Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dead or Alive por carina_mew12

[Reviews - 117]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a peques!! owo/

ya ni sé cómo disculparme por la tardanza, pero igual discúlpenme -hace una reverencia- me apagué y no sabía cómo seguir, pero hace un par de días regresó mi inspiración y terminé el capitulo en dos días, yay!! xD

En fin, les dejo ete nuevo capitulo que espero que disfruten, nos vemos abajo!!

3. Akuma no mi

“Luffy, ¿cómo estás? Espero que mejor que yo… sé lo importante que es la comida para ti, debes estar sufriendo por eso, ¿cierto? Resiste hasta que yo vaya por ti; y cuando estemos libres,  te llevaré a comer la mejor carne del mundo, yo invito… no pelees a menos que tu vida dependa de ello… por favor, no dejes que te maten…”

__________________

Se las había ingeniado para abrir el colchón de un costado, aunque realmente no había sido algo tan difícil, estaba tan gastado que en cualquier momento tenía que abrirse. Tomó un retorcido resorte de metal, y con la punta más afilada, Ace hizo una pequeña herida en su dedo índice; hubiese sido más fácil morderse, pero para él era mejor así. Apoyó el dígito sobre la pared y dibujó dos líneas verticales que marcaban el inicio de un conteo que esperaba no llevar por mucho; la primera fila era para contabilizar los días que llevaba ahí, la segunda era para llevar la cuenta de sus victorias.

 Al terminar, el pecoso guardó de nuevo el alambre entre el colchón, lamió su herida para que parase la sangre y se recostó en la cama… todo había sido tan rápido que aun creía que cuando cerrara los ojos y los abriera nuevamente, se encontraría de nuevo en su antigua vida y comenzaría a reír junto con su hermano por el extraño sueño que había tenido. Sin embargo, el hambre y el dolor presentes en su cuerpo le dejaban muy en claro que todo eso estaba pasando en realidad; que la persona que más amó en la vida los había vendido sólo por haber comido aquella fruta cuando eran niños... Fue bastante complicado mantener oculto sus poderes, y justo cuando creía que era buen momento para revelarlo, la única persona en el mundo en la que confiaban les apuñalara por la espalda… ni siquiera le había dado tiempo de explicarle… Pero no había tiempo para lamentarse por lo ocurrido, era hora de pensar en cómo salvaría a su hermano.

Se giró sobre la cama y cerró los ojos, intentando pensar en una solución a su problema mientras intentaba dormir. De pronto, algunos ruidos comenzaron a escucharse; los pasos de los guardias se escuchaban por todo el lugar al igual que algunas puertas siendo abiertas. Después de eso, los gritos y gemidos prosiguieron a hacer eco entre los pasillos; ¿acaso tendría que escuchar todo eso cada noche?, ¿terminaría como ellos algún día? No, se negaba a dejarse vencer; si la situación lo requería, se vendería a los guardias, en tanto tendría que seguir con el plan inicial: seguir el juego hasta encontrar una forma efectiva de salir del coliseo.

**********************************

Esa mañana no hubo ducha para los usuarios, es más, sólo se permitía que se asearan una o dos veces a la semana; a los tenryuubitos no les gustaba despilfarrar su dinero en ellos a menos que su entretenimiento estuviera en juego. Los guardias llegaron a la misma hora del día anterior, despertándolos esta vez golpeando las barras de su celda con un tubo de metal, produciendo un chirriante eco que hacía temblar los tímpanos.

- ¡cierren la boca bastardos, voy a nombrar a los peleadores de hoy!- como la vez anterior, era un guardia quien lideraba al grupo; todos llevaban el mismo uniforme, las mismas armas, pero sólo uno tenía el derecho de leer la lista de competidores del coliseo. Ese día, el nombre de Trafalgar Law, usuario de la ope ope no mi, fue pronunciado, nombre que reconoció Ace de aquella agitada noche en la que el moreno que le había obsequiado un pan y el guardia que la había golpeado habían pronunciado el nombre del otro entre jadeos. Tras acabar la lista, el guardia siguió con las peticiones de los peleadores que saldrían a ver las batallas de sus compañeros

- yo…- el pecoso apenas alzaba la mano cuando el guardia le miró mordaz

- tú no puedes Portgas, no tienes derecho alguno hasta que hayas completado tres victorias- dijo tajante el hombre antes de seguir anotando los nombres de los usuarios que sí tenían permitido salir. Al acabar, el guardia principal dio la orden para preparar las batallas de ese día y se retiró junto con sus hombres.

