-Ah, sí Minho~- presioné mi mano alrededor de mi miembro justo como él lo hace con sus labios en la paleta. Entreabrí los ojos para verlo disfrutar, sus manos estaban juntas sobre la cama, ni siquiera se estaba tocando. Moví más rápido la paleta en su boca haciendo que entrara más hasta provocarle una arcada.
Solté la paleta pero antes de que cayera a la cama la tomó con sus manos y como pudo la acomodó ante sus labios para seguir simulando sexo oral. Me senté frente a él en la cama con mis piernas ligeramente abiertas, introduje mi mano al pantalón para tomar mi miembro y masturbarme lento mientras lo miraba a los ojos.
Él me incitaba con el vaivén en la paleta y yo me masturbaba ante sus ojos.
-…- me sonrió, sentí mi alma irse de mi cuerpo cuando mordió y partió el glande de la paleta, lo comenzó a mascar hasta que se lo comió, luego siguió masticando el chocolate hasta que se terminó y sólo quedó el palito de plástico.
-Eso es jugar sucio.- dije dejando de estimularme.
-¿Quieres que te diga de jugar sucio Sr. “Nunca lo he intentado, ponte a rezar”?- bueno quizá exageré poquito.
Me bajé de la cama para ir por la bolsa de color negra y buscar un par de pastillitas, las encontré dentro del estuche especial que me dio quién me las vendió. Con el estuche en la mano me giré para mirarlo. Estaba expectante así que sonreí.
Me volví a subir a la cama e hice que se recostara pero por la correa que ya antes le había puesto no pudo ser verticales a la cama, como de costumbre, sino en forma horizontal por lo que Minho recién cabía, de sus rodillas a los hombros estaba dentro de la cama, su cabeza quedaba fuera por lo que estaba obligado a mantenerse erguido.
-¿Cómodo, cariño?- me burlé mientras llevaba mis manos a su pantalón, desabroché el cinturón y el mismo pantalón para bajar la cremallera y asomar su miembro, estaba húmedo y por supuesto erguido.
Relamí mis labios para acercarme a su glande, estaba brillosito por su pre semen, soplé haciendo que contrajera las piernas, asomé mi lengua para lamer el borde.
-Ahh~- gimió. Acerqué de nuevo mi boca a su miembro y volví a darle una simple lamida, me gustó porque él seguía gimiendo. Degusté un poco más de su glande, cerré los ojos disfrutando de esa sensación, tomé su miembro para empezar a masturbarlo lento, introduje su falo en mi boca y presioné con mis labios para sacarle un gemido más sonoro.
Comencé a marcar un vaivén lento, me encanta.
Desde antes de Jeju que no me sentía así de pleno con él, porque fuera de lo bueno que fue el sexo no lo sentí en ese grado íntimo que logramos tener y mucho menos lo del miércoles. No recuerdo cuando fue la última vez de hecho.
Saqué su miembro de mi boca y pasé la saliva que tenía acumulada, acomodé mi cabello porque se estaba pegando en mi frente. Seguí masturbándolo mientras buscaba su mirada, pero tenía la cabeza casi colgando del colchón.
Me encogí de hombros, debo de recompensar lo de los dardos. Volví a lamer su miembro y a continuación lo introduje de nuevo en mi boca, mi mano libre empezó a mover sus testículos, él suspiraba y gemía en veces salía mi nombre de sus labios.
Tengo ganas de hacerle el amor.
Dejé mi labor para levantarme, me sequé los labios con el dorso de mi mano. Tomé el borde de su pantalón para bajarlo lentamente hasta sacarlo por sus pies. Incluso me di el tiempo suficiente para retirarle los calcetines. Porque el atrapa dedos lo tiene puesto no podré quitarle la camisa.
Pero eso no me impidió besarle el pecho, le di especial atención a su pezón derecho, el cual besé y succioné levemente por unos minutos. Hice un caminito de besos hasta su ombligo y en él delineé con mi lengua para penetrarle levemente.
-Ahh~ Minnie… ah.- sonreí y seguí bajando con mis besos hasta llegar a su miembro. Busqué el estuche que compré en Jeju y al encontrarlo lo abrí, saqué una de las pastillas y se la mostré a Minho, era ovalada y trasparente, se notaba el líquido dentro de ella.
-¿Peluche?- le llamé haciendo que mirara la pastilla.
-¿Muñeco?- preguntó mientras tomaba su pierna derecha para flexionarla y hacer que pisara la cama. –¿Qué vas a hacerme?- preguntó riendo.
-Nada que no te haya hecho antes.- sonreí mientras lamía dos de mis dedos ante su mirada, su sonrojo me dice que ya lo recordó. Asentí sonriéndole para inspirar confianza.
-Confío en ti.- susurró.
Llevé mis dedos ensalivados a su miembro y lo estimulé un poco más, luego lentamente deslicé mi mano hasta llegar a su entrada, jeje, me sentí travieso pero grande, un poco más maduro y me fascinó esa sensación.
Gemí mientras delineaba su anillo muscular. Podría llegar a eyacular con sólo tocarlo. Suspiré lento y pasé mi lengua por mis labios, inconscientemente comencé a mover mis caderas ¡pero! Debes de detenerte Taemin, no eres tú ahora es Minho.
Recobré la compostura e introduje la yema de mi dedo medio, ahora sí estaba por eyacular, había olvidado esa sensación, hace quizá 11 meses que no hacíamos esto pero me encanta lo que estoy sintiendo.
-¿Minho?- le llamé. –¿Te sientes incomodo?-
Negó con su cabeza y sus ojos estaban cerrados como presionados pero sin fuerza.