-¿Qué es lo que me pasa?, nunca me había sentido algo como esto.- Zoro se paro en seco, cuando una palabra se le vino a la mente.- E-esto es a lo que se le llama……….¿Amor?........
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Capitulo 2: sorpresa
(POV´S Zoro)
Habían pasado dos días desde que Ace me presento a Sanji. No es que no me hayan caído bien los otros, ni que los haya echo de menos, pero el único que me importo (además de interesarme) fue Sanji.
Era martes, un frio, frio martes, tenia que ir ala escuela. Mi casa estaba cera de la de Ace así que se nos pego una costumbre de esperar al otro en una esquina. Me encontré a Ace en la esquina de siempre, soplándose las manos para calentarlas.
- Deberías traer unos guantes o meterlas en tus bolsillos.- le dije señalando las bolsas de su sudadera.
- Tardaste más de lo común, ¿Te perdiste?.- me pregunto burlón.
- ¡Nada de eso!, vámonos ya.- le conteste jalándolo del gorro.
Caminamos un buen rato, la escuela no estaba tan lejos, pero Ace se entretenía con cualquier cosa, si miraba una panadería decía: “¡hay que comprar pan!”. Y todos se nos quedaban viéndonos, realmente Ace me hacia pasar cosas vergonzosas. A lo lejos se veía la puerta de la escuela, apure a Ace, ya que íbamos un poco tarde, más de lo común.
Entramos ala escuela, y nos dirigimos a nuestro salón, Ace y yo estábamos en el mismo, pero nunca nos juntamos en receso, ya que el se junta con Luffy, por eso es que conozco a Luffy.
Entramos al aula, y salude a Robin que me respondió con una sonrisa, ahí también estaba Law, pero casi no hablamos tanto. Me senté en mi butaca y Robin se volteo para hablar conmigo.
-Je, je, jei, ¡Zoro!.- se le veía feliz (si lo se, cambie un poco la personalidad de Robin, ahora no están seria xD).
-¿Por qué tan feliz Robin?.- le dedique una sonrisa picara, a lo cual se sonrojo.
-P-pues nada importante.- me dijo rascándose la mejilla.
- Jajaja si, claro.- le dije burlón. Solo obtuve una mirada asesina de ella.
El profesor Crocodile entro al aula y pidió que nos sentáramos, hicimos caso, ese profesor no me caí nada bien, era terrible, y mas su estúpida cicatriz que le atravesaba su cara, de una mejilla hasta la otra. Comenzó a dar su clase, y como de costumbre, no puse atención.
El profesor nos había puesto, por así decirlo, un “horario”, por ejemplo. “Lunes: actividades fuera del salón, martes: lecturas” y así hasta llegar al viernes, hoy era martes, así que tocaba lecturas, pero yo “accidentalmente” olvidaba mi cuaderno de lecturas todos los martes, no me gustaba leer.
- Señor Roronoa, siga la lectura por favor.- me dijo sosteniendo su libro.
- Lo siento, olvide mi libro.- le dedique una sonrisa burlona, a lo cual le molesto.
- ¡Roronoa, no me falte al respeto!, ¡valla a la biblioteca y consiga un libro! ¡Muévase!.- me corrió del salón a gritos. Todo el camino a la biblioteca iba maldiciendo, y maldiciendo al profesor.
- ¡Maldita sea! ¿¡Donde esta la biblioteca!?.-grite.- esta estúpida escuela y sus estúpidos pasillos que se mueven.
Seguí caminando, llegue a una puerta, la abrí y me di cuenta que era el salón de clases.
- Señor Roronoa que rápido llego, ¿y el libro?.- me pregunto el profesor
- ¿Eh?, yo apenas iba a la biblioteca.- le conteste rascándome la cabeza y mis compañeros y el profesor suspiraron.
- Siéntese.
Le hice caso, no quería mas problemas, fije de nuevo mi mirada a la ventana, y me di cuenta que estaba un grupo en la clase de educación física, unos corrían por toda la cancha, algunos jugaban fútbol y otros se quedaban parados platicando sin hacer nada. Los estaba observando a todos. Cuando mi vista se fijo en un chico de cabello rubio.
Abrí mis ojos sorprendido.- Es……….el.- susurre.
- ¿Mmm? ¿Quién?.- pregunto Robin.
- ¿Eh?.- fije mi vista en ella.
- ¿Que quien es “el”?.- me pregunto de nuevo
- Oh, nadie.- volví a fijar mi vista en la ventana, pero ya no estaba, el timbre sonó era el cambio de clase.
“Ese era………. Sanji……. ¿No es así?”. Pensé confundido.
Realmente era el, yo no estaba loco lo vi corriendo por la cancha, realmente era el, era el. Iba a levantarme de mi asiento para salir, pero en eso llego el siguiente profesor y tuve que sentarme. “¡Maldición! Tendré que esperar hasta el receso”. Pensé enojado.
Todas las clases pasaban mas lento de lo común, ¿Qué acaso no querían que lo viera?. “Estuve rogando estos dos días para poder verlo de nuevo, ahora que lo vuelvo a encontrar. Me siento realmente feliz”. Pensé entusiasmado.
“Pero que le voy a decir, ni modo que le diga: ´ ¡hey Sanji! estuve rogando dos días para volver a verte de nuevo´. Yo ni loco digo eso, definitivamente no se que le voy a decir”. Pensaba agarrándome la cabeza, y poniéndola en la mesa de la butaca.
- ¿Qué hare?, ¿Qué hare?.- susurraba bajito, para que la chismosita de la Robin no me oyera, aunque fue en vano.
- ¿Qué harás de que?.- me pregunto confundida. Ahora entendía por que le decían los oídos del salón.
- Nada de nada, jejeje.- reí nerviosamente.
- Mmmm, me escondes algo Roronoa Zoro.- me miro seriamente, mientras me ponía mas nervioso.
- Que na…………- el timbre de la hora de receso me interrumpió.
- Bueno me voy a ver a Nami.- me dijo regalándome una sonrisa y despidiéndose de mi.
Cuando se fue, salí corriendo del salón, en busca del que me enamore a primera vista. Corrí lo más rápido que me dejaron mis piernas, revise en la cafetería en los baños de los hombres, en los vestidores, en el patio trasero y no lo encontré, solo me faltaba una parte: la azotea.
Corrí de nuevo, subiendo las escaleras y tropezándome de vez en cuando. Llegue a la puerta, mi corazón estaba a mil, aparte de que había corrido mucho, pero era mas por los nervios. Toque la perilla de la puerta y la abrí, sentí el aire helado en mi cara, volteé mi vista, por todas parte, pero era claro que no estaba ahí, me senté en el suelo rendido, si el gran Roronoa Zoro se había rendido, estaba cansado y mi nariz estaba roja por el aire helado, no me gustaba esto, me pare dispuesto a irme, cuando escuche una voz.
- Hola de nuevo, ma-ri-mo…….
~Continue~