Sentí sus manos en mis caderas haciendo que las elevara, me dejé hacer por lo que me giró para quedar hincado en el sofá de dulces pero apoyando mis codos en el respaldo.
Sus yemas rozaron mi entrada haciendo que temblara y al mismo tiempo, me aferrara al sofá.
-Creí que no lo pedirías.- susurró y sentí el frio del caramelo cerca de mi pompis, este fue haciendo un camino hasta llegar a mi entrada, pasé saliva ansioso. Presionó con la paleta hasta que cedí, dejando que entrara en mi cuerpo.
Movió el caramelo más dentro y comenzó a simular embestidas con este. Contraje mis piernas al dar en mi próstata. Dejé caer mi cabeza hacia el respaldo del sofá, no puedo más.
Mi cadera comenzó a buscar más contacto por lo que me movía intentado tomar el ritmo de las embestidas hasta que nos sincronizamos. Abrí mi boca y sólo salieron más y más gemidos.
-Jong~ ya no, please no… ah~- comprimí mis ojos porque sus embestidas se volvieron más fuertes, pero también logré sentir la diferencia del calor de su cuerpo, situó su glande cerca de mi entrada. ¿No irá a entrar también? ¿Verdad?
-Me encantas.- susurró sobre mi cuello y me dieron más cosquillas. Sacó la paleta de mi cuerpo y enseguida entró su glande. Hipeé cuando estuvo totalmente dentro de mí. No nos movimos por unos segundos hasta que moví mis caderas en busca de su contacto.
Comenzó a embestirme a un ritmo lento pero firme. Sentía mi cuerpo merecerse por los empujones que él estaba dándome. De mis labios solo salieran jadeos o gemidos, intenté reprimir las ganas de gemir su nombre por si alguien estuviera allá afuera. Sus manos firmes en mi cadera no cedían pero yo tampoco, por lo que se produjo un sonido excitante al choque de nuestros cuerpos.
Presioné mis músculos anales haciendo que se detuviera por un segundo, pero retomó las embestidas más fuertes y violentas, si seguimos así el sofá puede dejar de serlo. Notaba como mi cabello se despegaba de mi frente para volver a rebotar una y otra vez. Cerré mis ojos de nuevo y relamía mis labios notando que aun tenía azúcar de la dona.
Llevé una de mis manos hacia mi miembro pero justo lo toqué Jonghyun se detuvo. Pero no sólo eso sino que salió de mi cuerpo. Me iba a quejar con él pero tomándome por la cadera me volvió a recostar en el sofá. Abrió mis piernas de nuevo lo que permití gustoso, se acomodó y volvió a penetrarme.
Me sonrojé porque la paleta la tenía en su boca.
-Estoy loco por ti.- susurró al momento en el que le saqué la paleta. Sonreí satisfecho mientras me llevaba ese caramelo a mi boca.
Sus embestidas se volvieron más lentas, supongo que notaba por mis contracciones musculares que ya estaba a punto de terminar. Salió de nuevo de mi cuerpo e incluso se levantó del sofá además de que me dio la mano para levantarme, lo que hice.
Apenas salimos del sofá de dulces me giró y entendí, me incliné en un ángulo de noventa grados para sostenerme en el respaldo del sofá, sentí las puntas de sus pies rozaron con mis talones. Pasé saliva cuando su miembro se situó en mi entrada y de una sola embestida entraba por completo en mí.
Jadeé extasiado. ¿Hace cuanto que esto no pasaba?
No estamos tan necesitados si todo el fin de semana estuvimos haciendo este tipo de ejercicios jejeje, pero aun así, cada vez es diferente. Y mágica. Aunque morbosa pero linda.
-Ah~ yo no, ah ya no…- sentía mis piernas temblar pero él seguía embistiéndome, intenté pasar saliva pero los gemidos no me lo permitían. –No~ ah, ah.-
-Un poco máahs~- asentí efusivamente por eso, me aferré a las bolsas de dulce del respaldo pero rápidamente llevé mi mano derecha mi miembro para evitar manchar. –Ahh Kibum~- negué efusivamente mientras sentía los disparos calientes de semen dentro de mi cuerpo pero a la vez, los míos en mi mano.
Mis piernas temblaron y antes de caer de lleno en el sofá sus manos me sostuvieron. Bajamos lentamente hacia el sofá hasta que me dejó recostado. Limpió el sudor de mi frente y al mirar mi mano la llevo hasta su boca, lamió mis dedos hasta dejarlos limpios.
-Me encanta como lo haces.- susurré mirándolo, él sonrió negando con sus mejillas rositas. –¿Crees que nos hayan escuchado?- susurré recomponiéndome.
-No, pero quién sabe. Iré a asegurarme de que esto siga siendo un secreto.- sonrió así que asentí. –Llámale a ChangMin y a Yui para que vengan a suplirnos, tengo algunas cosas que hacer contigo.- me sonrió tan pícaro que no me di cuenta de cuando, pero ya tenía mi celular en mi oído diciéndole a ChangMin que se diera aprisa en venir junto con Yui.
Después de arreglar mi ropa y volver a construir el sofá de dulces salí de la bodega, Jonghyun apenas venía de regreso, así que lo detuve en el pasillo.
-Dice que ya viene.- tomé el cuello de su camisa para atraerlo a mi cuerpo. –Tenemos muchos asuntos pendientes, ¿cierto?- susurré sobre sus labios para asaltarlo en un beso urgente y necesitado.
-Como que te hayas enojado ayer sin terminar la cena.- contestó con la respiración agitada. Subí una de mis piernas a su cadera para pegarlo a mí, él pasó sus manos tras mi espalda.
-¡Llegamos!- los odio. –¡¿Sucedió algo malo?! ¡Traje el botiquín!- Jonghyun se rió levemente mientras quitaba sus manos de mi cuerpo y yo a regañadientes me paré sobre mis dos pies.
-Nadie ha muerto.- contesté, le dije que se diera prisa porque hubo un pequeño accidente, ¡pero no creí que fueran tan rápidos!
-Oh.- susurró, Jonggie y yo salimos del pasillo hasta ir al mostrador que es en dónde él estaba junto con Yui.