- ¡joder, no quería pelear hoy!

- ¡ya no soporto más esta vida de mierda, quiero morir!

- ¡Sáquenme de aquí por favor! ¡No quiero regresar al coliseo!

- ¡voy a matar a esos hijos de puta!

Los reclamos y sollozos tanto de hombres como mujeres se escuchaban de esquina a esquina; era más que obvio y comprensible que nadie quería seguir ahí, cualquiera que disfrutara eso debía estar enfermo, justo como los bastardos que se entretenían mirando cómo derramaban sangre en la arena de duelo. Sin embargo, Law no parecía estar quejándose por su situación; al contrario, tenía una expresión decidida en el rostro. Muy pocos en ese lugar tenían esa mirada, eran los que querían salir de ese sitio, los que deseaban vivir…

- ¡hay que escapar!- habló de pronto una chica- ¡podemos con todos ellos, sólo tenemos que…!

- ¿crees que no lo han intentado ya?- habló otro, interrumpiendo las palabras de la mujer- la única razón por la que no lo sabías es porque todos han terminado muertos, cada uno de ellos… yo soy de los pocos que decidieron quedarse a mirar…- se escuchaba la voz de un hombre mayor- pero estoy harto de ser un espectador; hoy me enfrentaré a uno de los supernova, y si logro seguir subiendo, prometo sacarlos de aquí cuando sea libre… he escuchado que un grupo de usuarios se está reuniendo allá afuera para revelarse contra los tenryuubito; los encontraré y vendré por todos ustedes…- algunos de sus compañeros comenzaron a celebrar; por ahora ese hombre era su única esperanza.

Un rato más tarde, los guardias regresaron por los competidores de ese día mientras los demás esperaban. Algunos observaban con verdadera devoción a aquel hombre que les había dado un pequeño rayo de esperanza, otro sólo se burlaban de él por lo bajo, tampoco era sencillo ganarse la confianza de todos. Ace miró cómo la fila de hombres y mujeres que iban a competir pasaba frente a su celda, incluyendo a Trafalgar Law…

**************************

Otra de las reglas dentro del coliseo era que las armas eran perfectamente permitidas; es más, algunas veces se les proporcionaba algún arma al usuario para potenciar sus habilidades y causar más daño, pero por obvias razones sólo se les permitía tenerlas en la arena. Una vez terminadas las peleas, las armas eran recogidas y guardadas en un almacén especial para la siguiente vez que ese usuario tuviera una pelea… y si por alguna razón el usuario no podía seguir en el coliseo, su arma era dada a otro.

El arma de Law era una nodachi casi tan larga como su propio cuerpo, con una funda negra con pequeños detalles de cruces blancas; había llegado con ella al coliseo y se le había permitido conservarla. Al tener su nodachi en sus manos, sentía como si una parte de su cuerpo volviera a él, quitándole del rostro cualquier rastro de piedad que pudiese tener. Con un movimiento de sus manos, su enemigo quedaba atrapado dentro de su habilidad… y en menos de cinco minutos, la batalla había sido finalizado, siendo “El Cirujano de la Muerte”, como apodaban a Law, el ganador. Esa era su vigésima quinta victoria consecutiva, y con ello, tenía derecho a retar a un Supernova.

Debía elegir bien a su oponente, pues tenía estar seguro de ganar para poder seguir subiendo… Law iba pensando en eso cuando le quitaron su nodachi y le llevaron de regreso a su celda. Llevaba la cabeza baja, por lo que no hizo caso del camino hasta que un grito llamó la atención…

- ¡¡señor!!- gritó de pronto uno de los guardias, viendo aterrado dentro de una celda. Curioso, Law miró hacia donde veían los guardias, llevándose una gran sorpresa- ¡¡Puños de Fuego está…!!

