Salí de la tienda cuando él estaba pagando, me apresuré a llegar al auto y explicarle a Taemin que no me iría con ellos porque había algo que arreglaría aquí en Icheon, aunque se quejó terminó aceptando la idea, le di el jugo de naranja a tiempo, antes de que Minho llegara al auto.
Porque cuando lo hizo, tan solo se metió en él y encendió el motor, sin siquiera pregúntame si estaba seguro de quedarme en Icheon. Me hice a un lado para que se saliera sin lastimarme, cuando estuvo acomodado para tomar la autopista volteó a verme, supongo que en el acto vio que Taemin estaba tomando jugo, el que yo le compré.
Me llenó de furia ver como se estiraba hacia el asiento trasero y le quitaba el jugo en un arrebato de furia, el envase aun con contenido lo lanzó por su ventana estrellándose contra el asfalto.
Corrí hacia el auto y lo golpeé, haciendo que frenera antes de irse.
-Te puedes quedar en el infierno, Max, ya no me importas.- alcé las cejas sorprendido. –Tras pensarlo lo suficiente, he decidido que quizás un año es suficiente.- antes de que pudiera decir algo aceleró para salir disparado hacia el camino.
Noté como Taemin había pegado sus manos al vidrio trasero y su cara estaba llena de pánico y tristeza. Mordí mi labio inferior ¡cómo pude dejarlo solo! Saqué mi celular para marcarle a Yunho, necesito un aventón para llegar a casa.
End Pov’s ChangMin
Minutos después ya estaban en Seúl, rumbo a la casa de Taemin. Ninguno de los dos mencionó palabra alguna, ocasionalmente se escuchaban los sollozos de Taemin pero nada de parte de Minho, quien seguía pensando en la última pesadilla que había tenido respecto al nuevo enamoramiento de su Muñeco.
Al llegar a casa bajó sin abrirle la puerta a Taemin, este se limpió de nuevo sus lágrimas para salir lo más tranquilo que pudiera. No quería que su mamá lo notara en ese estado, sino, pensaría que Minho lo había lastimado, algo que no quería que ella supiera.
Antes de girarse para ir por sus maletas Minho ya las tenía en sus manos camino hacia su puerta, en donde las dejó y volteó a ver al pequeño, este asintió y corrió hacia su casa, metió la llave y giró como le habían enseñado para abrir la puerta.
Cómo le hubiera gustado ser tacleado por su perro caballo.
Extrañaba a Jocker y su larga pero mojada lengua que pasaba por sus mejillas cada que lo veía, también hubiera deseado que su casa no estuviera sola, ver a su papá en la sala de estar leyendo un montón de carpetas con las que trabajaba, el golpe en su cadera producto de una maleta que se le escapó de las manos a Minho, lo trajo a la realidad, haciendo que tanto la figura de su perro como la de su padre, se desvanecieran.
Se talló los ojos una vez más, ¡ya no quería llorar!
-Gracias por recogerme.- quizás solo fue un mal inicio. –Minho.- lo llamó haciendo que él se quedara inmóvil en la puerta principal, agachado tomando una maleta más.
-De nada.- contestó levantándose para adentrar la última de las pertenencias del menor. –Tengo que irme.- dijo poniendo la maleta en la sala de estar, junto al resto que ya había metido antes.
-Voy contigo.- dijo por inercia el menor, haciendo que Minho lo mirara por unos segundos para terminar asintiendo. ChangMin tenía razón, estaba echando todo a perder. Pero tenía derecho ya que ese faje no había salido de su mente, tan solo al llegar a Icheon de nuevo se apoderó de él y no podía estar tranquilo. Lo mejor era arreglar todo de una maldita vez.
Antes de que uno de los dos perdiera la cabeza, Taemin por un par de golpes que Minho tenía ganas de regalarle, y este de tanto pensarlo.
-Está bien.- respondió mientras salían de su casa, en donde volvió a poner la llave y con su celular le mandó un mensaje a su madre, en el que le avisaba que ya había llegado y estaba bien, además de que iría con Minho.
Ambos llegaron al auto en silencio, pero antes de hacerlo enojar más decidió que su lugar era en los asientos traseros, por lo que entró en ellos. El alto no se opuso solo entró del lado del piloto para encender el motor y arrancar directo a su casa.
El día de la Final, el día del Examen de Admisión de Key, el día del regreso de Taemin, el día de su primera pelea con ChangMin, ese día iba poniéndose mal. Solo esperaba que esa mala actitud que mencionó su antes amigo, no arruinara el juego, porque entonces, sí que estaría molesto.
Al estacionarse en la casa de Minho ambos bajaron sin decir palabra alguna, de nuevo, Taemin salió del auto segundos después de Minho, lo seguía por detrás. Entraron y no cerró la puerta con llave, igual no era necesario, cuando ChangMin llegara tendría que entrar y no estaba de ánimo para abrirle la puerta.
Caminó hacia su cocina en donde se sirvió agua, ese nudo que se había formado en su garganta tenía que diluirlo con algo. Notó que Taemin seguía secándose los ojos, pese a que había dicho que no lloraría más ¡le era imposible! Quería que el regreso fuera mejor que la despedida, ¡con palabras bonitas, abrazos y besos de por medio! Algo digno para esos días que no se vieron, pero en su lugar tenía a Minho más distante que cuando empezaron los aviones de papel.
De repente su relación retrocedió un año y medio, cuando ambos eran desconocidos.
“¿Cómo te ha ido?” preguntó Taemin en su mente, intentando que Minho hiciera algo más que tomar agua. “¿Yo? Bien, estuve pensando en ti.” Así inició la conversación que le hubiera gustado tener.