo que le esperaba… tras recibir la transfusiuno de los médicos le arrancó el catéter del brazo, haciendo salpicar algo de sangre. Luego, los tres guardias le dieron la vuelta y le inmovilizaron, dejándole boca abajo sobre la cama

- tranquilo puños de fuego, esto sólo te dolerá un montón- habló burlón uno de ellos, poniendo una barra de metal sobre las brasas ardientes de ese pequeño horno

- ¡¿qué hacen?! ¡¡Suéltenme!!- pero Ace estaba demasiado débil como para hacer algo para defenderse.

- manténgalo quieto o la marca no quedará bien- el hombre a cargo del hierro vigilaba las llamas y la temperatura, debía quedar lo suficientemente caliente. En cuanto el metal se puso al rojo vivo, el hombre lo sacó de las llamas y se acercó al pecoso- deberías sentirte honrado, Puños de Fuego, tendrás una marca bastante especial…- sujetó el fierro con fuerza y lo clavó directo en la espalda del pecoso, haciendo que el metal caliente liberara un ligero vapor y el característico olor a carne quemada inundara el lugar mientras se escuchaba su carne crujir ante el calor, y como si fuera poco, el hombre hundió aún más el metal caliente para que la imagen quedara bien impresa sobre su carne.

El grito desgarrador del pecoso se escuchó en todas las celdas… otro había sido marcado como propiedad de los Tenryuubito, cual si fuera ganado común… eso eran, simple ganado del cual disponer cuando se necesitaba. Más de uno apretó los ojos y se cubrió los oídos; no importaba cuántas veces habían sido testigos de tan cruel acto, siempre dolía como si fuesen ellos quienes estuvieran recibiendo la marca.  Al terminar, el hombre retiró el hierro caliente y admiró su obra maestra… una marca rojiza que constaba de un círculo perfecto y cuatro triángulos, tres en la parte superior y una en la inferior… la llamada marca de los “Dragones del Cielo” (*). Una vez terminada su tarea, terminaron de atender la herida que tenía en el brazo por el catéter y los presentes en la celda del pecoso tomaron sus herramientas para luego retirarse satisfechos.

- tks… carajo…- Ace permaneció boca abajo sobre su cama, cerrando sus ojos con fuerza mientras intentaba soportar el ardor que le carcomía la piel- Law… qué… ¿qué es lo que me han puesto?- no recordaba que eso viniera en las reglas, algo tan doloroso debía ser importante ahí

- es la marca de los Tenryuubito. Una vez que llegas a las tres victorias, te marcan  como “propiedad” del coliseo, y por tanto, propiedad de ellos- le explicó calmadamente, abriendo su viejo libro por enésima vez- ahora pueden hacer lo que quieran contigo…

- ¿y por qué tú no tienes una?

- claro que la tengo- se dio la vuelta y se levantó lo suficiente la camisa como para que viera su espalda; efectivamente, la marca estaba ahí, mas Ace no la había visto la primera vez porque los tatuajes negros que atravesaban su cuerpo se llevaban toda la atención, haciendo aquella marca casi invisible a simple vista

- eso…- el pecoso no pudo evitar su sorpresa; si los tatuajes negros estaban sobre la marca de los Tenryuubito, significaba que la marca había sido colocada antes que los tatuajes- ¿desde cuándo eres…?

- suficiente charla- Law se bajó la camisa y retomó su lectura, ignorando al pelinegro por completo. Ni siquiera sabía por qué le había enseñado su marca, quizá sólo quería satisfacer la curiosidad del chico para que le dejase en paz. Pero aun cuando le ignoraba, podía sentir la fuerte mirada del pecoso sobre él. Soltó un suspiro de resignación y siguió leyendo, tal vez si le ignoraba el tiempo suficiente le dejaría en paz.

Y efectivamente, después de unos minutos, Ace desvió su atención a otras actividades como revisar sus heridas, llevar su conteo de victorias o tratar de ver la marca de su espala, cosa imposible para cualquiera, pero al menos estaba entretenido intentándolo. Todo permaneció en silencio en las celdas un largo rato salvo cuando los guardias llevaban a los usuarios a sus celdas tras su enfrentamiento. Al terminar los duelos de ese día, los guardias comenzaron a moverse para realizar su rutina diaria: registrar las victorias, derrotas y muertes de ese día, revisar las akuma no mi obtenidas, atender a los heridos que faltaban, y finalmente, darles de comer a sus prisioneros.