- ¡¿qué diablos…?!- el hombre líder del pequeño grupo de oficiales se acercó un poco más a la celda, mirando el cuerpo del pelinegro en el piso, con un camino de sangre bajando por su pierna y cuello mientras sostenía un ensangrentado trozo de alambre entre sus manos; estaba boca abajo, por lo que no se podía ver su expresión-  se ha suicidado…

- no es el primero- comentó otro de ellos mientras encerraba a un incrédulo Law en su celda- muchos han hecho lo mismo, pero en diferentes formas…

- es una lástima, hay pocos usuarios tipo logia, y él tenía un don natural para la suya, hubiera llegado muy lejos... busquen su fruta del diablo en la bodega- un par se retiró mientras otros tres abrían la celda para sacar el cuerpo del pecoso

En el momento en que los guardias bajaron sus armas, el recién fallecido revivió… Ace soltó una patada a los pies de esos hombres, haciéndoles trastabillar y caer. Se levantó de un salto y corrió fuera de la celda… mas pronto los guardias le dieron alcance junto con otro grupo más. Se podía escuchar una dura pelea que pareció durar horas, hasta que finalmente los guardias ganaron. Lograron tirar al pecoso, y una vez en el suelo, comenzaron a golpearlo con furia hasta casi dejarlo inconsciente y lo regresaron a su celda. Aseguraron la puerta perfectamente y se retiraron.

- eres un idiota- suspiró cansado Law tras aquel espectáculo- deberías saber ya que tus intentos de escape son inútiles. Si vuelves a hacerlo, seguramente te ejecutarán…

- ¿y quién… estaba intentando escapar?- Ace se giró lentamente sobre el suelo hasta quedar boca arriba, tomando grandes bocanadas de aire antes de sentarse en el piso. Limpió la sangre de su cuello, revelando que no tenía herida alguna ahí; se había hecho una herida superficial en la pierna y, con esa sangre, había logrado hacer parecer que su cuello sangraba… sin embargo, ahora tenía heridas reales por todo su cuerpo, aunque podía resistirlas. Una vez que se aseguró que los guardias se habían ido, metió una mano a su pantalón y sacó de él una bola de papel. Sonrió satisfecho al ver aquel bulto y comenzó a desenvolverlas una a una

- ¿esa es… la lista de los usuarios del coliseo?

- precisamente- con una sonrisa en su rostro, el pecoso acomodó la lista y comenzó a hojearla; la lista llevaba por título “Coliseo de Sabondy” y estaba dividida en varias partes:

En la primera se encontraban los competidores el coliseo; en esa sección ponían el nombre del usuario, nombre y tipo de fruta del diablo, apodo en el coliseo, el arma que utilizan de tener alguna, y tanto las victorias como derrotas acumuladas, así como el rango en el que estaban. También había algunos nombres tachados con rojo, y al final de la lista, en un cuadro especial, ponían las palabras: “Fallecido en batalla, ejecutado, suicidio”, y se marcaba una según la razón de su muerte. En la segunda parte estaba una lista de las batallas de ese día y una serie de gráficas que las ilustraban perfectamente el orden de los competidores y sus peleas; y por otra parte estaba la relación de batallas futuras basadas en las que ya se habían llevado a cabo. Después, en la tercera y última parte, estaba una lista de frutas del diablo.

- no está…- suspiró Ace al terminar de revisar la lista, su hermano no estaba ahí. Estaba feliz de no haber encontrado su nombre tachado de rojo, pero era igualmente frustrante saber que no estaba en el mismo coliseo que él; a final de cuentas tendría que escapar para ir a buscar a su hermano menor. Suspiró profundo y volvió a revisar la lista, mirando esta vez el nombre de Law- ¿eres… espadachín?... oh, y ganaste hoy… ¡¿veinticinco victorias?!

- deja de leer lo que no te incumbe- le gruñó el moreno desde su celda- en vez de eso, ayúdame a buscar algo y te daré mi pan de hoy

- mmm está bien. ¿Qué quieres que busque?

- ¿cuál es el supernova que está más cerca de obtener sus cincuenta victorias?

