No sentí el tiempo sólo la crema batida y el frio que me daba al estar mi piel húmeda y el viento entrando por su ventana. Supongo que le gustó hacerlo porque en repetidas ocasiones escribió en mi espalda hasta que hizo que me girara para mirarlo y mi posición de activo regresó cuando se puso en cuclillas sobre mi pelvis.
-Tu espalada era deliciosa ¿pero y tu abdomen?- preguntó agitando la el frasco de crema para ponerle a mis cuadritos y comenzar a llenarlos.
-Soy todo tuyo bebé, prueba de donde quieras.- sonreí mientras llevaba mi manos a su mejilla para acariciarlo pero ni bien pude hacerlo él la tomó y puso más crema en mi dedos, cerré los ojos porque no quiero interrumpirle el jugueteo con mis acciones, sentí su lengua delinear mi índice como lo hace con mi falo. Contraje mis piernas porque ya no aguanto más.
Pero quiero dejarlo disfrutar también a él, que sea él quien imponga los tiempos para cada cosa y si siente placer al hacerle de su lienzo está bien, Jonghyun, aguanta por favor.
Pero no creo resistir mucho más, sobre todo porque la crema ya fue hasta mi pecho sobre los pezones, no quise abrir los ojos porque me moriría de placer al verlo retirándola con su lengua, pero fruncí el entrecejo porque me mordió y no sólo eso sino que tiró de mi piel hasta soltarla.
-Ahh.- me quejé.
-¿Chocolate y crema?- preguntó separando su boca de mi pecho para mirarme. –Es una buena combinación.- susurró para agitar de nuevo la crema pero antes de que me pasara le detuve la muñeca.
-Yo diría chocolate y chocolate blanco.- me recargué sobre mi codo izquierdo para levantarme y al hacerlo tomé el rostro de Keybum para besarlo, el dulce de la crema me llenó la boca, sus labios calientitos y su húmeda lengua no tardaron en moverse con gula.
Ambos asomamos la lengua y las comenzamos a rozar, tan entregado al beso estaba que sólo sentí el hilo de miel que caía sobre nuestros roces, tomé su nuca para atraerlo más a mí manchándome con la miel en la mejilla. Ahora el sabor que reinaba en nuestras bocas era el de la miel.
-Tienes que consentirme también.- susurró a la mitad del beso, esto sólo hizo que incrementar la fuerza y velocidad entre nosotros al punto de terminar jadeando. Me giré para que él se acostara en la cama y tomé el frasco con miel, se lo mostré y él contrajo sus piernas, ya no trae el short. –Me da pena.- alcé una ceja.
-No es la primera vez.- dije.
-Pero es la miel de Sungmin.- yo… lancé el frasco de miel por la ventana. –¡Jonggie!- ¡problema resuelto! Ya no hay más de Sungmin aquí a no ser de la crema batida que también fue a hacerle compañía a la miel. –¿Por qué la lanzaste?-
-La miel me dijo que se sentía muy solita.- contesté para besarlo de nuevo pero antes de que él tomara el ritmo corté el beso. Hice un camino de ellos desde sus comisuras, pasando por sus clavículas hasta llegar a sus pezones, ambos los besé pero me dediqué a uno.
Mientras besaba su pecho mi mano derecha se aventuró para comenzar a mastúrbalo. Su cuerpo presentó un espasmo que me encantó pero no me detuve, seguí estimulándolo tanto en su pecho como en su miembro. Presionaba mis dedos sobre su falo para que fuera más placentero y succionaba su pezón para sacarle jadeos.
Retomé el camino de besos hacia su ombligo en donde después de besarle delineé y penetré algunas veces.
-Ah~-
Succioné fuerte en su ombligo que su cuerpo presentó un espasmo pero presioné su glande para evitar que eyaculara.
-E-eres un… celoso.- su pecho estaba moviéndose violentamente.
-¿Tú no?- pregunté mientras separaba sus rodillas para meterme entre ambas piernas, tomé su pelvis para atraerlo más a mi cuerpo. –Voy a hacer que se te olvide el nombre de Donitas.- perfilé mi glande en su entrada, que ya estaba dilatándose sola por las contracciones internas de Keybum, se abría y cerraba a un compas que le tomé gusto.
-¡SungMIN!- le embestí tan fuerte que incluso intentó separarse recorriéndose en la cama, mis testículos chocaron contra su cuerpo, volteé a ver su rostro, tenía los ojos comprimidos y su entrecejo fruncido.
-Por qué…- comencé a embestirlo lento, sólo para acostumbrarlo. –¿gimes su, nombre?- soy yo a quien tienes entre las piernas, ¡debería ser mi nombre el que sale de tus labios!
-Pa-para… encelarte.- condenado. –¡Ah! Ah, ah… ¡sung-MIN!- ¡¿por qué su nombre?!
Tomé sus caderas para embestirlo aun más fuerte, incluso el golpe de nuestros cuerpos fue fuerte que hizo eco en mi cabeza, miré el rostro de Keybum y sus mejillas estaban rositas con sus ojos comprimidos.
-¡Sungmin! ¡Sungmin! Sung…min.- le embestí tan fuerte que arqueó su espalda, tomé sus tobillos para separar más sus piernas y casi pegarlas su pecho, así tuve más libertad para penetrarlo. –¡Ahh~!-
-Tae~- gemí, si él puede decir otro nombre yo también puedo. –Taemin~-
-¡SUNGMIN!-
-¡MINNIE!-
Llené el interior de Kibum con mi esperma y él nuestros abdómenes. Cuando abrí los ojos las rodillas de Key estaban sobre sus hombros y nuestros rostros muy cerca, estiré mis labios para darle un beso de piquito, en su piquito del labio superior. Esto hizo que abriera lentamente sus ojos.
-Vuelve, vuelve a gemir el no-nombre de Taemin… y así te irá.- me retiré de su cuerpo para dejar que bajara sus piernas al colchón.