Al ver que los guardias comenzaban a pasar con comida, Ace  no pudo ocultar su creciente emoción, y como perro que espera a su amo para que le alimente, se sentó frente a los barrotes con una sonrisa, esperando que fuese su turno. Uno de los guardias se detuvo frente a su celda, abrió la pequeña rendija al ras del suelo y deslizó la bandeja hacia adentro… una pierna de pollo que apenas y contenía carne, un corazón de manzana y un vaso con apenas un trago de agua

- que lo disfrutes, Puños de Fuego- pronunció con desprecio el hombre que le había llevado los alimentos. Ese maldito chico le había hecho perder su dinero y ahora tenía que enfrentar las consecuencias, así que se había tomado la libertad de comerse la ración de Ace antes de que llegase a sus manos. Sonrió triunfante al ver la confusión en el rostro del chico y se dio la vuelta, al menos le había amargado el día de alguna forma

- ya terminé- el pecoso permanecía sentado frente a la puerta, con una charola ahora vacía a sus pies; se había comido el corazón de manzana, las pocas gotas de agua e inclusive el hueso estaba mascado- ¿puedo comer un poco más?

- no, es todo lo que comerás hoy- ese chico le estaba sacando de quicio, de haber sabido que sería una molestia, lo hubiese matado cuando tuvo oportunidad

- mmmm… ya veo… gracias por la comida…- recargó los puños sobre el piso e hizo una reverencia, como si lo que acababa de comer fuese lo más delicioso que hubiese tocado su lengua

-…- Law, que había visto todo desde su celda, no pudo evitar sorprenderse por la actitud de su “vecino”, ¿acaso no estaba enojado o hambriento? Y lo que es más, ese guardia había sido el mismo que le había golpeado la noche anterior, y el pecoso ni siquiera mencionó el asunto.

- mmmm… ¿quieres comer un poco más?- al ver que el pelinegro asentía enérgico, Porchemy sonrió con malicia- bien, te traeré una ración más… si me haces un pequeño favor…- se relamió los labios de sólo imaginar de ese chico debajo suyo, gritando de dolor y suplicando por…

- Ah~, ya no tengo hambre~ - Ace rodó por el piso a su cama y se recostó boca arriba, tarareando una alegre canción e ignorando  descomunalmente al guardia. Al verlo, Law no pudo evitar reír levemente, aunque era extraño, él no solía tener ese tipo de reacciones por emociones mundanas

- maldito criajo- miró con odio al pecoso y luego a Law antes de marcharse del área de celdas, ya vería la forma de enseñarle a ese pecoso quién era.

Unos momentos más tarde, dos guardias fueron hacia la celda de Law y abrieron la puerta, dejando que un tercer guardia entrara empujando un carrito repleto de todo tipo de comida. Cuando el aroma llegó a la nariz de Ace, éste se levantó cual resorte y miró aquel delicioso banquete; de seguro esa era su “recompensa” por haberle ayudado a curar sus heridas. Con el estómago aun vacío, el pecoso volvió a recostarse en la cama, ya tendría otra oportunidad de comer, por ahora tendría que conformarse con el aroma para llenarse. Justo en ese momento, algo golpeó suavemente su pierna, y al girarse, pudo ver un grupo de panes desfilando hacia su celda… Law le ayudaba de nuevo, pero no sabía el por qué y tampoco le interesaba, sólo quería comer. Con una sutil sonrisa en forma de agradecimiento, Ace tomó las piezas de pan y comenzó a comer

- Law...- la voz grave del llamado Cazador Blanco se escuchó por el pasillo, por lo que el pecoso tomó todos los panes y se acostó sobre ellos para que no los viera, no quería meter al moreno en problemas- tenemos que hablar

- ¿ahora Cazador Blanco-ya? Estoy en medio de mi comida- agradecía que Ace se hubiera molestado en encubrirle. Enredó la pasta en el tenedor y se lo llevó a la boca- si quieres algo de mí, vas a tener que esperar a que anochezca

- no es eso, dije que quiero hablar contigo- el pecoso escuchaba su conversación mientras comía en secreto los panes aplastados debajo de él- escuché que quieres enfrentar a Eustass “Capitán” Kid- el peliblanco abrió la celda y entró con Law, parándose serio a su lado

- sí, ¿y?