- es…- el pecoso volvió a leer las hojas y después de un rato respondió- Eustass Kid, tiene cuarenta y siete victorias hasta ahora

- perfecto…- murmuró para sí Law con una sonrisa en sus labios; si lo derrotaba, estaría a sólo dos batallas de su libertad

- Law, ¿por qué hay nombres de frutas del diablo?- el moreno parecía saber mucho, así que le preguntó

- una vez que un usuario muere, su fruta del diablo vuelve a aparecer. Su poder se transfiere a la fruta más cercana al lugar de la muerte del usuario; ellos tienen una bodega especial con diversas frutas que son reemplazadas cada tercer día; así pueden obtener las frutas del diablo más fácilmente… se corren rumores que, una vez que las consigan todas, y habiendo aniquilado a todos los usuarios, destruirán las frutas del diablo…

- ¡¿Qué?!- asustado, el pecoso revisó la lista de frutas, pero para fortuna suya la fruta de su hermano tampoco estaba ahí

*********************************

En alguna otra parte…

- tengo hambre…- gruñó bajito un hambriento Luffy, tendido sobre el piso de su celda. Había pasado ya un día sin probar bocado y para él eso ya era demasiado, incluso sentía cómo si su estómago comenzaba a comerse a sí mismo. No tenía ni la más mínima idea de cómo conseguir comida en ese lugar, ni siquiera se había tomado la molestia de leer las reglas del coliseo, y cuando un guardia trató de explicarle, se había quedado dormido. El menor se arrastró como pudo a los barrotes de la celda, y en un acto desesperado para poder salir, comenzó a masticarlos, logrando quedar tan débil que todo a su alrededor giraba y casi pierde la consciencia- no me siento bien…

- ¡Tú, cierra la boca renacuajo!- le ordenó el guardia de turno, encargado de vigilar a los usuarios que no habían competido ese día. Era un hombre de cabello corto y la cara maquillada como si fuera mujer; se acercó a la jaula de Luffy mientras ejecutaba una extraña coreografía de baile y le sonrió con sorna- ¡estás interfiriendo con mi práctica!

- tengo hambre…- repitió el menor sin hacer mucho caso de lo que decía el guardia- Ace…

- ¡te dije que te callaras! ¡y no importa cuánto pidas ayuda, nadie vendrá a ayudarte!- siguió moviéndose por todo el lugar como bailarina de ballet mientras cantaba una canción… hasta que vio a ese chiquillo llorar- ¡ñahahaha, eres tan sólo un bebé grande!- se burlaba sin dejar de girar

- ¡no estoy llorando!

- ¡claro que estás llorando, ñahahaha!- y de pronto, el guardia dejó de girar y se agachó para mirarle mejor- y por cierto, ¿por qué lloras? Eso no te ayudará a salir… aunque no es que me importe realmente…- habló fingiendo indiferencia

- mi hermano…- el pelinegro comenzaba a limpiarse la cara con una mano, intentando desaparecer todo rastro de llanto- Ace… fue mi culpa que pasara esto… él me dijo muchas veces que no comiera las frutas con espirales…

--Luffy Flash Back—

Diez años antes

- ¡Deja de llorar!- le ordenó su hermano mayor con un grito- ¡odio a los niños llorones!

- ¡no estoy llorando!- Luffy apretó los labios con fuerza y se apresuró para quitar cualquier rastro de lágrimas de su rostro. Apenas tenía siete años, no podía evitar romper en llanto por cualquier cosa, pero no quería que su hermano lo odiara, así que se contenía como podía

- ese es mi hermano- Ace le despeinó con ternura con una mano mientras que la otra sostenía un tubo de metal, el cual descansaba sobre su hombro- ahora, no hagas ruido y sígueme, hay que buscar algo de comer

- ¡sí!- ya un poco más animado, Luffy siguió a su hermano mayor, aunque no importaba cuánto corriese tras él, siempre se quedaba atrás- ¡Ace, espérame! ¡no puedo correr tan rápido!

- ¡baja la voz!- le indicó en murmuro

- no estoy haciendo ruido- el menor se cubrió la boca con ambas manos y siguió corriendo tras su hermano hasta que finalmente llegaron a su destino; una bodega de suministros de un barco.

