-Es todo, no voy a gastar mi tiempo contigo.- lo lanzó de nuevo hacia la cama, Taemin sólo pudo meter los brazos para amortiguar el golpe.
-Te amo.- susurró temblando ¡lo estaba perdiendo!
-¡Que te calles maldición!- gritó Minho molesto, no quería escuchar esas palabras de esos labios. –No creo en ninguna de tus putas palabras, todas han sido mentiras, últimamente…- observó con detenimiento al menor que aun estaba en la cama de costado, sosteniéndose sólo con su brazo derecho que estaba flexionado y su cabello le cubría los ojos.
Se dio cuenta de que estaba lastimándolo.
-Te amo, Minho, te amo.- susurró con su voz hecha un hilo, el nombrado suspiró para tranquilizaste, el pequeño tenía un punto, suponía, le daría el beneficio de la duda y sólo para no escuchar más esas palabras haría como que le creía. –Yo no sé qué haya hecho mal, te juro que intentaré ser mejor, te lo prometo… pero no más. ¡Por favor no más! ¡No quiero estar mal contigo! No hoy cuando regreso emocionado de Jeju ¡queriendo contarte las cosas que hice y deshice allá! ¡Realmente haría cualquier cosa por ti, porque te amo! ¡Maldición! ¡Me duele el pecho de saber que estoy por perderte! ¡No quiero! ¡Me rehúso a perderte!- gritó cerrando los ojos imprimiendo en ese grito todo lo que sentía, ese mar de emociones que lo estaban volviendo loco.
-Oh, ¿en serio?- jugó.
-Sé que está mal ¡pero estoy aquí! ¡Maldición! Estoy aquí por ti, estoy así por ti, si alguna vez te llegue a ser infiel ¡no lo goce! ¡Nadie que realmente ame a su pareja disfrutaría tales cosas! No sé por qué… ¡tengo miedo!- volvió a gritar el menor sin ser capaz de elevar la mirada.
-¿Eso es todo?-
-¡Te amo Minho! ¡Te amo como no he amado a otra persona! ¡¿No ves todo lo que he hecho por ti?!- hiperventiló tanto que por un segundo Minho abandonó su cólera al ver la convulsión en su pequeño cuerpo.
Suspiró para retomar la compostura.
-Si supieras lo encabronado, deprimido, desesperado y jodido que me siento, sabrías que no me interesa en lo más mínimo alegar de algo o darte la contraria. Si hago esto es para saber de qué puta mierda estás gritando, el resto está en tu jodida cabeza.- se agacho lo suficiente para que Taemin lo escuchara a la perfección, tomó sus hombros para sentarlo y una vez hecho lo miró a los ojos, pero el menor aun era incapaz de hacerlo.
-Te… te amo.- susurró de nueva cuenta provocando que el brazo de Minho se alzara al viento, amenazando con estrellarse contra sus labios para callar de una maldita vez esas dos palabras que le resultaban hirientes.
Pero antes siquiera de que se acercara al rostro de Taemin, unos brazos delgados los detuvieron por la espalda.
-Óyeme muy bien cabrón.- esa voz no la podía confundir en todo el planeta. –No toques a Taemin.- susurraron con ira contenida, sacándole una sonrisa burlesca al alto.
Se giró para sacarlo de encima pero no pudo hacerlo tan sencillo, sino hasta que el mismo Niel lo lanzó hacia la puerta del cuarto, en donde logró chocar contra la misma.
-¡Lo que me faltaba!- aplaudió Minho al cielo, agradeciendo falsamente la aparición de Niel en su casa. –Que viniera “el otro”, respóndeme esto Taemin, ¿va a venir Nicky? Tengo que salir para que esto funcione sino ¿en dónde estamos dejando la imagen de la infidelidad estando yo presente?- dijo sarcástico pero sin quitar su mirada seria del menor quien sólo contrajo sus piernas para que Niel no lo mirara así de deplorable.
-Haber Minho.- Niel se tronó los nudillos, amenazándolo. –A mí me puedes decir lo que te venga en gana porque no me conoces. Pero con Taemin no, llevas más de un año de conocerlo y sabes perfectamente lo que él es y no, capaz de hacer.- ante la nueva defensa Taemin se levantó de la cama, sin salir de ella, sólo hasta estar cerca de Niel, a quien le tocó el hombro.
-No te metas en esto, Niel.- le pidió más bien le suplicó Taemin. –Yo puedo manejarlo.- sonrió cansado mostrando las manchas de su pecho y algunas de sus mejillas producto de algunas cosas que le llegaron a golpear la cara.
-¡Bravo!- gritó y aplaudió Minho. –¿Qué diablos hago yo aquí? Debí de haberme ido desde que tuvo la oportunidad.- parloteó un poco más. –Si quieren estar juntos no me importa, si quieres con Niel está bien ya no me importa nada. Taemin, has de ti lo que se te venga en gana.- caminó tranquilo hacia la puerta de salida.
-Minho, mira como me deshielo… tú hazlo cuando tengas tiempo.- susurró aquello que había escrito en su último avión de papel.
-No te entiendo, Taemin.- rió nostálgico el alto, bajando su mirada. –No juegues con mis sentimientos, por favor, bastante tengo por el día de hoy.- se sobó la sien para retomar su camino hacia la puerta, pero antes de salir se detuvo.
Había algo que le ataba a la habitación.
-Te amo.- “yo también, Muñeco” contestó. Salió de su habitación, estrelló la puerta molestó, sacó la llavecita que guardaba en el marco de la misma y aseguró la cerradura, si tantas ganas tenía de estar con Niel no se lo impediría, pero mientras terminaba de asegurar la puerta sus manos temblaban.
Si tan sólo no lo hubiera pronunciado todo estaría bien, o de menos no tan mal.
Golpeó la puerta con su mano herida, abriendo más su piel. Pero no le importó, golpeó la puerta cuantas veces quiso para liberarse, ¿golpear a Taemin? ¡¿En qué mierda estaba pensando?! Cuando su mano punzó se giró para recargarse en la misma, se dejó caer lentamente.
Flexionó sus rodillas para hundir su cara entre ambas piernas. Entonces no hubo nada más, se soltó a llorar. Quería a Taemin, lo amaba pero ya no estaba para juegos, ya no más. Se había cansado de ser quien diera su brazo a doblar más cuando no tenía la culpa de nada. Ahora quizás no fue la mejor decisión el haberle encarado pero ese nudo en la garganta ya no estaba, ahora sentía un hueco en el corazón.