Levanté la mirada al mismo tiempo que suspiraba alzando mi nariz.
Me aferré a la bandeja que tenía en la mano como las pinzas y seguí buscando la dona que le sabría mejor a Jonggie. Ayer mi papá llevó una que me encantó sólo que no la encuentro. Salí de ese pasillo para ir a otro, entonces noté que Onew sí me hizo caso porque se fue.
La tienda de donas por dentro tiene tres pasillos repletos de las mismas recién salidas del horno, además de que por estar en esquina los ventanales también tienen estantes de donas que se exhiben hacía la calle.
Intenté buscar a Onew y lo vi mirando un estante con donas de chocolate, iba a caminar hacia allá para sentirme más seguro pero la dona que sabe a cielo estaba antes, así que me dirigí ahora a mi nuevo y delicioso objetivo.
-No estás cómodo con las donas que ya traes integradas, sino que tienes que comprarlas además.- la voz de Yuri dice que me está siguiendo. Me giré antes de llegar a la dona con betún blanco y perlitas de cristal comestible.
-Si quieres pelear este no es el momento ni el lugar.- dije mirándola a los ojos. –Y si me permites, tengo que comprarle donitas a mi Jonggie.- antes de girarme por completo ella me empujó por suerte pude salvar la bandeja de donas en mi mano, pero las tenazas cayeron al suelo.
Entonces todas las personas no voltearon a ver.
-¡Qué! ¿Quieres que salgamos a la calle?- preguntó riendo. –Vamos, allá afuera nos arreglamos.- parece que sí está hablando en serio.
-Yo no soy ni seré, ninguna vieja que se rebaje a pelear en la calle.- me iba a agachar por las tenazas pero ¿y si me patea? Mejor me quedé erguido.
-Vamos entonces a otro lugar, ¿es más por qué no aquí? Ponte Kibum.- su tono de voz nunca cayó, siempre era burlesco. Pero en eso se está equivocando, yo no soy objeto de burlas y menos de terceros.
-Si tienes un problema conmigo, dímelo ahora.- la miré a los ojos pero sólo se soltó a reír. Onew ¿en dónde estás? –Arreglemos lo que sea que tengas de manera civilizada, ya estamos grandes como para andar con niñerías.-
-Al rato Cerda, al rato nos arreglamos.- hizo un claro ademán que me mandó por un tubo. –¿O quieres ahora? Salgamos de la tienta entonces.- apuntó a la puerta además de intentar tomarme de los brazos pero retrocedí para que no lo hiciera.
-Si quieres algo que sea aquí. No voy a salir a pelearme contigo. ¿O es que me tienes miedo?- pregunté serio pero por dentro ¡temblando como nunca!
-¿Miedo yo?- soltó una carcajada que incluso los panaderos salieron de su lugar de trabajo para mirar qué había, por qué tanto alboroto. –No te proyectes.- más una mueca que por un segundo me hirió.
-Ni tú tampoco.- jake. Ella me miró sorprendida pero luego negó riendo lentamente.
-Claro que no.- contestó para girarse. –Menos en ti.- antes de que saliera de la tienda sonreí porque se me acaba de ocurrir algo.
-¡Nos vemos querida!- le despedí de ella alzando mi mano y sonriéndole, disfrutando de mi primera victoria.
-¿Estás bien?- ya me había agachado para recoger las tenazas pero alguien más las tomó, por lo que elevé mi mirada. Era un chico de cabello castaño, piel blanca con ojos igualmente rasgados sólo que llevaba puesto el uniforme de panadero y un poco de harina en su rostro él me entregó la tenaza.
-Gracias. No te preocupes al contrario, perdón por el escándalo.- ambos nos pusimos de pie y luego hice una leve reverencia.
-No te preocupes, las palabras se las lleva el viento.- miró mi bandeja y luego a mí. –¿Vas a comprarlas?- yo también volteé a ver las donas. Mis cejas se alzaron porque son más de 8.
-Mi papá me dio unos boletos de descuento.- dijo que él asistió a la inauguración y por eso los tenía, ya que esos sólo se entregaron a los clientes del primer día.
-No, jejeje no te iba a cuestionar cómo las ibas a pagar sino que estamos de promoción, si compras la docena la dona trece es gratis.- también reí nervioso por eso. –Por cierto, puedes decirme Sungmin.-
-Tú dime Key.- estrechamos las manos. -Creo que tomó la promoción.- contesté luego él se fue. Cuando comencé a caminar para ir por la dona betún sentí mis rodillas temblar por lo que tuve que parar y sostenerme del estante.
-Jonghyun me había dicho que no me metiera cuando tú estuvieras con Yuri.- volteé hacia el otro lado del estante en donde estaba Onew. –Dijo que ese era un problema que tú tenías que solucionar y si te estaba salvando jamás lo enfrentarías.- rodé los ojos pero no supe por qué, quizás porque realmente esperaba ser salvado y no me había puesto a pensar en eso que dijo Jonghyun. –También regañamos a Taemin cuando se metió entre ustedes.-
-Si Taemin no se mete muero en ese día.- dije recobrando compostura. Después de suspirar para relajarme miré su bandeja, sólo había una dona. –Te dije que escogieras libremente.-
-Pero es que quedé satisfecho con las que llevaste a mi casa.- rió pasando su mano tras su nuca. –Estoy orgulloso de ti, Key. Cuando se lo cuente a Jong también lo estará.- tomó mi muñeca de la mano que sostenía la tenaza para jalarme al estante de la dona con betún. –Cambiando de tema, hablé con G.O.- asentí mientras dejaba que él me jalara y pusiera adelante de la dona con betún. Cierto, ahora tengo que centrarme en el problema de Onew y eso de que Joon rentaran departamento con el ex.