Estaban acostumbrados a robar de barcos, pues no tenían padres que les dieran lo que un niño requería, por lo que Ace era, por así decirlo, el sustento de su pequeña y peculiar familia. Al ser aun niños, les fue sencillo colarse dentro de la embarcación y bajar hasta donde estaba su botín, la comida; mas al llegar a lo que parecía ser la bodega, se encontraron con que estaba cerrada. El mayor tuvo que golpear a un par de hombres que resguardaban el barco y les quitó varias llaves que llevaban con ellos. Le hizo una señal a su hermano para que le siguiera nuevamente, y después de probar con algunas de las llaves, finalmente pudieron entrar a la bodega de alimentos.

- toma todo lo que puedas y salgamos de aquí- le pidió el mayor mientras escogía algunas cosas y las metía en un saco- ¡Y no te comas nada!, ¿entendiste Luffy?

- pero Ace, tengo hambre- miraba todo con ojos centelleantes, ahogándose en su propia saliva- ¿puedo comer al menos una manzana?

- ¡dije que no!- suspiró un poco, debía calmarse- podrás comer todo lo que quieras en cuanto estemos afuera, ¿bien? Ahora apresúrate- el menor tan sólo asintió e hizo lo que su hermano; tomó un costal y comenzó a llenarlo con todas las cosas que le gustaban.

Una vez que tomaron todo lo que pudieron, cerraron sus costales y comenzaron a correr para escapar de ese sitio. La poca gente dentro del barco estaba inconsciente por la golpiza que les había dado el pecoso, pero no podían darse el lujo de confiarse. Ace se aseguraba de que todo estuviese despejado para luego llamar a su hermano con un ademán y seguir corriendo. Iban pasando por un largo pasillo cuando algo llamó la atención del pequeño Luffy; una enorme puerta de madera cerrada con un enorme candado… eso sólo significaba una cosa para él…

- ¡un tesoro!- dijo emocionado y bajó su botín para intentar abrir la puerta

- Luffy, ¿qué haces?- tan sólo le había quitado la vista de encima unos escasos segundos, y cuando se dio cuenta, su hermano no estaba. Ace tuvo que regresar a buscarlo, y al verlo tirando del candado de una puerta, no pudo hacer más que suspirar de nuevo- deja de jugar, ya vámonos

- pero Ace, ¡aquí hay un tesoro, estoy seguro!

- ¡no tenemos tiempo para tesoros, vámonos!- tiraba de la camisa de su hermano para llevárselo- ¡no seas terco Luffy!

- ¡pero el tesoro! ¡Quiero ver el tesoro!- se agarraba cada vez más fuerte de aquel candado casi tan grande como sus dos manos juntas, con una expresión tan adorable en su rostro que, incluso para Ace, era imposible resistir

- ¡Luffy, ya basta! ¡estás haciendo mucho ruido!- pero sabía que, una vez que su hermano quería algo, no desistiría hasta conseguirlo- sólo quieres ver lo que hay, ¿cierto?- el menor asintió- bien, abriremos la puerta, veremos adentro y nos iremos, ¿entendido?- aunque a decir verdad, él también quería ver qué había

- ¡Sí!- emocionado, Luffy miraba cómo su hermano buscaba entre las llaves que habían recogido, eligiendo las más grandes. Probó unas tres hasta que finalmente el candado se abrió con la cuarta. Sin pensarlo dos veces, Luffy abrió la puerta y entró emocionado a aquel lugar- ¡Un tesoro!- el lugar estaba repleto de oro y joyas del piso al techo, todo brillaba tanto que le lastimaba la vista

- ¡de verdad es un tesoro!- por primera vez en muchos años, Ace tenía la expresión alegre de un niño de su edad, y sin pensarlo mucho comenzó a recorrer aquel sitio- tomemos un poco de oro, si lo vendemos a buen precio podremos vivir decentemente por unos meses- llenó sus bolsillos con todo el oro y joyas que pudo, asegurándose de tomar lo que se veía más valioso- vamos Luffy…- pero cuando se giró, vio a su hermano abrir un cofre que estaba dentro del lugar y subirse en él para sacar algo- ¿qué encontraste?- se acercó a él, quizá lo que había tomado no era tan valioso como lo que tenían alrededor… pero al estar más cerca, vio lo que ese cofre escondía; eran en total unas diez frutas del diablo, todas de diferentes formas y colores… y de pronto, su hermano se llevó una de esas frutas a la boca, dándole una mordida tan grande que casi se la terminó por completo

- sabe horrible- se quejó el menor al pasar el bocado de aquella fruta, pero igual se comió el trozo que faltaba, tenía mucha hambre como para ser quisquilloso con lo que se comía

- ¡¡IDIOTA!!- el mayor lo abrazó por la espalda y comenzó a apretar su estómago con los puños, intentando que escupiera lo que se había comido- ¡¿POR QUÉ TE HAS COMIDO ESO?! ¡¡¿CUÁNTAS VECES TE DIJE QUE NO COMIERAS LAS FRUTAS CON ESPIRALES?!!