- sabes que es arriesgado enfrentarse a un supernova, y más a ese hombre… jamás ha perdido desde que entró al coliseo… y sus oponentes jamás han sobrevivido…

- ¿estás preocupado por mí? Qué tierno eres Smo-ya - lo dijo más como burla, pero al ver el semblante serio del mayor, supo que hablaba en serio- voy a estar bien, tengo un plan contra él

- conoces sus habilidades, te puede derrotar en un suspiro

- no me ofendas así, Smo-ya. Puedo hacerme cargo de él- se escuchaba confiando, aunque por dentro estaba igual de inseguro que el guardia- confía en mí… voy a derrotar a ese engreído

- ten cuidado- el peliblanco se acercó al otro y depositó un beso en la frente del moreno antes de marcharse.

Ace, quien lo había visto y oído todo, no pudo evitar ponerse celoso al verles… Smoker parecía querer sinceramente al moreno, ¿y él qué tenía? Absolutamente nada; la persona que más había amado en su vida le había apuñalado por la espalda en la primera oportunidad que pudo… quizá… el amor que le profesaba Zoro no era real… esa sola idea bastó para entristecerle… era mejor no sentir nada, así no volverían a lastimarle… sólo se limitaría a cuidar y amar a su pequeño hermano… el amor no había sido hecho para él…

*****************************

Mientras tanto, en otro sitio

- Mugi-chan, Mugi-chan…- le llamó bajito el guardia, pues si lo descubrían, ambos estarían en muchos problemas- Mugi-chan, ¿estás despierto?- se puso de cuclillas junto a la celda y miró a su alrededor, al parecer nadie los veía

- ¡Bon-chan!- emocionado, el pelinegro corrió junto a los barrotes, mas al ver que el otro le hacía una señal de que guardara silencio, se cubrió la boca con ambas manos- shhhh shishishi…

- Mugi-chan, ya he revisado la lista del coliseo, y lamento informate que tu hermano no está aquí, quizá lo llevaron a otro lugar…- la alegría que emanaba Luffy poco a poco se fue apagando- descuida Mugi-chan, los cazadores deben saber en dónde está tu hermano, se conocen muy bien entre ellos. Puedo averiguar a dónde se llevaron a tu hermano

- Ace es fuerte, no perderá- se auto convencía, pues después de entender en qué tipo de lugar estaba y los peligros que se corrían en él, no tenía alternativa más que confiar en su hermano- ¡él puede derrotar a un ejército sin usar su fruta del diablo! ¡escapará y pronto estaremos juntos!

- ¡¿en verdad?! ¡¡Ace-san, eres maravilloso!!- sus ojos brillaban con la misma intensidad que las del pequeño; la alegría de Luffy era fácilmente contagiable- ¡¡Mugi-chan, debes mostrarle que también eres fuerte y ganar tus batallas!!

- ¡¿ah?! Pero yo no quiero pelear- el chico con sombrero de paja se cruzó de brazos con evidente molestia

- tienes que pelear Mugi-chan, ya te he dicho las reglas. Si no peleas, no podrás ni siquiera comer…

- ¡pelear sin motivo es malo!- su hermano le había dicho eso tantas veces que había terminado por aprenderlo. Golpear gente sin motivos era malo y las peleas no valían la pena si no eran para defender tu vida o la vida de alguien a quien amas; pero en ese lugar la vida estaba en juego a cada segundo, así que no sabía muy bien qué debería hacer

- tu motivo, es tu hermano Mugi-chan. Yo haré lo que pueda para sacarte de aquí antes pero… si me descubren, no creo que pueda ayudarte después…

- ¡¡tú vendrás conmigo Bon-chan, eres mi nakama!!

- tu nakama….- sus ojos se llenaron de lágrimas con rapidez y pronto bajaron por sus mejillas- Mugi-chan… te… ¡¡saldremos juntos del coliseo!!

- ¡Bon-chan!- con lágrimas de emoción, el menor abrazó al guardia como pudo sin dejar que su sonrisa desapareciera de su rostro… al menos Luffy no se sentía solo

Continued

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(*) Según mis investigaciones, la palabra “Tenryuubito” significa precisamente “Dragones del Cielo”, así que los estaré usando como homónimos de vez en cuando.

 

Notas finales:

eso ha sido todo por ahora owo ojalá que su espera haya valido la pena...

ahora, como les decía arriba, ya he terminado mis otros dos fics que llevaba junto con éste, y ahora que mi atención está enfocada sólo en este fic, lo más probable es que las actualizaciones lleguen más pronto nwn

no olviden dejarme sus reviews, y también una idea de con quién quieren que Luffy tenga su primera pelea, yo tengo a algunos en la mira, pero quiero saber qué opinan ustedes xD

gracias por leer, nos vemos en el siguiente capi!!

y no olviden que Ale-sempai los ama ¬w¬ 


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