-¿Sólo las esposas?- pregunté riendo mientras miraba el menú. Alcé las cejas al ver comida mexicana, sonreí porque desde ese chicle que no he probado algo de allá. -¿Notaste la comida del menú?-
End Pov’s YoungMin
En el baile…
Pov’s Minho
-¿Estás disfrutando del baile?- le pregunté a Taemin mientras servía un poco de ponche en su vaso pero antes de dárselo bebí un poco.
-¿Tú estás disfrutando de mis pantalones?- me preguntó quitándome su vaso para beber del ponche que serví.
-Me encantan tus pantalones.- contesté posando mi mano sobre su cadera para atraerlo a mi cuerpo y pegarlo, sentí el calor que desprende.
-Jejeje.- dejó el ponche sobre la mesa para pasar sus manos por mi cuello y pegarse ahora él a mí. –¿Te encanta más lo que hay debajo?- susurró sobre mi cuello dándome un par de cosquillitas.
-Muñeco hay que ir lento.- intenté quitar su agarre y cuando lo conseguí solo se rió un poco más. –Cuando te quieras ir está bien.- busqué otro vaso para servirme ponche pero encontré unos platitos en los que serví un poco de las botanas que están ofreciendo.
-Aun no, mi mamá dijo que a más tardar a la una de la mañana así que aun tenemos tiempo.- caminó hacia mí para quitarme el platito con botanas para dejarlo sobre la mesa, volver a ponerse enfrente de mí, entrelazó sus dedos con los míos y apoyó su pecho en el mío. –¿Verdad que sí?- susurró sobre mis labios pero retrocedí un poco para impedir que me besara.
-Lento dije lento Minnie.- susurré nervioso, creo que es porque ha estado tomando ponche y este tiene algo de alcohol. Logré salir de ese agarre para caminar hacia la pista de nuevo. –¿Bailamos un rato más?- así conseguiré que sude el alcohol y esté de nuevo como si nada.
-Ok.- asintió tomando de nuevo la postura de hace rato. –Sígueme.- a espejo, lo recuerdo.
End Pov’s Minho
Media hora más tarde…
Pov’s KwangMin
-¡Te lo juro!- golpeé la mesa riendo. –¡Jeongmin se quedó dormido con las gafas puestas bajo el sol!-
-¡Jajaja! ¡Por eso me pidió que lo acompañara a comprar maquillaje!- dijo YoungMin riendo aun.
-Ese Jeongmin.- susurré tomando el vaso. –¿Vamos a pagar para ir a casa?- le pregunté sonriendo, YoungMin pidió la cuenta y después de pagar con los cupones de descuento y un par de billetes salimos del restaurante. Caminamos hacia la motocicleta tomé asiento en el adherente y me puse el casco.
Tapé mi mano “sensible” para mantenerme intacto de menos hasta que lleguemos a casa. Después de que YoungMin también se subiera partimos hacia nuestro hogar, o de menos eso pensé porque no tomó la ruta sino que fuimos hacia un jardín, ahí se estacionó y me pidió que bajara.
-¿No es una linda noche?- me pregunto ya acostados en el pasto.
-Es hermosa.- dije sonriendo, mirando la estrellas y la luna, estiré mi mano para simular tenerla entre mis dedos.
-KwangMin.- dejé la luna en su lugar para mirarlo. –¿Cómo te sientes?- no dejaba de mirar las estrellas.
-Feliz.- contesté. –¿Y tú?-
-Completo.- dijo sonriendo. –¿Quieres ir ya a casa?-
-No.- contesté suspirando.
-Yo tampoco.- asentí, pasé mis manos por mi nuca para mirar de nuevo hacia las estrellas, ¿pero por qué mirarlas si hay algo más hermoso a mi lado? Me giré para recostarme sobre mi brazo, mi hermano se dio cuenta de esto y también se giró.
-El siguiente semestre prométeme que haremos equipo en todo, incluso vinas.- no me gusta tanto que Taemin sea mi reemplazo.
-Taemin necesitará as de nosotros porque ya no estará Minho.- contestó casi susurrando mientras estiraba su mano para ponerla sobre mi mejilla.
-Te preocupas mucho por Taemin.- contesté casi en un reclamo.
-Después de todo lo que le hicimos en la otra escuela, es lo menos que puedo hacer. Siento que puedo hacerle bullying porque lo cuido. Pero sí, no te garantizo las vinas pero sí en equipos. ¿Dejarás solo a Minwoo?-
-Cierto, yo tengo que cuidar de él y tú de Taemin.- asintió por eso. –Entonces sólo promete que seremos equipos de trabajo.- asintió sonriendo por eso.
-¿Quieres ir a casa?- asentí mientras me levantaba, luego me ayude a él y una vez listos fuimos directo hacia la casa, él encerró la motocicleta en el garaje mientras yo entré por la puerta principal, lo vi ya en la cocina cerrando bien las puertas traseras.
-¿Sabes de qué tengo ganas?- mi hermano se me acercó mientras se quitaba el saco y lo dejaba sobre el comedor.
-¿De qué?- pregunté mirándolo, pero me percaté de que estaba sudando, pues algunas gotas se le empiezan a formar cerca de las patillas.
-De que seamos uno.- susurró sobre mis labios tomando mi corbata y jalándome para dar el beso quizá, más tronado de mi vida.
Sentí entre sus movimientos rápidos y húmedos, el sabor de la pastillita azul.