- ¡¡duele Ace, suéltame!!- aun con los intentos de su hermano, la fruta no salió de su organismo, y cuando se dio cuenta, su cuerpo se estiraba como goma hasta el piso- ¿pero qué…? ¡¿qué es esto?!

- ¡¡joder!!- lo soltó y soltó todo lo que llevaba con furia; no pensó que abrir esa puerta traería tales consecuencias- ¡¿tienes idea de lo que has hecho?! ¡Eres un usuario ahora!

- Ace… lo… lo siento…

- ¡no llores!

- no estoy llorando- pero el llanto bajando por sus mejillas decía lo contrario- lo siento Ace, lo siento… tenía hambre y se veía deliciosa… lo siento… ahora, estoy maldito, ¿verdad? ¿van a arrojarme al mar?

- ¡no digas estupideces, nadie va a arrojarte al mar! ¡Nadie va a tocarte, yo te protegeré!- y sin pensarlo dos veces, Ace se acercó a aquel cofre y tomó una fruta al azar y comenzó a comerla- no vas a pasar por esto tu solo…

-- End del Flash Back—

- Ace siempre me ha cuidado y quiere hacerme feliz… si no me hubiera comido esa fruta, y si no hubiera insistido en que le contara a él que éramos usuarios, nosotros…

- ¡Buaaaa!- sin darse cuenta, el guardia había comenzado a llorar aún más fuerte de lo que él lo hacía- ¡Qué historia tan triste! ¡Ace-san, eres todo un hermano mayor!- lloraba desconsoladamente el hombre- ¡Mugi-chan, no llores!- le “nombró” refiriéndose al sombrero de paja que tenía colgando en su espalda

- ¡señor guardia!- Luffy se abrazaba como podía al hombre a pesar de los barrotes que había entre ellos- ¡quiero ver a Ace!

- ¡no te preocupes Mugi-chan, yo, Bon Clay, te ayudaré a ver tu hermano de nuevo!

***********************

Mientras tanto, en otro sitio lejano

Ya iba por su segundo barril de sake, y aun así no ahogar esa sensación que tenía en el pecho. Jamás había sentido culpa en su vida, pero ahora sentía como si fuera a morir por ello. El dinero que había ganado por los hermanos D. se consumía lentamente en aquel lúgubre bar, donde los cazadores solían detenerse para descansar y beber un rato con otros “camaradas”.

- ¿quiere algo más señor?- le preguntó el cantinero al hombre de facciones duras recargado en la barra

- dame algo más fuerte, esta mierda no es más que agua- bajó su jarra y la golpeó con fuerza sobre la barra, esperando a que le sirviera otro trago

- ¿por qué de tan mal humor? Escuché que te pagaron muy bien por ese usuario tipo logia- tomó su jarra y la llenó con la bebida más fuerte del lugar

- cierra el pico- bebió todo de un trago, dejando que un hilillo de alcohol bajara de sus labios a su cuello- dame otra…

- vaya, no tienes fondo- volvió a servirle

- Ace…- aun recordaba la expresión del pecoso cuando le había entregado al coliseo; nunca había visto tal tristeza en su vida, y para desgracia suya, esa tristeza era demasiado contagiosa; sentía como si fuese a llorar, y él era de los hombres que se negaba a derramar una sola lágrima- Ace, Luffy… perdónenme…- murmuró sacando todo el dinero que le quedaba y lo dejó sobre la barra- ¡conserva el cambio!- tomó sus tres katanas y se las amarró a su haramaki antes de salir corriendo de aquel bar

- ¿y ahora qué le sucede?- el cantinero se rascó la nuca confundido y tomó todo el dinero- ¡son más de doscientos mil berries!

