-Y no pudiste preguntarle “¿eres Taemin?” desde donde yo lo veo ambos somos tan culpables como inocentes.- le restó importancia para seguir en observando la comida de la mesa.
-Eso no justifica tu faje.-
-Mi papá me dijo que cuando estuviera en una situación de violación cooperara, “dile que te gusta el sexo oral y cuando tengas la oportunidad muérdelo, eso es legítima defensa” claro que no iba a dejar que llegara hasta allá. Esta mano Minho.- me mostró su mano derecha. –Con esta mano casi lo castró. Hubieras sentido la gloria cuando empezó a rogar porque lo soltara. ¡Hubieras visto el cielo en sus ojos lastimosos!-
-No te estoy entendiendo.- negué efusivamente para al final tocar mi sien. Me está doliendo de nuevo la cabeza.
-Me metí con el Mago porque tú no ponías un fin a esa apestosa relación, si quieres que las cosas salgan bien tienes que hacerlas tú mismo, esto fue lo que pasó. No siento culpa y eres un tonto por reclamarme porque si te hubieras sentado a seguir viviendo lo que ya tenemos yo no te hubiera echado en cara tus errores también. No eres perfecto así que no me vengas con discursos de fidelidad.- mi boca se hizo un asterisco.
-Yo…-
-“Tengo entendido que uno no puedes dar consejos que no puede seguir” eso fue lo que dijiste.- hace rato me supo a gloria pero ahora ya no. –Y sí, Nana tiene toda la razón soy un aprovechado pero trabajaré te juro que sí para que ya no sea así. Si hubo munchos tropiezos este año el siguiente no los tendrá.- reí levemente por eso.
-No sabes lo que es…-
-Sí entiendo que hiciste muchas cosas por mí este ultimo año, desde contestar ese avión de papel en Detención hasta que hayas forcejeado conmigo por el arma en el aniversario de mi hyung, te lo agradezco te juro que sí, pero yo no puedo hacer todo eso por ti.- me miró a los ojos entonces noté que su mirada vacilaba con volver a soltar en llanto.
-No te estoy pidiendo todo eso.- contesté.
-Realmente Minho, te agradezco todo este tiempo, pero también tienes que admitir así como yo lo he hecho que tuviste tus errores. No te los quise echar en cara porque tú no los recordabas o creías que estaban bien, como el beso con Sulli pero sí estás recriminándome también lo haré.- me miró firme, las lágrimas que habían amenazado desaparecieron. –El siguiente año será mejor.- afirmó.
-¿Quién te dijo que habría un siguiente año?- pregunté.
-Yo.- contestó.
-Si las cosas son así, no tengo nada por qué reclamarte.- me giré para caminar hacia su puerta. –Necesito tiempo para estar solo y pensar un par de cosas.- que no las había visto.
-Pues no.- dijo acercándose a mí. –No te doy tiempo.-
-Ya lo he decidido.- contesté tomando la perilla de su puerta.
-Así como tú y yo no empezamos a andar por capricho mío, tampoco terminaremos por el tuyo. Los dos estuvimos de acuerdo para comenzar, los dos tendremos que estarlo para terminar.- sus pasos se detuvieron tras de mí, incluso sentía la fragancia de su ropa.
-De gato mojado a guepardo y de eso...- no es para nada el chico que esperaba mi golpe en la mañana, ni el que sólo sabía decir “te amo” menos el que gritó al borde del llanto.
-Rawrr.- y luego rió para alejarse de mí.
-Sólo no me hables.- dije como última opción.
-Te estaré esperando.- lo escuché desde el comedor. Abrí la puerta para poder salir pero justo quedó abierta un cuchillo se clavó en la misma. Este tenía pegado una nota.
Lo desclavé para quitarle el papelito y leerlo. Sonreí.
-Lo sé y me encantó.- “Tu ruder está de vuelta, amor.” –Yo te buscaré cuando lo crea conveniente.- guardé el papelito en la bolsa de mi pantalón.
-Sabes que te puedo volver a enamorar.-
-No lo necesitarás.- contesté.
-Sabes que te volveré a acosar.-
-Tengo ganas de eso.-
-Sabes qué se siente terminar en el baño.-
-A la perfección.-
-Sabes que los aviones de papel volverán.-
-Lo deseo.-
-Bajo advertencia no hay culpa.- lo volteé a ver por encima de mi hombro.
-Gracias.- dije como ultimo para salir de su casa.
-Te doy dos semanas en paz y tranquilidad para que vuelvas a ser el percebe que me enamoró, el día quince empezaré a moverme. Para el día diecisiete estaremos en Detención, o en el árbol de las canchas o en CoffeFriend con café encima.- asentí esperando que eso suceda.