-El Campeonato es en un par de horas, seguro es eso.- hasta yo me siento incomodo con la nueva actitud de Minho.
-Lo sé, por eso nos venimos temprano. Espero que Minho y el equipo puedan ganar, han trabajado duro.- sonrió así que me acerqué a él para abrazarlo, noté lo delgado que es y su estatura.
–No te sientas mal si no hiciste nada malo.- el claxon del auto sonó tan fuerte que varias personas nos miraron.
-…- no dijo nada, solo se limpió los ojos con las magnas de su suéter. Caminé hacia la puerta trasera y la abrí para entrar.
-Tú te vas adelante conmigo, Taemin puede irse atrás.- ya me había sentado y Taemin estaba a medio sentarse de copiloto. –¿Están sordos?- salí de los asientos traseros e intercambie lugares. Cerramos las puertas y Minho puso el seguro en ambas.
-Te estás pasando.- susurré para que Taemin no nos escuchara. Pero Minho me ignoró, salimos del muelle y nos adentramos a la cuidad. Son como una o dos horas para llegar a casa, lamento tanto que tengamos esta atmosfera, más por Taemin que se le veía muy feliz.
Recién entramos a Icheon para salir hacia Seúl noté por el espejo lateral de mi lado que Taemin estaba llorando, tenía la mirada baja y sus lagrimas escurrían por sus mejillas. Me sorprendió no haberlo escuchado antes.
-¿Y… cómo te fue en Jeju? ¿Comiste mariscos? ¿Te mojaste en las olas? ¿Algún cangrejo te mordió?- intenté hacer que la atmosfera fuera menos tensa preguntarle a Taemin sobre algunas cosas que supuse haría o hizo en Jeju.
Me sorprendió que me contestara e intentara hacer que la charla funcionara, pero en ningún momento dejó de llorar, lo que me estrujó el corazón es que Minho ni siquiera lo volteó a ver por los espejos, sino al contrario se puso los audífonos para no escucharnos.
Entre sus anécdotas me dijo que había estado buscando conchitas en la arena para sus amigos, me entregó una que no pasaba los tres centímetros de diámetro y de color marfil. Dijo que en lugar de comprar obsequios intentó buscarlos.
Igual que a mí, el dio una conchita a Minho, era mucho más grande que la mía incluso que el resto de las que traía en su bolso, pero de nuevo su mala onda salió a flote, tan solo la miró un par de segundos la lanzó al portavasos y siguió conduciendo.
-Minho por favor.- me quejé con él por su conducta.
-No ChangMin, está bien… mi papá.- hipeó. –Decía que no debemos de distraer al conductor. Fue mi culpa.- se secó con sus mangas ya mojadas, los ojos.
-Paremos un momento, tengo hambre.- dije recargándome en el respaldo. Sin embargo Minho condujo aun más hasta salir de Icheon, en donde nos estacionamos en una tienda de 24 horas. –Gracias.- dije saliendo del auto. –No aguanto tu temperamento.- dije porque supe que salió conmigo.
-¿Quieres algo?- le preguntó a Taemin agachándose, mirándolo por la ventana.
-No gracias.- contestó secándose la cara. –No te quiero dar más problemas.- pero eso último Minho no lo escuchó pues se irguió y caminó hacia la entrada de la tienda.
Caminé detrás suyo y cuando logramos entrar me puse a su lado.
-¿Puedes bajarle dos rayitas a tu maltrato?- pregunté mirándolo, pero sólo me ignoró.
-Cuál maltrato.- contestó lejos de mí, en otro pasillo.
-Minho.- caminé por ellos hasta dar con él que miraba un paquete de galletas de chocolate. –Creí que lo tomarías con paz.-
-Lo estoy haciendo.- contestó encogiéndose de hombros. Dejó el paquete de galletas para caminar hacia los refrigeradores.
-Lo estás haciendo pero todo mal, ¿por qué le negaste un beso? Ha estado llorando todo el camino y tú te pones los audífonos.- lo seguí para verlo sacar una banana milk.
-No es cierto.- contestó cerrando de nuevo la puerta del refrigerador.
-No hay peor ciego que el que no quiere ver.- al terminar de decir eso él se detuvo. Caminé hacia él tomando el paquete de galletas que antes había marido.
-Tú no sabes nada.- dijo.
-Sé que lo estás echando a perder.- contesté para meterme en otro pasillo.
-¿Más? no soy yo quien tuvo el faje con Nicky.- rodé los ojos molestó.
-Por favor, no vayas a empezar a hacer un numerito de esos aquí.- le resté importancia mientras escogía otro producto de la tienda.
-Si no quieres que haga numeritos no me molestes.- me pasó de largo para ir al otro pasillo, lo miré hasta que se detuvo en una sección. Entonces caminé hasta dar con él, estaba mirando galletas de avena.
-Solo te estoy diciendo que estás echando todo a perder, estoy seguro de que si Taemin hubiera sabido que tenías esa mala actitud, hubiera preferido irse caminando a su casa que estar contigo.- de la nada sus manos ya tenían aprensada mi ropa y me miraba a los ojos, sin duda está furioso.
Todos los clientes de la tienda nos miraron, incluso la cajera.
-Lo estás haciendo.- dije una vez más.
-Tú no sabes, ni vas, ni vienes, así que cállate ChangMin.- metí mis manos entre las suyas para que me soltara al hacerlo me acomodé la ropa.
-Hoy me desperté muy emocionado porque estaba en casa, quizás no con mi familia pero me siento parte de una cuando estoy en tu casa, sabía que hoy es la Final y que regresaría Taemin, de hecho también estaba feliz porque hoy es tu aniversario con él, pero estás haciendo todo mal, y prefiero pagar un taxi antes de que me contagies esa actitud tuya.- me solté por completo de su agarre y con ello de su alcance para ir a la caja y pagar. Llevaba un paquete de galletas de chocolate y un jugo de naranja.