***************************

Al día siguiente, en el coliseo de Sabondy…

Había sido un día largo de peleas; Ace había tenido su segunda batalla y la había ganado con relativa facilidad. Pero lo que más le había sorprendido ese día fue ver a varios espectadores coreando su nombre, apoyándole, algunos incluso llevaban pancartas y actuaban como si él fuera una especie de celebridad. La gente que apoyaba la pelea de usuarios siempre le había parecido detestable; jamás se había acercado a un coliseo y mucho menos dejó que su hermano se acercara, no quería que se volviera “aficionado” a ese tipo de eventos. Pero ahora su preocupación era que su hermano, al igual que él, estuviese peleando para sobrevivir aunque fuese un día más; solo le quedaba rogar porque su hermano sobreviviera.

En cuanto estuvo en su celda, Ace marcó en su pared otras dos líneas y se recostó en su cama, dejando que el sueño le venciera; cada día estaba más agotado, y las heridas que tenía, además de la falta de comida, le dejaban cada vez peor. Comió el trozo de pan que le había cedido Law y volvió a acostarse sin hacer caso de los guardias yendo y viniendo o los ruidos que hacían los otros prisioneros, simplemente no podía levantar siquiera los párpados... lo único que logró escuchar antes de quedarse dormido fue que aquel hombre que les había prometido libertad fue asesinado por un Supernova; esa noticia devastó a más de uno, haciendo que los ánimos entre los usuarios bajaran más.

El pecoso pasó el resto de la tarde durmiendo, tratando de que eso le ayudara a recuperar un poco de sus fuerzas, pues al día siguiente tendría su tercera batalla, y debía ganarla a cualquier precio si quería comer algo más que migajas.

Al caer la noche, los guardias comenzaron a hacer rondas para vigilar a los usuarios. El primero en hacer guardia esa noche era Porchemy, un  hombre corpulento, de cabello largo y cruel personalidad, muchos se amedrentaban al ver su aspecto. Porchemy tomó su espada de karouseki y comenzó a caminar por las celdas, mirando de vez en vez a los prisioneros. Después de un par de horas, vio una sospechosa silueta merodeando en la oscuridad, por lo que no dudó en blandir su espada contra la misteriosa figura

- ¡¡Espera, espera!!- rogaba un pequeño y debilucho hombre, quien apenas y había logrado esquivar su ataque- ¡no me lastimes, mi amo me ha mandado en una misión importante!

- ¿quién es tu amo?- preguntó directo el guardia sin bajar su arma

- es uno de los nobles más influyentes de Sabondy. Me ha mandado a asegurarme que Puños de Fuego Ace pierda su duelo de mañana, tiene mucho dinero apostado a favor de su contrincante, “Bliking” Wapol-sama- llevó sus manos dentro de su abrigo y de él sacó grandes fajos de dinero- si me ayudas a asegurar la victoria de Wapol-sama, mi amo te dará el doble de esto- dijo sonriente antes de entregarle el dinero

- …- Porchemy hojeó los  billetes, comprobando que era una fuerte suma de dinero- bien, dile a tu amo que Puños de Fuego perderá mañana sin falta..- con una sonrisa maligna, el pequeño hombre se alejó, y Porchemy se dirigió a la celda de Puños de Fuego, poniéndose unos guantes de kairouseki con afiladas puntas. Entró sigiloso a la celda, y al ver que Ace dormía sin percatarse de su presencia, levantó los puños y comenzó a atacarlo…

Continued…

Notas finales:

omg!!! hasta aquí dejo el capitulo!!

no sé si lo notaron, pero me quedó un poco más largo que los anteriores xD intenté recortarlo pero no encontré el espacio para hacerlo, así que lo dejé todo, espero que lo disfrutaran

¬w¬ ya saben quién fue el que entregó a Ace y Luffy? jajaja a que no se esperaban esa xD aunque esa pareja está en la descripción del fic

bueno, ya saben que cualquier duda, comentario, queja y/o sugerencia, me la pueden dejar en un review, y si ustedes gustan, en mi grupo en Facebook:

https://www.facebook.com/groups/445031295554005/

Espero verlos en el siguiente capitulo!! sigan bellas y gracias por su paciencia!! -les deja galletitas virtuales y huye-

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).